3.11.11
Esto sí que son beneficios
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El que esto escribe está más que harto de leer y de escuchar acerca de los supuestos “privilegios” que la Iglesia católica tiene con relación a determinados aspectos económicos. Al parecer eso daña en mucho a los intereses del Estado y, por lo tanto, al conjunto de personas que conformamos lo que aún llamamos España.
Como digo, estoy más que harto y cansado de tener que soportar, cada dos por tres lo mismo va siendo hora de que se digan las cosas como son porque, de otra forma, individuos como el candidato socialista a las elecciones generales del 20 de noviembre (y otros aún más extremistas) va a acabar difundiendo la especie de que, en realidad, la Iglesia católica es una carga para el Estado.
Por ejemplo, se utiliza el argumento según el cual la Iglesia católica recibe unos importantes beneficios fiscales que se suelen cifrar en unos 1.000 millones de euros libres de impuestos. Sin embargo, no se suele decir la otra mitad de la verdad y es que eso es así porque la misma se acoge, según la Ley de Fundaciones de 1994, a tal normativa porque funciona como una fundación “sin ánimo de lucro” por mucho que sea su ánimo de ayuda a los más necesitados.
Desmontada, pues, tal mentira que trata de dañar la verdad de las cosas sembrando una semilla podrida de la que se pretende fructifique un ataque a la Esposa de Cristo.
También se ataca el mismo sistema al que los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado de 1979 establecieron de, digamos, financiación de la Iglesia católica a través del IRPF (Impuesto de la Renta de las Personas Físicas) y que, tras su modificación de hace unos años fiscales permite percibir un 0’7% de los impuestos que quien así lo decida sean entregados a la Iglesia católica. Lo más curioso es que cada año sean más las personas que ponen la famosa cruz en la casilla correspondiente a la misma.
Y, sin embargo, lo que más debería difundirse y que es, en realidad, lo más cierto de todo esto, es que el Estado recibe tantos beneficios de la actividad de la Iglesia católica que deberían acallar todas las bocas que braman contra la misma y que, muy al contrario, deberían besar el suelo por donde pase la Esposa de Cristo por el bien que hace. Y esto no es amor de hijo sino, además, expresión de datos y realidad que, como suele decirse, hablan por sí solos.
Veamos:
La Iglesia católica mantiene 5.141 Centros de enseñanza con, más o menos, 990.000 alumnos lo que supone para el Estado un ahorro de 3 millones de euros por centro al año. Que vayan multiplicando los listillos.
La Iglesia católica mantiene 107 hospitales, los cuales ahorran al Estado 50 millones de euros por hospital al año. Que continúen sumando los mismos de antes.
La Iglesia católica mantiene 1.004 centros: ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de SIDA con un total de 51.312 camas, los cuales ahorran al Estado 4 millones de euros por centro al año. Sumen, sumen que la cosa se está poniendo fea para los tergiversadores de la verdad.
La Iglesia católica mantiene un gasto en Cáritas al año de 155 millones de euros que salen de los bolsillos de los católicos españoles con un resultado que es más que conocido por los más necesitados. Que resten, del dinero público, tal cantidad que no sale de las arcas públicas y que descuenten el lucro cesante que produce con relación a las personas beneficiadas.
La Iglesia católica mantiene un gasto en Manos Unidas de 43 millones de euros que también salen de los mismos bolsillos que los de Cáritas.
La Iglesia católica mantiene un Gasto en las Obras Misionales Pontificias a través del Domund de 21 millones de euros que tampoco salen de las arcas del Estado.
La Iglesia católica mantiene 365 Centros de reeducación para marginados sociales como ex-prostitutas, ex-presidiarios y ex-toxicómanos que atienden, más o menos, a 53.000 personas y que suponen un ahorro al Estado de medio millón de euros por centro. Sigan sumando y restando como beneficio para el Estado.
La Iglesia católica mantiene 937 orfanatos en los que se atienden a unos 10.000 niños abandonados y que supone un ahorro para el Estado de 100.000 euros por centro. Si aún queda espacio en la calculadora de los tergiversadores de la verdad que sigan sumando, por favor.
La Iglesia católica sufraga el 80 % del gasto de conservación y mantenimiento del Patrimonio histórico-artístico y eso supone para el Estado un ahorro de entre 32.000 y 36.000 millones de euros al año.
Seguramente ahora mismo a más de uno le puede estar dando algún ataque de realitis aguda que le va a causar algún que otro daño destacable.
Estos son, sin duda alguna, claros beneficios que recibe el Estado, como organización, de la labor que la Iglesia católica hace en nuestra patria y aunque de esto poco se diga no vaya a creerse que la verdad no prevalece sobre la falsedad y la mentira.
Y luego hablan de los “privilegios” que tiene la Iglesia católica. ¡Calderilla, eso es calderilla!.
Eleuterio Fernández Guzmán