7.11.11

 

La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), también conocida como “Pare de Sufrir", invertirá más de 10 millones de dólares en su nueva “catedral” en la avenida 18 de Julio (una de las principales de Montevideo). Sus manejos financieros y religiosos están sospechados en varios países de la región pero en Uruguay la secta está exonerada de impuestos. Así encabezaba el pasado 5 de noviembre su artículo, titulado “Trabajo divino", el redactor Sebastián Cabrera, en el diario uruguayo El País. Reproducimos la primera parte a continuación.

Un día tembló toda la manzana. Y tembló al día siguiente. Al otro y al otro. El viejo edificio de la automotora Passeggi caía de a poco y Mabel fue testigo privilegiada de ese proceso de demolición que duró varios meses, desde su terraza en el séptimo piso del edificio pegado a la obra. Y desde hace un año ve, desde esa misma terraza, cómo empieza a levantarse la imponente catedral de la IURD, más conocida como “Pare de Sufrir", en la avenida 18 de Julio, entre Martín C. Martínez y Pablo de María.

“Al principio decían que venía Tienda Inglesa”, dice Mabel, presidenta de la comisión y a la vez la vecina más veterana del edificio, y es cierto que se consideró ubicar ahí una gran superficie. “¡Mi sueño siempre fue tener una Tienda Inglesa al lado!”. Sale a la terraza y mira a los obreros moverse de un lado para el otro como hormigas y a las grúas levantar y bajar materiales.

Pero esa obra no es de Tienda Inglesa. Será el primer templo construido por Pare de Sufrir en Uruguay, que hasta ahora compraba o alquilaba locales ya existentes, en general viejos cines. No hay dudas que es un punto de inflexión en su presencia en el país, que se inició a mediados de la década de 1990 pero se masificó a partir de 2000. Hoy tiene al menos nueve iglesias en Montevideo y 16 en el interior.

El nuevo templo -con frente vidriado, el doble de capacidad que la actual sala en el ex-cine Trocadero, un subsuelo para 90 autos, además de estudio de televisión y radio- será inaugurado a mediados de 2012 y costará más de 10 millones de dólares, según pudo confirmar Qué Pasa.

El arquitecto Fernando Santana, supervisor en representación del estudio Christoff-De Sierra, dice que la construcción que realiza la empresa Stiler costará unos ocho millones de dólares. Pero a eso hay que sumarle todo el mobiliario, desde las 2.500 butacas hasta los estudios de televisión y de radio. Y está el valor del terreno, de más de 4.000 metros cuadrados, que hoy supera los tres millones de dólares. A la iglesia le costó al menos dos millones cuando lo compró hace un lustro, según estimaron varias inmobiliarias. “Es un terreno casi único en 18 de Julio, con 50 metros de frente”, dice Santana.

La demolición del viejo local de la automotora, a cargo de Oddone y Zunino, costó unos 100.000 dólares. Un operador de la construcción estimó que el costo total de la obra de Pare de Sufrir “será entre 15 y 18 millones” de dólares.

Una inversión extraordinaria para esta secta neopentecostal de origen brasileño célebre por su fuerte estrategia de marketing y por darle gran relevancia a las curas, milagros y exorcismos. Y también porque el acto de dar diezmo ocupa un lugar prioritario en las ceremonias. Tan prioritario que, según se ha denunciado, los fieles son casi “extorsionados” psicológicamente para aportar dinero. Es una iglesia que en Brasil es investigada hace años y hace un mes recibió cargos por lavado de dinero (al menos unos 235 millones de dólares), fraude y asociación para delinquir. Tiene denuncias similares en varios países latinoamericanos.

Posee 50 radios y 70 emisoras de televisión (entre ellas Rede Record, la segunda más grande del país), cines y un banco. Cuenta con un brazo político: el Partido Republicano Brasileño, socio de la coalición que apoya a la presidenta Dilma Rousseff.

Una secta con ocho millones de fieles en unos 140 países, desde Alemania a Mozambique. Es la multinacional brasileña con más sucursales en el mundo.

Y en Uruguay está eximida de pagar impuestos. Al igual que todas las instituciones religiosas, esta iglesia no paga tributos debido a que el artículo quinto de la Constitución declara “exentos de toda clase de impuestos a los templos” de “las diversas religiones”. El director general de Rentas, Pablo Ferreri, dice que no corresponde a la Dirección General Impositiva decidir qué es “justo o correcto” y que el tema en todo caso debe tratarlo el Parlamento. “No parece lógico decir ‘a esta sí y a esta no’. ¿Dónde pongo el límite? ¿Una sinagoga sí? ¿La Iglesia católica? ¿Y cualquier otra religión o secta?”, se pregunta.

La gran catedral montevideana, de todos modos, será algo pequeño al lado de la catedral que se construye por estos días en San Pablo y que estará pronta en 2014. Según anunció el obispo Edir Macedo -fundador de la IURD-, tendrá una altura similar a la de un edificio de 18 pisos y casi dos veces la altura de la estatua del Cristo Redentor. Y con sus 126 metros de largo por 104 de ancho, será más grande que una cancha de fútbol. Es una réplica del Templo de Salomón en Jerusalén, donde entrarán unas 13.000 personas y la obra costará 200 millones de dólares, según informó la BBC. Para este informe Qué Pasa intentó infructuosamente contar con la versión de la IURD, que finalmente no respondió un cuestionario enviado vía mail.

Templo millonario

La obra, que se inició en octubre de 2010, ocupa casi media manzana y el predio da a 18 de Julio y a la calle Colonia. Al frente tendrá un hall principal (en el cual ya se ven unas enormes columnas) con dos niveles, donde también funcionarán las aulas de una escuela bíblica.

El estilo contemporáneo y “renovador” del templo, con su enorme frente vidriado, se debe a la idea de “ir aggiornando la imagen” de la secta. Santana dice que eso tal vez “responda a impulsos personales de algunas autoridades” y cuenta que la imagen de esta nueva catedral recibió “algunas reticencias en varios pastores de la propia iglesia, que prefieren obras más neoclásicas, con muchas columnas”.

La sala central tendrá 40 metros de ancho por 50 de profundidad y ocho metros de alto, con techo de chapa a dos aguas y 2.500 butacas. En el actual local, en el ex-cine Trocadero, entra la mitad de gente: 1.241 personas. Abajo de la sala habrá un subsuelo con capacidad para más de 90 autos. “Hay fieles que tienen muy buen nivel socio económico; no son todos pobres”, dice una fuente cercana a la institución.

Al fondo de la sala, habrá un edificio de cuatro pisos con baños y vestuarios, una sala pastoral para 250 personas y oficinas. Y más al fondo, sobre la calle Colonia, se usará una parte vieja del edificio de Passeggi que no fue demolida debido a que “no daba la plata”. Esa estructura será reciclada para construir estudios de radio y televisión y apartamentos para los obispos. En la azotea habrá una subestación de UTE.

La actual sede de la iglesia en el ex-cine Trocadero en 18 de Julio y Yaguarón, en tanto, ya fue vendida y todo indica que allí funcionará una “gran tienda”, dice una fuente cercana a la secta. A fines del año pasado el portal Infonegocios mencionó la posibilidad de que se instalara Zara, pero la empresa lo negó ante la consulta de Qué Pasa.

Disputa por la construcción

Al llamado para construir la obra se presentaron Stiler (que resultó ganadora), Sacem, Campiglia y la brasileña Acta, propuesta por la secta. “Las empresas constructoras top five se sacaron las ojos”, dice un empresario del rubro. Y agrega: “No hay mejor cosa que trabajar con la gente de esta iglesia, paga súper en fecha”.

Santana lo confirma: “En nuestro ramo una de las tareas más difíciles es poder cobrar… En ese sentido, ellos son un buen cliente”. El proyecto original fue realizado por un estudio argentino y luego adaptado por el estudio uruguayo Christoff-De Sierra, que ya había trabajado en otros proyectos para ese mismo predio, incluyendo edificios y un supermercado. Santana especula que la iglesia generará un enorme movimiento “en una zona que estaba muy deprimida”.

Mabel, presidente de la comisión del edificio pegado a la iglesia, admite que en el futuro mejorará el ambiente en la zona, pero hoy está más preocupada por las fisuras provocadas en el pozo de aire. Así, los vecinos contrataron un abogado y arquitectos para hacer un reclamo económico por esa rotura y para que la constructora pague por el uso de la medianera. Mabel espera que Stiler cumpla y arregle lo que rompió, pero eso será recién al final de la obra. “Lo arreglan o vamos a juicio”, dice.

En el predio trabajan unas 120 personas. La Intendencia Municipal de Montevideo le aprobó todos los permisos de construcción, después de que la secta levantara varias observaciones. Pero el director de Espacios Públicos, Daniel Espósito, dice que le llama la atención “de dónde sacan tanta plata”. Y pide que se reflexione “cómo progresan tanto estas iglesias”.

Se sabe que el diezmo y las ofrendas ocupan un lugar relevante en los cultos de Pare de Sufrir (a veces casi la mitad del tiempo de la ceremonia), pero cuesta creer que sea suficiente para financiar los más de 10 millones de dólares.

Continuará.