10.11.11

 

Al sector de la Iglesia que si fuera honesto consigo mismo no debería de estar en la Iglesia porque no profesa la fe de la Iglesia -y perdonen ustedes la redundancia-, le molesta cada vez más que unos cuantos, cada vez más y con más lectores, llevemos unos añitos pidiendo que se haga uso de algo tan elemental como el sentido común. Que en relación a la fe católica consiste en impedir que sacerdotes, religiosos, teólogos e incluso seglares con responsabilidades eclesiales se dediquen a contradecir de forma pública y pertinaz el magisterio de la Iglesia.

No se puede ser católico y poner a la misma altura el derecho a abortar -llamado autodeterminación de la madre- con el derecho a la vida. O sea, como Forcades. No se puede ser católico y decir en una entrevista que si aparecieran los restos del cuerpo de Cristo, ese sería el día más feliz de su vida. No encaja con la doctrina católica el afirmar que Dios no condena a nadie, ni siquiera a Hitler. O sea, como Queiruga.

Para ser claro, cuando alguien pregunta en relación al Foro de Encrucillada si hay alguien con dos dedos de frente que pueda poner en duda la fe profunda y la eclesialidad sin tacha de uno de sus principales organizadores, el teólogos Andrés Torres Queiruga, yo respondo que cualquiera con dos dedos de frente que haya leído a Queiruga, se da cuenta de que ese teólogo tiene de católico lo que Rowan Williams, primado anglicano, tiene de bautista del sur “avivado".

Vamos a ver si nos dejamos de zarandajas y de medias tintas. Lo hemos dicho antes y lo volveremos a decir. No cabemos en la misma Iglesia. No le den ustedes más vueltas. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. De ninguna de las maneras podemos estar en comunión con quien justifica el aborto o con quien niega la resurrección de Cristo. No, no y mil veces no.

Los que somos acusados de ser la derecha chillona y airada y una panda de ultraconservadores, nos dedicamos a pedir a la Iglesia que ponga en su sitio a quienes, desde dentro, atacan su doctrina. Sí, pedimos a los obispos que intervengan. Sí, pedimos incluso a Roma que intervenga. Y lo vamos a seguir haciendo, tanto si se nos escucha como si no. Pero lo hacemos desde la plena fidelidad al Magisterio. Difícilmente encontrarán en nuestros blogs algo que sea contrario a la fe católica, algo que pueda ser demostrado como erróneo citando textos magisteriales. Y si se diera ese caso, estaríamos dispuestos a rectificar inmediatamente.

Las cabezas visibles de la anti-iglesia mediática quiere contrarrestar lo que creen que es una influencia creciente en los obispos españoles de medios de comunicación como este o blogs como el de Francisco José Fernández de la Cigoña. Es cierto que cada vez tenemos más lectores. Es cierto que cada vez tenemos más peso mediático. No admite duda de que aumenta el número los prelados que, tanto en España como en Hispanoamérica, están al tanto de lo que informamos y opinamos. Pero, al menos en InfoCatólica, haríamos exactamente lo mismo si nos leyeran cuatro gatos y los obispos nos miraran como a apestados.

Además, es evidente que lo tenemos bastante fácil. Cuando un heterodoxo dice una barbaridad ante muchos fieles o en un medio de comunicación, nos hacemos eco de la misma, mostramos lo lejos que está de la enseñanza de la Iglesia y, como consecuencia, pedimos a los pastores que hagan algo que para que dicho heterodoxo no extienda su ponzoña por el Cuerpo de Cristo. Ni más, ni menos.

Si nuestra actividad sirve para que desde la Iglesia se decida poner coto a los heterodoxos, alabado sea el Señor. Pero si nadie nos hiciera caso, seriamos voces que clamarían desde el desierto. Y si no habláramos nosotros, las piedras lo harían.

Luis Fernando Pérez Bustamante