14.11.11
Goofy (Tribilín en algunas traducciones) es uno de los mejores amigos de del ratón Mickey Mouse. En «ámbitos académicos» hay dudas sobre qué tipo de animal representa. Porque si Pluto, el perro de Mickey es un perro, ladra y levanta la patita, en la serie de humanización de caracteres animales, no tendría sentido que también lo fuese Goofy, que viste ropa, es bípedo y habla.
Hoy, el sacerdote secularizado, José Manuel Vidal ha resuelto el entuerto: Goofy no es más que un ultraperro.
En una entrevista amañada a su «prima donna», el teólogo fronterizo Queiruga, ha negado el derecho que tenemos los fieles de preguntar si lo que predica fulanito o menganito es Cristo tal como nos lo enseña la Iglesia. Más aún, niega el derecho y el deber de respuesta de quien tiene la autoridad de responder: los obispos. Unos y otros no somos más que simples ultracatólicos, como Goofy: hablamos, reímos, caemos y nos levantamos. Ellos, los Vidal y Cía. son simplemente Plutos, los ladridos les delatan.
Así le gustan los católicos a Vidal y Cía., calladitos y con la pata quebrada. Perdón, los ultracatólicos. Gracias José Manuel Vidal por mostrar una vez más tu sectarismo y el verdadero rostro totalitario.
Tenéis motivos para estar preocupados. Ya no podéis cerrar la boca de quien no se pliega al pensamiento único. Tú no eres tonto, y como el saltamontes Hopper eres consciente de que el problema no es que no te haya funcionado el palo con Munilla o la zanahoria con Barrio, es que para un mafioso, que haya dos casos públicos que no te muestren miedo supone el principio del fin, también la valentía es contagiosa.
