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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 20 de noviembre de 2011

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Donde Dios llora

Los números no hacen Iglesia

Primicia

La niña presa por las FARC, abanderada de Colombia en San Pedro

Benedicto XVI en Benín

Un hombre condenado a morir en una cruz es el Rey que celebramos

El hombre de esperanza, el cristiano, no puede ignorar a sus hermanos

Iglesia en África, sé cada vez más sal de la tierra

La misión 'ad gentes', plenamente vigente

Sed los artesanos de la reconciliación y la esperanza

Mundo

La legitimidad del proceso electoral ha quedado totalmente en entredicho

El principio de autonomía eclesial ante el Tribunal de Estrasburgo


Donde Dios llora


Los números no hacen Iglesia
El arzobispo de Argel habla sobre la situación de los cristianos en el país árabe
ROMA, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Según las estadísticas del gobierno de Estados Unidos, hoy el 99% de los argelinos son musulmanes. Esto no fue así siempre. Argelia fue una vez el centro de la cultura y de la fe cristiana con más de quinientas diócesis y mil quinientos obispos.

Mark Riedemann de Where God Weeps (Donde Dios llora), en cooperación con Ayuda a la Iglesia Necesitada entrevistó a monseñor Ghaleb Moussa Abdallah Bader, arzobispo de Argel.

Su Excelencia, usted nació en Jordania, sirvió en Jerusalén y en 2008 fue nombrado arzobispo de Argel ¿Cuál fue su reacción?

--Monseñor Bader: ¿Cuál fue mi reacción? De total sorpresa para mí, nunca creí en toda mi vida que sería arzobispo de Argel. Cuando el nuncio me dijo que el santo padre me nombró arzobispo, no sabía qué decir y le pedí una semana para pensármelo, pero el nuncio me metió prisa y quiso de mí una respuesta inmediata. Le dije que por favor no insistiese o de lo contrario diría “no”, porque no estaba preparado y necesitaba más tiempo para asimilar la información.

¿Y qué pasó?

--Monseñor Bader: Estaba totalmente confundido y pensé, aunque te den un año para reflexionar todavía no te habrás decidido. Así que empecé a redactar mi respuesta, contándole mis razones por las que quería quedarme en Jerusalén: Amo esta Iglesia, pertenezco y he trabajado y estudiado en esta Iglesia, y quiero terminar mi vida en esta Iglesia. Jerusalén no es como otras Iglesias. Es la Madre Iglesia. Aquí hay lugares santos y pertenecer a la Iglesia de Jerusalén era muy importante para mí. Pero al final, entendí que es la Iglesia universal. Es la Iglesia católica. Hay necesidad en todas partes y estoy preparado para irme a donde sea.

¿Así que lo tomó como una cruz?

--Monseñor Bader: No como una cruz pero sí como la voluntad de la Iglesia y de Dios y estaba preparado para aceptar la voluntad de la Iglesia y de Dios. Si podía hacer este servicio a la Iglesia y por el Reino de Jesucristo, estaba preparado para hacerlo. Lo hice con alegría y sin arrepentirme, miedo quizás, pero no arrepentimiento.

Usted es el primer arzobispo árabe que entra en Argel después de una generación de jerarquía francesa. ¿La gente sintió que siendo usted árabe podría entender mejor su cultura?

--Monseñor Bader: Esa fue la intención de la Iglesia, un gesto, un signo de respeto hacia este país árabe. El nombramiento de un árabe después de una época de franceses fue una respuesta a los cambios que ya estaban produciéndose en esta Iglesia. Sí, la Iglesia fue así cuando estaba bajo el dominio de los franceses, pero estos son ahora una minoría, de los que el 40% son africanos, estudiantes o inmigrantes, y el resto de cristianos son europeos, latinoamericanos y norteamericanos. Los cambio estaban dándose en la Iglesia, y el nombramiento de alguien que no era francés fue la respuesta a los cambios que se estaban produciendo.

¿Cuál fue la reacción del gobierno local?

--Monseñor Bader: La reacción de las autoridades argelinas fue muy entusiasta y así lo sentí. En el día de mi nombramiento, el embajador argelino en Jordania me llamó y me invitó a reunirme con él y desde entonces me he reunido dos veces. Fui muy bienvenido cuando llegué a Argel y el presidente mismo mandó un representante, es la primera vez que el presidente o su representante quieren dar la bienvenida a un nuevo arzobispo. Sentí un especial afecto y bienvenida por parte de la gente. Fui presentado como “nuestro arzobispo”, incluso por parte de los musulmanes.

El antiguo arzobispo de Argel, monseñor Henri Tessier, fue citado en un artículo del New York Times como que el había dicho ser testigo de “una muerte lenta de la Iglesia”. ¿Es esta la situación de la Iglesia en Argelia hoy en día?

--Monseñor Bader: Tenemos que entender de dónde venía monseñor Tessier. Él pasó de 70 a 75 años en Argelia. Hizo el seminario y fue ordenado en Argelia. Tuvo la ciudadanía y pasaporte argelino. Él conocía la historia de la Iglesia argelina. Cuando era seminarista, había dos millones de cristianos en Argelia que fueron descendiendo a unos pocos miles que hay en la actualidad. Este es el contexto de la declaración, y puedo entenderle cuando habla de la muerte de esta Iglesia. Sin embargo, la Iglesia siempre será la Iglesia. No depende de números. Es la misma Iglesia, la misma misión, y estamos haciendo el mismo trabajo. Por supuesto no estoy de acuerdo con él, pero puedo entenderle porque él estaba comparando la Iglesia con lo que fue. Cuando yo llegué esta era la realidad de la Iglesia. La acepté. Hago mi trabajo y no hablo de la muerte. La Iglesia está viva, está presente y está haciendo lo mejor que puede para el bienestar de sus fieles en el país.

Hay unas veinte iglesias todavía activas en Argelia. Muchas se han convertido en mezquitas o centros culturales. ¿Qué ideas tiene para mantenerla en un ambiente que parece muy difícil?

--Monseñor Bader: Esto es consecuencia de que los cristianos se fueran a Francia después de la guerra. Hubo iglesias que se quedaron sin cristianos. La Iglesia no puede mantener estas iglesias sencillamente porque son iglesias. Fue un gesto de la Iglesia dar estas iglesias y los edificios para el uso de la población. Unas dos o tres iglesias se convirtieron en mezquitas. La reacción de las autoridades fue de respeto; no podían permitir la conversión de todas las iglesias en mezquitas y esta es la razón por la que muchas de ellas se han dado a las autoridades civiles para que sean transformadas en centros culturales o bibliotecas o lo que se necesite. He leído en algún lado que unas setecientas iglesias y otros edificios volvieron a las autoridades argelinas y se pusieron al servicio del beneficio de la población.

La sociedad argelina ha dejado de ser una sociedad europea, francesa, a ser una sociedad árabe centrada en Oriente Medio. ¿Este alejamiento de Europa es positivo o negativo?

--Monseñor Bader: Tiene que ver con la relación histórica entre Argelia y Francia. Algunas decisiones tomadas, después de la independencia de Argelia, fueron una reacción del pasado. Querían liberarse del pasado y volvieron a una cultura y un lenguaje árabe. Sin embargo, esto no fue aceptado al 100% por la población y esta es la razón por la que el 90% de los argelinos hablan francés. Soy árabe pero el 99% del tiempo hablo en francés con la gente, así que el alejamiento que mencionas no es del todo real --al menos para muchos argelinos--. Es verdad que las autoridades quieren que Argelia sea árabe e islámica, y por esto se ha impuesto la lengua árabe en la educación.

Muchos de los conflictos que se perciben en el mundo árabe se ven a través del conflicto palestino-israelí. ¿Es este el caso de Argelia?

--Monseñor Bader: Es verdad que dicho conflicto infecta las relaciones oriente-occidente y cristiano-musulmanas. Siempre y cuando no haya una solución a este conflicto, la desconfianza existirá. Una solución pacífica al conflicto israelí-palestino podría ayudar mucho a acabar con la desconfianza entre los países árabes y occidente y entre los cristianos y musulmanes. Por tanto, pido una solución justa para el conflicto israelí-palestino. Sería en beneficio de la humanidad en conjunto y no sólo para la región. Traería la paz global y la coexistencia pacífica entre religiones.

Ghulamallah, ministro de Asuntos Religiosos en Argelia le invitó a una conferencia para hablar sobre libertad religiosa. En su ponencia, usted habló de abolir las leyes que ponen restricciones a los cristianos ¿Podría hablarnos de la situación de los cristianos hoy?

--Monseñor Bader: El ministro de Asuntos Religiosos no sólo me invitó, sino que organizamos la conferencia juntos. Decidimos a quién invitar y ambos organizamos el programa.

Así que su relación con el ministro de Asuntos Religiosos es amigable.

--Monseñor Bader: Nuestra relación es muy buena. Nos reunimos una vez al mes. Intercambiamos buenos deseos durante las fiestas religiosas para los cristianos y musulmanes. Siempre hemos tenido buenas relaciones desde que llegué. El problema es la ley de 2006 que restringe las prácticas religiosas, actividades o culto, a celebrarse sólo en el interior de las iglesias. Para nosotros los católicos no es un problema porque tenemos suficientes iglesias. El problema se plantea sobre todo para los evangelistas y protestantes que no tienen lugares de culto, y también para nosotros los católicos cuando deseamos reunirnos y organizar actividades religiosas en el exterior.

¿Cómo afecta esto a la evangelización y al trabajo de los sacerdotes en su ministerio?

--Monseñor Bader: Es la segunda parte de esta ley de 2006 que declara que todas nuestras actividades --culto y oraciones- deben tener lugar sólo dentro de la iglesia. La evangelización y la conversión está prohibida. Al que se le coja violando esta ley se le penaliza con la cárcel o con una multa de unos dos mil euros. En la conferencia dije que la ley no podía regular el culto. Esto no sucedía antes de 2006.

En la Constitución Argelina ¿no garantiza el artículo 36 la libertad religiosa?

--Monseñor Bader: Esto es verdad, la constitución garantiza la libertad religiosa y estamos de acuerdo en esto.

¿Cómo se desarrolla su ministerio en este ambiente?

--Monseñor Bader: Nuestra primera misión es estar ahí, vivir la fe, y ser fieles a nuestra religión y respetar las otras confesiones a pesar de nuestras diferencias. La Iglesia y yo mismo, creemos que la libertad religiosa es un derecho del hombre.

¿Qué podría aportar la Iglesia Universal para ayudar a la Iglesia en Argelia?

--Monseñor Bader: La mejor ayuda es aceptar nuestro mensaje. Nuestra misión y nuestro mensaje es aprender a vivir pacíficamente con los demás. Este mensaje es para los cristianos, musulmanes o budistas, y si este mensaje es escuchado, sería un gran impulso para la Iglesia. Gracias por darme la oportunidad de hablar sobre nuestra Iglesia, que no es conocida por todo el mundo y espero que este programa ayude a la gente a saber primero que la Iglesia existe en este país, y segundo, invitaros a compartir nuestra misión y venir a Argelia. Esto me haría muy feliz ya que necesitamos personal en nuestra Iglesia.

--“Donde Dios llora” es un programa semanal de televisión y radio, producido por Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización de caridad católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Para saber más:www.ain-es.org.

[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

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Primicia


La niña presa por las FARC, abanderada de Colombia en San Pedro
Embajador Velásquez: El papa traerá alternativas a América Latina
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- La niña Nohora Valentina Muñoz, secuestrada por terroristas el 29 de octubre en Colombia, y liberada después de 18 días, encontrará en Roma a Benedicto XVI, y al inicio de la misa en honor de la Virgen de Guadalupe, que se celebrará el 12 de diciembre en San Pedro, portará la bandera de su país, representando la esperanza de las nuevas generaciones.

Lo indicó este viernes 18 el embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, en entrevista concedida a ZENIT, poco después de su llegada al aeropuerto de Fiumicino, la que proponemos a continuación, en la que demuestra su interés por abrir el proceso de canonización del obispo de Arauca, monseñor Jaramillo allí secuestrado y asesinado por la guerrilla.

¿Qué sucedió y por qué esta niña fue secuestrada?

--Embajador Velásquez: La niña Nohora es la menor de las dos hijas de Jorge Muñoz, alcalde de Fortul, en el departamento de Arauca, fue secuestrada el 29 de septiembre por terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuando se dirigía al colegio con su madre, Pilar Gutiérrez, quien también fue secuestrada pero posteriormente puesta en libertad a la salida de la localidad.

¿Cómo fue la liberación de Nohora?

--Embajador Velásquez: Después de 18 días de cautiverio, fue liberada, tras muchas mediaciones y peticiones, incluyendo la de Benedicto XVI, quien rezó por su liberación y por la de todos los secuestrados, así como por la conversión de quienes la tenían en cautiverio.

¿Por qué motivo secuestrar una niña y no a un político o persona influyente?

--Embajador Velásquez: En Colombia, llevábamos varios años sin secuestros de niños, desgraciadamente en este caso ha recomenzado. Esta zona fue muy convulsionada por grupos narcoterroristas, en particular del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Algunos dicen que ahora el secuestro de Nohora fue por razones extorsivas, en realidad no se sabe con certeza.

¿Más allá de la oración, el papa pidió una mediación para la liberación?

--Embajador Velásquez: En la comunicación verbal que tuve de la Secretaría de Estado, se habló de la oración del santo padre pidiendo que los secuestradores respetaran la vida de la niña y la dejaran en libertad, así como por la pronta liberación de todos los secuestrados, y la conversión de quienes están en los oscuros caminos de la delincuencia y del terror.
De otro lado, la Iglesia colombiana, por iniciativa propia, se puso a disposición de la familia para mediar con el grupo terrorista la liberación de la niña.

¿Hoy la Iglesia hace de mediadora con estos grupos narcos o terroristas o lo qué sean?

--Embajador Velásquez: La presencia histórica y el prestigio de la Iglesia entre la población colombiana la ha llevado a una permanente labor pastoral con todos los sectores delincuenciales que hay en Colombia. Muchas veces, a través de la Comisión de Conciliación Nacional de la Iglesia se ha logrado la liberación de secuestrados, el cese de ataques terroristas, el final feliz de tristes historias de delincuencia. También, acercamiento entre el gobierno y la guerrilla. En su momento, con elementos del ELN y de las FARC.

¿Ahora la Iglesia sigue mediando?

--Embajador Velásquez: Actualmente, el presidente Juan Manuel Santos ha querido centralizar cualquier mediación directamente en él, y no ha autorizado a ninguna otra persona o institución a que hagan contactos. Pero aún así la Iglesia tiene contactos pastorales, estrictamente pastorales, a través de las parroquias. La Iglesia está ahí, siempre lo ha estado, en las buenas y en las malas, junto a la gente que está padeciendo.

¿Y se ha confirmado que la niña viene a ver al Papa?

--Embajador Velásquez: A la niña tuve posibilidad de visitarla en su casa, animando a la familia para que vengan a la gran fiesta del 12 de diciembre. Vendrá con toda su familia, y serán alojados en la casa del embajador. Queremos que la niña porte la bandera de Colombia antes de la celebración eucarística en la basílica de San Pedro.

¿Por qué ella?

--Embajador Velásquez: Porque es un símbolo de la nueva generación colombiana, que sufrió el secuestro y que a pesar de ello representa un aire de esperanza de paz para las generaciones futuras.

¿Cómo es la familia de Nohora?

--Embajador Velásquez: De una familia media, el padre es alcalde de la población. Son padres trabajadores, reflejo de la clase media de un municipio pequeño, de unos cinco mil habitantes.

Un municipio que ha sufrido mucho la violencia: en los últimos veintiún años tuvo diecinueve párrocos, de los cuales dos fueron asesinados. En la década de los ochenta, asesinaron al obispo de Arauca, monseñor Jaramillo, secuestrado por el ELN, por predicar la palabra de Dios, la libertad, la racionalidad. Me gustaría iniciar el proceso de beatificación de monseñor Jaramillo y quiero averiguar más datos sobre los párrocos.

Estos son datos entretanto poco conocidos

--Embajador Velásquez: En muchos países del mundo se habla poco cuando un sacerdote es asesinado por defender la verdad o a su comunidad, en cambio, si se registra un delito por otra índole, sale un escándalo mediático y se quiere generalizar ese problema. Es bueno recordarle al mundo que en Colombia hay sacerdotes mártires de la Iglesia, que murieron por defender la Palabra, por denunciar a los delincuentes, por denunciar la droga y la violencia.
 

¿El próximo viaje del papa a América Latina que importancia puede tener en el proceso de paz?

--Embajador Velásquez: Hay mucha esperanza en América Latina, llamado también ‘continente de la esperanza’, de que la visita de Benedicto XVI consolide esos procesos de paz y reconciliación y traiga frutos de estabilidad cultural y económica. Especialmente los países que sufren el flagelo de las drogas, del terrorismo y de la delincuencia en las grandes ciudades. El papa traerá alternativas para consolidar la familia, el respeto de la persona humana y la justicia social. Ésto supone generar trabajo, especialmente para la gente joven, de manera que se creen oportunidades y no terminen en la delincuencia o las drogas.

Por H. Sergio Mora

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Benedicto XVI en Benín


Un hombre condenado a morir en una cruz es el Rey que celebramos
Entusiasta celebración en el estadio de la Amistad de Cotonú, Benín
COTONÚ, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Una inmensa multitud “inverosímil”, osó decir un comentarista, hizo estallar de júbilo el estadio de la Amistad de Cotonú este domingo por la mañana. El estadio acoge normalmente a treinta mil espectadores, pero toda la parte baja central estaba repleta de filas impecablemente montadas para acoger al pueblo de Dios.

En la multitudinaria celebración eucarística, en la capital de Benín, Benedicto XVI entregó a los obispos de África la exhortación apostólica Africae Munus.

En la celebración de la solemnidad de Cristo Rey, el papa recordó a los presentes que el Rey que celebramos los cristianos es “un hombre condenado a morir en una cruz”.

Temprano, el papa dejó su residencia de la NunciaturaApostólica, para trasladarse en coche panorámico al estadio de la Amistad, donde celebró la santa misa, con motivo de la publicación de la exhortación postsinodal Africae Munus, de la II Asamblea Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos.

Concelebraron con el papa más de doscientos obispos de toda África y un millar de sacerdotes de Benín.

Asistieron fieles de todo el país y grupos de peregrinos de Nigeria, Togo, Ghana y Burkina Faso. Estuvo presente en la celebración el presidente de la República con otras personalidades institucionales.

La santa misa de la solemnidad de Cristo Rey del universo fue introducida por el saludo de monseñor Antoine Ganyé, arzobispo metropolita de Cotonú y presidente de la Conferencia Episcopal de Benín.

Tras la proclamación del Evangelio, el papa pronunció la homilía en varios idiomas, a cuyo texto en español se puede acceder en este enlace: http://www.zenit.org/article-40952?l=spanish.

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El hombre de esperanza, el cristiano, no puede ignorar a sus hermanos
Benedicto XVI en la misa del estadio de la Amistad de Cotonú
COTONÚ, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a nuestros lectores el texto íntegro de la homilía pronunciada por Benedicto XVI en la santa misa celebrada en el estadio de la Amistad de Cotonú.

*****

Queridos hermanos en el Episcopado y el sacerdocio,

Queridos hermanos y hermanas

Es una gran alegría para mí visitar por segunda vez este querido continente, a continuación de haberlo hecho mi querido predecesor, el beato papa Juan Pablo II, y volver a vuestra casa, Benín, para dirigiros un mensaje de esperanza y de paz. En primer lugar, deseo agradecer muy cordialmente, a monseñor Antonio Ganyé, arzobispo de Cotonú, sus palabras de bienvenida, y saludar a los obispos de Benín, así como a los cardenales y obispos de numerosos países de África y de otros continentes. Y saludo calurosamente a todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, venidos para participar en esta Misa celebrada por el Sucesor de Pedro. Pienso ciertamente en los benineses, pero también en los fieles de los países francófonos vecinos, como Togo, Burkina Faso, Níger y otros más. Nuestra celebración eucarística en la solemnidad de Cristo Rey del universo es una oportunidad para dar gracias a Dios por el ciento cincuenta aniversario del comienzo de la evangelización de Benín, y por la Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos celebrado en Roma hace algún tiempo.

El Evangelio que acabamos de escuchar, nos dice que Jesús, el Hijo del hombre, el juez último de nuestra vida, ha querido tomar el rostro de los hambrientos y sedientos, de los extranjeros, los desnudos, enfermos o prisioneros, en definitiva, de todos los que sufren o están marginados; lo que les hagamos a ellos será considerado como si lo hiciéramos a Jesús mismo. No veamos en esto una mera fórmula literaria, una simple imagen. Toda la vida de Jesús es una muestra de ello. Él, el Hijo de Dios, se ha hecho hombre, ha compartido nuestra existencia hasta en los detalles más concretos, haciéndose servidor de sus hermanos más pequeños. Él, que no tenía donde reclinar su cabeza, fue condenado a morir en una cruz. Este es el Rey que celebramos.

Sin duda, esto puede parecernos desconcertante. Aún hoy, como hace 2000 años, acostumbrados a ver los signos de la realeza en el éxito, la potencia, el dinero o el poder, tenemos dificultades para aceptar un rey así, un rey que se hace servidor de los más pequeños, de los más humildes, un rey cuyo trono es la cruz. Sin embargo, dicen las Sagradas Escrituras, así es como se manifiesta la gloria de Cristo; en la humildad de su existencia terrena es donde se encuentra su poder para juzgar al mundo. Para él, reinar es servir. Y lo que nos pide es seguir por este camino para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado. El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como nos recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad. También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo. Nuestra fe en Él, que vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, un mundo donde la justicia y la verdad no son una parodia, un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios. Este es el don que Dios nos ha dado en nuestro bautismo.

«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo» (Mt 25,34). Acojamos estas palabras de bendición que el Hijo del hombre dirigirá el Día del Juicio a quienes habrán reconocido su presencia en los más humildes de sus hermanos con un corazón libre y rebosante de amor de Dios. Hermanos y hermanas, este pasaje del Evangelio es verdaderamente una palabra de esperanza, porque el Rey del universo se ha hecho muy cercano a nosotros, servidor de los más pequeños y más humildes. Y quisiera dirigirme con afecto a todos los que sufren, a los enfermos, a los aquejados del sida u otras enfermedades, a todos los olvidados de la sociedad. ¡Tened ánimo! El Papa está cerca de vosotros con el pensamiento y la oración. ¡Tened ánimo! Jesús ha querido identificarse con el pequeño, con el enfermo; ha querido compartir vuestro sufrimiento y reconoceros a vosotros como hermanos y hermanas, para liberaros de todo mal, de toda aflicción. Cada enfermo, cada persona necesitada merece nuestro respeto y amor, porque a través de él Dios nos indica el camino hacia el cielo.

Esta mañana os invito también a que compartáis vuestra alegría conmigo. En efecto, hace 150 años que la cruz de Cristo fue plantada en vuestra tierra, que el Evangelio fue anunciado por primera vez. En este día, damos gracias a Dios por el trabajo realizado por los misioneros, por los «obreros apostólicos» originarios de aquí o venidos de otros lugares, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas y todos aquellos que, hoy como ayer, han hecho posible la difusión de la fe en Jesucristo en el continente africano. Deseo honrar aquí la memoria del venerado cardenal Bernardin Gantin, ejemplo de fe y sabiduría para Benín y para todo el continente africano.

Queridos hermanos y hermanas, todos los que han recibido ese don maravilloso de la fe, el don del encuentro con el Señor resucitado, sienten también la necesidad de anunciarlo a los demás. La Iglesia existe para anunciar esta Buena Noticia. Y este deber es siempre urgente. Después de 150 años, hay todavía muchos que aún no han escuchado el mensaje de salvación de Cristo. Hay también muchos que se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de Dios. Y son numerosos aquellos cuya fe es débil, y su mentalidad, costumbres y estilo de vida ignoran la realidad del Evangelio, pensando que la búsqueda del bienestar egoísta, la ganancia fácil o el poder es el objetivo final de la vida humana. ¡Sed testigos ardientes, con entusiasmo, de la fe que habéis recibido! Haced brillar por doquier el rostro amoroso de Cristo, especialmente ante los jóvenes que buscan razones para vivir y esperar en un mundo difícil.

La Iglesia en Benín ha recibido mucho de los misioneros: ella debe llevar a su vez este mensaje de esperanza a quienes no conocen o han olvidado al Señor Jesús. Queridos hermanos y hermanas, os invito a que tengáis esta preocupación por la evangelización en vuestro país, en los pueblos de vuestro continente y en el mundo entero. El reciente Sínodo de los Obispos para África lo recuerda con insistencia: el hombre de esperanza, el cristiano, no puede ignorar a sus hermanos y hermanas. Esto estaría en contradicción con el comportamiento de Jesús. El cristiano es un constructor incansable de comunión, de paz y solidaridad, esos dones que Jesús mismo nos ha dado. Al ser fieles a ellos, estamos colaborando en la realización del plan de salvación de Dios para la humanidad.

Queridos hermanos y hermanas, os invito por tanto a fortalecer vuestra fe en Jesucristo mediante una auténtica conversión a su persona. Sólo Él nos da la verdadera vida, y nos libera de nuestros temores y resistencias, de todas nuestras angustias. Buscad las raíces de vuestra existencia en el bautismo que habéis recibido y que os ha hecho hijos de Dios. Que Jesucristo os dé a todos la fuerza para vivir como cristianos y tratar de transmitir con generosidad a las nuevas generaciones lo que habéis recibido de vuestros padres en la fe. (En lengua fon:) Que el Señor os llene de su gracia.

En este día de fiesta, nos alegramos del reino de Cristo Rey en toda la tierra. Él es quien remueve todo lo que obstaculiza la reconciliación, la justicia y la paz. Recordemos que la verdadera realeza no consiste en una ostentación de poder, sino en la humildad del servicio; no en la opresión de los débiles, sino en la capacidad de protegerlos para darles vida en abundancia (cf. Jn 10,10). Cristo reina desde la cruz y con los brazos abiertos, que abarcan a todos los pueblos de la tierra y les atrae a la unidad. Por la cruz, derriba los muros de la división, y nos reconcilia unos con otros y con el Padre. Hoy oramos por los pueblos de África, para que todos puedan vivir en la justicia, la paz y la alegría del Reino de Dios (cf. Rm 14,17). Con estos sentimientos, saludo con afecto a todos los fieles anglófonos, venidos de Ghana, Nigeria y los países limítrofes. ¡Que Dios os bendiga!

Queridos hermanos y hermanas de lengua portuguesa en África que me escucháis, os dirijo mi saludo y os invito a renovar vuestra decisión de pertenecer a Cristo y servir a su reino de reconciliación, de justicia y de paz. Su reino puede estar amenazado en nuestro corazón. En él, Dios se encuentra con nuestra libertad. Nosotros – y sólo nosotros – podemos impedir que reine sobre nosotros y hacer así difícil su señorío sobre la familia, la sociedad y la historia. A causa de Cristo, muchos hombres y mujeres se han opuesto con éxito a las tentaciones del mundo para vivir fielmente su fe, a veces hasta el martirio. Queridos pastores y fieles, sed para ellos ejemplo, sal y luz de Cristo en la tierra africana. Amén.

© Librería Editorial Vaticana

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Iglesia en África, sé cada vez más sal de la tierra
El papa entregó su exhortación a las fuerzas vivas eclesiales del continente
COTONÚ, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Al término de la santa misa, celebrada en la mañana de este domingo, en el estado de la Amistad de Cotonú, el secretario general del Sínodo de los Obispos, monseñor Nikola Eterović, dirigió al papa algunas palabras de agradecimiento.

Luego, en el acto de entrega de la exhortación apostólica postsinodal Africae Munus a los presidentes de las treinta y cinco conferencias episcopales nacionales de África y a los responsables de las siete conferencias episcopales regionales del continente, el papa pronunció el discurso disponible en este enlace, en el que invitó a la Iglesia del continente a ser, cada vez más, sal de la tierra:

http://www.zenit.org/article-40954?l=spanish.

Tras el rezo del Ángelus, el santo padre regresó a la Nunciatura Apostólica donde presidió una comida con los miembros del Consiglio Especial para África de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y con el séquito papal.

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La misión 'ad gentes', plenamente vigente
Subrayó Benedicto XVI en la entrega a los obispos de la Africae Munus
COTONÚ, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI subrayó, en el breve discurso de entrega a los obispos africanos de la exhortación apostólica Africae Munus, que la misión ad gentes conserva plena vigencia en la Iglesia: “...el anuncio de Jesucristo y su Evangelio ad gentes, es decir, la evangelización de quienes están alejados de la Iglesia de una u otra manera”. Ofrecemos el texto íntegro del discurso.

*****

Señores cardenales,

venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,

queridos hermanos y hermanas:

Durante esta solemne celebración litúrgica, hemos dado gracias a Dios por el don de la Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos, celebrada en octubre de 2009, sobre el tema La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz: «Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5,13-14). Agradezco a todos los padres sinodales su contribución a los trabajos de esta Asamblea sinodal. Mi gratitud se extiende también al secretario general del Sínodo de los Obispos, monseñor Nikola Eterović, por la labor desarrollada y por las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre.

Después de haber firmado ayer la Exhortación apostólica postsinodal Africae Munus, hoy tengo la dicha de entregársela a todas las Iglesias particulares por vuestro medio, presidentes de las Conferencias Episcopales de África –tanto nacionales como regionales– y los presidentes de los Sínodos de las Iglesias orientales católicas. Tras recibir el documento, comienzan las fases locales de asimilación y de aplicación de los contenidos teológicos, eclesiológicos, espirituales y pastorales de esta Exhortación. Es un texto que pretende promover, fomentar y consolidar las diversas iniciativas locales ya existentes. Y desea también inspirar otras más para la Iglesia católica en África.

Una de las primeras tareas de la Iglesia sigue siendo el anuncio de Jesucristo y su Evangelio ad gentes, es decir, la evangelización de quienes están alejados de la Iglesia de una u otra manera. Deseo que esta Exhortación os guíe en la proclamación de la Buena Nueva de Jesús en África. Esto no es sólo un mensaje o una palabra. Es sobre todo una apertura a una persona: Jesucristo, el Verbo encarnado. Sólo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68). Siguiendo el ejemplo de Cristo, todo cristiano está llamado a reflejar la misericordia del Padre y la luz del Espíritu Santo. La evangelización supone e implica también la reconciliación, prometiendo la paz y la justicia.

Querida Iglesia en África, sé cada vez más sal de la tierra en este territorio que Jesucristo ha bendecido con su presencia cuando ha encontrado refugio en él. Sé la sal de la tierra de África, bendecida por la sangre de tantos mártires, hombres, mujeres y niños, testigos de la fe cristiana hasta el don supremo de la vida. Hazte luz del mundo, luz de África, que muchas veces, a través de pruebas, busca el camino de la paz y la justicia para todos sus habitantes. Tu luz es Jesucristo, «luz del mundo» (Jn 8,12). Que Dios te bendiga, querida África.

© Librería Editorial Vaticana

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Sed los artesanos de la reconciliación y la esperanza
Palabras del papa en el rezo del Ángelus
COTONÚ, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Antes de concluir la celebración eucarística en el estadio de la Amistad de Cotonú, Benedicto XVI dirigió la oración mariana del Ángelus con los fieles llegados de Benín y de otros países africanos.

El papa exhortó a rezar el Ángelus, tras la celebración eucarística afirmando: “Unidos por Cristo, nos dirigimos con confianza a su Madre”.

“Después de haber presentado la exhortación apostólica Africae Munus --añadió--, deseo confiar a la Virgen María, Nuestra Señora de África, la nueva etapa que se abre para la Iglesia en este continente, para que acompañe el porvenir de la evangelización de toda África, especialmente esta tierra de Benin”.

“María aceptó con júbilo la invitación del Señor para ser la Madre de Jesús”, afirmó el papa y deseó “que ella nos lleve a cumplir con la misión que Dios nos confía hoy a nosotros”.

Hizo una bella descripción de la madre de Jesús: “María es la mujer de nuestra tierra que ha tenido el privilegio de dar a luz al Salvador del mundo. ¿Quién mejor que ella conoce el valor y la belleza de la vida humana? Que nunca cese nuestro asombro ante el don de la vida. ¿Quién mejor que ella conoce nuestras necesidades de hombres y mujeres todavía peregrinos en la tierra? A los pies de la cruz, unida a su Hijo crucificado, ella es la Madre de la esperanza. Esta esperanza nos permite afrontar lo cotidiano con la fuerza que proviene de la verdad manifestada por Jesús”.

Y recordó que fue tierra africana la que acogió a la familia de Jesús cuando tuvo que huir de su tierra: “Queridos hermanos y hermanas de África, tierra hospitalaria para la Sagrada Familia, seguid cultivando los valores familiares cristianos”.

“En un momento en que muchas familias están separadas, exiliadas y afligidas por conflictos interminables --invitó--, sed los artesanos de la reconciliación y la esperanza. Que con María, la Virgen del Magnificat, permanezcáis siempre alegres. Y que esta alegría llegue al corazón de vuestras familias y vuestro país”.

Y concluyó: “Con las palabras del Ángelus, nos dirijimos ahora a nuestra querida Madre. Confiemos a ella las intenciones que llevamos en nuestro corazón, y pidámosle por África y el mundo entero”.

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Mundo


La legitimidad del proceso electoral ha quedado totalmente en entredicho
Afirman los obispos de Nicaragua, tras la reelección de Ortega
MANAGUA, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha celebrado su asamblea anual, del 14 al 16 de noviembre. A su término, los obispos del país centroamericano han firmado un mensaje dirigido al pueblo de Dios y a todo los nicaragüenses, en el que se hacen eco de las serias dudas sobre la transparencia del reciente proceso electoral en que fue reelegido presidente Daniel Ortega.

En esta asamblea episcopal, también se hizo la elección de la junta directiva y de los obispos presidentes de los departamentos y organismos de la CEN.

Los obispos afirman que, “como discípulos de Jesucristo, que nos pide en cada momento de la historia 'juzgar lo que es justo'”, y conscientes de la misión recibida de Dios, quien les “confió el ministerio de la reconciliación”, ofrecen como pastores de la Iglesia una palabra de luz y de esperanza al país, en lo que consideran el “difícil momento que vivimos, a raíz de las elecciones nacionales celebradas el pasado domingo seis de noviembre”.

En primer lugar, manifiestan su “admiración hacia esa gran mayoría del pueblo nicaragüense que con tanta decisión participó en este proceso electoral”.

Constatan que el pueblo ha “demostrado su madurez política ejerciendo su derecho ciudadano al voto, no sólo para apoyar a la alianza o partido de su preferencia, sino intentando fortalecer el sistema democrático de nuestro país y ser responsable del futuro de la nación”.

Hay que decir, sin embargo, añaden los pastores, que “esta determinación madura y cívica de los nicaragüenses no ha sido respetada como es propio en un sistema democrático auténtico”.

Y estos, debido “a las irregularidades que han caracterizado este proceso electoral desde el inicio”. Recuerdan su mensaje del 7 de octubre (ver:Mensaje Obispos Nicaragua, 7 octubre), en el que constataban “la desconfianza que se percibía en la ciudadanía frente a las actuales autoridades del poder electoral”.

Reconocen que “ese recelo y desconfianza popular se ha materializado en las numerosas denuncias que ciudadanos, organismos de la sociedad civil, observadores nacionales e internacionales y partidos políticos, han hecho públicas en cuanto a la falta de transparencia y honestidad con que fueron administrados estos comicios electorales”.

Afirman que el Consejo Supremo Electoral “no ha sido capaz de ejercer sus funciones con responsabilidad y honestidad, actuando con tal transparencia en el escrutinio de los votos que no permitiera ni la más mínima duda acerca del respeto a la voluntad popular en estas elecciones”.

Esto ha producido lógicamente, constatan, “un fuerte descontento en gran parte de nuestro pueblo en relación con los resultados oficiales, los cuales no ofrecen garantía de reflejar con fidelidad la voluntad popular”.

De este modo, según los obispos, “la legitimidad del proceso electoral y el respeto a la voluntad del pueblo han quedado totalmente en entredicho”.

Como creyentes, aseguran, “poseemos la firme convicción de que cualquier acción deshonesta que atenta contra la soberanía del pueblo, no es un simple hecho éticamente negativo, sino algo reprobable a los ojos de Dios, quien espera que las autoridades civiles sean las primeras en 'conocer el derecho' (Miqueas 3,1), es decir, las primeras en respetar y hacer cumplir las exigencias de la justicia”.

Sin embargo, los pastores subrayan que “la incertidumbre que se ha creado en el país” no debe ser, “motivo de desaliento, antes bien debe llevarnos a crecer y madurar como sociedad, reunificada alrededor de una conciencia ciudadana responsable de sus derechos y deberes y comprometida con la paz que es fruto de la justicia”.

“Si hay que exigir a las instituciones que cumplan con su deber y a los poderes del Estado que respondan a sus obligaciones, a través de todo tipo de manifestaciones públicas y privadas y en el marco de los derechos humanos, hay que hacerlo siempre en modo pacífico”, exhortan.

Al mismo tiempo demandan “a las autoridades de policía y a cualquier otro grupo que se le respete al pueblo su derecho a movilizarse y a manifestarse pacíficamente”.

Rechazan “toda forma de agresividad y violencia, sabiendo que ésta no es jamás la solución adecuada a los conflictos”.

“Urge recuperar el Estado de Derecho --advierten los prelados--, en donde el poder está sujeto a la ley. Si no se logra esto, no habrá avance democrático en Nicaragua y se estarán repitiendo continuamente errores del pasado, que podrían conducir al país a mayores divisiones, a enfrentamientos violentos y al retroceso económico y social, con toda la carga que esta situación comporta para las familias y para cada ciudadano en particular”.

“Es obligación de los políticos y principalmente al gobierno --aseguran- encontrar con urgencia la mejor solución legal y cívica para superar la crisis actual del país. Nicaragua necesita que todos sus hijos e hijas puedan encontrarse y convivir en una sociedad basada en la verdad, la tolerancia y la justicia, en la que todos podamos reconocernos”.

Animan a “no perder la esperanza”, siguiendo la doctrina de san Pablo. “No nos desalentemos ante lo que no se ha podido aún construir en materia democrática, sino más bien esforcémonos por hacer real lo que es todavía posible en Nicaragua”, indican.

Exhortan a todo el país “a vivir este momento no con pesimismo, sino como un reto para nuestra esperanza”.

“Esperar es recuperar nuestra capacidad de seguir soñando con una sociedad mejor para todos y esforzarnos para que ésta llegue a ser posible: una sociedad construida a partir del diálogo entre todas los sectores de la nación y fundada en el Estado de Derecho, la legalidad, la solidez institucional y caracterizada por un desarrollo socio-eonómico sostenible del que puedan gozar todos los ciudadanos”, afirman.

Los obispos han elegido como nuevo presidente de la CEN al obispo de Juigalpa Sócrates René Sándigo; vicepresidente, Bosco Vivas, obispo de León; secretario general, Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua; ecónomo, Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa.

En las áreas pastorales los siguientes obispos: Familia y Vida: Bosco Vivas, León; Cultura y educación: Pablo Schmitz, Bluefields; Liturgia y catequesis: Jorge Solórzano, Granada; Laicos y Pastoral Juvenil: Carlos Enrique Herrera, Jinotega; Vocaciones, Seminarios y vida Religiosa: Silvio José Báez, auxiliar Managua; Comunicación Social y Radio Católica: Rolando José Álvarez, Matagalpa; Doctrina, fe y ecumenismo: Juan Abelarto Mata, Estelí; Misiones: David Albin Zywiec, auxiliar de Bluefields; Atención al Clero Nacional: Leopoldo José Brenes, arzobispo de Managua.

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El principio de autonomía eclesial ante el Tribunal de Estrasburgo
El Centro Europeo para la Ley y la Justicia defiende el derecho a nombrar profesores
ESTRASBURGO, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- El próximo martes 22 de noviembre, la Corte Europea de Derechos Humanos, en Estrasburgo, oirá el caso “Fernández Martínez versus España”. Se refiere a la no renovación del contrato de enseñanza a un sacerdote casado.

El sacerdote casado Fernández Martínez, padre de cinco hijos, impartía educación religiosa y, a raíz de la publicación de un artículo en un periódico, revelando su pertenencia al movimiento “Pro Celibato Opcional”, la diócesis decidió no renovar el certificado de idoneidad de dicho profesor.

En la audiencia del tribunal, se presenta como tercer interviniente el Centro Europeo para la Ley y la Justicia (ECLJ), comunicó a ZENIT Grégor Puppinck, director del ECLJ.

En noviembre de 1996, un periódico regional de Murcia, España, publicó un artículo sobre el “Movimiento Pro-celibato opcional” de sacerdotes, movimiento que, afirma el ECJL, “se sitúa ideológicamente en contra de la doctrina católica”, y en el que el demandante, profesor de religión --casado y pendiente de la dispensa del celibato- aparecía con su familia en una de sus reuniones. En 1997, el obispo de Cartagena-Murcia comunicó al Ministerio de Educación su intención de no renovar el contrato del demandante para el curso escolar siguiente.

En este caso, no fue sólo el estado civil del demandante lo que desencadenó su falta de idoneidad para impartir el curso siguiente, sino, informa el ECJL, “la participación, exteriorización y defensa pública por parte del demandante de actividades y criterios contrarios a las enseñanzas y credo religioso de la confesión que debe transmitir, auto inhabilitándose y perdiendo de forma lógica toda idoneidad para el puesto que desempeñaba”.

El próximo día 22 de noviembre de 2011, la sección tercera del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH, Estrasburgo) analizará el derecho de la Iglesia a nombrar y revocar a los religiosos encargados de impartir enseñanza religiosa. Y lo hará mediante audiencia pública, “situación poco común, toda vez que la mayoría de los asuntos que llegan a este Tribunal son resueltos de forma escrita y sin necesidad de vista previa”, afirma el ECJL.

“El derecho a la autonomía de la Iglesia católica y de las confesiones religiosas en general, es un aspecto básico de la vertiente colectiva del derecho fundamental de libertad religiosa, reconocido tanto por la legislación española como por la normativa europea”, afirma el ECJL.

Este derecho de autonomía, añade, “no permite la injerencia estatal en la regulación de las cuestiones pertenecientes al ámbito de actuación interna de las Iglesias, incluyendo evidentemente el derecho a determinar cuáles son las calificaciones y los requisitos necesarios para ejercer una tarea religiosa”.

El Tribunal de Estrasburgo –informa el mismo centro- ha protegido en diversas ocasiones el derecho fundamental de la libertad de religión y el principio de autonomía de las confesiones, subrayando que “el derecho de los fieles a la libertad de religión supone que la comunidad pueda funcionar apaciblemente, sin injerencias arbitrales por parte del Estado”.

Así lo entendió, explica el ECJL, el propio Tribunal Constitucional español, en su sentencia de 2007, al afirmar que el nombramiento del profesor de religión en un centro público se realiza a propuesta de la confesión religiosa correspondiente.

Ello presupone un juicio de idoneidad respecto del que el Estado sólo puede adoptar una posición neutral, quedando el Ministerio de Educación vinculado a dicha decisión, ya sea tanto de admisión como de revocación.

“La medida adoptada de no renovar como profesor de religión al demandante es una decisión canónica frente a un miembro religioso. Por tanto, constatada la naturaleza religiosa de los motivos de la decisión, no le corresponde a la autoridad civil ni a los tribunales, incluido el Tribunal de

Derechos Humanos de Estrasburgo, valorar la idoneidad o no del profesorado de religión, como tampoco cabe enjuiciar las medidas internas adoptadas por las confesiones”, afirma el ECJL.

Por ello, añade, “imponer a la Iglesia católica, o a cualquier otra confesión --España tiene asimismo acuerdos con la Iglesia evangélica, musulmana e israelita--, el nombramiento de quien a juicio de la propia Iglesia en cuestión no es idóneo para el puesto de profesor de religión, es sencillamente tan ilógico como inconstitucional, y violaría de forma evidente la libertad religiosa y la obligada neutralidad del Estado”.

A través de su recurso ante el Tribunal de Estrasburgo, afirma el ECJL, “el demandante parece ‘exigir’ a la Iglesia Católica su inexistente ‘derecho’ a permanecer --sine die y sin condiciones- como profesor de una doctrina a la que se opone activa y públicamente, negando así el derecho que le corresponde a la Iglesia, en virtud de la libertad religiosa, a decidir libremente la calificación e idoneidad de su profesorado”.

Además, parece “poco lógico alegar la lesión del demandante a su derecho a la intimidad personal, sobre todo si tenemos en cuenta que fue él mismo quien provocó la directa y voluntaria difusión de sus actividades, contrarias a la doctrina católica, mediante su comunicación directa a la prensa y la realización de declaraciones a los medios, así como de un posado fotográfico, todo ello expresamente orientado a su difusión pública”, explica el ECJL.

“Más ilógico –añade- parece aún alegar la violación del derecho a la libertad de expresión, toda vez que nadie le impidió comunicarse y expresarse libremente, así también como difundir dicha información públicamente. Totalmente irracional es alegar ambas violaciones --violación del derecho a la intimidad personal y violación del derecho a la libertad de expresión- a la vez y sobre los mismos hechos”.

La demanda presentada “se muestra hasta tal punto excesiva en sus intenciones, que llega a plantear como argumento la falta de imparcialidad de una parte de los magistrados del Tribunal Constitucional por ser de creencia católica”, precisa el ECJL.

“Acusar de parcialidad a un juez por el mero hecho de tener una determinada convicción religiosa o filosófica parece algo francamente desafortunado. La historia nos ha dado algunos tristes ejemplos de prejuicios religiosos, como lo fue en los años treinta el caso de la expulsión de los miembros de la comunidad judía de la Administración alemana, así como la prohibición de practicar algunas profesiones u otras actividades de la vida pública”, señala.

La medida adoptada por el obispo de la diócesis de no renovar el certificado de idoneidad del demandante, afirma, “fue proporcionada, justificada y, sobre todo, necesaria para preservar la libertad ideológica de los padres y alumnos que reciben formación en religión”.

Así mismo, “queda amparada constitucionalmente en el respeto al lícito ejercicio del derecho fundamental de la Iglesia católica a la libertad religiosa y en el derecho de los padres a la educación religiosa de sus hijos conforme a la doctrina de su Iglesia”.

En definitiva, concluye, “sería francamente irrazonable que las Administraciones públicas educativas pudieran encomendar la impartición de la materia de religión en los centros públicos educativos a personas que no sean consideradas idóneas por su autoridad religiosa y que además, muestren públicamente opiniones contrarias a la doctrina que deben enseñar”.

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