25.11.11

Kilométricas colas de peregrinos para venerar el Sagrado Cinturón de la Virgen en Moscú © NATALIA KOLESNIKOVA/AFP/Getty Images

Sólo unas breves líneas para cerrar este mes de obligada sequía bloguera. Una vuelta a la noticia sobre la visita del «Sagrado Cinturón de la Virgen María» a Rusia. Ya conté antecedentes y motivos, no quiero repetirme.

Quería fijarme en los miles de rusos que en Moscú guardaron horas –algunos 24h– en la kilométrica cola para poderle dar un beso a la reliquia.

Creo que tiene su interés que el objetivo de la peregrinación en Moscú fuese la Catedral de Cristo Salvador, destruida por el odio ateo en 1931. Se demolieron hasta los cimientos con explosivos para poder levantar el Palacio de los Soviets. Quedó inconcluso.

En el año 2000 se consagraba el templo, levantado de nuevo con disposición y estructura similar a la que tenía.

La reliquia termina su «peregrinación» por Rusia y vuelve al Monte Athos. Se calculan en un par de millones los fieles que quisieron ver y tocar el Sagrado Cinturón durante todo el mes. Está mal decirlo, pero parece que no me equivoqué sobre las reacciones, aunque subestimé la manifestación pública y sin complejos de la fe de tantas personas.

Viendo las imágenes recordé el «A Jesús siempre se va y se ‘vuelve’ por María» (San Josémaría. Camino, 495)

También es inevitable recordar Fátima. Ojalá el viaje de los Ortodoxos termine en Roma, pero que se hayan levantado de sus cenizas –mejor, rescoldos– es esperanzador.