26.11.11

Darwin a juicio (8) – La secuencia de los vertebrados

A las 11:46 AM, por Daniel Iglesias
Categorías : Existencia de Dios, Creación y Evolución, Libros
 

Comentario de: Phillip E. Johnson, Darwin on Trial, InterVarsity Press, Downers Grove – Illinois, 2010, 3rd edition; foreword by Michael Behe.

Los darwinistas sostienen que los anfibios y los peces modernos descendieron de un pez ancestral; que los reptiles descendieron de un ancestro anfibio; que las aves y los mamíferos descendieron separadamente de reptiles ancestrales; y que todas estas transformaciones ocurrieron por medio del “mecanismo darwinista”: mutaciones genéticas aleatorias y selección natural.

1. De peces a anfibios

La tesis darwinista es que una especie de pez desarrolló gradualmente la habilidad de salir del agua y moverse sobre la tierra, mientras adquiría en forma más o menos concurrente el peculiar sistema reproductivo de los anfibios y otras características de éstos.

Ninguna especie fósil específica de pez ha sido identificada como un ancestro de los anfibios. Según el libro de texto Vertebrate History de Barbara Stahl, “ninguno de los peces conocidos es considerado como un ancestro directo de los primeros vertebrados terrestres” (p. 100).

2. De anfibios a reptiles

No existen candidatos satisfactorios para documentar esta transición. Tampoco existe ninguna explicación detallada de cómo un anfibio puede haber desarrollado el modo de reproducción propio de un reptil a través de un mecanismo darwinista.

3. De reptiles a aves

El descubrimiento del Archaeopteryx poco después de la publicación de El Origen de las Especies ayudó enormemente a establecer la credibilidad del darwinismo y a desacreditar a escépticos como Louis Agassiz. Sin embargo, se sigue discutiendo si el Archaeopteryx es una prueba de la transición de reptil a ave. Según un artículo de 1990 de Peter Wellnhofer, una autoridad reconocida, es imposible determinar si el Archaeopteryx es realmente un ancestro de las aves modernas.

Una inmensa sucesión de mutaciones genéticas aleatorias debería haber producido el ala, las plumas, el característico pulmón de las aves y su capacidad de volar. No existen explicaciones detalladas de cómo un solo ancestro puede haber producido descendientes tan variados como el pingüino, el colibrí y el avestruz a través de una enorme cantidad de etapas intermedias viables.

4. De reptiles a mamíferos

Llegamos al fin a la joya de la corona de la evidencia fósil del darwinismo: los terápsidos, famosos reptiles mamiferoides citados por Gould y muchos otros como prueba concluyente. El gran orden de los terápsidos contiene muchas especies fósiles con esqueletos que parecen ser intermedios entre los de los reptiles y los mamíferos. Sin embargo, la convergencia de las características de los esqueletos no señala necesariamente una transición evolutiva. Hay muchas importantes características por las cuales los mamíferos difieren de los reptiles, además de los huesos de sus mandíbulas y oídos.

Además, la misma abundancia de las especies de terápsidos plantea otra grave dificultad. Johnson la explica así: “La noción de que los mamíferos en general evolucionaron de los reptiles en general a través de un amplio grupo de diversas líneas de terápsidos no es darwinismo. La transformación darwinista requiere una sola línea de descendencia… Se puede construir una línea artificial de descendencia, pero sólo mezclando arbitrariamente especímenes de diferentes subgrupos y arreglándolos por fuera de su secuencia cronológica real.” (p. 103).

Una forma de resolver este problema sería abandonar la arraigada idea de que los mamíferos son un grupo “monofilético” (descendiente de un solo ancestro común a todos los mamíferos). Convertir a los mamíferos en un grupo polifilético haría más plausible la tesis de que los terápsidos son ancestros de los mamíferos, pero sólo al costo inaceptable de demoler el argumento darwinista de las homologías de los mamíferos como reliquias de un ancestro común.

5. La evolución dentro de la clase de los mamíferos

La clase de los mamíferos incluye especies tan diversas como las vacas, los monos, los gatos, las ballenas, las focas, los murciélagos, los osos, las zarigüeyas, etc. Si los mamíferos son un grupo monofilético, entonces el modelo darwinista requiere que todas estas especies hayan descendido de una sola especie no identificada de pequeños mamíferos terrestres. Tendría que haber existido una enorme cantidad de especies intermedias en cada línea de transición, pero el registro fósil no brinda evidencias adecuadas de ello.

Subsisten enormes problemas no resueltos. Por ejemplo, ¿a través de cuál proceso darwinista las útiles patas traseras de un cuadrúpedo se marchitaron hasta alcanzar proporciones vestigiales, y en qué etapa de la transformación de un roedor en monstruo marino ocurrió esto? ¿Las patas delanteras de un roedor se transformaron por etapas adaptativas graduales en las aletas de la ballena? Johnson sentencia: “No oímos nada de las dificultades porque para los darwinistas los problemas insolubles no son importantes.” (p. 112). (Continuará).

Daniel Iglesias Grèzes


Nota: Los textos citados han sido traducidos por mí.