27.11.11

 

El rector de la Pontificia Universidad Javeriana, P. Joaquín Emilio Sánchez García, SJ, ha justificado, en una entrevista concedida a Aciprensa, la “posición personal” del también jesuíta P. Carlos Novoa, que tuvo la indecencia de intentar defender su postura contraria a la penalización del aborto manipulando documentos magisteriales como la encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II.

Si ya era escandaloso que la defensa de la despenalización del aborto viniera de un sacerdote jesuita catedrátido de Ética en una universidad católica, el hecho de que el rector de dicha universidad le apoye y le justifique, hace que el escándalo alcance dimensiones insoportables para muchos fieles, que no estamos dispuestos a que desde la Iglesia se preste un servicio impagable a la cultura de la muerte.

Entre los argumentos usados por el P. Sánchez García para justificar al P. Novoa, figura la de que no existe unanimidad total entre todos los sacerdotes, “ni siquiera incluso entre todos los prelados (obispos) sobre algunos asuntos que son propios de la vida de la Iglesia. Igual podemos decir de todos los católicos. Hay gente en la fe católica, excelentes cristianos, que pueden tener algunas posiciones divergentes” y también que “procurar que todo el mundo tenga que pensar exactamente (lo mismo) es una pretensión un poco difícil de buscar“.

 

Ni que decir tiene que la opinión pública dentro de la Iglesia es necesaria e incluso obligada, tal y como señaló el Papa Pío XII el 17 de febrero de 1950:

Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (naturalmente, en las materias dejadas a la libre discusión). Se extrañarán de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la conocen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya censura recaería sobre los pastores y sobre los fieles. Pero también aquí la prensa católica puede hacer un servicio muy útil.

Obsérvese que dicha opinión pública tiene como límite “las materias dejadas a la libre discusión“. El aborto no se encuentra dentro de dichas materias. La Iglesia se ha pronunciado de forma clara y rotunda acerca de su maldad intrínseca y sobre la necesidad de proteger legalmente la vida del no nacido, lo cual es incompatible con la despenalización de dicho crimen. Algo tan obvio debería de ser conocido por el rector de una universidad pontificia. Por tanto, las palabras del P. Sánchez García añaden un mal mayor a la postura del P. Carlos Novoa.

Por amor a la Iglesia, por amor a las vidas inocentes que son aniquiladas antes de poder nacer, es nuesto deber alzar la voz. El Concilio Vaticano II nos exhorta a ello:

Los laicos, al igual que todos los fieles cristianos, tienen el derecho de recibir con abundancia de los sagrados Pastores los auxilios de los bienes espirituales de la Iglesia, en particular la palabra de Dios y les sacramentos. Y manifiéstenles sus necesidades y sus deseos con aquella libertad y confianza que conviene a los hijos de Dios y a los hermanos en Cristo. Conforme a la ciencia, la competencia y el prestigio que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su parecer acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia . Esto hágase, si las circunstancias lo requieren, a través de instituciones establecidas para ello por la Iglesia, y siempre en veracidad, fortaleza y prudencia, con reverencia y caridad hacia aquellos que, por razón de su sagrado ministerio, personifican a Cristo.
(Lumen Gentium 37)

Es por ello que, desde mi condición de bautizado -es decir, no como director de este medio de comunicación- pienso escribir una carta a cada uno de los dicasterios vaticanos que creo que pueden tener algún tipo de responsabilidad en relación a lo que está ocurriendo en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Esta es la dirección de dichos dicasterios:

Congregación Para la Doctrina de la Fe
Palazzo della Congregazione per la Dottrina della Fede, Piazza del Santo Uffizio 11, 00193 ROMA, Italia

Congregación Para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica
Palazzo delle Congregazioni, Piazza Pio XII, 3, 00193 ROMA, Italia

Congregación Para la Educación Católica
Palazzo delle Congregazioni, Piazza Pio XII, 3, 00193 ROMA, Italia

Enviaré las cartas a los respectivos prefectos de los dicasterios. A saber:

S.E.R Cardenal William Joseph Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Mons. João Bráz de Aviz, Arzobispo Prefecto de la Congregación Para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica

S.E.R. Cardenal Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación Para la Educación Católica

El texto de las misivas será el siguiente:

A la att de S.E.R nombre del Prefecto

Estimado Señor Cardenal (o arzobispo), en cumplimiento de lo indicado por el Concilio Vaticano II en el capítulo 37 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium, solicito filialmente la intervención del Dicasterio que usted preside para poner fin al escándalo surgido a raíz de las declaraciones a diversos medios de comunicación del P. Carlos Novoa, sj, doctor en Ética y profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia), por las que apoya la despenalización del crimen del aborto, llegando a justificar su postura en base a su interpretación particular de la encíclica Evangelium vitae del Beato Juan Pablo II, Papa.

A ello hay que unir que el P. Joaquín Emilio Sánchez García, SJ, Rector de dicha Universidad Pontificia, ha manifestado su apoyo al P. Carlos Novoa, afirmando que en la Iglesia no hay unanimidad “ni siquiera incluso entre todos los prelados sobre algunos asuntos que son propios de la vida de la Iglesia. Igual podemos decir de todos los católicos. Hay gente en la fe católica, excelentes cristianos, que pueden tener algunas posiciones divergentes". Lo cual creo que no es admisible en relación al aborto ni en relación a la licitud de su despenalización..

Como hijo de la Iglesia considero que tanto las declaraciones del P. Novoa como las del P. Sánchez García suponen un duro golpe a la labor en defensa de la dignidad de la vida humana que la propia Iglesia viene realizando desde que la lacra del aborto se ha expandido por el mundo entero.

In Domino,

Luis Fernando Pérez Bustamante

Dado que son varios los dicasterios afectados por este asunto, también dirigiré una misiva a la Secretaría de Estado:

Palazzo Apostólico Vaticano, 00120 CIUDAD DEL VATICANO
S.E.R Tarcisio Bertone SDB, Cardenal Secretario de Estado

El lunes, Dios mediante, enviaré las cuatro cartas por correo ordinario.

Luis Fernando Pérez Bustamante