Ante la oleada de robos

La diócesis de Orense pide a los párrocos que guarden las obras de arte y piezas valiosas en lugar seguro

 

La dispersión y el abandono del rural alfombra el terreno a los ladrones. La proliferación de los robos con fuerza no respeta ni liturgias ni el fervor religioso ni la simbología de las iglesias. La diócesis de Orense lo sabe y su delegado de Patrimonio, Miguel Ángel González, ha apremiado a los sacerdotes para que actúen con máxima cautela. Entre otras recomendaciones, la diócesis ordena a los párrocos de decenas de iglesias del rural que custodien en lugar seguro las obras de arte y piezas más valiosas.

03/12/11 7:30 AM


 

(JF/Faro de Vigo) En menos de una semana, ha visto como se producían allanamientos y expolio de piezas valiosas en pequeños templos de la misma zona geográfica, la Baixa Limia, en el interior del interior provincial. En el Obispado cunde la desesperanza por la dificultad encontrar los objetos de arte robados, como el copón de plata del siglo XVII y el cáliz limosnero de principios del XX obsequiado por el rey Alfonso XIII.

Las cruces, las cadenas para honrar a Virgen y santos, los objetos de orfebrería deben reservarse a los días grandes, a la celebración de patronos u otras conmemoraciones eucarísticas, aconseja el Obispado. Para el culto ordinario instan al uso de piezas sin valor patrimonial o vasos de cerámica. Las normas y recomendaciones no son nuevas, son un reto inveterado de la Diócesis de Ourense en los últimos meses y reiterada, ayer, tras la preocupación sentida en la congregación ourensana debido a dos robos consecutivos en pequeñas iglesias de lugares recónditos del rural ourensano.

La sede episcopal escenificó ayer su "dolor" por lo que considera "una agresión a los sentimientos religiosos de los creyentes, a la sensibilidad de los pueblos y a la pérdida de valores patrimoniales". En la línea que ayer explicaba en FARO el delegado de Patrimonio, Miguel Ángel García, la Diócesis de Ourense detalló en un comunicado sus consejos a los sacerdotes del rural, en una congregación con más de 700 parroquias.

Así, la sede vacante solicita a los curas que no dejen obleas dentro de los sagrarios "para evitar de este modo dolorosas profanaciones" y, especialmente, insisten a los administradores de templos del rural que retiren a lugar seguro obras de orfebrería, piezas valiosas, tallas así como imágenes, cadenas y objetos de oro y plata que los fieles ofrecen para agasajar las imágenes. En la Diócesis consideran que detrás de estos robos puede estar el interés por sacar rédito a los metales de estas piezas, fundiéndolas y destrozando su valor artístico.

La iglesia está expuesta a la actividad criminal y, según González, ni siquiera la Catedral de Ourense se libra. "Tenemos localizadas a dos personas que casi todos los días intentan robar monedas y cepillos", señala. El Obispado subraya la necesidad de incrementar la vigilancia y ayer lanzó un mensaje a Gobierno y Xunta para que doten más medios a las fuerzas de seguridad, ante la realidad de zonas del rural donde las patrullas se enfrentan a un vasto territorio sin dar abasto.