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Servicio diario - 7 de diciembre de 2011

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"Amaos" - la revista católica de evangelización

A través de los contenidos que recoge "Amaos", Jesús transforma los corazones humanos; ha llevado a muchos lectores a una fe más profunda, a cambiar su vida y a convertirse. Las Misioneras de la Caridad, congregación fundada por la beata Madre Teresa de Calcuta, utilizan "Amaos" en sus centros para evangelizar a los más pobres de los pobres. Les invitamos a suscribir nuestra revista.

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Especial Inmaculada

Bendita sea la Inmaculada Concepción

Santa Sede

Benedicto XVI: Dios se revela a los pobres y sencillos de corazón

Cardenal Maradiaga: El protocolo de Kioto no basta

MIRANDO A ORIENTE

Atentados en Irak contra cristianos y chiitas

Mundo

"No me veréis morir": la biografía del beato Ceferino Jiménez Malla

Argentina: se podría legalizar la eutanasia por omisión

Flash

La Navidad con Chesterton

Documentación

Benedicto XVI: La pureza de corazón permite reconocer el rostro de Dios


Especial Inmaculada


Bendita sea la Inmaculada Concepción
Desde la tierra de María Santísima un mensaje inmaculista
SEVILLA, miércoles 7 diciembre 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a nuestros lectores la carta pastoral, de fecha 2 de diciembre, del arzobispo de Sevilla sobre la Inmaculada. Andalucía se llama a sí misma “tierra de María Santísima” y sin duda lo es por su historia de defensa del dogma inmaculista que sembró las plazas de esta tierra de “triunfos”, columnas en las que se celebra la victoria de María contra la gran tentadora que sedujo a Eva.

*****

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Queridos hermanos y hermanas: Con estas palabras inician la sabatina muchas iglesias de la Archidiócesis. Con ellas inicio yo esta carta semanal dedicada a este título mariano. Estamos comenzando el Adviento.

Lo hacemos de la mano de la Virgen Inmaculada, cuya novena celebra nuestra Archidiócesis con grandísimo esplendor, teniendo como centro el dogma definido por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854 al proclamar solemnemente que la Santísima Virgen, “fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano”.

La Concepción Inmaculada de María es obra de toda la Trinidad Santa. Ante el extravío de los hombres, alejados de Dios por el pecado, en la plenitud de los tiempos, el Hijo unigénito de Dios se ofrece al Padre para venir al mundo y llevar a cabo la obra saludable de nuestra salvación. Dios Padre prepara una madre para su Hijo, que se encarna por obra del Espíritu Santo para nuestra salvación. Y elige una madre santa, pura y limpia, no manchada por el pecado original e inmune de pecados personales.

La Concepción Inmaculada de María deriva de su maternidad divina. Por ser Dios, Jesús pudo dibujar el retrato físico y espiritual de su madre y, en consecuencia, pudo hacerla santa, hermosa y “llena de gracia” (Lc 1,18). Este privilegio singular es el primer fruto de su muerte redentora. Mientras los demás hombres y mujeres somos limpiados del pecado original en el bautismo por el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, María es preservada del pecado aplicándosele anticipadamente los méritos de su sacrificio redentor. Por ello, posee la plenitud de gracia y no hay en ella el menor atisbo de pecados personales. Aquí se fundamentan los demás privilegios marianos, entre ellos su Asunción en cuerpo y alma a los cielos.

El sentido de la fe del pueblo cristiano, ya en los primeros siglos de la Iglesia, percibe a la Santísima Virgen como “la Purísima”, “la sin pecado”, convicción que se traslada a la liturgia y a las enseñanzas de los Padres y de los teólogos. En el camino hacia la definición, pocas naciones han contraído tantos méritos como España. En el siglo XVI son muchas las instituciones, que hacen suyo el “voto de la Inmaculada”. Universidades, gremios y cabildos e incluso ayuntamientos juran solemnemente defender “hasta el derramamiento de su sangre” los privilegios marianos, especialmente el de la Inmaculada Concepción.

La conciencia de que María fue concebida sin pecado crece en la época barroca, en la pluma de nuestros más eximios poetas, en los lienzos de nuestros más inspirados pintores, en las tallas de nuestros más esclarecidos escultores e imagineros y, sobre todo, en la devoción de nuestro pueblo. Por ello, no es extraño que en España se viviera con singular regocijo y alegría la definición dogmática por el papa Pío IX. Destaca entre las diversas regiones Andalucía, la “tierra de María Santísima”. Nuestra Archidiócesis no queda a la zaga en la defensa del privilegio de la Concepción Inmaculada de María.

A partir del Renacimiento, en su honor se erigen cofradías, se celebran fiestas religiosas y salen a la luz numerosas publicaciones que defienden la limpia Concepción. A mediados del siglo XVII, son muchas las instituciones sevillanas, civiles, religiosas y académicas, que se imponen la obligación de jurar la defensa de esta hermosa doctrina en los actos de toma de posesión de sus cargos. Otro tanto hacen desde entonces numerosísimas Hermandades en sus funciones principales. Fruto de este fervor mariano son los cientos y cientos de cuadros y tallas bellísimos dedicados a la Inmaculada en nuestra Catedral y en todas las iglesias de la Archidiócesis, aspecto éste que llama poderosamente la atención de quienes venimos de otras latitudes geográficas.

La tradición inmaculista no debe perderse entre nosotros. Por ello, en las vísperas de esta solemnidad, invito a todos los cristianos de la Archidiócesis, y muy especialmente a los jóvenes, a la Vigilia de la Inmaculada, que tendrá lugar en la noche del día 7 en la Catedral. Os invito también a la solemne Misa Pontifical que celebraremos en el mismo templo el día 8. Vivid con toda intensidad la novena de la Inmaculada. Contemplad en estos días las maravillas obradas por Dios en nuestra Madre. Alabad a la Santísima Trinidad por María, la obra más perfecta salida de sus manos. Felicitad y honrad a la Virgen y, sobre todo, imitadla luchando contra el pecado y tratando de vivir siempre en gracia de Dios. Pedid a Dios, con la oración colecta de esta fiesta que Él que preservó a María de todo pecado, “nos conceda por su intercesión llegar a Él limpios de todas nuestras culpas”.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz día de la Inmaculada.

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Santa Sede


Benedicto XVI: Dios se revela a los pobres y sencillos de corazón
Comentario al Himno en que Jesús alaba la revelación a los pequeños
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de diciembre de 2011 (ZENIT.org).- En la catequesis que Benedicto XVI ha dirigido a los fieles congregados para la tradicional Audiencia de los miércoles, provenientes de Italia y de todas las partes del mundo, siguió el ciclo dedicado a la oración. Esta vez, comentó el himno de júbilo de Jesús porque el Padre se revela a los pequeños.

Los evangelistas Mateo y Lucas –dijo el papa- “nos han regalado una 'joya' de la oración de Jesús”, el Himno de júbilo mesiánico, “una oración de reconocimiento y alabanza”.

La expresión con la que Jesús comienza su oración, explicó Benedicto XVI, “contiene su reconocimiento total de la voluntad de Dios Padre, y junto a esto, su estar completamente de acuerdo, consciente y gozoso con este modo de actuar, el proyecto del Padre”.

En el Himno de júbilo, como en todas sus oraciones, Jesús “muestra que el verdadero conocimiento de Dios presupone la comunión con Él”.

Y planteó esta pregunta: “¿A quién quiere revelar el Hijo los misterios de Dios?" para responder: "Al principio del Himno, Jesús expresa su alegría porque la voluntad del Padre es la de esconder las cosas a los doctos y a los sabios y revelarlas a los pequeños”.

En esta expresión de su oración, “Jesús manifiesta su comunión con la decisión del Padre que abre sus misterios a quien tiene el corazón sencillo: la voluntad del Hijo es una cosa sola con la del Padre. La revelación divina no sucede según la lógica terrena, por la que son los hombres cultos y potentes los que poseen los conocimientos importantes y los transmiten a la gente más sencilla, a los pequeños. Dios tiene otro estilo: los destinatarios de su comunicación son concretamente los “pequeños”. Esta es la voluntad del Padre y el Hijo la comparte con alegría”.

“¿Pero qué significa “ser pequeños”, sencillos? --siguió preguntándose el papa- ¿Cuál es la pequeñez que abre al hombre a la intimidad filial con Dios y a acoger su voluntad? ¿Cuál debe ser la actitud de base de nuestra oración?”.

Y respondió: “Observemos el Discurso de la Montaña donde Jesús afirma: “Benditos los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios”(Mt 5,8). Es la pureza del corazón la que permite reconocer el rostro de Dios en Jesucristo; y tener el corazón sencillo como el de los niños, sin la presunción de quien se cierra en sí mismo, pensando que no necesita a nadie, ni siquiera a Dios”.

Se puede leer la catequesis completa en: http://www.zenit.org/article-41082?l=spanish.

Al terminar la catequesis, el papa se dirigió a los peregrinos de lengua castellana, con estas palabras: “Los evangelistas Mateo y Lucas nos han trasmitido una oración de Jesús que expresa la profundidad de su comunión con el Padre. El versículo 'Te doy gracias', con el que la misma comienza, traduce una palabra griega que significa, a la vez, reconocimiento y asentimiento al proyecto de Dios, que desde el inicio de la creación ha querido otorgarnos su amor. Por eso nos ha enviado a su Hijo, el único que conoce al Padre, para hacernos partícipes de su filiación”.

Y aludió a continuación a la actitud de María: “Si nos hacemos pequeños, entrando en la lógica divina, podremos pronunciar con Jesús nuestro 'Sí' a ese plan de Dios, como hizo María en la Anunciación. El Señor se llenó de alegría en el Espíritu al hacer esta oración; también nosotros, llenos del Espíritu Santo, podemos proclamar "¡Abba, Padre!", y en la oración del Padrenuestro pedir que se haga su voluntad, en el cielo como en la tierra, sabiendo que en ella, en seguir a Cristo y acoger su yugo, está nuestro consuelo”.

Saludó “cordialmente a los peregrinos de lengua española”, en particular, “a la delegación del Gobierno autónomo de Navarra y a la Escolanía de la Catedral de Palencia, así como a los otros grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos”.

A todos, les invitó “a orar buscando la comunión con Cristo, al que conocemos y amamos como fruto del Espíritu recibido, sintiendo que en su intimidad está ya nuestra alegría”.

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Cardenal Maradiaga: El protocolo de Kioto no basta
Entrevista con el número uno de Caritas a su retorno de la cumbre de Durban
ROMA, miércoles 7 diciembre 2011 (ZENIT.org).- El Protocolo de Kyoto no es suficiente, la cumbre es solamente una circunstancia política, el efecto invernadero es verdadero pero el problema va más allá del mismo, porque se está usando la creación de manera equivocada. La esperanza es que el público empieza a entenderlo y es necesario trabajar mucho para crear consciencia especialmente entre los jóvenes. Lo indicó este martes el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, al llegar a Roma tras su participación a la cumbre de Durban, en una entrevista concedida a ZENIT.

La 17 Conferencia de las Naciones Unidas que inició el 28 de noviembre en la ciudad sudafricana de Durban, concluirá este viernes 9 y deberá decidir sobre el futuro del protocolo de Kioto, o sea cómo reducir las emisiones de gases invernadero hasta el 2020.

Los representantes de 190 países, reunidos en la mesa de las negociaciones de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos, en concreto deberán decidir si potenciar el Protocolo de Kyoto, cuyas medidas antigas con efecto invernadero vencerán en el 2012, y cómo extenderlas hasta el 2020, para así reducir el calentamiento global.

El Vaticano está representado en la cumbre de Durban por el nuncio apostólico en Kenia, y el cardenal Rodríguez Maradiaga participó en cuanto presidente de la Caritas Internacional.

El cardenal indicó que de parte de la Caritas, “nuestra posición es la de justicia con el ambiente”. Consideró que “no se trata solamente de un fenómeno de calentamiento global, sino de un uso equivocado de la creación” porque “nos falta todavía esa perspectiva de administradores de la creación y porque no somos los dueños”.

La cumbre por lo tanto no es “solamente una circunstancia política” aunque lamentablemente los vértices muchas veces “tienden a reducir el problema a eso”. En cambio “se trata de algo de la humanidad, algo que es un bien común”.

Para el presidente de la Caritas Internacional, entretanto algo está cambiando por lo que se refiere a la opinión pública sobre la necesidad de defender la creación. Sobre esto “yo creo que hay cada vez más esta conciencia”, dijo.

El número uno de la Caritas recordó haber participado al inicio de la cumbre de Durban en una conferencia de un premio Nobel, en la cual se exponían las evidencias científicas sobre el cambio climático. Maradiaga se mostró convencido de la veracidad del problema y consideró que “no se trata de manipulación por parte de los medios de comunicación”.

“Esta semana será decisiva y esperamos que las grandes potencias puedan dar un paso adelante” manifestó, aunque “no basta simplemente decir ‘vamos a prolongar el Protocolo de Kyoto’, es necesario dar pasos hacia adelante. Claro, sería una tragedia que en Sudáfrica muriera el protocolo de Kioto. Si bien el compromiso de Kioto es pequeñísimo en comparación a lo que hace falta, por ello es importante que la opinión pública pueda darse cuenta que es necesario construir un futuro mejor a la humanidad”.

El cardenal latinoamericano recordó en este sentido: “Con la Caritas hemos emprendido un trabajo para educación especialmente para los niños y los jóvenes”. Citó por ejemplo el encuentro de la semana pasada de Benedicto XVI con siete mil jóvenes y su discurso “fuerte y bueno para levantar el problema”.

De hecho el papa, en la sala Pablo VI, se dirigió a los jóvenes participantes en un proyecto de la fundación Sorella Natura, en ocasión de la “Jornada para cuidar la creación” que se celebró el 29 de noviembre.

E indicó “No habrá un futuro bueno para la humanidad sobre la tierra si non educamos a todos a un estilo de vida más responsable hacia la creación” y si en tal ámbito se olvida “el reconocimiento del valor de la persona humana y de su inviolabilidad, en cada fase de la vida y en cada condición de la misma”.

Por H. Sergio Mora

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MIRANDO A ORIENTE


Atentados en Irak contra cristianos y chiitas
Integristas, contra el apoyo a la resistencia siria
ROMA, miércoles 7 de diciembre de 2011 (ZENIT.org).- Vuelven las bombas y el terror a Irak. La causa: los atentados que sacudieron a Bagdad, provocando al menos once muertos y algunas decenas de heridos. Los objetivos eran principalmente musulmanes chiitas, aunque los cristianos también están en el punto de mira.

La primera explosión se produjo en el barrio septentrional de Urr, con 8 muertos y 18 heridos, entre los peregrinos que habían llegado a la capital iraquí para la festividad de la Ashura. Una segunda bomba explotó por la tarde contra otro grupo de peregrinos, causando tres víctimas. Una tercera hirió a cuatro chiitas en el barrio de Zaframiyah, en el centro de la ciudad.

El atentado más cruel sucedió al norte de la ciudad de Hilla, en el área de al-Nil, donde una bomba explotó en medio de una procesión provocando la muerte de 16 personas, entre las que había principalmente mujeres y niños.

La Ashura, que se celebró este 5 de diciembre, es la conmemoración del martirio del imán Hussein, en el siglo VII, y que desde hace tiempo se ha convertido en pretexto para actos violentos y atentados por parte de la minoría sunnita. La situación empeoró tras la caída del régimen de Saddam Hussein y la ocupación militar estadounidense que concluirá al final de este mes.

Según la agencia de las Misiones Extranjeras en París, AsiaNews, también hubo agresiones contra los cristianos en días anteriores. El 2 de diciembre, en Zakho, Kurdistán, los integristas musulmanes, sublevados por el imán local, destruyeron tiendas de licores, centros de masaje y un hotel, hiriendo al menos a treinta personas.

Hubo así mismo atentados contra negocios y estructuras pertenecientes a cristianos caldeos, en Dohok y en Bagdad, donde algunos propietarios de negocios de licores recibieron cartas amenazadoras.

Según fuentes cristianas consultadas por la citada agencia, y que permanecen en el anonimato por motivos de seguridad, al norte del país, los integristas protagonizan una campaña de intimidación, planificada al mínimo detalle, para que los kurdos dejen de apoyar a la resistencia siria.

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Mundo


"No me veréis morir": la biografía del beato Ceferino Jiménez Malla
Un audio-libro celebra el 75 aniversario del martirio del patrono de los gitanos
ROMA, miércoles 7 de diciembre de 2011 (ZENIT.org) – “El Pelé”: así era llamado Ceferino Jiménez Malla, el primer gitano proclamado beato en la historia de la Iglesia. Un audio-libro celebra el 75 aniversario de su entrega de la vida por la fe.

Ceferino Jiménez alla, hijo de la cultura gitana, vivió una infancia nómada, se casó a los dieciocho años, pero no tuvo nunca hijos, aunque adoptó a una sobrina, Pepita, a la que quiso como tal. Honesto comerciante de caballos, fue muy respetado, tanto en el ámbito gitano, entre sus amados calés, como fuera de él.

Murió mártir, en 1936, en la guerra civil española, después de ser brutalmente fusilado en un cementerio por haber defendido a un sacerdote. Fue elevado al honor de los altares, el 4 de mayo de 1997, por Juan Pablo II que lo proclamó “patrono de todos los gitanos”.

Sin embargo, se sabe poco de la vida de Ceferino ya que, como analfabeto, no dejó ningún escrito. Quedan, sin embargo, los testimonios y recuerdos de quien lo conoció verdaderamente y tuvo el honor de apreciar la humanidad, la sencillez y la profunda fe, más que nadie de su adorada nieta, Maruja.

Han sido estos recuerdos los que han hecho posible la creación del audio-libro “No me veréis morir”, realizado con la colaboración de la Caritas Italiana y la Fundación Emigrantes, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento en 1861 y el 75 de su martirio.

El audio-libro, presentado en Roma el 6 de diciembre, en la sala Marconi de la Radio Vaticana, forma parte de la serie Phonostorie, un proyecto educativo-cultural que, desde 2007, a través de un libro y de un CD donde actores dan vida al personaje recitando algunos de sus fragmentos, quiere dar a conocer a algunas de las gloriosas personalidades de nuestro siglo.

Después de la madre Teresa de Calcuta, Alcide de Gasperi, Chiara Lubich y muchos más, ahora le tocó el turno al sencillo Ceferino, con una biografía que es un “desafío” para los productores, como declaró el maestro Mite Balducci, compositor de la música original de la obra. “Esta Phonostoria ha sido para nosotros una prueba particular --explica- por el hecho de que no tenemos ningún tipo de texto escrito de Ceferino ya que no era capaz de escribir”.

“No se encuentra, por esta razón, una frase del beato --prosigue--. Sólo el título No me veréis morir, frase pronunciada durante el periodo de cárcel y recordada por su nieta; todo lo demás está construido sobre los testimonios, los mismos que fueron analizados durante el proceso de beatificación”.

El audio-libro, enriquecido con la introducción de Susana Tamaro, está imaginado como un diálogo entre algunos gitanos que, alrededor de un fuego, recuerdan al beato y sus virtudes, describiéndolo como un personaje casi mítico.

Así, de hecho, estaba considerado por sus amados calés: un mito, un líder o, como dijo un amigo de su etnia, en el proceso donde fue acusado injustamente de hurto, el “santo patrón de los gitanos”.

Un ejemplo de vida, por tanto, más actual que nunca, que nos recuerda a todos nosotros “la vocación universal a la salvación y a la santidad, de la que habla el capítulo V de la Lumen Gentium”, como destaca monseñor Bruno Schettino, presidente de la Comisión Episcopal italiana para las Migraciones. “Los fieles de cualquier estado, etnia o grado social están orientados hacia esta llamada, nadie está excluido --insistió el arzobispo- y para muchos gitanos la vida de su patrón puede ser un aliciente para integrarse en el territorio, en la vida de la Iglesia y, en el mismo momento, también aceptar las reglas de la vida social”.

Del mismo modo, el modelo de vida del beato puede ser una manera para todos nosotros de adentrarnos en un mundo “a menudo prejuzgado por nosotros mismos”, declaró Piero Damosso, periodista del telediario1 de la RAI.

En la misma línea de pensamiento, monseñor Vittorio Nozza, director de Caritas Italia, que invitó a conocer en la persona de Ceferino “los restos de 'otra' cultura, que a menudo es reducida a una imagen estereotipada y víctima de marginación, causada por la identificación del chivo expiatorio en el que se centra todo el descontento social”.

Una biografía recitada y con música, por tanto, que abre una rendija de esperanza a los pueblos rom para superar las barreras de los prejuicios. Pero también es una ocasión para que los “payos” --nombre con el que los rom españoles denominan a los no gitanos- favorezcan el encuentro y el conocimiento de esta cultura y de sus valores de solidaridad familiar; de respeto a las mujeres y a los ancianos; de amor a la patria y al trabajo; mucho más cercanos de lo que se piensa, pero que a menudo no se ve.

“Gracias al modelo de vida ofrecido por Ceferino y a la atención dedicada por la Iglesia, el rostro de los gitanos asume una coloración diversa”, afirmó conmovido Bruno Morelli, único gitano presente, huésped sorpresa del encuentro, quien añadió que “no se habla ya de criminalización, sino también de los valores de una etnia tan injustamente apartada en numerosas ocasiones”.

Concluyó el encuentro, así como el audio-libro, con la balada de Fabrizio De Andrè, Khorakhané (nombre de una tribu gitana de proveniencia serbio-montenegrina): poema conmovedor dedicado al mundo de los desheredados y de los gitanos.

Por Salvatore Cernuzio

[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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Argentina: se podría legalizar la eutanasia por omisión
Informan asociaciones provida
BUENOS AIRES, miércoles 7 diciembre 2011 (ZENIT.org).- En Argentina, el boletín Notivida se refirió al proyecto de ley de eutanasia aprobado en la Cámara de Diputados.

Notivida, informaba este martes la agencia AICA, cita opiniones de legisladores a favor de la iniciativa, que permite “al paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, rechazar procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o la retirada de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a la perspectiva de mejoría, o produzcan un sufrimiento desmesurado.

También podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable”.

El diputado Julián Obiglio, que votó a favor del proyecto en general, se manifestó en contra de los artículos primero y segundo porque “con la facultad de rechazar alimentación e hidratación se incluye la inducción a la muerte”. “Estamos diciendo que a una persona que decide no ser alimentada ni hidratada la vamos a dejar morir en una camilla”, afirmó Obiglio.

La alimentación e hidratación son cuidados necesarios para la supervivencia, si el Senado aprobara el proyecto tal como le fue remitido, Argentina legalizaría la eutanasia por omisión.

En el supuesto de incapacidad del paciente, o imposibilidad de brindar el consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico, el proyecto remite a la Ley de Transplantes, por lo tanto el consentimiento podrá ser dado --siguiendo el orden de prelación- por: el cónyuge no divorciado, o la persona que, sin ser su cónyuge, convive con el enfermo en relación de tipo conyugal no menos antigua de 3 años, en forma inmediata, continua e ininterrumpida; hijos mayores de 18 años; padres; hermanos mayores de 18 años; nietos mayores de 18 años; abuelos; cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive; cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado inclusive. Vale decir, parientes de 18 años que son herederos forzosos podrían --si no mediara otro vínculo- acelerar la muerte de un anciano. O unos padres podrían ver su voluntad pospuesta por la de un adolescente de 18 años que convivió durante tres años con su hijo sin establecer un vínculo legal.

Paredes Urquiza, que votó a favor de la ley en general y en contra de este artículo, dijo que estaba de acuerdo con la toma de decisión de la persona que sufre la problemática pero no con la intervención de terceros por más allegados que sean.

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Flash


La Navidad con Chesterton
Noche de Adviento con Alexander Kissler
MUNICH, miércoles 7 diciembre 2011 (ZENIT.org).- El periodista Alexander Kissler presenta el jueves 8 de diciembre, Navidad con Chesterton. La velada literaria, en la serie Domspatz Soirée, se celebra en el Movimiento Cultural de Munich, Alemania.

Domspatz Ragg promueve la cultura cristiana a través de sus propios eventos y publicaciones. Apoya también a personalidades, medios de comunicación, o iniciativas empresariales, así como parroquias y comunidades cristianas.

Gilbert Keith Chesterton, ensayista, novelista y creador de la simpática figura del sacerdote y detective aficionado padre Brown, aborda la cuestión de la fe católica en muchos escritos con una originalidad y sentido del humor extraordinarios, en un Reino Unido mayoritariamente anglicano. El papa Pío XI le otorgó el título honorífico de Defensor Fidei (defensor de la fe). En el mundo de habla inglesa, se considera al genial escritor un importante defensor del cristianismo y de la ortodoxia romana.

A menudo en sus escritos Chesterton se ocupa de la fiesta de Navidad para él una "aventura inmortal" y de una alegría exuberante. Defendió la fiesta frente a sus enemigos, frente a la afirmación de que es de origen pagano, reconocía la importancia de las sanas tradiciones y destacó el poder formativo de la Navidad para la vida de todo ser humano.

En la velada se darán a conocer textos ingeniosos y humorísticos de Chesterton, muchos de reciente aparición en alemán, con su crítica del consumo hueco hoy más oportuna que nunca. Una alternativa real a cualquier "Navidad".

Más información en: www.raggs-domspatz.de.  

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Documentación


Benedicto XVI: La pureza de corazón permite reconocer el rostro de Dios
Comentario al Himno en que Jesús alaba la revelación a los pequeños
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de diciembre de 2011 (ZENIT.org).- Les ofrecemos la catequesis que Benedicto XVI ha dirigido a los fieles congregados para la tradicional Audiencia de los miércoles, provenientes de Italia y de todas las partes del mundo. La catequesis continúa el ciclo dedicado a la oración.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

los evangelistas Mateo y Lucas (cfr Mt 11,25-30 e Lc 10, 21-22) nos han regalado una “joya” de la oración de Jesús, que frecuentemente recibe el nombre de Himno de júbilo o Himno de júbilo mesiánico. Es una oración de reconocimiento y alabanza, como hemos escuchado. En el griego original de los Evangelios el verbo con el que inicia este himno, y que expresa la actitud de Jesús al dirigirse al Padre, es exomologoumai, traducido a menudo como “doy gracias” (Mt 11,25 e Lc 10,21). Pero en los escritos del Nuevo Testamento este verbo indica principalmente dos cosas; la primera es “reconocer hasta el final”, por ejemplo san Juan Bautista pedía reconocer totalmente los propios pecados a quien quería que él lo bautizase (cfr Mt 3,6), la segunda es “estar de acuerdo”. Por tanto, la expresión con la que Jesús comienza su oración contiene su reconocimiento total de la voluntad de Dios Padre, y junto a esto, su estar completamente de acuerdo, consciente y gozoso con este modo de actuar, el proyecto del Padre. El himno de júbilo es la culminación de un camino de oración en el que surge claramente la profunda e íntima comunión de Jesús con la vida del Padre en el Espíritu Santo, y se manifiesta su filiación divina. Jesús se dirige a Dios llamándole “Padre”. Este término expresa la conciencia y la certeza de Jesús de “ser el Hijo”, en íntima y constante comunión con Él, y este es punto fundamental y la fuente de toda oración de Jesús. Lo vemos claramente en la última parte del Himno, que ilumina todo el texto. Jesús dice: “Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lc 10, 22).

Jesús afirma, por tanto, que sólo el “Hijo” conoce verdaderamente al Padre. Todo conocimiento entre las personas --lo experimentamos todos en nuestras relaciones humanas- comporta una implicación, un vínculo interior entre quien conoce y quien es conocido, a nivel más o menos profundo. No se puede conocer sin una comunión del ser. En el Himno de júbilo, como en todas sus oraciones, Jesús muestra que el verdadero conocimiento de Dios presupone la comunión con Él. Sólo estando en comunión con el otro, comienzo a conocer; así también con Dios, sólo si tengo un contacto verdadero, si estoy en comunión puedo también conocerlo. Por tanto el verdadero conocimiento está reservado al “Hijo”, el Unigénito que desde siempre está en el seno del Padre (cfr. Jn 1,18), en perfecta unidad con Él. Sólo el Hijo conoce verdaderamente a Dios, estando en comunión íntima del ser; sólo el Hijo nos puede revelar verdaderamente quien es Dios. El nombre “Padre” es seguido por una segundo título, “Señor del Cielo y de la Tierra”. Jesús, con esta expresión, recapitula la fe en la creación y hace resonar las primeras palabras de la Sagrada Escritura: “Al principio Dios creó el cielo y la tierra” (Gen 1,1). Rezando, Él recuerda la gran narración bíblica de la historia de amor de Dios por el hombre, que comienza con el acto creador. Jesús se introduce en esta historia de amor, es el culmen y el cumplimiento. En su experiencia de oración, la Sagrada Escritura es iluminada y revive en su más completa amplitud: el anuncio del misterio de Dios y respuesta del hombre transformado. Pero, a través de la expresión “Señor del Cielo y de la Tierra” podemos reconocer también como en Jesús, el Revelador del Padre, se reabre al hombre la posibilidad de acceder a Dios.

Planteémonos la pregunta: ¿A quién quiere revelar el Hijo los misterios de Dios? Al principio del Himno, Jesús expresa su alegría porque la voluntad del Padre es la de esconder las cosas a los doctos y a los sabios y revelarlas a los pequeños (cfr Lc10,21).

En esta expresión de su oración, Jesús manifiesta su comunión con la decisión del Padre que abre sus misterios a quien tiene el corazón sencillo: la voluntad del Hijo es una cosa sola con la del Padre. La revelación divina no sucede según la lógica terrena, por la que son los hombres cultos y potentes los que poseen los conocimientos importantes y los transmiten a la gente más sencilla, a los pequeños. Dios tiene otro estilo: los destinatarios de su comunicación son concretamente los “pequeños”. Esta es la voluntad del Padre y el Hijo la comparte con alegría.

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “Su conmovedor '¡Sí, Padre!' expresa el fondo de su corazón, su adhesión al querer del Padre, de la que fue un eco el 'Fiat' de su Madre en el momento de su concepción y que preludia lo que dirá al Padre en su agonía. Toda la oración de Jesús está en esta adhesión amorosa de su corazón de hombre al “misterio de la voluntad” del Padre (Ef 1, 9)” (2603). De aquí viene la invocación que dirigimos a Dios en el Padrenuestro: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo”: junto a Cristo y en Cristo, también nosotros pedimos entrar en sintonía con la voluntad del Padre, convirtiéndonos también nosotros en hijos. Jesús, por tanto, en este Himno de júbilo expresa la voluntad de implicar en su conocimiento filial de Dios a todos los que el Padre quiere hacer partícipes; y los que acogen este don don los “pequeños”. ¿Pero qué significa “ser pequeños”, sencillos? ¿Cuál es la pequeñez que abre al hombre a la intimidad filial con Dios y a acoger su voluntad? ¿Cuál debe ser la actitud de base de nuestra oración? Observemos el Discurso de la Montaña donde Jesús afirma: “Beatos los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios” (Mt 5,8). Es la pureza del corazón la que permite reconocer el rostro de Dios en Jesucristo; y tener el corazón sencillo como el de los niños, sin la presunción de quien se cierra en sí mismo, pensando que no necesita a nadie, ni siquiera a Dios.

Es interesante destacar la ocasión en la que Jesús realiza este Himno al Padre. En la narración evangélica de Mateo está la alegría porque, no obstante todos los rechazos y las oposiciones, hay “pequeños” que acogen su palabra y se abren al don de la fe en Él. El Himno de júbilo, de hecho, está precedido por el contraste entre el elogio de Juan el Bautista, uno de los “pequeños” que han reconocido la actuación de Dios en Jesucristo (cfr Mt 11,2-19), y la acusación por la incredulidad de las ciudades del lago “en las que se habían producido la mayor parte de sus prodigios” (cfr Mt 11,20-24). Mateo considera este júbilo en relación con las palabras con las que Jesús constata la eficacia de su palabra y de su acción: “Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de escándalo!” (Mt 11,4-6).

También san Lucas presente el Himno de júbilo en conexión con un momento de desarrollo del anuncio del Evangelio. Jesús envió a los “setenta y dos discípulos” (Lc 10,1) y estos partieron con una sensación de miedo por el posible fracaso de su misión. También Lucas destaca el rechazo recibido en las ciudades en las que el Señor ha predicado y ha realizado signos prodigiosos. Pero los setenta y dos vuelven llenos de alegría, porque su misión ha tenido éxito; han constatado que, con la potencia de la palabra de Jesús, los males del hombre son vencidos. Y Jesús comparte con ellos su satisfacción: “en aquella hora”, en aquel momento Él exultó de alegría.

Hay, todavía, dos elementos que quisiera destacar. El evangelista Lucas introduce la oración con una anotación: “En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo” (Lc 10, 21). Jesús se alegra en los más íntimo de sí mismo, en lo más profundo: la comunión única de conocimiento y de amor con el Padre, la plenitud del Espíritu Santo. Implicándonos en su filiación, Jesús nos invita, también a nosotros, a abrirnos a la luz del Espíritu Santo, porque --como afirma el apóstol Pablo- “No sabemos... cómo rezar de forma adecuada, pero el Espíritu mismo intercede con gemidos inefables... según los designios de Dios” (Rm 8, 26-27) y nos revela el amor del Padre. En el Evangelio de Mateo, después del Himno de júbilo encontramos uno de los llamamientos más apasionados de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis afligidos y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28). Jesús pide que vayamos a Él, que esta es la verdadera sabiduría, a Él que es “manso y humilde de corazón”; propone “su yugo”, el camino de la sabiduría del Evangelio, que no es una doctrina que hay que aprender o una propuesta ética, sino una Persona a la que seguir: Él mismo, el Hijo Unigénito en perfecta comunión con el Padre.

Queridos hermanos y hermanas, hemos gustado la riqueza de esta oración de Jesús. Que también nosotros, con el don de su Espíritu, podamos dirigirnos a Dios en la oración, con confianza de hijos, invocándolo con el nombre de Padre, Abbà.

Pero debemos tener el corazón de los pequeños, de “los pobres en espíritu” (Mt 5,3), para reconocer que no somos auto-suficientes, que no podemos construir nuestra vida solos, que necesitamos de Dios, necesitamos encontrarle, escucharle y hablarle.

La oración nos abre a recibir el don de Dios, su sabiduría, que es Jesús mismo, para llevar a cabo la voluntad del Padre en nuestra vida y encontrar así reposo en las fatigas de nuestro camino. ¡Gracias!.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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