Homilía del Cardenal Rouco durante la Vigilia de la Inmaculada

«Vencer el pecado es la condición primera e inexcusable para acertar en el camino de la vida»

 

El Cardenal y Arzobispo de Madrid ha asegurado durante su homilía con motivo de la Vigilia de la Inmaculada Concepción celerada ayer en la Catedral de La Almudena, que es «pura ilusión, cuando no un alarde de vana soberbia, pretender que entre la actual crisis económica y social y la negación persistente y despectiva de sus raíces morales y religiosas no haya ninguna relación de causa y efecto». El prelado ha señalado que «no habría peor engaño que el de afirmar que no se necesita ningún proceso de reforma ética y espiritual de la conciencia personal y de la opinión pública».

08/12/11 5:33 AM


 

(InfoCatólica) El cardenal Rouco Varela ha recordado que en María Inmaculada "queda vencido el pecado en su origen" desde el principio de su existencia, lo que obliga al cristiano a tener presente que "vencer el pecado es la condición primera e inexcusable para acertar en el camino de la vida".

Como ejemplo de ello, el purpurado ha señalado que los jóvenes de la JMJ-2011 "acertaban plenamente cuando se acercaban a los confesonarios públicamente reconociendo ante toda la sociedad, que les observaba y admiraba, su condición de pecadores, como el origen de sus más graves e íntimos problemas. Acertaban, sobre todo, al manifestar con ello que había solución, a saber: el perdón, la misericordia y el amor de Jesucristo que en el Sacramento de la Reconciliación tocaba y transformaba su corazón".

"Dejarse encontrar por Cristo", explicó el cardenal, "es más que una urgencia ocasional para salir al paso de nuestras más o menos efímeras desgracias. ¡Es la única forma para que salvemos la vida, librando nuestras almas del pecado y de la muerte!"

El arzobispo de Madrid recordó que "la Virgen Inmaculada se vio libre del pecado original por la previsión de los méritos de su Hijo, muerto en la Cruz. Por Él, y al servicio de su obra salvadora, se mantuvo limpia de todo pecado".

De ella recibimos una "lección de la vida sencilla, confiada a la providencia amorosa de Dios. Una vida humilde, concebida sin pretensión de gloria humana alguna. Una vida dispuesta siempre a escuchar la voz de Dios y a cumplir su Santa Voluntad con pronta y gustosa disponibilidad".

El cardenal Rouco terminó su homilía con un "¡Sí a Cristo por María! ¡Sí al testimonio de su gracia y de su amor misericordioso! ¡Sí, a la Nueva Evangelización que el Santo Padre nos encarga y nos propone!"

 

Homilía completa del cardenal