8.12.11

Banneux, la Virgen de los Pobres

Parezco un Guadiana que escribe necrológicas, pero no he encontrado ninguna referencia en la prensa en español a la muerte de la niña a la que se apareció la Virgen de los Pobres.

Según detalla la austera página del santuario,

En la mañana del viernes 2 de diciembre, Mariette Beco, a quien la Virgen María se apareció ocho veces desde el 15 de enero al 2 de marzo de 1933, murió a los 90 años, en una residencia de ancianos de Banneux.

Después relata que la noticia se difundió rápidamente entre los peregrinos. No debe haber muchos de habla hispana.

Las apariciones de Banneux han sido las últimas reconocidas oficialmente por la Santa Sede. Las posteriores sólo tienen reconocimiento local. Quizá sea las de Betania (Venezuela), en 1976, la siguiente en contar con la aprobación de un obispo (Siracusa y Akita no son apariciones, son lacrimaciones).

Nuestra Madre se aparece a Mariette sólo 12 días después de haber finalizado las apariciones de Beauraing (Bélgica, y también reconocidas oficialmente por la Santa Sede). La niña tenía 11 años.

El jueves, 19 de enero de 1933, a las siete de la tarde tiene lugar la tercera aparición. Según relatan:

cubierta la cabeza con un viejo abrigo para mejor resguardarse del frío, Mariette sale de casa acompañada de su padre. Después de algunos pasos, se arrodilla sobre la tierra nevada y reza. De pronto extiende los brazos y grita: «Oh, he la aquí» Un momento de silencio, luego pregunta: «¿Quién es Ud. mi bella Dama?» La Dama contesta: «Yo soy la Virgen de los Pobres». Entonces la Virgen conduce la chiquilla al manantial. Mariette anda despacio, se arrodilla en los lugares donde se paró la víspera. Junto al manantial se arrodilla con la mirada fija hacia lo alto del declive en donde se encuentra la Virgen. Mariette vuelve a preguntar: «Bella Dama, ayer Ud. dijo: este manantial me está reservado, es para mi. ¿Por qué para mi?» Señalándose, pone las manos en el pecho. La sonrisa de la Virgen se acentúa y le contesta que el manantial es «para todas las naciones.., para los enfermos». Mariette repite las palabras con voz clara y nítida y añade «Gracias, gracias». La Virgen dice despacito: «Pediré por ti, hasta pronto». La Virgen se aleja como la víspera, empequeñeciéndose, por encima de los pinos.

Hoy, celebración de la Inmaculada Concepción, me quedo con la descripción que hace la niña de la Virgen, es tierna, no apta para autodenominados «cristianos adultos». La mirada de una hija entusiasmada por todo lo que es y lo que hace y dice su madre:

Era tan bella… tenía un rostro tan hermoso, con un bonito tono rosado en las mejillas (como también a veces tengo yo), un rostro delicado, tan joven, con una pequeña nariz muy fina; parecía una jovencita de 18 o 19 años

Mariette ha muerto a los 90 años, como vivió, sin grandes algaradas, sin la atención mediática de Bernardette o sor Lucia, a las que seguro que querría conocer. Es como si se cerrase una época de intervención directa de Nuestra Madre en la historia. Pero esto se lo dejo a los expertos.