9.01.12

 

Cuando se hizo público el nombramiento de Carmen Vela como nueva Secretaria de Estado de Investigación y Ciencia, el diario ABC hizo algo tan elemental como buscar su nombre en internet y se encontró con que esa mujer formaba parte activa e importante del conocido como “grupo de la ceja”, que es una especie de neo-komitern de la extrema izquierda cultural de este país.

Como informó ABC, fue la encargada de leer un manifiesto de la llamada Plataforma de Apoyo a Zapatero en el mismo acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en el que el cineasta José Luis Cuerda tachó de “imbéciles” a los populares. Asimismo, prestó su testimonio en un vídeo colgado en la web “Ciencia con Rubalcaba", en la que decía del hoy aspirante a la secretaría general del PSOE: “Yo creo en la ciencia y en la tecnología y sé que él cree en la ciencia y en la tecnología (…) porque cree que la ciencia es la base de un futuro mejor“.

A mí, la verdad, me importa poco si Luis de Guindos, Ministro de Economía, es tan obtuso como para provocar a su partido eligiendo a esta señora para ese cargo. Si los populares son masoquistas y aceptan que se les tome el pelo miserablemente desde su propio gobierno, allá ellos. Ahora bien, lo que ya no me hace maldita la gracia es que la que va a ser responsable de la política de investigación y ciencia de este país sea una pro-abortista declarada.

Efectivamente, Carmen Vela debería de añadir a su departamento un calificativo más. Sería la Secretaria de Estado de Investigación, Ciencia y Muerte. Al fin y al cabo, también unió su firma al contra-manifiesto de la extrema izquierda científica que quiso contrarrestar el impacto moral que causó en la sociedad el Manifiesto de Madrid, apoyado por dos mil expertos, en el que se afirmaba lo siguiente:

“El embrión unicelular, en estado de cigoto, es vida humana y es un individuo de la especie humana. Por tanto, es objeto de los mismos derechos que cualquier otro individuo de la especie humana. Por eso entrar en una terminología de plazos no es aceptable, porque uno no pertenece más o menos a la especie humana según el número de células que tenga o según los kilos que pese".

Vela, sin embargo, apoyó un texto en el que se leía esto otro:

“El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos; el conocimiento científico puede clarificar características funcionales determinadas, pero no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano, tal y como se aplica a los individuos desarrollados de la especie humana".

Atiendan ustedes la barbaridad que apoyó la secretaria de Estado. Según ella, la ciencia no tiene nada que decir sobre cuando los seres humanos llegan a ser… seres humanos. Es más, parece que hace depender la condición del ser humano de que el individuo se haya desarrollado. Ante lo cual, no está claro que científicamente se pueda decir que un niño de 5 años sea realmente un ser humano, ya que evidentemente está todavía en fase de desarrollo.

Si Carmen Vela fuera Secretaria de Estado de Turismo, nos podrían importar bien poco sus opiniones personales sobre el aborto. Pero teniendo en sus manos las decisiones más importantes sobre el dinero público que ha de ir destinado a la investigación científica, es urgente que todos aquellos que somos provida exijamos a Mariano Rajoy que realice el primer gesto provida de su mandato ordenando el cese de esa señora. Es mejor reconocer que se ha hecho el ridículo y sacar la patita, que dejarla metida dentro del fango por una mera cuestión de orgullo necio propio de políticos prepotentes. Sobre todo cuando esa patita se encarga de pisotear el derecho a nacer que todo ser humano tiene.

Luis Fernando Pérez Bustamante