Por las condiciones que exige para reconocer a un grupo como iglesia

El Consejo de Europa condena la ley húngara sobre libertad de conciencia y religión

 

El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, aseguró hoy que la nueva ley húngara sobre la libertad de conciencia y religión supone «una amenaza a la democracia y los derechos humanos» y «atenta contra la independencia del poder judicial». El comisario lamenta en un escrito que la nueva ley prive a más de un centenar de confesiones religiosas de su estatuto de iglesia, «con los derechos y privilegios de los que gozaban antes en Hungría», y los nuevos obstáculos jurídicos para obtenerlo.

13/01/12 7:02 AM


 

(Efe) Hammarberg hizo esta declaración tras hacer público el contenido de la carta que remitió el pasado día 16 al ministro húngaro de Exteriores, Jànos Martonyi, así como la respuesta de éste, fechada el pasado día 10.

Además, llama la atención por el hecho de que una organización religiosa debe de acreditar mas de 20 años de presencia en Hungría para poder ser registrada como iglesia, lo cual, añade, "no parece muy apropiado".

Hammarberg pide al Gobierno de Viktor Orban que "reconsidere" algunos artículos de la nueva ley y que se den pasos para que las autoridades, incluyendo el Parlamento, "no tomen partido por ninguna fe religiosa".

El artículo 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos protege el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Martonyi informa en su misiva de respuesta que la nueva ley reconoce 14 iglesias y que 82 organizaciones religiosas presentes en Hungría han solicitado su registro como iglesia, de las cuales 37 cumplen con las condiciones requeridas, según el Parlamento.

El canciller húngaro añade que la obligación legal de que una confesión que aspire al estatuto de iglesia exista desde hace más de cien años en cualquier lugar del mundo se ha convertido en "opcional".

Por su parte, el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, también ha mostrado su preocupación por la sociedad democrática húngara, ya que "existe un peligro real de que Hungría se salga de los raíles".

El Gobierno húngaro ya ha tenido que modificar varias leyes que buscaban independencia de las instituciones económicas internacionales, tras la presión ejercida por la UE y el FMI.