11.02.12

El cura de "Gran hermano": la revelación

A las 6:11 PM, por Joan Antoni
Categorías : General
 

Hace pocos días publicaba en la sección “El Consultorio” del semanario Catalunya Cristiana una respuesta sobre diversas cuestiones que me llegaron a propósito de la participación de un sacerdote, un religioso, en el programa televisivo “Gran Hermano”.

La verdad es que yo había visto muy poco, por no decir casi nada de este programa y lo poco que había visto me parecía de pésimo gusto. En mi respuesta decía que este religioso, probablemente animado por alguna buena intención, había faltado gravemente a su voto de obediencia. Creo que debo ampliar mis reflexiones sobre ello.

Lo cierto es que hoy mucha gente lo está comentando y seguramente este clérigo es una de las personas más “populares”. Esta semana un grupito de chicos y chicas de secundaria estaban comentando el asunto en una conversación de calle. Yo pasaba por allí y como los conozco por haberlos tenido en la catequesis me metí en la conversación. Una chica decía que pronto el cura también estaría haciendo “edredoning”. Creí entender por lo que me explicaron que tal practica consiste en una fornicación pública (todos están en una habitación) velada por una simple sábana. En casa, busque el término en google y efectivamente allí se explicaba con todo lujo de detalles y con vídeos del programa en cuestión. No creo que el sacerdote en cuestión llegue a semejante depravación (aunque el primer paso para no caer es no ponerse en ocasión de pecar) pero el simple hecho de estar allí presente ya es deplorable.

Mi perplejidad ha ido en aumento y he tenido la paciencia de ver un par de programas para enterarme algo más. Realmente este sacerdote ha perdido la sensatez. ¿Qué se le habrá perdido en este lugar? Es una pregunta que muchos nos hacíamos y que finalmente ya tiene respuesta. Una auténtica “revelación”.

La respuesta que él mismo ha dado no puede ser más sorprendente: Dios lo quiere. Para este religioso la voluntad de Dios es que participe en “Gran Hermano”. Una respuesta inquietante. ¿Puede contradecirse Dios? Si este religioso interpretó en su momento como voluntad de Dios para su vida que adoptara la vida religiosa con sus exigencias ¿cómo puede pretender ahora que Dios le invite a desobedecer a sus legítimos superiores y a faltar a su compromiso?
También se sincera diciendo que encuentra a faltar la celebración de la Santa Misa y, efectivamente, ¿hay algo más sublime que pueda hacer un sacerdote? Pues sí. Para este religioso es más importante estar en “Gran Hermano” que celebrar diariamente la Santa Misa. Incluso más importante que la grave obligación para todo católico de participar en la Santa Misa los domingos y fiestas de precepto. Me pregunto si es posible un grado mayor de inmadurez y narcisismo espiritual.

Desde otro punto de vista, me cuestiono la legitimidad de la presencia de un sacerdote todavía joven en este curioso programa teniendo en cuenta la actual escasez de clero en tantos lugares. Esta misma semana, cómo párroco, he oficiado cinco funerales, con las visitas a la familia, sin contar todo el trabajo del día a día de la parroquia. En mi arciprestazgo, varios sacerdotes de más de ochenta años, con muchas limitaciones de salud pero con mayor ilusión y entrega, cada domingo viajan a pequeñas parroquias para celebrar la Santa Misa a un pequeño grupito de fieles. Ya no digamos de la multitud de personas en paro, que quisieran trabajar y no pueden. La verdad, no es edificante ver a un sacerdote encerrado y aislado en aquella casa en una estrambótica convivencia tan poco edificante en valores humanos y cristianos. Que no lo dude: edificaría mejor trabajando y ejerciendo su ministerio tal como le pide la Iglesia.

Y para acabar, ¿qué decir de los jocosos e histriónicos comentarios sobre todo esto? ¡Spectaculum mundi facti sumus! Confieso mi indignación al ver a Mercedes Milá gritando como una loca : “¡Hoy Jesucristo hubiera participado en Gran Hermano!”. ¡Vaya lengua sacrílega tiene esta mujer! Ya me gustaría a mi ver si se atrevería a decir lo mismo de Mahoma… Pero ella sabe muy bien que lo que se lleva y esta bien visto es escarnecer a la Iglesia. El mensaje una vez más es claro: ¡ Qué cura más guay, más simpático, más fantástico y qué Iglesia más mala, más pasada de moda ¡

Lo triste es que este religioso, perdiendo la más elemental sensatez, se ha prestado al juego. Debería plantearse qué valores humanos y cristianos aporta este programa y salir del mismo cuanto antes.

¡Oremus pro illo!