Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

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Nº 229

13 de Feb. 2012

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: MORMONISMO Y POLÍTICA EN EE.UU.

 

1. EE.UU. desconfía de un presidente mormón.

2. Mitt Romney fue misionero mormón en España en los años 60.

3. El perfil mormón del candidato Romney.

4. ¿Qué posibilidades tiene un mormón de presidir los EE.UU?

5. Los mormones, también en España.

6. La pertenencia mormona de Romney aleja a los votantes evangélicos.

7. La religión, un factor importante en las elecciones de EE.UU.

8. Altibajos del recelo norteamericano por la fe mormona de Mitt Romney.

9. El voto mormón en Nevada, clave en la carrera de Romney a la Casa Blanca.

10. El mormonismo de Mitt Romney: ¿obstáculo u oportunidad?

 

 

1. EE.UU. desconfía de un presidente mormón.

FUENTE: La Gaceta

 

 

Los 5,5 millones de mormones en el país y los 13 millones en todo el mundo son vistos como integrantes de una secta. Arrastran muy mala fama desde su fundación: polígamos, racistas y endogámicos. Así comienza Ana Dávila su artículo “EE.UU. desconfía de un presidente mormón”, publicado en el diario español La Gaceta.

La carrera republicana hacia la Casa Blanca ha puesto de moda a los mormones. Dos de los candidatos –uno, ahora que Huntsman ha abandonado– profesan una religión que para algunos es secta. Pero ¿qué es un mormón? Además de un joven rubio y bien peinado que reparte folletos por la calle con una especie de hermano gemelo pegado.

Para muchos, la fe de Mitt Romney, el mormón que es favorito para ser candidato republicano, es un obstáculo. Según el último estudio del Instituto de Investigación Pew, uno de cada cinco norteamericanos afirma que jamás votaría a un mormón. Son 13 millones en todo el mundo –la misma cantidad aproximadamente que judíos–, 5,5 millones en EE UU, y en Utah representan el 74% de la población.

De mayoría abrumadoramente blanca, arrastran desde la fundación de su Iglesia bastante mala fama: de racistas, sectarios, polígamos y endogámicos –seis de cada 10 mormones afirman que toda su familia y sus amigos lo son. Votan republicano en bloque y consideran sus creencias parte central de su vida.

La llegada de los mormones al panorama religioso en la América del siglo XIX fue absolutamente arrolladora. Su fundador y profeta, Joseph Smith, es el autor del Libro de Mormón, una obra que ellos consideran anexa e igual de sagrada que la Biblia. En esta obra, inspirada en unas tablas de oro escritas por el profeta Mormón en un extraño “egipcio reformado”, y cuyo paradero le fue revelado a Smith durante una visión en la que se le presentó el ángel Moroni, hijo del propio Mormón, se narra la verdadera historia del mundo. Smith tradujo las planchas con la ayuda de unas piedras, Urím y Tumím, que metía dentro de un sombrero, y automáticamente veía la traducción en inglés.

La historia que cuenta y que los mormones asumen al 100% es cuando menos curiosa. Una valiente tribu semita, el pueblo de Nefi, nada menos que 600 años antes de Jesucristo, se adelantó a Cristóbal Colón y pobló América como hijos predilectos de Dios. Pero poco les duró el paraíso, enseguida se dividieron en dos facciones, nefitas y lamanitas. A estos últimos Dios los había castigado por alejarse de Él con una piel oscura. Después de tres siglos de lucha, exactamente en el 428 d. C., los malvados acabaron con los buenos. De ahí que el continente americano, a la llegada del hombre blanco, estuviera habitado por unos nefastos pobladores de piel morena.

Esta parahistoria, que incluye una visita de Jesucristo a América después de resucitar, es el origen de la mayoría de las suspicacias que despiertan; esto y su inicial práctica de la poligamia –prohibida en 1890– y la negativa a aceptar pastores negros. Su fundador murió atacado por una auténtica turba en un pueblo de Illinois. Tenía 38 años, pero ya había conseguido 32 esposas, además de la oficial, y había estado varias veces en la cárcel acusado de estafa. Su muerte dio lugar a una guerra sucesoria: parte de los fieles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como se llaman oficialmente, decidieron seguir a Brigham Young, el nuevo profeta, a través de una larga peregrinación escapando de las persecuciones hasta Utah, donde se instalaron y fundaron Salt Lake City.

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2. Mitt Romney fue misionero mormón en España en los años 60.

FUENTE: La Información

 

 

El precandidato republicano con más posibilidades para medirse a Barack Obama en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre viajó a nuestro país y a Francia para predicar su fe. Ahora trata de ganarse el voto latino con un anuncio en el que él y su hijo Graig hablan en castellano. Lo cuenta Roberto Arnaz en La Información.

“Soy Mitt Romney y apruebo este mensaje”. Aunque con un marcado acento de lo más 'gringo', el ex-gobernador de Massachusetts y precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos todavía se acuerda de cómo hablar español. Aún lo chapurrea en sus anuncios electorales aunque hace ya más de cuatro décadas que regresó a Estados Unidos tras dos años y medio de evangelización en Europa.

La historia comienza a mediados de la década de los sesenta, en los albores de la Guerra de Vietnam. Mitt Romney era un activo defensor de la intervención estadounidense en el país asiático, pero su condición de mormón le impedía ser reclutado. Primero debía cumplir con la labor misionera obligatoria de al menos 24 meses.

En julio de 1966, su congregación, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días le envió en misión evangelizadora a Francia durante nada menos que 30 meses. En aquél momento, el país galo era un lugar turbulento en manos de un gobierno a punto de colapsar y en el que se sucedían los disturbios. En aquel contexto, el primer encargo del veinteañero Romney fue servir de asistente al responsable de la organización en París, Duane Anderson. Como parte de su labor, debía acompañar a Anderson en sus viajes, lo que le llevó varias veces a nuestro país.

En uno de esos desplazamientos, Romney vivió una experiencia que le marcaría el resto de su vida. Cuando llevaba en coche camino de Burdeos al presidente de misión, a su esposa y a un compañero, otro vehículo que viajaba en sentido contrario a gran velocidad perdió el control en una curva y se estrelló contra el Citroen DS que conducía el ahora político republicano.

Marcado por la tragedia

Al principio, Romney fue declarado muerto por la policía, pero afortunadamente no fue más que un error. Aunque muy magullado, sobrevivió. Pasó varias semanas ingresado con varios huesos rotos y recuperándose, sobre todo, de los daños psicológicos y emocionales: la esposa de Duane Anderson falleció en el siniestro.

Más de 40 años después de aquel amargo momento, Romney lo recuerda como si fuera ayer. “Estábamos hablando de lo peligrosas que eran las carreteras francesas cuando sucedió todo”, rememoraba el ex-gobernador de Massachusetts en una entrevista concedida a The Boston Globe en 2007, en la que explicó que el siniestro “sucedió tan rápido que no pude frenar ni tocar el claxon”.

A pesar de la tristeza y los dolores físicos, no tuvo mucho tiempo para recuperarse. Anderson volvió a Estados Unidos para enterrar a su esposa y el peso de la misión en Francia recayó sobre los hombros de Romney. Con sólo 21 años, pasó a ser responsables de supervisar a 200 misioneros y ayudar a servir a los más de 3.000 miembros de la Iglesia. Así, por necesidad, forjó el espíritu de liderazgo que más tarde le convertiría en un profesional y político de éxito.

El pastor millonario

Mitt Romney volvió a Estados Unidos en diciembre de 1968. Poco después se casó con su esposa, Ann Davies. Su primer hijo, Tagg, nació en 1970 y, tras él, llegaron Matt, Josh, Ben y Craig, que heredó la pasión por el castellano de su padre. Romney retomó su carrera y terminó con éxito un máster en administración y dirección de empresas en la Universidad de Harvard (Massachusetts) que le abrió las puertas de la consultora Bain & Company, tras un breve paso por el Boston Consulting Group.

Entre 1970 y 1985 Romney se convirtió en millonario: cogió una compañía al borde de la quiebra y la convirtió en una de las más importantes del país, y con oficinas en todo el mundo.Además, fue cofundador de Bain Capital e impuso una reforma en la empresa que permitió obtener los mejores rendimientos, a un bajo coste y sin ningún despido.

Paso a la política

A comienzos de la década de los noventa, la honda tradición política familiar -su padre, George W. Romney, fue gobernador de Michigan y candidato a la presidencia de EE.UU. en 1968- le llevó a la arena política. En 1994, intentó quitarle su escaño en el Senado al mítico Ted Kennedy, en la que fue su primera gran derrota electoral. Cinco años después intentó convertirse en gobernador de Massachussetts, pero perdió de nuevo.

No llegaría a este puesto hasta 2003, cuando después de presidir con éxito el comité olímpico de los Juegos de Invierno de Salt Lake City (Utah), venció en las votaciones a su oponente demócrata Shannon O'Brian. Tras abandonar su cargo como gobernador de Masachussetts el 4 de enero de 2007, anunció su candidatura a la presidencia en las elecciones generales del año siguiente, aunque finalmente los votantes conservadores optaron por John McCain como rival de Barack Obama.

Ahora Mitt Romney se enfrenta a sus segundos caucus republicanos. En esta ocasión quizá el poco español que aprendió en nuestro país le sirva para llevarse el voto hispano necesario para allanar el camino al que puede ser su próximo púlpito a partir del próximo 6 de noviembre: la Casa Blanca.

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3. El perfil mormón del candidato Romney.

FUENTE: Deia

 

 

El todavía favorito en la carrera por la candidatura republicana a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Mitt Romney, se ha convertido en los últimos días en el blanco de todas las críticas, tanto de sus contrincantes en las primarias como de la Casa Blanca. Así lo relata el diario español Deia en un artículo firmado por Marta Martínez. El ala más conservadora del partido no termina de ver con buenos ojos a Romney, a quien considera un moderado, al tiempo que es acusado de destruir miles de empleos durante su paso por Bain Capital, una empresa de capital de riesgo dedicada a limpiar las finanzas de empresas en problemas para posteriormente venderlas, de pagar menos de la mitad de los impuestos que le corresponden (desembolsa solo el 15% de sus ingresos frente al 23% que paga un ciudadano medio y al 35% de las grandes fortunas) y de tener parte de su fortuna, estimada en 250 millones de dólares, en paraísos fiscales.

Pero los obstáculos hacia la Casa Blanca no solo están en sus finanzas. Su religión, vista con recelos por buena parte de los votantes estadounidenses y considerada incluso una secta por algunos, puede resultar determinante en algunos casos a la hora de inclinar el voto hacia el candidato demócrata, el actual presidente Barack Obama. Y es que, según una encuesta de Gallup realizada el pasado noviembre, el 22% de los estadounidenses no votaría a un mormón. Otro sondeo, del Instituto Público de Investigaciones Religiosas, mostró que un 42% de la población mantiene reservas sobre la posibilidad de que la presidencia sea ocupada por un miembro de esta religión. Y este recelo existe también entre los votantes republicanos, la mayoría de ellos evangélicos.

Como en pocas elecciones, la religión se ha vuelto un tema complicado para los republicanos. Romney (Detroit, 1947) es originario de una gran familia mormona y es un gran devoto. Su bisabuelo, Miles Park Romney, emigró a México en 1885 huyendo de las leyes que perseguían la poligamia, practicada por los seguidores de la religión hasta 1890 -aunque oficialmente prohibida por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la poligamia es practicada hoy en día por unos 35.000 mormones-. En el país azteca nacieron su abuelo y hasta su padre, quienes se instalaron en Estados Unidos en 1910 tras el estallido de la revolución mexicana.

Como manda la tradición mormona, Romney pasó en su juventud dos años en el extranjero como misionero. Fue entre 1966 y 1968 en Francia, tiempo en el que apenas tuvo contacto con su familia, aprendió francés y predicó los valores mormones hasta en algunas zonas de Catalunya. Después se convirtió en el líder de su parroquia de Belmont (Massachussetts), fue obispo de Cambridge y también de Belmont, además de presidir la diócesis de Boston.

Sus creencias

Durante esta campaña electoral, Romney no ha querido ahondar mucho en sus creencias, precisamente para no convertirlas en el blanco de los ataques de sus contrincantes. El candidato republicano es consciente del rechazo que causan los mormones en parte de la población, que les considera sectarios, y del desconocimiento que existe en torno a su religión. Casi la mitad de la población no sabe ni siquiera si son cristianos. En Estados Unidos viven unos seis millones de mormones. Se consideran efectivamente cristianos, aunque su religión es politeísta. Creen que Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son entidades separadas, y añaden un su propio profeta: Joseph Smith.

Este dijo haber recibido en 1827 la visita del Ángel Moroni, quien le había entregado unas tablas de oro escritas en egipcio reformado (decía que era el idioma que se hablaba en la América antigua). Smith las tradujo y el resultado fue el Libro de Mormón, publicado en Nueva York en 1830, que se convirtió en el texto sagrado de la religión. Debido a la gran persecución que sufrían -Smith fue asesinado por una turba en 1844-, los mormones comenzaron a trasladares de una región a otra, hasta que se instalaron en una zona casi despoblada: Utah.

Allí fundaron la ciudad de Salt Lake City, que se mantiene como centro neurálgico de la iglesia. Una vez allí, las pretensiones del sucesor de Smith, Brigham Young, de organizar una autonomía teocrática llevó a los mormones a un fuerte enfrentamiento con el gobierno de presidente James Buchanan, que llegó a mandar 2.500 soldados. Hoy en día, también quedan colonias mormonas en los estados vecinos y en el estado mexicano de Chihuahua, donde aún vive una treintena de familiares de Romney.

Millonarios

Los mormones no beben alcohol ni fuman, tienen prohibido tomar excitantes como café, té o Coca-Cola así como mantener relaciones sexuales homosexuales. Asimismo, cada uno de sus miembros tiene que donar el 10% de su sueldo a la iglesia, lo que le ha reportado un patrimonio de 30.000 millones de dólares. Gracias a ello pueden ofrecer a sus miembros los servicios básicos como educación o salud. La mayoría de los mormones se mueven entre su comunidad, un hecho que acrecienta su imagen de sectarios. Hay mormones de diferentes ideologías, tanto republicanos como demócratas -es el caso de Romney y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid-, y en todo tipo de profesiones -uno de sus miembros destacados es el actor Tom Hanks-.

La posibilidad de que un mormón llegue a la presidencia de Estados Unidos ha despertado en el país un agrio debate, similar al que tuvo lugar cuando John F. Kennedy se convirtió en el principal mandatario católico. Hay quien teme que pueda estar atado a los dictados de su iglesia, sin embargo, varios analistas apuntan a que su trayectoria política no hace temer nada al respecto.

Moderación

Con una de las campañas que más dinero ha recaudado y su moderación, Romney sigue siendo, en estos momentos, el único candidato que podría vencer a Obama en noviembre. Y los republicanos, a pesar de los recelos, lo saben. Una encuesta del diario The New York Times mostró el mes pasado que esta es todavía una elección muy abierta, en la que los votantes independientes que el presidente necesita para su reelección tienen aún muchas dudas. En este sentido, los candidatos republicanos pueden ayudar a que esas dudas se resuelvan en favor de Obama si continúan en la línea actual.

Consciente también de que tiene que ganarse el voto del ala más conservadora del partido para lograr la candidatura republicana, el ex-gobernador de Masschussetts ha endurecido durante estas primarias su discurso en temas clave como la inmigración. De apoyar una reforma migratoria ha pasado a rechazarla con fuerza así como el Dream Act -para legalizar a estudiantes indocumentados-. Las dos siguientes citas electorales republicanas serán clave: la de Carolina del Sur y la de Florida.

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4. ¿Qué posibilidades tiene un mormón de presidir los EE.UU?

FUENTE: El País

 

 

Su pertenencia a los mormones y su multimillonaria fortuna, de la que sólo tributa un 15% en impuestos, figuran como puntos débiles del candidato republicano a la presidencia Mitt Romney. Cuando se perfila como vencedor en las primarias del Partido Republicano, su perfil religioso y económico puede restarle opciones de victoria frente a Barack Obama. ¿Puede Romney ganar a Obama? ¿Su religión y su fortuna pueden ser un obstáculo para obtener votos moderados? Reproducimos el debate moderado por Miguel Ángel Villena y publicado por el diario español El País el pasado 18 de enero.

Cristina Manzano

Claro que puede ganar Romney. Si, como indican todas las previsiones, se hace con Carolina del Sur este fin de semana, su carrera hacia la nominación republicana estará allanada. Y una vez ahí, puede pasar de todo. Los ganadores de todos los últimos comicios lo han sido por muy estrecho margen. Es cierto que lo habitual sería un segundo mandato por parte del ocupante de la Casa Blanca, pero en estos momentos la sociedad y la política norteamericanas están tan polarizadas, que nada está escrito.

No creo que el problema de Romney sea la religión ni la riqueza, sino, como se indicaba antes, su extremismo y su incapacidad. Una paradoja más de los tiempos que corren: un representante de esa clase de inversores halcones que facilitaron la gestación de la crisis al frente de la todavía superpotencia. De todos modos, tal como se está librando la batalla republicana, la campaña se presenta dura, sucia y carente de ideas con fuerza. Y aunque Obama se ha desgastado mucho en estos tres años largos, resulta mucho más creíble que Romney.

Miguel Ángel Villena

En la época de Richard Nixon como presidente (1969-1974) el humorista y dibujante catalán Jaume Perich acuñó una sentencia ingeniosa a propósito de los mandatarios norteamericanos. "En Estados Unidos cualquiera puede llegar a presidente. La prueba está en su presidente", publicó Perich en la portada de uno de sus libros. Por seguir con la escasa consideración pública que han tenido algunos presidentes de EE UU, los periodistas de la Casa Blanca comentaban de Gerald Ford, sucesor de Nixon, que era incapaz de caminar y masticar chicle a la vez.

No todos los líderes de la primera potencia han sido tan despreciados y ahí tenemos los ejemplos de Eisenhower, Roosevelt o Kennedy. En cualquier caso, el abanico de tipos que han ocupado la Casa Blanca es muy variopinto y creo que su religión mormona o su alergia por el fisco no resultarían impedimentos para que el republicano Mitt Romney llegara a la presidencia. Más bien serían su falta de talla y el extremismo galopante de su partido los mayores inconvenientes para vencer al demócrata Obama. De todos modos, la situación económica será una vez más decisiva.

Javier Valenzuela

Lo de millonario no supone mayor obstáculo. Los Bush, recuérdese, tenían una gran fortuna personal, al igual que otros de sus predecesores. Bien vendida, los norteamericanos pueden comprar la historia de que si alguien se ha hecho rico puede ser un presidente estupendo para la economía nacional. Otra cosa es que crezcan escándalos relacionados con sus actividades financieras.

En cuanto a lo de mormón, hoy es menos problemático en EE.UU. Ya un católico, Kennedy, ocupó la Casa Blanca y ahora la habita alguien descendiente de musulmanes, Obama. Romney puede superar ese "inconveniente" religioso. No quiero decir con nada de lo anterior que yo apueste ahora por una victoria de Romney. A fecha de hoy, el favorito parece Obama. Salvo catástrofe particular, el electorado norteamericano favorece la reelección, como bien dice (se te envía un saludo) Juan Arias.

Juan Arias

No se puede excluir una victoria de Mitt Romney sobre Obama, aunque lo veo muy difícil. La experiencia enseña que, de no mediar una catástrofe nacional, es difícil que un presidente de Estados Unidos, y más joven como Obama, que se presente a la reelección pueda perder. La máquina a su favor es muy poderosa. Además, Obama ha cometido errores, pero aún mantiene mucho prestigio tanto dentro como fuera de su país. Y su vida personal parece limpia. Las razones contra Romney tampoco convencen.

Baste recordar el caso Berlusconi en Italia. Era un millonario con un libro publicado sobre sus corrupciones como empresario y sus relaciones con la mafia siciliana. Era impresentable desde el punto de vista ético, moral y judicial y sin embargo fue elegido y reelegido. Y hasta era amigo de lo peor del Vaticano. Y eso, en un país como Italia, moralista y super politizado. Si Romney perdiera contra Obama sería por otras razones, no por ser mormón, ni millonario, ni por pagar pocos impuestos. En todo ello, Berlusconi podía darle lecciones.

Alana Moceri

Los Republicanos han hecho todo lo posible para rechazar al voto hispano. El problema de Romney no es pagar 15% en impuestos, sino esconder su dinero en países para evitar los impuestos completamente y, como he comentado abajo, la forma de que ha ganado su dinero. Además, no tiene el entusiasmo de su partido -de hecho, es un partido muy dividido. Va a ser más reñido que 2008, Obama no es el mismo candidato ni Romney es el mismo oponente, pero Romney tiene poca posibilidad.

Julio Ortega

Sí, se puede. Esta vez, ganarle a Obama. Los candidatos republicanos son lamentables, salvo Paul, y todo indica que Romney es el peor: pertenece al 1% que despide trabajadores, paga menos del 15% de sus ingresos en impuestos, y no ha sido visitado por una idea. Pero Obama ha perdido convicción, las varias derechas se unirán contra él, y el instinto de sacárselo de encima es irreprimible. Tiene un gran equipo, tendrá buenos fondos, y será fascinante ver si logran inventar su victoria.

El gran problema es que ha perdido el poder de la identificación, y más bien predomina la desindentificación con su figura de líder del futuro, a lo que se suma la pérdida del autointerés, ese otro motivo del voto. La legitimación de su figura pasará por el otro mapa del país: los liberales, la clase educada, los jóvenes indignados, las mujeres y las minorías. No se puede ganar las elecciones sin el 40% del voto hispano. Como en la pasada elección, la incógnita sigue siendo él.

Alana Moceri

Me temo que no es la cuestión adecuada. Lo de ser mormón podría haber sido su debilidad en las primarias republicanas pero no lo es. Su debilidad es no ser bastante conservador. Pero va a ganar la primaria en Carolina del Sur este sábado y con eso es, efectivamente, el candidato republicano. Ser rico nunca es un problema para un candidato político estadounidense, de hecho es casi un requisito.

Su debilidad como candidato en la elección general es como ha ganado su dinero y el hecho de que sus oponentes republicanos le están machacando a través de sus Super PAC por sus años liderando la empresa agresiva de capital del riesgo Bain Capital y las vidas destrozadas de los trabajadores de las empresas que compraba. Occupy Wall Street ha abierto la conversación nacional sobre la desigualdades económico y, asombrosamente, Newt Gingrich y Rick Perry lo han hecho eco. Mientras tanto, Obama está tranquilamente construyendo su campaña de base que fue la clave de su victoria en 2008 y lo será de nuevo en ganar su segundo mandato.

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5. Los mormones, también en España.

FUENTE: La Razón

 

 

Al cantante del grupo «The Killers», Brandon Flowers, al escolta del Real Madrid de Baloncesto, Jaycee Carroll, y a la escritora de la saga «Crepúsculo», Stephenie Meyer, les unen su éxito, los contratos millonarios y la religión que comparten: la de la Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días, es decir, la mormona. Este artículo lo firma Esther S. Sieteiglesias en el diario español La Razón.

El candidato Mitt Romney también es mormón, pero con el batacazo de 2008 y los resultados de Carolina del Sur del pasado 21 de enero queda claro que las creencias religiosas sí son un hándicap en la política estadounidense. Sobre todo porque ese día, gran mayoría del electorado era cristiano evangélico que votó en bloque por Newt Gingrich y Rick Santorum. «Romney no es el candidato mormón, sino el republicano», explica Faustino López, el líder para Europa de esta congregación.

«Entre los mormones hay demócratas y republicanos», añade López, que está terminando su tesis sobre los mormones en España, que ya son más de 47.000. López es también el director del Templo, el equivalente a una catedral, para toda la Península Ibérica y el sur de Francia, que se construyó en 1999, en mármol, en el barrio madrileño de Moratalaz. En los aledaños, de una pulcritud notoria, López recibe a este periódico para explicar las claves de su fe, que no entiende por qué pueden generar desconfianza si las bases son la familia, la Biblia y el Libro de Mormón.

Aparte de estar prohibido el tabaco, el alcohol, el té y el café, lo más destacable es que todos pagan un diezmo. «El 10% de tu nómina –ya seas multimillonario o mileurista– va a parar a la iglesia», un hecho que para López, de 61 años, es importante «porque se logra el sentimiento de pertenencia. Cuando vienen aquí, piensan que se ha construido con su esfuerzo». Además, los sacerdotes no reciben un sueldo, es voluntario, «por lo que se eliminan las luchas de poder».

La iglesia mormona está formada según el modelo de Jesucristo: un presidente, Thomas S. Monson, los 12 apóstoles, el grupo de los 70 (en el que se encuentra Faustino López) y después hay numerosos presidentes de estaca (parecido a las diócesis) y de misiones. Al recordarle a López que él ya ha llegado más alto que Romney, que fue presidente de estaca en Boston (Massachusetts), el mormón español asegura que en EE.UU. es más difícil acceder a puestos, «allí son 7 millones, y encima aquí, hasta 1968 era ilegal».

De hecho, tanto Romney padre como hijo estuvieron en España en los inicios de esta fe. «Mitt terminó su misión en Francia y pasó por aquí en el 66. Se reunió con los mormones de las bases de EE UU, como Torrejón». Y es que los varones, a partir de los 18, dejan durante dos años su carrera o trabajo para evangelizar en cualquier parte del mundo. La mala fama les acusa de ser racistas y polígamos. A este último respecto, López reconoce que su profeta «sí habló de poligamia, aunque ahora no se entiende culturalmente, por lo que no se practica». Eso sí, cuando se casan no lo hacen hasta que la muerte los separe sino hasta la eternidad, así que alguna vez dos mujeres han compartido marido en el más allá.

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6. La pertenencia mormona de Romney aleja a los votantes evangélicos.

FUENTE: Milenio

 

 

El “problema evangélico” de Mitt Romney es mucho más profundo de lo que parece a primera vista. Él nunca iba a ganar el apoyo de los grupos conservadores más prominentes que se reunieron en Texas los días 14 y 15 de enero para nombrar a Rick Santorum como su hombre del momento, según informa el diario mexicano Milenio.

Pese a las bajas puntuaciones de Romney entre los votantes evangélicos, muchos de los cuales consideran abiertamente que el mormonismo es una secta, éste podría ganar las primarias en Carolina del Sur el sábado. Aunque las encuestas de salida en 2008 mostraron que 60% de los votantes de ese estado son blancos y evangélicos born again (“cristianos vueltos a nacer”), Romney puede contar con que ese bloque sustancial se divida entre otros candidatos, dándole una ventaja.

Esa fue la estrategia ganadora de Romney en Iowa, donde sólo 14% de los born again y evangélicos votaron por él, el resto se fragmentó. Un análisis de las encuestas de entrada en ese estado mostró que Romney tenía una puntuación alta con los votantes republicanos tradicionales y adinerados —que notablemente no priorizan los valores familiares de la misma manera que otros en el partido.

La gran división entre los cristianos born again y los evangélicos por un lado, y los conservadores pragmáticos, menos orientados a la religión, por el otro, se ha vuelto cada vez más clara en el apoyo que ha atraído Romney durante estas primarias. A su vez, esto revela una división más fundamental en el partido republicano, que podría costarle cara en las elecciones generales.

A medida que los conservadores más pragmáticos evolucionan en su visión de asuntos críticos como el matrimonio gay, al que ahora apoya una pluralidad, los cristianos “renacidos” y los evangélicos quieren preservar el status quo doctrinal. Y esa tensión es insostenible. George W. Bush manejó esa división ofreciéndole algo a todos –recortes de impuestos a los ricos y una prohibición a la investigación con células madre a los religiosos. También tuvo la oportunidad de unir a los estadunidenses de todas las creencias gracias a los ataques del 11-S.

Pero no es el caso de Romney. ¿Por qué? Bueno, dicho llanamente, es mormón. Como tal, los evangélicos nunca confiarán en él. ¿Votarán por él renuentemente, por votar contra Obama, en las elecciones generales? Posiblemente, pero no de una manera que represente a la base energizada que necesitan los republicanos para ganar estos comicios.

Las elecciones de 2004 son una analogía. Bush era universalmente odiado por los demócratas (como lo es Obama ahora por la derecha), y sin embargo la izquierda no pudo unirse totalmente y con real entusiasmo en torno del carácter anémico de John Kerry. El resultado fue una base demócrata débil votando el día de las elecciones, lo que le aseguró a Bush un segundo periodo. Este es el riesgo para Romney. ¿Podrá unir al Partido Republicano? Lo está intentando en Carolina del Sur, presentando cantidad de anuncios por tv que enfatizan su veto a las leyes que apoyan las investigaciones con células madre y a la venta sin prescripción de anticonceptivos.

Creo que esto no va a funcionar, ni en Carolina del Sur durante las primarias ni con los evangélicos durante las generales. En las que probablemente serán unas elecciones altamente competitivas, podría necesitarse que sólo un pequeño porcentaje de esos votantes se quede en casa el día de las elecciones para darle el triunfo a Obama. Por supuesto, todo depende de la habilidad de Obama para atraer a sus votantes. Y en esto los demócratas tienen razones para ser optimistas.

El voto afroamericano, por ejemplo, está dando señales de favorecerlo. Y la reciente recaudación estratosférica de fondos ayudará a montar una estrategia que no se parecerá a nada que se haya visto, además de la difusión de gran cantidad de anuncios anti-Romney que deprimirá la presencia republicana en las urnas. Es demasiado pronto para saber con seguridad si los cristianos born again y los evangélicos se presentarán a votar. Pero la respuesta a esa pregunta, sin duda, será crítica en determinar quién será presidente los próximos cuatro años.

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7. La religión, un factor importante en las elecciones de EE.UU.

FUENTE: ABC

 

 

Por estas fechas, hace cuatro años, las primarias demócratas estaban casi tan disputadas como ahora lo están las republicanas. Entonces se especulaba con que, por primera vez, un negro y una mujer aspiraban con posibilidades reales a la presidencia de Estados Unidos. Hoy es un mormón quien pretende romper otra barrera. Lo cuenta Jaime G. Morajaime en el diario español ABC.

Mitt Romney, hasta la resurrección del insurgente Newt Gingrich, era el candidato llamado a disputarle la presidencia al demócrata Barack Obama. Los recelos del electorado más conservador y la agrevisa ofensiva mediática de Gingrich han frenado a Romney, demasiado calculador hasta el momento. Tanto que en el país capitalista por excelencia se le acusa de ser rico. El ex-presidente del Congreso Gingrich se frota las manos mientras piensa que aún le queda una bala por usar: el ex-gobernador de Massachusetts es mormón.

Ser mormón en Estados Unidos significa no contar con el voto del 22% del electorado, según una encuesta de Gallup realizada en junio del año pasado. Son una minoría: solo el 2% (unos siete millones de estadounidenses) se definen como tal. La creencia de que son una secta está más que extendida y cargan con el sambenito de ser racistas y polígamos. Pero nueve de cada diez republicanos desconocen que Romney es mormón. Tampoco se sabía que ha pagado a la Iglesia mormona casi tanto dinero -4 millones de dólares- como en impuestos -6 millones- entre 2010 y 2011.

«Libro de Mormón»

Pocos saben que el segundo favorito para las primarias de Florida (Gingrich le ha adelantado tras vencer en Carolina del Sur) es tataranieto de uno de los primeros conversos y uno de los primeros en emigrar a Utah, donde hoy se encuentra la sede. Él mismo fue obispo de Cambridge y de Belmont, lugar, este último, en el que también fue líder de su parroquia. En su juventud, en la segunda mitad de la década de los sesenta, viajó a Francia para predicar su fe. Esta es una práctica muy extendida entre los mormones, que buscan así extender una religión que nació en 1830.

Joseph Smith, el padre del mormonismo, decía haber recibido la palabra de Dios por medio de un ángel, quien le entregó unas tablas de oro que él tradujo en el llamado Libro de Mormón. Cuenta que Jesucristo resucitado se apareció a una tribu de Israel que habitó en América 600 años antes de Cristo. La lucha entre dos castas -nefitas y lamanitas- finalizó con la victoria de los segundos, de piel oscura. Eso explica la presencia de indígenas en el descubrimiento de América.

Un año después de la publicación del Libro de Mormón, Smith fue perseguido y acorralado en el Medio Oeste, donde fue asesinado. Años después, entre 1846 y 1847, sus seguidores se marcharon a Utah. Allí se encuentra ahora la base de la religión. El mormonismo, antes de su abolición en 1890, fomentaba la poligamia. El profeta Smith tomó a unas 24 mujeres, según los historiadores. Tampoco estaba permitido que los negros accedieran al sacerdocio.

La religión es importante

La religión, explica Juan Tovar, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, es una cuestión que responde a factores históricos y a la propia identidad estadounidense. «Estados Unidos es un país profundamente religioso y la religión siempre ha tenido un papel importante en la política, particularmente en el Partido Republicano. La tendencia a argumentar políticamente en un sentido moral es un factor que procede de su propia historia», señala. Para ocho de cada diez americanos, según Gallup, la religión es importante.

Una encuesta de Pew Research Center, por otro lado, revela que solo el 56% de los mormones cree que Estados Unidos está preparado para un presidente de su religión. Y eso lo sabe Romney, que ha obviado durante la campaña este aspecto. En las primarias de 2008, el ex-candidato Huckabee aprovechó esta cuestión para anular al ex-gobernador de Massachusetts: «¿Los mormones no creen que Jesús y el demonio son hermanos?». Huckabee ganó en Iowa y Romney no logró remontar unas primarias que acabó ganando John McCain.

En cambio, Juan Tovar piensa que EE.UU. «está perfectamente preparado para tener un presidente mormón. El problema se plantea más en relación a los propios votantes conservadores evangélicos que a otros sectores del electorado». Añade que «la victoria en estas elecciones probablemente tendrá que ver más con la recuperación económica y el descenso del paro».

Pero el gran rival de Romney dentro del Partido Republicano, Newt Gingrich, ha logrado desactivar las aptitudes económicas de un exitoso empresario cuya fortuna se estima en más de 200 millones de euros. Está por ver si la cuestión mormona saltará al barro electoral. A Romney le queda el recuerdo de John F. Kennedy, que en 1960 se convirtió en el primer presidente católico. Y eso que el 25% de los estadounidenses decía que no votaría por un católico.

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8. Altibajos del recelo norteamericano por la fe mormona de Mitt Romney.

FUENTE: AP

 

 

Esta vez, los electores republicanos ya parecen haberse curado de espanto en Carolina del Sur. La perspectiva de que un mormón sea presidente ya no resulta tan descabellada y los residentes del estado están dispuestos a darle una nueva mirada a Mitt Romney, quien fracasó en 2008 en su intento por alcanzar la Casa Blanca. Lo cuenta la agencia Associated Press.

Sin embargo, persiste el resquemor hacia la fe de este político en un estado que, según ha dicho en broma un pastor local, “tiene más bautistas que habitantes”. El 21 de enero se efectuaron las elecciones primarias republicanas en el estado, donde los votantes sopesan si es realmente importante el mormonismo de Romney en momentos en que pasan apuros para cubrir sus gastos y continúa en la Casa Blanca un demócrata del que muchos desconfían.

“Aunque la fe de Romney sigue siendo un tema que suscita cierta controversia, políticamente le ha causado menos dificultades que en 2008”, dijo Jim Guth, politólogo de la Universidad de Furman en Greenville, ubicada en la zona conservadora del norte de Carolina del Sur. “La mayoría de los republicanos tienen en general una impresión positiva de Romney, incluso los cristianos evangélicos”, agregó.

Hace cuatro años, durante su anterior campaña, Romney suscitó desconfianzas debido a su afiliación con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los cristianos conservadores, incluidos protestantes y católicos, no consideran cristianos a los mormones, aunque éstos juran y perjuran que sí lo son.

En aquellas fechas, el ex-gobernador de Massachusetts había cortejado a pastores evangélicos e integrado una comisión nacional para la fe y los valores. Igual que John F. Kennedy cuando pronunció en 1960 un discurso sobre catolicismo que fue de importancia capital, Romney hizo lo propio en el 2007 en Texas y se comprometió a que “ninguna autoridad de mi iglesia, o de ninguna iglesia” influiría en las políticas que adoptara.

En esta ocasión, Romney carece de una comisión religiosa formal y rara vez hace referencia a su fe salvo que se le pregunte. Durante una reciente presentación en Greer, Romney dijo que lo importante de las elecciones es “el alma de América (Estados Unidos)” y describió como un problema moral el endeudamiento de la nación.

Romney se refirió como un “himno nacional” a la canción “América the Beautiful”. (Un organista de iglesia compuso originalmente la música de esta pieza para que fuera un himno religioso). El único aspecto religioso en el acto lo escenificó el tesorero del estado de Carolina del Sur, Curtis Loftis, cuando mencionó que él era bautista en el discurso con el que presentó a Romney.

En contraste, el gobernador de Texas, Rick Perry, ha explicado en iglesias y reuniones de campaña en Carolina del Sur por qué a los 14 años abrazó a Cristo. Los evangélicos definen estas palabras como el testimonio personal de Perry. Rick Santorum, un católico de valores conservadores al que a menudo se le confunde con protestante evangélico, solicitó en fecha reciente que rezaran por el éxito de su campaña a las personas que asistieron a un acto en Greenville. “Todos los días salimos a una batalla difícil”, dijo Santorum. “Necesitamos ese manto de protección”, agregó.

Peticiones como la mencionada son casi previsibles en un estado donde el cristianismo es parte importante de la vida cotidiana. Cuando Romney llegó a Columbia por primera vez tras su victoria en las primarias de Nueva Hampshire, las iglesias de todo el estado acogieron a familias en sus reuniones de camaradería, comida y estudio de la Biblia, una tradición del miércoles en la noche en los templos evangélicos del sur.

En 2008, se habían identificado como cristianos renacidos el 60 por ciento de los electores republicanos que participaron en los comicios primarios en Carolina el Sur, según encuestas de salida. Más que el recelo hacia la fe de Romney, quedó manifiesta la importancia de la religión en Carolina del Sur con la segunda pregunta de una de las personas que asistieron el viernes a un acto tipo asamblea popular en Hilton Head.

Uno de los presentes preguntó a Romney si creía “en la divina gracia de la salvación de Jesucristo” y respondió “Sí, así es”. Oran Smith, presidente del Consejo de la Familia Palmetto, un grupo de política conservadora con sede en Columbia, dijo que el estado “es una especie de cultura permeada por el evangelismo”. Smith dijo que Carolina del Sur “tiene una gran influencia de todas y cada una de las grandes iglesias. Incluso en aquéllos que sólo van al ritual de la iglesia, los valores que la gente predica se han vuelto parte de la visión del mundo de esas personas”.

Romney ha centrado su campaña en los valores para atraerse esos votos, dijo el principal asesor de Romney y ejecutivo veterano de relaciones públicas que representa a pastores y ministerios evangélicos. El equipo de campaña de Romney difundió el pasado 13 de enero por radio un nuevo mensaje en el que se afirma: “Hoy, los conservadores cristianos apoyan a Mitt Romney porque él comparte los valores de ellos: la naturaleza sagrada de la vida, la santidad del matrimonio y la importancia de la vida”.

Un folleto de apariencia llamativa comenzó a llegar a los buzones de correo de las casas en Carolina del Sur. En esos textos se destaca que Romney ha pertenecido siempre a una misma iglesia, aunque no se precisa el nombre de la misma. Este detalle podría tener dedicatoria, a decir el ex-presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien abandonó el luteranismo para convertirse en bautista del sur y después en católico.

El mensaje entre líneas de Romney es que “soy como ustedes”, dijo John Green, experto en religión y política en la Universidad de Akron, Ohio. “Es como una especie de inoculación decir: ‘Tengo estos valores. Hablemos ahora de la economía“’, agregó. “El intenta superar cualquier posible crítica”, apuntó. Romney reconoce que jamás obtendrá ciertos votos.

En la ciudad de Easley, en el norte del estado, el reverendo Brad Atkins, presidente de la Convención General Bautista de Carolina del Sur, ha difundido en el portal de internet de su iglesia un intercambio de correos electrónicos con un reportero local en cuanto a las objeciones del primero hacia la iglesia mormona. “El mormonismo de Romney causa más preocupación que la infidelidad de Gingrich”, escribió Atkins.

Los cristianos pueden perdonar el pecado, dijo el pastor, “pero tendrán dificultades para comprender cómo alguien puede llamarse mormón y cristiano al mismo tiempo”. Héctor Chávez, elector republicano católico en Columbia, dijo que no puede apoyar a Romney al igual que muchas personas a las que conoce. “Como cristiano, no puedo votar por alguien que no nos pueda gobernar en una forma cristiana”, dijo Chávez. Este elector afirmó que se inclina a votar por Perry.

De cualquier manera, Atkins terminó sus mensajes en el portal de internet con la predicción de que la mayoría de los cristianos basarán su voto en consideraciones económicas y no en consideraciones morales.

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9. El voto mormón en Nevada, clave en la carrera de Romney a la Casa Blanca.

FUENTE: Varios medios

 

 

Tras su victoria en las primarias de Florida, el aspirante republicano a la presidencia Mitt Romney tenían previsto intentar noquear en el primer asalto a sus rivales en los caucus (asambleas) de Nevada el pasado 4 de febrero. Según explicaba ese día J. Jaime Hernández, corresponsal en Washington del diario El Universal, en su esquina, Romney contará con el aliento del voto mormón —aproximadamente 25% de la base electoral republicana en ese estado—, que representa la mejor oportunidad de Romney para protagonizar una dulce revancha contra Newt Gingrich, quien lo derrotó en las primarias de Carolina del Sur gracias al apoyo del voto evangélico.

Pero, además, Romney contará con el apoyo de Donald Trump, un multimillonario del sector inmobiliario que ha conseguido cautivar a un sector del Movimiento del Tea Party y representa un saco sin fondo de recursos para financiar campañas. Si las encuestas tienen razón, Romney se impondrá sin mayor pena ni gloria y repetirá la misma proeza de hace cuatro años, cuando se alzó como ganador por encima del entonces favorito, John McCain.

Para los estrategas de la campaña Romney, la piedra de toque de una victoria en Nevada es al granítico apoyo mormón. Aunque la base electoral mormona representa en términos absolutos el 7% en Nevada (aproximadamente 175.000 electores), su elevada participación los convierte en un formidable aliado.

Durante los caucus de 2008, el 25% de los electores que participaron e hicieron posible la victoria de Romney, eran mormones. Este porcentaje podría aumentar considerablemente hoy si se toma en cuenta que Romney se ha convertido, en el actual proceso de primarias, en el primer mormón con posibilidades reales de llegar a la Casa Blanca.

En la historia de EE.UU., sólo tres políticos de fe mormona han recorrido el difícil camino de la Casa Blanca. Aunque Joseph Smith, el fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días, declaró su intención de contender por la presidencia en 1844, nunca materializó sus deseos. Fue en 1968 cuando George Romney, gobernador de Michigan y padre de Mitt Romney, intentó por primera vez la conquista de la Casa Blanca.

Después de George Romney —quien nació en Chihuahua—, el segundo político de fe mormona en intentar la conquista de la presidencia fue Mo Udall, un senador de Arizona que fracasó. En 2000, el senador por Utah, Orrin Hacth, recorrió el mismo camino que hoy prueba con mayor suerte Romney.

Aunque Barack Obama se impuso hace ya casi cuatro años en Nevada, con 55% de los votos, la crisis inmobiliaria y el desempleo (13%) han hecho de ese estado un terreno propicio para las aspiraciones de Romney, quien no se ha cansado de culpar a Obama de la crisis de EE.UU. Si Romney se impone en los caucus de hoy y se convierte en el candidato republicano, Obama tendrá serias dificultades para repetir su victoria en Nevada donde el peso del voto mormón y la incierta recuperación de la economía, serán claves.

También Akronoticias señalaba que Romney, un mormón que se ha descrito a sí mismo con estrechos vínculos con los líderes de la iglesia, espera llevarse una abrumadora mayoría de los votos de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el Estado de Nevada. De hecho, la mayoría de los votantes mormones republicanos lo apoyaron en el caucus presidencial hace cuatro años.

Cortejando el voto mormón en una contienda republicana en Nevada y otros estados del oeste es algo parecido a cortejar a los evangélicos en Carolina del Sur o Iowa: Es difícil ganar sin ellos. Con tanto en juego, Ron Paul, Newt Gingrich y Rick Santorum están trabajando para hacer sus propios esfuerzos de lograr compartir los votos de los mormones, pero es difícil competir con el apoyo a Romney de sus hermanos y hermanas de iglesia. Nevada es el primer estado en la pelea por la nominación republicana en el que podría marcarse una gran diferencia.

Información posterior a la victoria

Mitt Romney jugaba casi en casa y eso se notó el pasado 4 de febrero. Nevada le dio otro notable triunfo sobre Newt Gingrich, con la ayuda del voto mormón. Sondeos publicados al comienzo de la jornada electoral predecían la victoria de Romney con un apoyo del 45%, frente al 25% de Gingrich, el 11% de Rick Santorum y el 9% de Ron Paul. Todo indicaba una fuerte participación de los residentes mormones de Nevada, que hace cuatro años ya dieron un abultado triunfo a Romney. Lo cuenta Emili J. Blasco, corresponsal del diario español ABC.

El vecino estado de Utah es el centro del mormonismo, y esa proximidad eleva el número de residentes mormones en Nevada al 7,5%, algo más del doble que la media nacional. Romney no ha hecho carrera política en Utah, a diferencia de Jon Huntsman, que fue gobernador y hace un mes se retiró de las primarias. Pero es considerado el salvador de los Juegos Olímpicos de invierno de 2002 en Salt Lake City, la capital de Utah.

Su condición de mormón no parece afectarle negativamente en las primarias, al tiempo que puede sumar el apoyo de sus correligionarios. Un reciente estudio indicaba que el 60% de los estadounidenses se encontrarían «cómodos» con un presidente mormón (por encima del 38% que dicen lo mismo respecto a un presidente musulmán, o un 37% respecto a un ateo). Los mormones se vuelcan con Romney. Alrededor del 80% de ellos se declaran republicanos. Pero oficialmente la Iglesia de los Santos de los Últimos Días se muestra cuidadosamente neutral en el proceso.

Si en Nevada Romney se beneficia de su religión, en el estado de Maine le ayuda su pasado como gobernador del cercano Massachusetts. Maine también celebró caucus este sábado, pero en su caso esas asambleas de ciudadanos tienen lugar a lo largo de varios días, de forma que el resultado no se conocerá hasta dentro de una semana. Como en Nevada, Romney también ganó en Maine en su intento de alcanzar la nominación republicana en 2008.

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10. El mormonismo de Mitt Romney: ¿obstáculo u oportunidad?

FUENTE: Urgente24

 

 

Ser mormón en USA significa no contar con el voto del 22% del electorado, según una encuesta de Gallup realizada en junio del año pasado. Son una minoría: solo el 2% (unos 7 millones de estadounidenses) se definen como tal. La creencia de que son una secta está más que extendida y cargan con el fantasma de ser supuestamente racistas y polígamos. Pero 9 de cada 10 republicanos desconocen que Mitt Romney es mormón… Así lo cuenta el medio argentino Urgente24.

John Fitzgerald "Jack" Kennedy fue el único presidente de USA católico. Más allá de las insidiosas acusaciones al actual presidente Barack Obama imputándole un supuesto islamismo que no practica, aquel fue el único caso de un presidente de USA que no sea protestante. Por lo menos, hasta ahora. Pero eso puede cambiar si el precandidato republicano mejor posicionado en la carrera interna llega a la Casa Blanca. De hecho, la fe mormona de Mitt Romney -alguna vez vista como una carga potencialmente peligrosa para su campaña 2012- puede convertirse rápidamente en un activo muy valioso que le ayuda a bloquear la nominación presidencial.

La profesión mormona de Romney es generalmente silenciada por el candidato republicano que, eso sí, se suele presentar a sí mismo como “hombre de fe”, pero no como específicamente mormón. Y eso aun a pesar de que la suya es una de las grandes familias del mormonismo: ya era mormón su bisabuelo, Miles P. Romney, y siguieron siéndolo su abuelo Gaskell Romney, y su padre, George Romney, por cierto, gobernador de Michigan entre 1963 y 1969, y candidato, como Mitt, en unas primarias republicanas, las de 1968, que finalmente ganaría Richard Nixon.

Mitt Romney,no es, además, cualquier mormón, sino que en su condición de tal se ha presentado siempre como persona bien comprometida. Ha servido en la comunidad mormona de Belmont, Massachussetts, de 1981 a 1986, y luego, de 1986 a 1994, ha sido presidente del Boston Stake, es decir de la parroquia mormona de Boston, con una docena de comunidades y más de 4.000 fieles. En una entrevista para el Atlantic Monthly, Sridhar Pappu preguntó a Romney: “¿Cuánto es usted de mormón?”. Esta fue la respuesta del hoy candidato a ser el candidato republicano a la Casa Blanca:

“Los principios y valores que me enseñaron como fe, son valores que aspiro a vivir y son tan americanos como la patria o el pastel de manzana. Mi fe cree en la familia, cree en Jesucristo. Cree en el servicio a los vecinos de uno y a la propia comunidad. Cree en el servicio militar. Cree en el patriotismo; de hecho cree que esta nación tuvo una fundación inspirada). Es de alguna manera una fe esencialmente americana, y esos valores son valores en los que aspiro a vivir. No soy perfecto, pero soy alguien que aspira a ser una buena persona según se define en el concepto bíblico judeo-cristiano que nuestra sociedad reconoce”.

Ahora que ha sobrevivido, aunque a duras penas, las paradas evangélicas en Iowa y Carolina del Sur, Romney ya se encuentra beneficiándose del perfil mormón de estados como Nevada, Arizona y Colorado. En el primero, obtuvo el fin de semana una muy fácil victoria sobre Newt Gingrich. En estos estados Romney se verá favorecido por la más robusta presencia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD), cuyos miembros tienden a votar en grandes cantidades y ya han apoyado masivamente a Romney en el 2008. Eso hace que las elecciones que se vienen en el oeste de USA, incluyendo el natal Michigan de Romney, puedan ser una oportunidad muy prometedora para que Romney le niegue a sus oponentes toda apariencia de fuerza política.

Y no son sólo la cantidad de mormones que votan, sino que en esos estados, los votantes de todas las tendencias -incluidos los cristianos más conservadores- están más familiarizados con el mormonismo y lo ven con menos sospechas. El gen religioso de Romney, mormón reconocido y practicante, es un arma de doble filo. No debemos olvidar que el 28% de los estadounidenses considera el mormonismo una secta y el porcentaje sube al 31% entre los republicanos, lo que explica que Romney tarde en consolidar la nominación conservadora. Al fin y al cabo, si se rasca un poco, el electorado republicano busca "un buen cristiano" en la Casa Blanca.

Sin embargo, los miembros de la IJSUD, como les gusta ser referidos a los mormones, tienen gran presencia en “corporate America”: desde J. W. Marriott Jr, presidente de Marriott International, hasta Nolan Archibald, consejero delegado de Black & Decker, o David Neeleman, fundador de la aerolínea Jet Blue Airlines. En los estados donde habrá primarias este mes de febrero, la mayoría de la gente ve a los mormones como personas patrióticas, buenos vecinos, trabajadores, con buenos valores familiares. Sin duda, el efecto “mormón” aquí será neutral, si no positivo. Por lo menos no le jugará en contra como pudo haber pasado hasta ahora.

Romney no es uno más entre los feligreses. Viene de una familia de renombre histórico, que emigró al oeste del país en el siglo 19 desde el enclave Mormón en Nauvoo, Illinois, para abrirse camino en Utah. El padre de Romney era un miembro de alto perfil de la iglesia y el propio Romney, ex obispo, es considerado un héroe por haber salvado a los Juegos Olímpicos de Salt Lake City. Encuestas realizadas en 2008 no dejan duda de que los antecedentes mormones de Romney son una ventaja en aquellos estados occidentales, especialmente en 2 de esos estados. En Nevada, por ejemplo, el 26% del electorado es mormón. El 95% apoyó a Romney y ganó fácilmente.

Los números también son impresionantes en Arizona, donde las encuestas a boca de urna mostraron que el 11% de la población era mormona con un 88% votando a favor de Romney. Romney también obtuvo buenos resultados en otros estados con importantes poblaciones mormonas, incluyendo Utah, donde tiene su sede la secta. A nivel nacional, un estudio de Pew publicado el mes pasado concluyó que el 86% de los mormones tienen una opinión favorable de Romney, mientras que sólo el 10% tienen una visión desfavorable.

Mientras que la religión de Romney ha sido tradicionalmente tratada como una alta sensibilidad y, en cierto tema tabú maneras, algunos republicanos dicen que es sólo una cuestión de simple política étnica de la misma manera un candidato italiano-americano o judío se beneficiarían de la solidaridad cultural en una campaña política.

"Creo que es muy parecido a lo experimentado por los católicos en 1960 con John F. Kennedy. Guste o no, era la posibilidad de integrarse y quedar en el medio de la escena", dijo el activista conservador de Nevada Chuck Muth, que apoya a Newt Gingrich, pero espera muchos votos para Romney por ser parte de la religión.

Pero su condición mormona podría traer a Romney problemas en un país en el que un 40% de los cristianos se consideran abiertamente practicantes, un tercio de la población considera que el mormonismo no es una confesión cristiana, y menos de un 2% son mormones. Razón que es aquella por la que muchos creen que Mitt no acostumbra a referirse a su condición mormona, y que podría incluso estar en la base de la aversión que ha exhibido a presentar su declaración de la renta, en la que, cuando finalmente lo ha hecho hemos sabido que dedica US$ 7 millones a la caridad, la mayoría de esos fondos a través precisamente de su comunidad religiosa.

Lo dicho, si llega, será el primer presidente mormón en la Casa Blanca. No así, en cambio, el primero en presentarse a unas elecciones, pues el propio fundador de los mormones, Joseph Smith ya lo hizo en 1844, poco antes de que las turbas lo lincharan y asesinaran cuando se hallaba detenido en la prisión de Cartaghe (Illinois).

Ser mormón en USA significa no contar con el voto del 22% del electorado, según una encuesta de Gallup realizada en junio del año pasado. Son una minoría: solo el 2% (unos 7 millones de estadounidenses) se definen como tal. La creencia de que son una secta está más que extendida y cargan con el fantasma de ser supuestamente racistas y polígamos. Pero 9 de cada 10 republicanos desconocen que Romney es mormón… Para 8 de cada 10 americanos, según Gallup, la religión es importante…

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.