Piden apoyo a los grupos de presión abortistas

Funcionarios brasileños en la ONU revelan planes para que fracase el «Estatuto de los no nacidos»

 

En el seno de un comité de la ONU en Ginebra, funcionarios del gobierno de Brasil presentaron un informe en el que critican la legislación provida pendiente del país y detallaron planes para rechazarla. En una respuesta oficial a las preguntas planteadas por el Comité de la CEDAW, Brasil pareció considerar el aborto como un derecho, lo que contradice su legislación nacional y el derecho internacional.

25/02/12 10:46 AM


 

(C-FAM/Stefano Gennarini) Se exige a los países que ratifican la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) que informen al Comité cada cuatro años sobre sus avances en la implementación de la Convención. Los miembros del Comité suelen efectuar preguntas que atañen al aborto, a pesar de que el tratado no aborda esa cuestión. La mayoría de los países informa al Comité sobre sus leyes. Sin embargo, Brasil sorprendió a los observadores al mostrar un apoyo al aborto bastante apasionado.

En Brasil, el aborto se encuentra restringido tanto en el código penal como en el civil. Sólo se permite para salvar la vida de la madre o cuando el embarazo es consecuencia de una violación. Tras una sentencia de la Corte de 2004, los fetos anencefálicos pueden ser abortados mediante la obtención de una orden judicial.

Pronto podría promulgarse una nueva legislación que protege la vida desde el momento de la concepción. 

En una serie de preguntas dirigidas a Brasil, el Comité de la CEDAW solicitó: «[p]or favor, infórmese al Comité sobre medidas específicas existentes para tratar la cuestión de los abortos riesgosos en el Estado parte y la discriminación de las mujeres y de las adolescentes que llegan a los centros de salud con abortos iniciados o son víctimas de la violencia a causa de patrones culturales conservadores...». 

La pregunta repetía palabra por palabra los informes que el Centro de Derechos Reproductivos (CDR) presenta habitualmente al Comité. El CDR es una firma de abogados de interés público que presiona a los países para que legalicen el aborto a petición sin restricciones. 

En respuesta, los representantes de Brasil lamentaron que el «derecho al aborto» se encontrara amenazado por el «Estatuto de los no nacidos», proyecto de ley que superó múltiples obstáculos legislativos y «privaría a las mujeres víctimas de violación y en riesgo de muerte del derecho al aborto... y prohibiría la investigación con células madre».

La respuesta del delegado de Brasil fue reflejo de un documento estratégico de activistas a favor del aborto en el país, quienes trabajan para combatir el Estatuto de los no nacidos. Dicha estrategia afirma:

«[c]onseguir el fracaso del proyecto de ley plantea un desafío importante, ya que se proyecta que la composición de la Cámara de Diputados tendrá una tendencia más conservadora en la próxima sesión legislativa que en el Congreso anterior. Dadas las amplias repercusiones del asunto en las elecciones de 2010 y la desmovilización de importantes movimientos de defensa, será extremadamente difícil bloquear la promulgación del Proyecto que ahora está pendiente en el Congreso». 

La estrategia continúa diciendo: «Resulta esencial que la medida sea rechazada por la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía  (CCJC), para cuyo fin se necesitará procurar la acción integrada con los miembros de la CCJC. Otro esfuerzo se centra en atraer el apoyo de científicos dedicados a la investigación con células madre en el debate». 

Las leyes de Brasil reflejan la creciente oposición política al aborto entre  católicos y evangélicos. Este reciente episodio con el Comité de la CEDAW pone de manifiesto el modo en el que con frecuencia se utilizan organismos internacionales para franquear la política interna en iniciativas para modificar leyes y políticas nacionales.

 

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano