2.03.12

Eppur si muove - ¿Iglesia de base vs. otra Iglesia?

A las 12:15 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove
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A algunos zascandiles de lo religioso les viene bien, para mantener su particular chiringuito, apartadillo o pequeño comité de pensantes, sostener la especie según la cual pueda dar la impresión de que existen dos tipos de Iglesia dentro de la católica: la de base y la otra.

Pero como no queda ahí la cosa, no se conforman con poner sobre la mesa la tal existencia sino que aportan, para común discusión o, mejor, para sostened sin enmendar su error, que eso tiene claras consecuencias que no se pueden tener por inexistentes.

A lo mejor alguien piensa que estoy imaginando fantasmas donde no los hay. En realidad, fantasmas hay… pero de carne y hueso y personas que, siendo de carne y hueso, hacen el fantasma.

Ahí va eso: “Hay muchas iglesias en la Iglesia”.

Esto lo ha dicho uno de los partidarios más conocidos de los partidarios de la división de la Iglesia. Se llama José Manuel Vidal y es director, como sabemos, de Religión Digital, ejemplo palmario de hasta dónde se puede llegar por mantener el negocio de lo religioso o hacer un negocio de lo religioso importando un pepino lo religioso.

Pues bien, digo que Vidal ha escrito eso. Y mucho más porque una vez tirada la piedra no esconde la mano sino que la utiliza para dar manotazos a quien considera que no está a su nivel de comprensión de la dialéctica religiosa y de la multipluralidad intrínseca de la conformación eclesiástica y bla, bla, bla.

Y, digo, para sostener lo dice escribe esto:

Los obispos en conjunto y la conferencia episcopal como su órgano colegiado callan, mientras el pueblo sufre y se va al paro y hasta tiene hambre y, por supuesto, dificultades para llegar a fin de mes.

Pues por si no lo sabe Vidal ya en 2008, en la reunión que la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebró a finales del mes de noviembre de aquel año ya se dijo que

“es el momento de reflexionar sobre los orígenes morales de la crisis, examinando si el relativismo moral no ha fomentado conductas no orientadas por criterios objetivos de servicio al bien común y al interés general; si la vida económica no se ha visto dominada por la avaricia de la ganancia rápida y desproporcionada a los bienes producidos; si el derroche y la ostentación, privada y pública, no han sido presentados con demasiada frecuencia como supuesta prueba de efectividad económica y social".

Pero como todo iban a ser “palabras” se acordó entregar a Cáritas el 1% del total bruto que reciben las diócesis que, hablando en dinero, eran unos 1’9 millones de euros.

Desde entonces eso se ha hecho otras veces y no han sido pocos los obispos que han pedido a sus sacerdotes que entreguen parte de su escaso sueldo a Cáritas.

Es más, en el año 2009, es decir, uno después de lo citado, y en una reunión similar (Asamblea Plenaria) también de finales de noviembre de aquel año, se emitió una “Declaración ante la crisis moral y económica” donde se abundaba sobre el asunto pero donde se apuntada hacia el muy posible origen de la que es económica y que no es otro que la que no es moral.

Pero es que, además, a quien achaca Vidal permanecer mudo ante la situación de crisis en la que vivimos o, lo que es lo mismo, al Presidente de la Conferencia Episcopal Española y Cardenal Rouco Varela, en la última reunión de la Asamblea Plenaria (2011, mismo mes que los anteriores) y en el Discurso Inaugural dijo esto:

Pero también continúa, sin duda, siendo particularmente urgente apuntar a las causas más profundas de la crisis, tan claramente señaladas en el magisterio de Benedicto XVI a partir de su encíclica Caritas in veritate, y recogidas por la Declaración ante la crisis moral y económica, publicada por esta Asamblea Plenaria[16]. Se trata, en síntesis, y en el fondo, de la pérdida de valores morales, que va de la mano del relativismo y del olvido de Dios y de su santa Ley, cuyas consecuencias son la corrupción política y económica, la codicia, la búsqueda del propio interés a toda costa, el menosprecio de la vida humana mediante políticas y conductas abortistas y antinatalistas, la desprotección y la disolución institucional del matrimonio y de la familia, la instrumentalización y el deterioro de la educación. Todo ello no puede conducir más que a situaciones sociales y económicas muy delicadas.

Entonces, ¿a qué viene el “A qué esperan Rouco y Camino? Que hablen ya. De tan afónicos se van a quedar mudos”?, porque parece que al menos don Antonio María sí ha hablado y no lo ha hecho para decir, precisamente, poco.

Y de cosas como las aquí traídas se sirven para decir que existe una Iglesia de base y otra que no lo es. En realidad, lo que deberían decir es que existe una Iglesia católica y, en todo caso, algunos fieles que no les gusta la Iglesia católica como es y les gustaría cambiarla. Ahora bien no deberían creer que atraer a un grupo de personas a, por ejemplo, comulgar con rosquillas en alguna parroquia hace que exista una Iglesia llamada de “base”. Más bien lo que existe es una base constituida para ser otra Iglesia. Pero católica y en la católica, no.

Eleuterio Fernández Guzmán