No está previsto que Benedicto XVI se reuna con ellos

Los opositores a la dictadura cubana esperan que el Papa sea «la voz de quienes no tienen voz»

 

Buena parte de los disidentes cubanos aguardan la próxima visita del Papa Benedicto XVI como un acontecimiento y esperan que el pontífice sea la «voz de quienes no tienen voz» en Cuba, aunque también hay entre los opositores quienes cuestionan el viaje. «Es la oportunidad de que el Papa sea la voz de los que no tienen voz», ha dicho a Efe Dagoberto Valdés, intelectual cubano que hasta el 2007 fue director de la revista «Vitral», órgano oficial de la Diócesis de Pinar del Río (oeste de la isla).

10/03/12 10:18 AM


 

(Efe) En similar sentido se pronuncian otros opositores, como Oswaldo Payá, que encabeza el Movimiento Cristiano Liberación y que promovió el llamado "Proyecto Varela" o Berta Soler, actual líder de las "Damas de Blanco", grupo femenino que aboga por los derechos humanos y la libertad de los presos políticos en la isla.

Dagoberto Valdés espera que Benedicto XVI se refiera durante su estancia en Cuba a la "responsabilidad de los derechos humanos, la dignidad, la paz y otros valores" que la isla "necesita urgentemente", ha añadido.

Para Oswaldo Payá no hay que centrar la expectativa de la visita papal en que vaya a catalizar un giro hacia la libertad, pero su viaje puede "sintonizar" con "el cambio que se está produciendo en los corazones y las mentes de los cubanos a pesar de que el Gobierno mantiene cerrados los espacios políticos, entre otros".

Tampoco Berta Soler cree, como ha dicho a Efe, que la visita del pontífice vaya a "resolver el problema de Cuba, que es la libertad" aunque considera que "es bueno que él conozca la situación actual del pueblo cubano" y de la disidencia que, recordó, sufre represión y el hostigamiento.

Tanto Payá como las Damas de Blanco quieren que Benedicto XVI se reúna con la disidencia durante su visita, una demanda que también ha hecho el psicólogo y periodista independiente Guillermo Fariñas a través de una carta dirigida a Joseph Ratzinger.

"No se debe desaprovechar el momento histórico para plantearle una serie de problemas a su Santidad", ha indicado Fariñas, premio Sájarov 2010 del Parlamento Europeo, un reconocimiento que también se concedió a Payá (2002) y a las Damas de Blanco (2005).

En su misiva, este opositor pide al Pontífice que no sea "cómplice" del régimen cubano y que en sus homilías en la isla solicite la "libertad sin destierro de todos los presos políticos" y mejoras en las "pésimas condiciones carcelarias" del país.

El programa oficial de la visita del Papa no contempla que Benedicto XVI se reúna con disidentes, como tampoco lo hizo Juan Pablo II en su visita de 1998. Según Oswaldo Paya en aquel momento "hubo presiones y condicionamientos" para no recibirlos.

Pero dentro de la disidencia también hay voces que cuestionan la próxima visita de Benedicto XVI: una de las más críticas es Marta Beatriz Roque, expresa política del grupo de los 75 opositores que fueron condenados en la llamada "Primavera Negra" de 2003.

"Yo soy partidaria de que el Papa no venga porque la situación que hay en el país actualmente es muy difícil por la represión a la disidencia", ha dicho a Efe Roque, quien no ve voluntad política alguna en el Gobierno de cambiar la situación ni cree que la visita del pontífice pueda contribuir a ello.

Esta opositora también fustiga a la jerarquía católica de la isla al considerar que "está equivocada" y "comprometida con el régimen", lo que a su juicio está muy lejos de lo que desean los católicos.

El Papa Benedicto XVI estará en Cuba del 26 al 28 de marzo y será el segundo pontífice que viajaa a la isla tras la histórica visita pastoral que cursó en 1998 su antecesor Juan Pablo II.