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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 11 de marzo de 2012

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Santa Sede

"La violencia nunca le sirve a la humanidad, es más, la deshumaniza"
Palabras de Benedicto XVI al introducir el Ángelus

Llamamiento de Benedicto XVI para que se ayude a Madagascar
Asolado por una tormenta tropical

Mundo

Esperanza en el diálogo tras el encuentro del papa con el primado anglicano
Entrevista con el padre Peter Huges, sacerdote católico, antes anglicano

La relación entre San Gregorio en el Celio y Canterbury
La iglesia donde se encontraron Benedicto XVI y el primado Rowan Williams

América Latina: condiciones históricas para la unidad continental
Libro del Guzmán Carriquiry sobre el bicentenario de las independencias

Cuaresma

No hay una comunicación directa con Dios para la absolución de los pecados
Entrevista con el padre Hernán Jiménez, confesor en Santa María la Mayor de Roma

Donde Dios llora

Indonesia: "Unidad en la diversidad"
Entrevista al obispo de Atambua Dominikus Saku

Documentación

Benedicto XVI: "La violencia es contraria al Reino de Dios"
Palabras del papa en la introducción de Ángelus


Santa Sede


"La violencia nunca le sirve a la humanidad, es más, la deshumaniza"
Palabras de Benedicto XVI al introducir el Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Al mediodía de hoy, tercer domingo de Cuaresma, el santo padre Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

En su introducción a la oración mariana, Benedicto XVI comentó el evangelio del día en el que Jesús expulsa del templo de Jerusalén a los vendedores de animales y a los cambistas.

"¿Como debemos interpretar este gesto de Jesús?", se preguntó el papa. "En primer lugar --dijo- hay que señalar que esto no provoca ninguna represión de los guardianes del orden público, porque fue visto como una típica acción profética".

"La expulsión de los mercaderes del templo fue también interpretada en sentido político revolucionario --añadió--, colocando a Jesús en la línea del movimiento de los zelotes".

"Estos eran, de hecho, “celosos” de la ley de Dios y dispuestos a usar la violencia para hacerla cumplir. En la época de Jesús esperaban a un mesías que liberase a Israel del dominio romano. Pero Jesús decepcionó esta espera, por lo que algunos discípulos lo abandonaron, y Judas Iscariote incluso lo traicionó".

En realidad, aseguró el papa "es imposible interpretar a Jesús como violento: la violencia es contraria al reino de Dios, y un instrumento del anticristo. La violencia nunca le sirve a la humanidad, es más, la deshumaniza".

El“signo” que Jesús dará como prueba de su autoridad, dijo el papa "será sólo el de su muerte y resurrección". "Con la pascua de Jesús se inicia un nuevo culto, el culto del amor, y un nuevo templo que es Él mismo, Cristo resucitado, por el cual cada creyente puede adorar a Dios Padre 'en espíritu y en verdad'”.

Para veer el texto completo de las palabras del papa, enlazar en:http://www.zenit.org/article-41683?l=spanish.

Después de sus palabras en italiano, el papa se dirigió en su idioma a cada uno de los grupos lingüísticos, haciendo un breve resumen de su palabras.

Los hablantes en castellano les dijo: "Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos de fieles provenientes de Murcia, Alicante y Sevilla. En este tercer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta a Jesús que sube a Jerusalén y, movido por el celo hacia las cosas de su Padre, expulsa a los mercaderes del Templo. Así mismo declara que él es el nuevo templo, morada definitiva de Dios entre los hombres. En Cristo, somos llamados a ofrecer un culto auténtico, vital, en Espíritu y Verdad, y a presentar nuestros cuerpos como templos del Dios vivo, sabiendo renunciar a las obras del mal. Encomendemos a la Santísima Virgen María estos propósitos".

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Llamamiento de Benedicto XVI para que se ayude a Madagascar
Asolado por una tormenta tropical
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI hizo al mediodía de este domingo, tras el rezo del Ángelus, un apremiante llamamiento a la comunidad internacional para que ayude a la población de Madagascar.

Madagascar se ha visto asolado por la tormenta tropical "Irina", que sacudió a esta isla africana del océano Índico la semana pasada, dejando al menos setenta muertos, numerosos desaparecidos y más de 70.000 damnificados. Es la segunda tormenta tropical que azota las costas de
Madagascar y el este del África meridional en lo que va de año, mientras que otro ciclón, el "Bingiza", en febrero del año pasado dejó también numerosos muertos y 216.500 afectados en la isla.

Estas son las palabras del llamamiento del papa: "Mi pensamiento se dirige a la querida población de Madagascar, que recientemente se ha visto afectada por graves desastres naturales, con graves daños a las personas, estructuras y cultivos. Mientras aseguro mis oraciones por las víctimas y por las familias más probadas, espero y aliento la generosa ayuda de la comunidad internacional".

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Mundo


Esperanza en el diálogo tras el encuentro del papa con el primado anglicano
Entrevista con el padre Peter Huges, sacerdote católico, antes anglicano
Por H. Sergio Mora

ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI encontró el sábado 10 al arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, en la iglesia de San Gregorio en el Celio, donde se celebraron las vísperas. Desde este templo construido sobre la casa de San Gregorio Magno, en el IV siglo, partieron los apóstoles Agustín de Canterbury y 40 monjes para evangelizar a Inglaterra.

Aquí en el Celio e iglesia de San Gregorio, el actual rector del monasterio de los benedictinos cistercienses, Peter Huges, originariamente presbítero anglicano y hoy sacerdote católico, entró en 1998 en un recorrido monástico en el Cister cercano a la ciudad de Arezzo, y después fue acogido por la Iglesia católica en 2000. Hace poco ha sido ordenado sacerdote.

A los lectores de ZENIT, el padre Peter Huges cuenta su recorrido, el respeto de sus orígenes anglicanos, de las dificultades y esperanzas de hoy, entre la Iglesia anglicana y Roma, y como este encuentro dará un nuevo empuje al verdadero camino ecuménico.

¿Ud. era anglicano y en el 2000 entra en la Iglesia católica, es exactamente así?

--Padre Huges: No exactamente. En 1998 inicié una experiencia de vida monástica en el eremo de Camaldoli en Arezzo, donde está nuestra casa madre que este año celebra los mil años de la fundación hecha por San Romualdo.

Aquí fui acogido por la comunidad monástica, que sensible a un empeño ecuménico me acogió en la Iglesia católica, reconociendo mis orígenes en aquella anglicana. Obviamente no era posible reconocer mi sacerdocio por lo que viví estos últimos años como monje católico y anglicano, sintiendo esto como algo más. Como fue el momento en el cual pasé de la Iglesia católica sin renunciar a mis orígenes. 

¿Hay una pastoral específica para los anglicanos que quieren entrar en la Iglesia católica?

--Padre Huges: Mi camino personal fue diverso porque no había pensado en convertirme. En el caso de los anglicanos que quieren entrar en la Iglesia católica, está la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, que prevé un ordinariato para encontrar una acogida, en el que se puede valorizar también el patrimonio de la Iglesia anglicana, sin perderlo, con un momento de transición hacia la religión católica.

¿Ud. estaba casado? Porque en otros ritos de la Iglesia se permite

--Padre Huges: No, contrariamente no hubiera podido ser monje.

¿Monje camaldulense, por qué esta comunidad religiosa?

--Padre Huges: La primera experiencia fue en 1998, fue muy fuerte y pedí prolongarla y me dieron la posibilidad de quedarme otro años hasta 1999 como presbítero anglicano huesped.

Durante este período mi camino monástico se desarrolló y vimos que existía la posibilidad de integrarme a esta comunidad. Según el derecho canónico solamente se puede ser monje camaldulense si uno es católico.

Camaldoli tenía esta sensibilidad a nivel ecuménico, dialogar, apertura a la cultura moderna, por lo tanto para mi fue un contexto para vivir el empeño monástico con un horizonte más vasto.

Hoy usted es monje ¿también sacerdote?

--Padre Huges: Mi presbiteriado anglicano no podía ser ejercitado en la Iglesia católica. El año pasado fui invitado a tomar responsabilidad aquí en San Gregorio en el Celio y me pidieron si quería ser ordenado presbítero en la Iglesia católica.

¿Y entonces?

--Padre Huges: Después de un período de reflexión y también de consultas entre las Iglesias católica y anglicana, con la que tengo aún relaciones muy cercanas, decidí aceptar la invitación. Lo veo como una llamada a ejercer con mayor plenitud este ministerio de guía de una comunidad, al ser presbítero de la Iglesia. El miércoles pasado fui ordenado presbítero por el arzobispo Bruno Forti, aquí en San Gregorio.

¿El papa se encuentra con el número uno de la Iglesia anglicana o el número uno es la reina?

--Padre Huges: La reina no es jefe de la Iglesia anglicana. Desde el punto de vista constitucional es el gobernador supremo. En cambio, a nivel de gestión de la vida eclesiástica son los obispos, el primado y arzobispo de Canterbury.

El hecho que muchos anglicanos se hayan hecho católicos ha creado problemas? ¿Cómo fue visto?

--Padre Huges: Es necesario tomar en consideración que la respuesta del santo padre fue pastoral a una solicitud de anglicanos y exanglicanos que querían entrar en plena comunión con la Iglesia de Roma.

Pastoral, sí ¿y también un camino ecuménico?

--Padre Huges: El camino ecuménico tiene una finalidad un poco diversa. Tiene en vista la posibilidad de llegar a un punto de reconocimiento recíproco en el que las Iglesias se pueden acercar a través del reconocimiento mutuo de ministerios y sacramentos. Este camino se empeña en el diálogo teológico sobre sacramentos, la doctrina del ministerio, la doctrina de la Iglesia, para acercarse en aquel punto en el que se llegue a la plena comunión de fe y sacramentos. Este es el camino ecuménico de la Iglesia.

¿En que punto se encuentra este camino? ¡Una pregunta para nada simple!

--Padre Huges: El punto depende de las personas que están haciendo el camino y pienso que este encuentro se inserta en el deseo de darle empuje. Es un momento en el que se puede reencender la esperanza. Cuando hay un encuentro significativo entre el santo padre y el jefe de otra Iglesia significa que a través del este encuentro y su simbología de fraternidad, condivisión, deseo de encontrarse en comunión, entonces los fieles de ambas las Iglesias encuentran inspiración y están

¿Las ordenaciones femeninas y otras innovaciones complican mucho las cosas?

--Padre Huges: Sí, complican mucho el camino ecuménico entre la Iglesia católica y la anglicana. Porque la Iglesia católica no reconoce como posibilidad la ordenación femenina. Es un obstáculo más a nivel institucional. A pesar de todo las Iglesias decidieron seguir con las conversaciones y esto es importante, incluso si existen diferencias fundamentales, por ejemplo sobre el ministerio del orden.

¿La Iglesia anglicana tiene continuidad apostólica o se ha roto?

--Padre Huges: Depende de lo que se entiende por continuidad. Desde el punto de vista de la tradición anglicana la continuidad apostólica consiste en la fidelidad a Cristo y su mandato a los apóstoles, que se expresa a través de una estructura tradicional que existe en ambas iglesias, o sea los obispos, presbíteros y diáconos. El obispo tiene el rol de representar y garantizar esta fidelidad a los orígenes. La diferencia emerge en el modo de concebir el rol de garantía. Si uno lo concibe como una cadena ininterrumpida de un obispo a otro, entonces es muy difícil, porque históricamente en toda la Iglesia existieron momentos difíciles en los cuales la cadena sufrió una cierta rotura. De todos modos la garantía llega a través del rol del obispo como custodio, incluso si en la Iglesia católica se toma en consideración la cadena, sin excluir de todos modos la fidelidad del obispo.

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La relación entre San Gregorio en el Celio y Canterbury
La iglesia donde se encontraron Benedicto XVI y el primado Rowan Williams
Por H. Sergio Mora

ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- En una de las siete colinas de Roma, el Celio, se encuentra la iglesia de San Gregorio que hoy pertenece a una comunidad de monjes camaldulensess. Allí Benedicto XVI encontró este sábado al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, en donde se celebraron las vísperas con la participación de los monjes camaldulensess, y las voces del coro de la Capilla Pontificia Sixtina.

Es el tercer encuentro en la historia de la Iglesia entre un papa y un arzobispo anglicano de Canterbury. El primero fue entre Juan Pablo II y el arzobispo Robert Ramsey el 29 de mayo de 1982, y veinte años después, el 21 de junio del 2002, el beato Wojtyla encontró al arzobispo George Carey.

“La relación entre San Gregorio en el Celio y Canterbury es antiquísima”, explicó a ZENIT el actual rector de los camaldulenses, padre Peter Huges, que indicó que “San Gregorio en el Celio es un lugar en el cual los anglicanos que peregrinan a Roma vienen para celebrar a los misioneros que desde aquí envió para evangelizar Inglaterra, y para rezar por la unidad de los cristianos”.

Lo sabe bien el padre Huges, que era presbítero anglicano y haciendo una experiencia monástica en los camaldulensess de Arezzo, en un cierto momento tuvo la inspiración de quedarse en esta orden, y que en el 2002 entró en la religión católica y que este año fue ordenado sacerdote.

“Desde aquí Gregorio Magno cuando fue elegido papa --recordó con emoción el padre Huges- envió a Inglaterra al entonces prior Agustino y cuarenta monjes como respuesta a un pedido del rey de Kent, Edelberto, para que fuera predicado el evangelio. La reina era ya cristiana y después su marido se convirtió. Estaban en la parte de Inglaterra en donde está Canterbury y allí se estableció el primer monasterio de Agustín”.

Una historia cuenta que antes del envío de los misioneros, san Gregorio bajando de su convento en el Celio encontró en el mercado algunos jóvenes esclavos británicos expuestos para la venta, los cuales eran muy bellos aunque paganos. Entonces dijo que deberían ser llamados No angli ma angeli. Sobre este hecho el padre Huges comenta: “Dicen que sea verdad, lo importante es que estas cosas quedan en la tradición para enseñarnos algo de muy profundo y muy bello. Porque los ángeles llegan desde orígenes sorprendentes”.

“Hoy aquí --prosiguió el padre Huges- está una casa de nuestro orden benedictino camaldulenses. Es la orden benedictina reformada por san Romualdo hacia final del primer milenio y el inicio del segundo.

En 1571, los camaldulensess regresaron aquí para reconstruir la comunidad monástica. Y este año nuestra casa madre en Arezzo, la última fundación del san Romualdo, la única que quedó continuamente, festeja sus mil años”.

El rector recuerda que en San Gregorio en el Celio “los monjes siguen la regla de san Benito, en un día con momentos de oración, trabajo y estudio”.

Pero también con una dimensión pastoral apostólica en la que “nos ponemos en contacto con el mundo externo y hacemos conferencias. Hay un camino que realizamos como las semanas 'camaldoli'. Por ejemplo tenemos un programa rico en conferencias, encuentros y retiros espirituales, que permiten un importante intercambio entre las personas del exterior con la comunidad”

Los monjes y monjas camaldulenses forman parte de la congregación benedictina camaldulense, que toma el nombre de la localidad de Camaldoli, en la provincia italiana de Arezzo.

“En el silencio y en la belleza de los bosques del Casentino, san Romualdo, con espíritu creativo y fecundo puso las bases para una nueva síntesis de la vida monástica, en el surco y en la tradición de la regla benedictina y con el aporte de elementos de la tradición monástica del oriente cristiano” se lee en el sitio camaldolesiromani.it.

San Gregorio Magno

San Gregorio, una vez que se convirtió a la vida monástica en el 574-575, trasformó la casa paterna en el Celio en un monasterio, dedicándolo a San Andrés apóstol, en donde hoy surge el monasterio de San Gregorio en el Celio.

Poco después el papa Pelagio II lo envió en el 579 como apocrisario a la corte de Constantinopla, dónde se quedó por seis años y se ganó la estima del emperador Mauricio I y bautizó a su hijo. Después volvió a Roma pero en el monasterio del Celio vivió poco, pues el 3 de septiembre de 590 fue elegido papa y como el 64 obispo de Roma reinó hasta su muerte el 12 de marzo de 604.

Reorganizó a fondo la liturgia romana, ordenó las fuentes litúrgicas anteriores, compuso nuevos textos y promovió el canto gregoriano que de él tomó su nombre.

Otro hecho popularmente conocido de la vida de san Gregorio es que cuando Roma sufría una epidemia, para implorar la ayuda divina hizo ir al pueblo en procesión por tres días consecutivos a la basílica de Santa María la Mayor y que, durante la misma, se había aparecido sobre la mole Adriana, el arcángel Miguel que reponía su espada en la funda anunciando así que las oraciones de los fieles habían sido escuchadas. Desde entonces la tumba de Adriano fue llamada Castel Sant'Angelo y una estatua del ángel pasó a coronarla.

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América Latina: condiciones históricas para la unidad continental
Libro del Guzmán Carriquiry sobre el bicentenario de las independencias
Por H. Sergio Mora

ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- América Latina al festejar el bicentenario de sus independencias se encuentra en una coyuntura histórica muy favorable para remediar a tantas ocasiones perdidas. Para ello tiene que seguir creciendo económicamente sin olvidarse de la equidad social y buscar una unidad continental que le de autonomía de los poderes económicos transnacionales.

Lo indicó el miércoles 7 de marzo el profesor Guzmán Carriquiry Lecour, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina, en la presentación de su libro El Bicentenario de la Independencia de los Países Latinoamericanos (Ediciones Encuentro, Madrid, 2011; versión italiana Rubbettino Editore, 2011) En la sede del Instituto Italo Latino Americano.

Y recordó la importancia --además del idioma y orígenes culturales- de la fe, la tradición católica que es el mayor tesoro de estos pueblos, un factor central de agregación que permitirá un desarrollo integral.

El viaje de Benedicto XVI a México y Cuba que se realiza en este contexto invitará a “reavivar la tradición católica de nuestros pueblos para que la fe en Jesucristo por la intercesión de la Virgen tan amada en la preciosa piedad popular se radique cada vez más en los corazones y en la vida de las familias y en la cultura de las naciones”.

Presentes el secretario general del Instituto Italo Latino Americano, Giorgio Malfatti di Monte Tretto, que recordó "los vínculos de sangre"; el ministro italiano Andrea Riccardi, que elogió los criterios del libro para entender la realidad latinoamericana y el catolicismo como factor unificador; y el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, che indicó una lista de reformas urgentes, desde las infraestructuras hasta la equidad que no sea igualitarismo, en un discurso que fue publicado en el diario vaticano L'Osservatore Romano.

“El bicentenario nos pone --indicó el autor- delante a un juicio sobre los desafíos que nuestra independencia no resolvió” por ello la segunda parte del libro está dedicado “a lo que aún tiene que ser realizado”.

Particularmente porque “América Latina se encuentra hoy en condiciones muy favorables para afirmar, reafirmar y consolidar su independencia, naturalmente en condiciones de interdependencia, cooperación y solidaridad, en un mundo globalizado”.

El punto central para Carriquiry entretanto está “en la unidad latinoamericana” porque el proceso de independencia produjo fragmentaciones que crearon “dependencia y atraso”. Y porque “aislados y divididos no contamos para nada”. En cambio si unidos “tenemos importantes factores y raíces de unidad como el destino histórico, idioma, tradición católica, matriz cultural barroca y criolla, que alimentan el sentimiento de solidaridad”.

Y recordó que en el mundo las uniones o confederaciones de Estados dan supremacía a los pueblos que lo realizan.

Estas condiciones que el período de la independencia no existía, hoy en cambio toman consistencia “gracias a los procesos de integración de los últimos cinquenta años, los que permitieron un salto de calidad”. El profesor uruguayo recordó que Mercosur, Unasur, regionalización o continentalización resulta un paso obligado y oportuno de reequilibrio que le permita a América Latina irrumpir como protagonista en la escena mundial. “Se hicieron pasos de gigantes” aunque se empantana “cuando se limita a tratados de libre comercio” o a “palabras retóricas o cumbres políticas”.

En ocasión de los bicentenarios por lo tanto se presentan enormes desafíos: “desde la modernización tecnológica de nuestras economías, al combate la marginalización de los sectores pobres, las crecientes desigualdades, mayor justicia social, participación democrática y credibilidad, así como la violencia e inseguridad promovida por el narcotráfico”.

Y recordó que Benedicto XVI “el 12 de diciembre pasado, en el día de la Virgen de Guadalupe, patrona de América Latina presidió en la basílica de San Pedro una misa solemne de fuerte resonancia latinoamericana con motivo del bicentenario” así como el inminente viaje apostólico en México y Cuba.

Para el profesor latinoamericano “la intención principal del papa es la de confirmar y reavivar la tradición católica de nuestros países para que la fe en Jesucristo por intercesión de la Virgen, tan amada en la preciosa piedad popular se radique cada vez más en el corazón y en la vida de las familias y en la cultura de las naciones. No hay que olvidar la originalidad histórico cultural de América Latina, continente en el que aproximadamente el 80% de sus habitantes son bautizados”.

“Un patrimonio afectado por la creciente secularización, por el naturalismo religioso, la expansión evangélica pentecostal y de algunas formas de sincretismo” al cual la Iglesia responde en la conferencia de los obispos en Aparecida “con una misión continental de nueva evangelización”.

Si este patrimonio histórico cultural se perdiera, dijo, América latina “sería aplastada por esta cultura dominante de la globalización consumista y por el espectáculo transnacional, tecnocrático, unidimensional y perdería una fuente importantísima de nuestra identidad e independencia espiritual”.

Y concluyó recordando que “si la tradición católica cae en desuso, si no se realiza un trabajo de educación en la fe, sin el empuje de una nueva evangelización, y si esta tradición católica no se vuelve el alma y la fuerza propulsora de un auténtico desarrollo y crecimiento de humanidad, quienes perderán serán nuestros pueblos”.

Por ello vale la pena “seguir con atención el próximo viaje apostólico de Benedicto XVI, convencidos que Nuestra Señora de Guadalupe guiará sus pasos y abrirá el corazón de sus hijos”.

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Cuaresma


No hay una comunicación directa con Dios para la absolución de los pecados
Entrevista con el padre Hernán Jiménez, confesor en Santa María la Mayor de Roma
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- En su reciente discurso a la Penitenciaría Apostólica, el papa insistió en que “lanueva evangelización parte también del confesionario”, porque solo quien se ha dejado renovar profundamente por la Gracia divina, puede llevar en sí mismo y por tanto anunciar, la novedad del Evangelio.

En este contexto cuaresmal, ZENIT entrevistó al padre Hernán Jiménez, confesor de la basílica Santa María la Mayor de Roma, quien forma parte de una antigua tradición que confió a la orden dominica el encargo de atender a los penitentes de uno de los cuatro templos papales. Y les recuerda a los turistas y fieles que pueden confesarse en alguna de las muchas lenguas modernas --y antiguas como el latín--, que ofrecen como servicio los hijos de santo Domingo de Guzmán.

Parece que en estos días de Cuaresma hay una mayor afluencia de personas que acuden al sacramento de la reconciliación…

--P. Jiménez: Hay mucha afluencia porque con motivo de la Pascua los cristianos quieren reconciliarse con el Señor. La Iglesia les recuerda que tienen la posibilidad de retomar el camino al Padre que espera al hijo, que reconoce haberse equivocado y regresa a pedirle perdón, como hijo. Este es el tiempo mas favorable para nuestra conversión.

¿Por qué la Cuaresma es un tiempo privilegiado para acudir a este sacramento?

--P. Jiménez: Porque a través de la oración, de la penitencia moral, mas que corporal, las obras de caridad nos hacen participar más íntimamente a la pasión y a la resurrección del Señor. Es una preparación a la Pascua, que nos hace tomar conciencia de la necesidad de reconocernos amados por Dios, nuestro Padre. Porque todo cristiano creyente debe vivir y sentir la necesidad de su conversión.

¿Dios perdona siempre? ¿Acaso Dios perdona todo?

--P. Jiménez: Dios como padre bueno, compasivo y misericordioso perdona siempre todas nuestras faltas y pecados. Dios perdona todo si el hombre humildemente se reconoce pecador, como dice Mateo 18, 21 y siguientes.

¿Cada cuánto tiempo debe confesarse un católico?

--P. Jiménez: Por lo general con mucha frecuencia y en manera particular una vez en el año y posiblemente en Pascua. Es decir, depende del grado de conciencia en la relación con Dios: más conciencia se tiene de la presencia de Él, más fuerte es la necesidad de pureza. Más se vive junto con el Señor con el espíritu de fe, mucho más buscamos vivir nuestra vida con gran rectitud.

¿Cuál es la mejor forma de prepararse para la confesión?

--P. Jiménez: Haciendo el examen de conciencia sobre los mandamientos, los preceptos de la Iglesia, el precepto de la caridad fraterna. Y también con todos nuestros deberes de cristianos, como verdaderos creyentes y practicantes.

Hoy ya no se manda solo rezar como penitencia, sino también hay acciones, diríamos 'de resarcimiento', ¿es esto oficial, es decir, estas pueden reemplazar a las oraciones mismas?

--P. Jiménez: Las obras de caridad remplazan muy bien la oración, porque el resarcimiento o restitución es una obligación de justicia.

¿Existe acaso la confesión "directa con Dios", tal como argumentan algunos? ¿Cuál es la diferencia de esa práctica con el sacramento de la Reconciliación?

--P. Jiménez: Con Dios hay una comunicación directa con la oración y la meditación interior, pero nunca la remisión de los pecados. Según el mandato del Señor, solamente los apóstoles y sus sucesores, los sacerdotes, lo hacen.

¿Cuál es la base bíblica del perdón de los pecados ejercida por un sacerdote frente a un penitente? ¿Él actúa en nombre de Dios o lo hace por su propio poder de consagrado?

--P. Jiménez: La base la encontramos en los Evangelios, en Juan 20, 22-23. El sacerdote actúa en el nombre de Dios y lo hace por el mandato de la Iglesia que recibe en la ordenación sacerdotal. El sacerdote remite todo pecado con la formula: “… en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

¿Ya los apóstoles se confesaban?

--P. Jiménez: No tenemos ningún documento ni tampoco en los evangelios, pero se deduce por la debilidad de nuestra naturaleza. Ellos eran también como los demás, pobres hombres y pecadores.

¿Desde cuándo empezó la confesión en la Iglesia, tal como la conocemos hoy?

--P. Jiménez: Desde los primeros tiempos de la Iglesia en que era pública. Después, en el siglo IV empezó a ser privada o auricular.

¿Desde qué edad y hasta cuándo está mandado que un católico se confiese?

--P. Jiménez: En cualquier edad. Pero la Iglesia aconseja practicarla con la primera comunión. Y, hasta que tenga uso de razón, porque debe ser consciente de su vida moral y de creyente.

El papa Benedicto XVI dijo que a los enfermos hay que llevarles la confesión siempre. ¿Se puede pecar cuando uno está sufriendo, postrado en una cama?

--P. Jiménez: Es para la serenidad y la tranquilidad de la conciencia y para darle sostén, fuerza y consuelo en el sufrimiento corporal.

El que no está casado por la Iglesia, ¿puede confesarse?

--P. Jiménez: No, puede porque vive en estado de pecado.

¿De qué modo el sacramento de la reconciliación podría ser un elemento importante para la nueva evangelización querida por el Papa?

--P. Jiménez: La reconciliación es muy importante e indispensable para todo cristiano, especialmente en este periodo histórico en que el pueblo busca alejarse de los sacramentos. Y porque a través de la toma de conciencia, reconociendo con gran humildad la miseria y la debilidad de su naturaleza humana delante de Dios y de los demás, lo hace más humano y sensible al otro y de un modo especial a ese Otro que es Dios.

Es una antigua tradición que los confesionarios de la basílica papal Santa María la Mayor de Roma estén a cargo de los padres dominicos, ¿no?

--P. Jiménez: Es una antigua tradición desde la fundación de la Penitenciaria Apostólica hecha por el papa Pio V, quien en 1568 la confió a los padres Dominicos.

Vemos que las personas se pueden confesar en varias lenguas con ustedes...

--P. Jiménez: En latín y en todas las demás lenguas modernas. Se busca cubrir la mayor parte de los idiomas con mucha diligencia y preocupación apostólica.

¿Cuántas horas confiesa usted al día? ¿Lo hace todos los días de la semana?

--P. Jiménez: Todos estamos dedicados en este ministerio de la Reconciliación por lo menos 23 horas semanales. Depende del día, con un día y medio de descanso semanal.

Se dice que los confesores tienen una 'terapia' para no 'cargarse' con tantos pecados que escuchan... ¿Necesita usted de ese tipo de ayudas?

--P. Jiménez: Para nada. Todos, con gran espíritu de fe y generosidad fraterna, realizamos esta misión apostólica. No hay ninguna terapia, la única es la reconciliación con Dios a través de su misericordia y perdón.

¿Quiénes se confiesan más, los hombres o las mujeres? ¿Los mayores o los más jóvenes?

--P. Jiménez: Todas la categorías de personas sin ninguna distinción. Muchos son jóvenes, mujeres y los mayores.

A nivel general, ¿podría decirnos con qué angustias y dolores acuden hoy las personas a confesarse?

--P. Jiménez: La angustia es por los pecados cometidos y salen con mucha paz interior y gozo espiritual. Y también influyen los problemas de nuestra sociedad actual, como la soledad, la falta de trabajo, falta de recursos económicos, entre otros.

Se dice que los papas se confiesan seguido, y que el beato Juan Pablo II lo hacía semanalmente... ¿Benedicto XVI ha seguido esta práctica?

--P. Jiménez: Claro, como todo cristiano y buen pastor de la Iglesia universal: nadie es impecable y perfecto en este mundo. También el papa actual se confiesa regularmente.

¿Qué le diría a algunos de nuestros lectores, que no se animan a confesarse aún en esta Cuaresma?

--P. Jiménez: A confrontarse humildemente con la palabra de Dios y seguir toda inspiración divina para llegar a una autentica vida de conversión. Aprovechando toda ayuda que el Señor en su paciente misericordia pone a nuestro alcance. Es decir, no privarse de una válida ayuda para sus vidas que es espiritual y moral.

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Donde Dios llora


Indonesia: "Unidad en la diversidad"
Entrevista al obispo de Atambua Dominikus Saku
ROMA, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Indonesia es un archipiélago de unas trece mil islas. Étnicamente la población es diversa, con más de trescientas tribus diferentes. La población también se divide entre cazadores rurales y recolectores, y la élite urbana moderna. La religión dominante es el islam con más de 200 millones de musulmanes entre sus 245 millones de habitantes. Mark Riedemann para “Dios llora en la tierra”, en cooperación con la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, entrevistó a monseñor Dominikus Saku, obispo de la diócesis de Atambua en la isla de Timor, Indonesia.

Excelencia, usted nació en un pueblo de Tunbaba, no muy lejos de la diócesis de la que está a cargo ahora. ¿Fue criado en una familia católica?

--Mons. Saku: Sí, me crié en una familia católica. Mis padres y toda mi familia son católicos y también mi abuelo quien se llamaba Agustinus y mi abuela se llamaba Sofía, los dos me gustaban mucho.

Usted se crió en una familia católica, pero ¿cuándo tuvo su primera experiencia de Dios?

--Mons. Saku: Tuve mi primera experiencia de Dios, cuando era muy, muy joven. Solíamos ir a las diferentes casas de las familias católicas, durante los meses del rosario de mayo y octubre para orar y cantar. Y una vez al mes el sacerdote llegaba a la aldea para celebrar la misa y tuve la suerte de estar presente en una ocasión. Podía imaginar los mensajes, aunque no los podía entender, pero captaba el sentido de la belleza de los mensajes.

Usted entra en el seminario a la edad de 17 años. ¿Quién o qué fue fundamental en su decisión de ser sacerdote?

--Mons. Saku: Mis profesores de la escuela primaria me enseñaron sobre las vocaciones. En la escuela intermedia, el párroco nos enseñó y me guió en mi decisión. Oré y reflexioné sobre esto y finalmente entré en el seminario. El párroco me animó a decírselo a mis padres y a la familia, con la seguridad de que me darían su apoyo a la decisión de ir al seminario. Se lo dije a mi padre y él me dijo que si quería hacerlo me apoyaría.

¿...Y luego, más tarde le hizo un regalo, una promesa?

--Mons. Saku: Sí. Cuando terminé mis estudios en el seminario menor, yo quería ir al seminario mayor, pero teníamos dificultades financieras. Nuestras vacas no se vendieron y nos enfrentamos a algunas dificultades financieras. Fui con mi padre a la casa del obispo para pedirle ayuda. Vendimos algunas de nuestras vacas para mis estudios y el obispo prestó también dinero que mi padre devolvió. Mi padre me dijo que le prometió al obispo que yo iba a ser un buen regalo para la Iglesia y que no iba a faltar a su promesa.

¿Su padre pudo ver a su ordenación?

--Mons. Saku: No. Mi padre murió sólo unos meses antes de mi ordenación... pero él dio a su hijo como un regalo a la Iglesia.

¿Cuál es su lema episcopal y por qué ha elegido este lema en particular?

--Mons. Saku: Hablé con mis amigos y reflexioné sobre la situación pastoral de la diócesis; en mi corazón y en la mente, traté de mantener mi preocupación por la unidad de la Iglesia y cómo ir implementando esta tarea. El lema de mi antecesor fue Maranatha, que significa "Ven, Señor". Traté de continuar con esto en el espíritu de la amistad, la unidad, el amor y la providencia de Dios y, finalmente, pensé en un lema apropiado que estuviera en línea con el discipulado y elegí el lema: "Ustedes son mis amigos", Amici mei estis.

Tengo aquí una declaración del Banco Mundial, que señala que más de cien millones de indonesios sobreviven con menos de dos dólares al día y que esta pobreza generalizada está poniendo la educación de los niños en situación de riesgo. ¿Qué puede decirnos sobre el desafío de la pobreza en la isla de Timor, y cómo está tratando la Iglesia de trabajar en esta cuestión?

--Mons. Saku: El gobierno de Yakarta trata de ayudar a la población con la provisión de subvenciones, en particular en la educación. La Iglesia católica sostiene muchas escuelas desde la primaria, secundaria y universidades. Nos faltan recursos económicos, pero tratamos de ofrecer una educación de calidad. Se está trabajando, pero nos enfrentamos a algunos problemas. Cuando se reciben subsidios del gobierno, se corre el riesgo de la independencia del funcionamiento de nuestras escuelas. Estamos en riesgo de perder nuestra fe.

...¿Por qué eso sería un riesgo para la fe?

--Mons. Saku: Los profesores son pagados por el gobierno y el problema es: ¿Cuán calificados son ellos para inculcar los principios cristianos en los estudiantes? Esta es una preocupación central para nosotros.

¿Nno son cristianos?

--Mons. Saku: Lo son, pero usted sabe que la influencia de la economía puede alterar los principios.

¿Por lo tanto existe la tentación de escuchar más al gobierno que a la Iglesia?

--Mons. Saku: Sí.

Indonesia es 88% musulmán; su diócesis en particular es fuerte, con un 95% de católicos. ¿Por qué es esto?

--Mons. Saku: En 1913, Timor se dividió en dos partes. La parte occidental se encontraba bajo los holandeses, que eran en su mayoría protestantes. La parte oriental, desde el norte central hasta el este estaba bajo los portugueses que eran católicos, y por eso somos católicos.

Rodeado, si se quiere, por una población musulmana muy fuerte, ¿no debe ser fácil seguir manteniendo la fe?

--Mons. Saku: Afortunadamente, Timor no es tan influenciada por los musulmanes. Estuvimos bajo los holandeses y portugueses durante 350 años y la influencia musulmana no es tan fuerte como en otras partes de Indonesia. En el sentido pastoral, nosotros como diócesis tratamos de manejar una escuela basada en la fe, la familia y el entorno social.

¿Los eventos internacionales como la guerra en Afganistán o las noticias de los estadounidenses quemando el Corán, afectan a los cristianos del lugar de una manera negativa?

--Mons. Saku: Le decimos a la gente que no interpreten estos acontecimientos como si fueran de cristianos contra musulmanes. Usted sabe que cuando Israel hizo la guerra contra Palestina, los musulmanes interpretaron aquello como si fuera de cristianos contra musulmanes. Tratamos de iluminar su forma de pensar para no interpretarlo como de cristianos contra musulmanes, sino como una guerra entre dos naciones. Nosotros, los cristianos, no hacemos la guerra contra los demás y esta es una corriente que estamos provocando en nuestro pueblo, sobre la forma de hacer amistad con los demás, cómo vivir en armonía con los demás, tal como se menciona en la Biblia.

Los obispos católicos están tratando de construir un clima de reconciliación y de confianza. ¿Cómo se está haciendo?

--Mons. Saku: El presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Indonesia envió una carta al presidente de Indonesia, insistiendo en la libertad religiosa. Los obispos instaron a que el presidente debe tener el coraje de mantener la unidad, porque el pluralismo es un hecho de la vida de Indonesia.

¿Es la unidad en la diversidad, acaso "Pancasila"?

--Mons. Saku: Sí, "Pancasila", la unidad de todos los elementos de Indonesia. "Pancasila", después de todo es la base fundamental de la constitución de Indonesia y su lema que es: Bhinneka Tunggal Ika, que significa: "Somos multiformes, pero somos uno como indonesios", y esto debe ser el principio por el cual el país debe ser gobernado.

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Realizada por Mark Riedemann para "Dios llora en la tierra", un programa semanal de televisión y radio producido por Radio y Red de Televisión Católica, en conjunto con la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Para obtener más información en la Red: www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org/

Traducción del inglés por José Antonio Varela V.

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Documentación


Benedicto XVI: "La violencia es contraria al Reino de Dios"
Palabras del papa en la introducción de Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 11 marzo 2012 (ZENIT.org).- Al mediodía de hoy, tercer domingo de Cuaresma, el santo padre Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos congregados en la plaza de San Pedro. Ofrecemos las palabras del papa en la introducción de la oración mariana.

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¡Queridos hermanos y hermanas!

El evangelio de este tercer domingo de Cuaresma se refiere, en el escrito de san Juan, al famoso episodio en el que Jesús expulsa del templo de Jerusalén a los vendedores de animales a los cambistas (cf. Jn 2,13-25). El hecho, señalado por todos los evangelistas, tuvo lugar en las proximidades de la fiesta de la Pascua despertando gran impresión en la multitud y entre sus discípulos. ¿Como debemos interpretar este gesto de Jesús? En primer lugar hay que señalar que esto no provoca ninguna represión de los guardianes del orden público, porque fue visto como una típica acción profética: de hecho, los profetas, en nombre de Dios, a menudo denunciaban los abusos, y lo hacían a veces con gestos simbólicos. El problema, en todo caso, era su autoridad. Por eso los judíos le preguntaron a Jesús: ¿Qué signo nos muestras para obrar así? (Jn. 2,18), que nos muestre que realmente actúa en nombre de Dios.

La expulsión de los mercaderes del templo fue también interpretada en sentido político revolucionario, colocando a Jesús en la línea del movimiento de los zelotes. Estos eran, de hecho, “celosos” de la ley de Dios y dispuestos a usar la violencia para hacerla cumplir. En la época de Jesús esperaban a un mesías que liberase a Israel del dominio romano. Pero Jesús decepcionó esta espera, por lo que algunos discípulos lo abandonaron, y Judas Iscariote incluso lo traicionó. En realidad, es imposible interpretar a Jesús como violento: la violencia es contraria al reino de Dios, y un instrumento del anticristo. La violencia nunca le sirve a la humanidad, es más, la deshumaniza.

Escuchamos a continuación las palabras que Jesús dijo haciendo ese gesto: “Quiten esto de aquí. No hagan de la casa de mi Padre una casa de mercado. Y entonces los discípulos se acordaron de lo que está escrito en el salmo: “El celo por tu Casa me devora” (69,10). Este salmo es una invocación de ayuda en una situación de extremo peligro a causa del odio de los enemigos: la situación que Jesús vivirá en su pasión. El celo por el Padre y por su casa, lo llevará hasta la cruz: el suyo es el celo del amor que paga con su propia persona, no el que querría servir a Dios mediante la violencia.De hecho el “signo” que Jesús dará como prueba de su autoridad será sólo el de su muerte y resurrección. “Destruyan este santuario –dijo--, y en tres días lo levantaré”. Y san Juan observa: “Él hablaba del santuario de su cuerpo” (Jn. 2,20-21). Con la pascua de Jesús se inicia un nuevo culto, el culto del amor, y un nuevo templo que es Él mismo, Cristo resucitado, por el cual cada creyente puede adorar a Dios Padre “en espíritu y en verdad” (Jn. 4,23).

Queridos amigos, el Espíritu Santo ha comenzado a construir este nuevo templo en el vientre materno de la Virgen María. A través de su intercesión, oramos para que cada cristiano sea piedra viva de este edificio espiritual.

Traducido del italiano por José Antonio Varela Vidal

©Librería Editorial Vaticana

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