15.03.12

El Papa en Cuba... ineludible disyuntiva

A las 11:51 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América
 

A pocos días del viaje apostólico de Benedicto XVI a México y Cuba, la Santa Sede se enfrenta a una ineludible disyuntiva: saludar o no a los “opositores”. Aunque el Papa sea un personaje con un “estatus” particular, siempre por encima de las partes, su llegada a la isla caribeña tiene ya un significado político. El encuentro oficial del pontífice con el presidente Raúl Castro y el prácticamente confirmado saludo al líder histórico de la revolución, Fidel, reforzarán la imagen de un pontífice “amigo” del régimen. ¿Eso desean en El Vaticano?

Al parecer no. En la Curia Romana colaboran agudos observadores de la realidad cubana, entre otros el sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Giovanni Angelo Becciu, quien fue nuncio apostólico en La Habana entre 2009 y 2011. Como él existen otros colaboradores cercanos a Joseph Ratzinger conscientes de la importancia del éxito de la gira pastoral por la isla.

Por ello, según pudo saber Sacro&Profano, los organizadores de la visita recibieron diversas recomendaciones sobre la importancia que el Papa tenga un gesto también con los “detractores” del sistema. La propuesta está siendo tomada en consideración, aunque no es fácil. Nada está confirmado aún, todo se maneja con el mayor de los hermetismos. Los equilibrios políticos en Cuba pueden tornarse frágiles con una velocidad increíble.

Benedicto XVI no es Juan Pablo II y, el previsto del 26 al 28 de marzo próximos, no es el primer viaje de un Papa a aquella nación. La isla de hoy no es la misma de ayer. Pero tantos años de comunismo hostil a la religión tuvieron su impacto.

Según las estadísticas oficiales difundidas por la sala de prensa del Vaticano de los 11 millones 242 mil cubanos en el país unos seis millones 766 mil son católicos o, al menos, se encuentran bautizados. Un 60.19 por ciento de la población. El territorio está dividido en 11 diócesis mientras el total de parroquias es de 304. Los obispos suman 17, Los sacerdotes 361, los diáconos permanentes 71, las monjas 619, los religiosos no presbíteros 37, los seminaristas menores 13 y los mayores apenas 78.

Es verdad que, en los últimos años, las dificultades para la evangelización se han aligerado sensiblemente. La última peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre, en la cual participaron decenas de miles de personas por todos los rincones del país, es un ejemplo. Pero también es verdad que la Iglesia católica es prácticamente la única institución religiosa que en los últimos 30 años no ha podido construir un solo templo nuevo. Con gran esfuerzo se construyó un seminario en la capital. Las razones son múltiples, pero es así.

La información objetiva deja ver, además, una realidad económica interna prácticamente insostenible. Al menos el 60 por ciento de la tierra no se encuentra cultivada. Según refieren quienes allí han vivido el salario medio mensual en La Habana es de 300 pesos, equivalente a poco más de 15 dólares. En contraposición el kilo de arroz cuesta cinco pesos, los frijoles unos 15 pesos, la leche en polvo 30 pesos el medio kilogramo, el azúcar ocho pesos el kilo, la carne de cerdo 25 pesos el medio kilo y el tomate cinco pesos el medio kilo.

En 1958 existían en Cuba unas 8.5 millones de vacas, actualmente no superan el millón, las cuales producen la ridícula cifra de tres litros de leche al día. Sin entrar en inútiles interpretaciones políticas o ideológicas resulta evidente que, con estos precios, una gran parte de la población pasa sus jornadas tratando de procurarse alimento y otros productos de primera necesidad, alimentando un extendido mercado negro.

Y también es natural la existencia de grupos detractores del régimen, dentro y fuera de las fronteras. Una realidad difícil de ignorar. Aunque permanece como una incógnita si el pontífice los saludará o no, es menos probable que pronuncie discursos de abierta carga política.

En cambio será el mismo Cristo a hablar por el líder católico. Lo hará con un mensaje claro y providencial. Porque durante la misa del miércoles 28 de marzo en la Plaza de la Revolución de La Habana resonará un texto bíblico de gran peso. Será la lectura del día, la que contempla el normal calendario litúrgico, pero excepcional vigencia: “si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Palabras divinas para los cubanos. ¿Sabrán escucharlas?