Fue asesinado hace 32 años

La Iglesia en el Salvador lamenta que no se cumpla el deseo de Monseñor Romero de vivir en paz

 

La Iglesia Católica en El Salvador lamentó ayer que aún no se haya cumplido el sueño del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, asesinado hace 32 años, de ver un país en paz y con justicia. «El anhelo de monseñor Romero era que viviéramos en paz, en democracia, en justicia, en armonía, en unidad», y eso «¿ya se consiguió? Yo creo que no», aseveró a Efe el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas.

25/03/12 10:25 AM


Los salvadoreños, que consideran a Romero como el guía espiritual de su país, conmemoraron hoy el asesinato con peregrinaciones a su tumba, misas y otros homenajes que culminarán con una vigilia que se extenderá hasta mañana.
Romero, asesinado a los 62 años el 24 de marzo de 1980, abogaba por los pobres y condenaba las injusticias sociales en sus homilías.
"Monseñor Romero muere con este anhelo, luchando, trabajando para que el pueblo salvadoreño viva unido, seamos verdaderos hijos de Dios y podamos vivir en paz", dijo Escobar, tras celebrar la misa oficial de la Iglesia católica en homenaje al "obispo mártir".
Para lograr esos objetivos "hay que trabajar mucho más, pero vale la pena, y no desmayemos", remarcó el máximo jerarca de la Iglesia salvadoreña, quien ofició la misa en la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el sector antiguo de San Salvador.
"Monseñor Romero soñaba un El Salvador diferente, sentimos que vamos en retroceso", afirmó también a Efe el jesuita Miguel Vásquez, quien presidió otra misa en memoria del arzobispo, en el mismo sitio donde fue asesinado.
Un francotirador, hasta ahora desconocido, ultimó a Romero cuando celebraba una misa en la capilla del hospital para enfermos de cáncer Divina Providencia, en uno de los hechos más graves que precedieron la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
Vásquez, párroco de Arcatao, departamento de Chalatenango (norte), señaló que "hay una vuelta de militares al poder, hay una vuelta de la derecha al poder" en El Salvador, gobernado desde 2009, por primera vez, por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), formado por la extinta guerrilla.
El presidente Mauricio Funes ha sido criticado, incluso por el FMLN, por haber nombrado a los generales David Munguía Payés y Francisco Salinas como ministro de Seguridad y jefe de la Policía, respectivamente.
"Los mismos pobres de mi parroquia han manifestado que pareciera que todo el esfuerzo ha sido en vano, que a monseñor Romero se le está ignorando en la práctica", comentó Vásquez.
El Salvador atraviesa por una situación difícil, con una economía frágil y altos índices de violencia, después de la guerra civil concluida hace 20 años con la firma de los Acuerdos de Paz entre el FMLN y el Gobierno de Alfredo Cristiani (1989-1994).
El conflicto dejó unos 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y 12.000 lisiados.
La violencia ocasionó en 2011 al menos 4.354 muertos, la mayoría víctimas de las pandillas, con un promedio diario de 13 homicidios, según datos oficiales.
La Comisión de la Verdad, que investigó los crímenes cometidos durante la guerra civil, señaló al ya fallecido militar Roberto D'Aubuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido que gobernó el país durante 20 años (1989-2009), como uno de los autores principales del homicidio de Romero.
En el año 2000, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al Estado salvadoreño investigar el crimen de Romero y juzgar a todos los autores materiales e intelectuales.
El presidente Funes pidió perdón por el asesinato de Romero en 2010, con motivo del trigésimo aniversario del hecho, y su Gobierno construirá un memorial en San Salvador para homenajearlo, en acatamiento de las recomendaciones de la CIDH.
Romero está en proceso de beatificación por el Vaticano desde 1994, aunque muchos ya lo llaman "San Romero de América", y en homenaje suyo la ONU designó el 24 de marzo como el Día Internacional para el Derecho a la Verdad.

(Efe/InfoCatólica) Los salvadoreños, que consideran a Romero como el guía espiritual de su país, conmemoraron hoy el asesinato con peregrinaciones a su tumba, misas y otros homenajes que culminarán con una vigilia que se extenderá hasta mañana.

Romero, asesinado a los 62 años el 24 de marzo de 1980, abogaba por los pobres y condenaba las injusticias sociales en sus homilías.

"Monseñor Romero muere con este anhelo, luchando, trabajando para que el pueblo salvadoreño viva unido, seamos verdaderos hijos de Dios y podamos vivir en paz", dijo Mons. Escobar, tras celebrar la Misa en memoria del "obispo mártir".

Para lograr esos objetivos "hay que trabajar mucho más, pero vale la pena, y no desmayemos", remarcó el primado de la Iglesia salvadoreña, quien ofició la Misa en la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el sector antiguo de San Salvador.

"Monseñor Romero soñaba un El Salvador diferente, sentimos que vamos en retroceso", afirmó también a Efe el jesuita Miguel Vásquez, quien presidió otra Misa en memoria del arzobispo, en el mismo sitio donde fue asesinado.

Un francotirador, hasta ahora desconocido, ultimó a Romero cuando celebraba una Misa en la capilla del hospital para enfermos de cáncer Divina Providencia, en uno de los hechos más graves que precedieron la guerra civil salvadoreña (1980-1992).

Vásquez, párroco de Arcatao, departamento de Chalatenango (norte), señaló que "hay una vuelta de militares al poder, hay una vuelta de la derecha al poder" en El Salvador, gobernado desde 2009, por primera vez, por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), formado por la extinta guerrilla. La razón de tal hecho es bastante simple: ganaron las elecciones democráticas.

El presidente Mauricio Funes ha sido criticado, incluso por el FMLN, por haber nombrado a los generales David Munguía Payés y Francisco Salinas como ministro de Seguridad y jefe de la Policía, respectivamente.

"Los mismos pobres de mi parroquia han manifestado que pareciera que todo el esfuerzo ha sido en vano, que a monseñor Romero se le está ignorando en la práctica", comentó Vásquez.

El Salvador atraviesa por una situación difícil, con una economía frágil y altos índices de violencia, después de la guerra civil concluida hace 20 años con la firma de los Acuerdos de Paz entre el FMLN y el Gobierno de Alfredo Cristiani (1989-1994).

El conflicto dejó unos 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y 12.000 lisiados.

La violencia ocasionó en 2011 al menos 4.354 muertos, la mayoría víctimas de las pandillas, con un promedio diario de 13 homicidios, según datos oficiales.

La Comisión de la Verdad, que investigó los crímenes cometidos durante la guerra civil, señaló al ya fallecido militar Roberto D'Aubuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido que gobernó el país durante 20 años (1989-2009), como uno de los autores principales del homicidio de Romero.

En el año 2000, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al Estado salvadoreño investigar el crimen de Romero y juzgar a todos los autores materiales e intelectuales.

El presidente Funes pidió perdón por el asesinato de Romero en 2010, con motivo del trigésimo aniversario del hecho, y su Gobierno construirá un memorial en San Salvador para homenajearlo, en acatamiento de las recomendaciones de la CIDH.

Romero está en proceso de beatificación por el Vaticano desde 1994, aunque muchos ya lo llaman "San Romero de América", y en homenaje suyo la ONU designó el 24 de marzo como el Día Internacional para el Derecho a la Verdad.