Por ser una intromisión en la libertad individual ciudadana

El Tribunal Supremo de Estados Unidos puede tirar abajo la reforma sanitaria de Obama

 

La mayoría de los magistrados del Tribunal Supremo, conservadores, cuestionaron este martes la reforma sanitaria de Barack Obama como una intromisión en la libertad individual al obligar a los ciudadanos a contratar un seguro médico. Incluso el magistrado más centrista, cuya opinión es decisiva, insistió en que la legislación puede crear un precedente para que el Estado fuerce a otras compras a la población, lo cual atentaría contra los derechos de las personas. Lo explica María Ramírez en El Mundo.

28/03/12 8:44 AM


(María Ramírez/El Mundo/InfoCatólica) En el día estrella de un maratón de tres días, el Supremo trataba el asunto más polémico de la legislación, es decir si a partir de 2014 se puede multar a quienes no compren una póliza. Los nueve jueces del Supremo (cinco elegidos por republicanos y cuatro por demócratas) escucharon los argumentos a favor y en contra y se enfrentaron entre ellos mismos. Mientras ellos discutían, cientos de personas de ambos lados se manifestaban delante del tribunal, algunos disfrazados de Estatua de la Libertad, otros con sus batines de médicos.

La sesión fue muy animada e intensa. El abogado del Estado, Donald Verrilli, defendió durante una hora la reforma ante los magistrados que lo cuestionaron con más preguntas que a sus rivales, Paul Clement, que representa a los 26 estados que han denunciado la ley, y Michael Carvin, en nombre de un grupo de individuos y una asociación de pequeñas empresas.

Los magistrados pusieron en apuros varias veces al abogado de la Administración Obama para que explicara por qué este caso no creará un precedente por el que el Congreso podrá obligar a los ciudadanos a comprar comida, servicios funerarios o un móvil para avisar de una emergencia. "Todo será posible", dijo el juez conservador John Roberts.

Verrilli aseguró que el seguro médico es especial ya que todos los ciudadanos lo necesitan tarde o temprano. Si no tienen póliza, los pacientes cargarán a hospitales, médicos y gobiernos con sus costes ya que los enfermos siempre reciben atención aunque no puedan pagar por ella. Obligar a contratar una póliza es evitar, según él, que los que no la tienen impongan sus costes personales al mercado.

El mayor problema para los defensores de la ley fue el escepticismo del juez Anthony Kennedy, nombrado por Ronald Reagan, el más centrista y quien suele inclinar la balanza hacia uno de los dos lados. Este martes parecía claramente alineado con los más conservadores contrarios a la reforma. Interrogó con intensidad a Verrilli y le pidió que explicara si el mismo razonamiento se puede aplicar, por ejemplo, a la compra de comida.

Kennedy también presionó al abogado que atacaba la ley, al recordarle, por ejemplo, el riesgo especial que tiene el mercado sanitario. Aun así, Verrilli tuvo que responder a más dudas.

El magistrado Samuel Alito, muy escéptico, sugirió que con el argumento de la imposición de un servicio imprescindible también se podrían regular los entierros. Verrilli se quejó de que la comparación no se sostenía porque los familiares o los gobiernos se encargan de pagar los costes. Y el juez Stephen Breyer, elegido por los demócratas, intentó echarle una mano al abogado diciendo que en el caso de los entierros o incineraciones no hay grandes empresas como las aseguradoras ni programas públicos paralelos. También comparó el seguro a la vacunación: ¿puede el Gobierno obligar a los ciudadanos a vacunarse ante una epidemia nacional? La respuesta del abogado de los individuos que han presentado la querella fue clara: "No".

Roberts comparó las exigencias de la reforma sanitaria a los servicios de policía y bomberos y preguntó si el Congreso también podría obligar a los ciudadanos a llevar un móvil para avisar en caso de emergencia.

Según Alito, la reforma fuerza a que los jóvenes más saludables "subsidien los servicios que recibirán otros" en lugar de dejar que contraten una póliza cuando lo consideren más necesario: "La gente no es tonta. Comprarán el seguro más tarde", dijo. La jueza Elena Kagan, elegida por Obama, recordó que esos jóvenes serán "subsidiados" cuando lleguen a viejos por la siguiente generación. En la práctica, el modelo europeo de solidaridad intergeneracional que se aplica en Europa o en la Seguridad Social en Estados Unidos.

Se espera que el Supremo tome una decisión en junio, al final de este curso para los magistrados. Si quisieran apurar, su último día de trabajo es el 28 de ese mes. Un rechazo cuestionaría el legado de Obama en su primer mandato a pocos meses de las elecciones del 6 de noviembre. Y de paso solucionaría el conflicto creado con la Iglesia Católica, que rechaza la inclusión obligatoria en los seguros de la cobertura para el uso de métodos anticonceptivos y abortivos.