13.04.12

 

Si alguien concibió alguna vez la idea de que el teólogo gallego Andrés Torres Queiruga aceptaría las indicaciones que el magisterio le ha hecho sobre su teología, que vaya olvidándose de ello. Y hasta cierto punto es lógico. Toda una vida pensando lo mismo, escribiendo lo mismo, difundiendo lo mismo, no se va a dejar a un lado porque una comisión episcopal para la doctrina de la fe diga que eso que se piensa, escribe y difunde no es conforme a la fe católica. Daría igual, creo yo, que la nota llegara de Roma, aunque espero y deseo que tal cosa ocurra algún día, siquiera sea para dar más fuerza magisterial a lo que los obispos españoles han manifestado.

Una prueba más del carácter pertinaz en el error de Queiruga se manifestó ayer en el programa de la televisión gallega “Vía V”. Don Andrés fue objeto de una amplia entrevista en la que manifestó su opinión sobre todo lo ocurrido con motivo de la nota de la CEE. Resumir media hora de entrevista no es el objeto de este post, así que voy a ir a los dos asuntos que me parecen más importantes.

El primero consiste en la clara afirmación de Queiruga acerca de su intención de seguir haciendo exactamente lo mismo. Es decir, escribir sobre teología en base a como él cree que son las cosas. Y eso no cambiaría ni siquiera en el caso, que no se ha dado todavía, de que la Iglesia se lo prohibiera. También es lógico. Si no acepta la autoridad doctrinal del magisterio, ¿cómo va a aceptar la autoridad disciplinar de la Iglesia? Otra cosa es que eso nos lleve a constatar como evidencia irrebatible el hecho de que este señor no es católico. Eso, digan lo que digan la totalidad de los que le defienden, no admite discusión.

El segundo punto importante es que Torres Queiruga sigue sosteniendo una tesis sobre la resurrección de Cristo que se aparta claramente del dogma católico. Quien quiera ir directamente a esa parte de la entrevista, lo encuentra a partir del minuto 15:15. Diré lo que he dicho con anterioridad. Toda persona que lea o escuche a Queiruga escribiendo o hablando sobre la resurrección y no se dé cuenta que sus tesis no son conformes no ya con la fe católica, sino con la fe que compartimos todos los cristianos -católicos, ortodoxos y protestantes evangélicos-, puede tener bien claro que está muy lejos de dicha fe. O lo diré de otra manera. Quien está de acuerdo con la teología de Queiruga sobre la resurrección no puede tener el nombre de cristiano. No sería reconocido como tal entre los ortodoxos y entre los protestantes evangélicos. Con mayor razón no puede ser admitido por los católicos.

No tiene mucho sentido que explique las razones por las que el teólogo gallego se aleja del cristianismo en ese punto que es esencial. Tan esencial que San Pablo dijo que sobre el mismo gira el resto de nuestra fe. Esas razones están expuestas en la nota de los obispos españoles. Hay quienes dicen que Queiruga cree en la resurrección pero de otra forma. Con lo cual, es injusto acusarle de no creer en la misma. Bien, los mormones dicen que creen en la Trinidad y les aseguro a ustedes que su creencia trinitaria se parece a la que profesan los cristianos lo que un higo a una castaña.

Es muy fácil cambiar el sentido y el significado de los términos para dar la impresión de que se cree en aquello que, en realidad, no se cree. Queiruga habla de repensar la resurrección, cuando lo que ha hecho es negar el dogma católico sobre la misma. El teólogo pretende que siendo que no todos los detalles históricos que aparecen en los evangelios son objeto de fe, entonces no se nos puede exigir tener fe en la condición histórica de los relatos sobre la resurrección y las posteriores apariciones de Cristo resucitado. Es obvio, repito, que la resurrección de Cristo es un dogma de fe. Y dicho dogma ha de ser creído tal y como lo enseña la Iglesia. Es decir, no basta con decir que se cree en la resurrección si la vez se desdeñan elementos decisivos de la misma, como su carácter histórico. El Catecismo es claro:

639 El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya san Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: “Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce: “(1 Co 15, 3-4). El apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (cf. Hch 9, 3-18).

Lean los siguientes artículos. Sobre todo el 643:

643 Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico…

y el 644:

… Por esto la hipótesis según la cual la resurrección habría sido un “producto” de la fe (o de la credulidad) de los apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació —bajo la acción de la gracia divina— de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.

La cuestión sobre la heterodoxia de don Andrés no admite mucha discusión. Y como quiera que estamos ante un dogma de fe, el hecho de que el teólogo gallego manifieste, vez tras vez, su intención de no rectificar, nos lleva ante la definición formal de herejía. Según el Código de Derecho Canónico es la siguiente:

751 Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma…

Es de justicia pedir a la Iglesia que decrete la excomunión del hereje Andrés Torres Queiruga. Con todo lo que ello implica. Las penas canónicas buscan sobre todo el bien de los que las reciben. La disciplina no es para destrucción sino para purificación y salvación. Otra cosa es que el disciplinado la rechace y se vuelva más desobediente. La excomunión de Torres Queiruga implicaría además un mensaje muy claro al resto de la grey católica. Consistiría en recordar que la resurrección de Cristo ha de ser creída tal y como la relatan los evangelios y tal y como lo enseña la Santa Madre Iglesia. Y el que no quiera creerlo así, se sitúa fuera de la Iglesia Católica y, de paso, fuera del cristianismo.

Todo lo que no sea eso… vanidad de vanidades, debates que no llevan a ningún sitio y falta de determinación en defender la verdad que nos hace libres.

In Domino,
Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Doy la gracias de corazón a José Carlos Enríquez por informarme con antelación de la entrevista a Queiruga, así como por haberme enviado después los enlaces a la misma. Recomiendo la lectura del post que ha escrito él en su blog sobre este tema.