La justicia paquistaní al servicio de una práctica infame

El Supremo de Pakistán obliga a mujeres raptadas y convertidas por la fuerza al Islam a regresar con sus maridos

 

Las conversiones forzosas al Islam son un asunto de tal gravedad que «requiere una acción inmediata por parte del Tribunal Supremo de Pakistán y una posición firme en defensa de la justicia, de los derechos humanos y de la libertad religiosa». Así lo afirma la Comisión «Justicia y Paz» de la Conferencia Episcopal de Pakistán, instando al Tribunal Supremo del país a que revise el caso de tres chicas hindúes (Rinkal Kumari, Asha Haleema y Lata) forzadas a convertirse al Islam y casarse con hombres musulmanes. Después de una apelación ante los tribunales, el propio tribunal, con un veredicto muy discutido ha instado a las chicas a que regresaran con sus maridos musulmanes.

24/04/12 8:53 AM


 

Las conversiones forzosas al Islam son un asunto de tal gravedad que “requiere una acción inmediata por parte del Tribunal Supremo de Pakistán y una posición firme en defensa de la justicia, de los derechos humanos y de la libertad religiosa”: lo afirma la Comisión “Justicia y Paz” de la Conferencia Episcopal de Pakistán, instando al Tribunal Supremo - el máximo órgano judicial de Pakistán – a que revise el caso de tres chicas hindúes (Rinkal Kumari, Asha Haleema y Lata) forzadas a convertirse al Islam y casarse con hombres musulmanes. Después de una apelación ante los tribunales, el mismo Tribunal Supremo, con un veredicto muy discutido ha instado a las chicas a que regresaran con sus maridos musulmanes. 

Refiriéndose al caso, una nota de la Comisión, enviada a la Agencia Fides, firmada por el Presidente, p. Emmanuel Yousaf Mani, y por el Director Ejecutivo, Peter Jacob, afirma: “Los procedimientos judiciales no puede convertirse en un instrumento de injusticia, cuando el principio del consentimiento libre es aplicado de manera impropia o de forma selectiva, y haciendo caso omiso de las realidades sociales”. “Por ejemplo -explica la nota -. en uno de los casos anteriores, pero también en muchos otros casos de conversiones, los tribunales no han comprobado la edad de la persona convertida”.

“La aplicación del principio del consentimiento libre, sin tener en cuenta las pruebas que lo avalan y sin mirar el contexto social en el que la libertad religiosa y la igualdad de género son un sueño todavía, puede provocar un aborto de la justicia”, enfatiza la nota enviada a Fides 

La sentencia del Tribunal del 18 de abril sobre la delicada cuestión de las conversiones “preocupa a las minorías religiosas, que se enfrentan a una amenaza existencial a nivel demográfico, pero también por la creciente intolerancia religiosa en la sociedad”. La Comisión invita al Tribunal a “volver a examinar el asunto en profundidad y tomar una posición de principio, que tenga un impacto significativo” en la sociedad. En estos tres casos, el Tribunal debería haber aplicado “el principio jurídico de la protección de las personas vulnerables”, sugiere la Comisión.

“El Tribunal Supremo o el gobierno pueden controlar los daños al pluralismo religioso a través de la definición de conversiones forzosas a según los estándares internacionales de libertad religiosa que, entre otras cosas, incluyen el derecho a convertirse de nuevo”, concluye la nota, invitando al Tribunal a que “profundice en el conocimiento de la cuestión de las conversiones forzadas y de los crímenes que se ocultan bajo el pretexto de la conversión”.

Sobre el “tema candente” de las conversiones forzosas al Islam, el Ministro de Estado Federal para la Armonía Religiosa, Akram Gill, ha convocado una sesión especial de la Comisión Nacional para las Minorías, presidida por él, que reúne a representantes de todas las comunidades religiosas (véase Fides 12/4/2012). Según fuentes de Fides, en Pakistán las conversiones forzadas de chicas hindúes y cristianas al Islam

(Fides) En relación al caso, la Comisión ha enviado una nota firmada por su presidente, el P. Emmanuel Yousaf Mani, y por el Director Ejecutivo, Peter Jacob. En la misma se afirma que “los procedimientos judiciales no puede convertirse en un instrumento de injusticia, cuando el principio del consentimiento libre es aplicado de manera impropia o de forma selectiva, y haciendo caso omiso de las realidades sociales”. “Por ejemplo - explica la nota -. en uno de los casos anteriores, pero también en muchos otros casos de conversiones, los tribunales no han comprobado la edad de la persona convertida”.

“La aplicación del principio del consentimiento libre, sin tener en cuenta las pruebas que lo avalan y sin mirar el contexto social en el que la libertad religiosa y la igualdad de género son un sueño todavía, puede provocar un aborto de la justicia”, enfatiza la nota enviada a Fides 

La sentencia del Tribunal del 18 de abril sobre la delicada cuestión de las conversiones “preocupa a las minorías religiosas, que se enfrentan a una amenaza existencial a nivel demográfico, pero también por la creciente intolerancia religiosa en la sociedad”. La Comisión invita al Tribunal a “volver a examinar el asunto en profundidad y tomar una posición de principio, que tenga un impacto significativo” en la sociedad. En estos tres casos, el Tribunal debería haber aplicado “el principio jurídico de la protección de las personas vulnerables”, sugiere la Comisión.

“El Tribunal Supremo o el gobierno pueden controlar los daños al pluralismo religioso a través de la definición de conversiones forzosas a según los estándares internacionales de libertad religiosa que, entre otras cosas, incluyen el derecho a convertirse de nuevo”, concluye la nota, invitando al Tribunal a que “profundice en el conocimiento de la cuestión de las conversiones forzadas y de los crímenes que se ocultan bajo el pretexto de la conversión”.

Sobre el “tema candente” de las conversiones forzosas al Islam, el Ministro de Estado Federal para la Armonía Religiosa, Akram Gill, ha convocado una sesión especial de la Comisión Nacional para las Minorías, presidida por él, que reúne a representantes de todas las comunidades religiosas. Según fuentes de Fides, en Pakistán las conversiones forzadas de chicas hindúes y cristianas al Islam alcanzan los 1.000 casos al año.