26.04.12

La Iglesia Católica en China está muy viva

A las 6:19 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

 

El gigante comunista chino comienza a tener los pies de barro. Desde la pasada Pascua de Resurrección, que se bautizaron unos 22,000 ciudadanos, la alegría se está haciendo patente en tierras asiáticas y en la misma Roma, donde se está celebrando una reunión de los expertos implicados en este proceso, lento eso sí, pero imparable de las conversiones de chinos a seguir a Cristo dentro de la Iglesia Católica.

Los bufones de la llamada iglesia patriótica, peleles colocados por el régimen comunista chino, como pantalla de aparente respeto a las inclinaciones religiosas, están batiéndose en retirada muy lentamente. Todavía disponen de poder y dinero para acallar cualquier protesta.

El éxito de la existencia en el tiempo del régimen comunista chino, está situado, en los soplos, en las delaciones, en las persecuciones a los cristianos en comunión con Roma, a quienes los guardianes de la ortodoxia comunista les temen como a una vara verde.

La China comunista asistió al derrumbamiento del imperio soviético, donde la Iglesia Católica jugó un papel esencial, sobre todo en la persona del Papa Juan Pablo II, sufriente durante años de la dictadura comunista en su Polonia natal.

El caso chino es más complejo, porque la existencia de esa iglesia patriótica es un freno que retarda el avance del catolicismo por las tierras del país más poblado de la tierra.

Lo que sí iguala a Chica con otros países comunistas es el método de la persecución a los católicos. Una vez más, en la historia eclesial, se demuestra que la persecuciones a los católicos generan una valentía en las personas que se juegan la vida por el seguimiento de Jesús de Nazaret.

No son suicidas que se ponen en medio de las bayonetas buscando un martirio rápido; pero, tampoco, son los cómodos católicos vecinos de occidente, donde la molicie avanza tan rápido que lleva a una burguesía instalada con una religión a la carta del consumidor siempre contemporizador con situaciones fáciles y cobardes.

Los chinos, gente paciente, pero tenaz, nos da un ejemplo muy claro de jugarse el tipo por el seguimiento al Señor dentro de la Iglesia Católica. La religión católica clandestina es un timbre de gloria para estos hermanos nuestros que viven bajo la bota de la dictadura comunista durante larguísimos años.

Desde Roma se desea caminar con tiento, sin pausa, pero sin prisa, poniendo los pies en tierra firme para no pegarse un costalazo que suponga una masiva persecución a la cantidad de cristianos escondidos que pueblan la nación china.

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Tomás de la Torre Lendínez