28.04.12

El enfado del “profeta” Vidal, el de Rd

A las 7:20 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

 

Creo que quienes dieron clases de Eclesiología a esta persona no supieron enseñarle bien. O él no tomó las lecciones tales como eran. Sino que se fabricó una idea de la iglesia, con minúscula, que raya en la ignorancia más supina.

Ahora, desde ayer, está enfadado, porque no ha encontrado a los chivatos de los papeles vaticanos que se filtraron a la prensa, y ha montado un argumento de novela pseupolicíaca, donde pone a los cardenales elegidos por el Papa para la investigación al nivel del betún y de los modales de Mortadelo y Filemón.

Su enfado subió ayer muchos enteros como la bolsa en sus buenos días. Ahora, se entera que monseñor Martínez Camino es más inteligente que él y que muchos de los plumíferos que estaban en la rueda de prensa dada por el secretario general de los obispos españoles.

Este enfado le pasa a este “profeta” porque no sabe reconocer que la Iglesia Católica es como quiere que sea el Espíritu Santo, su conductor, y nunca como “sueña” un escribiente que se pasa los días en vela inventando historias para no dormir él, ni los demás.

¿Pensaba el “profeta” Vidal que la Conferencia Episcopal iba a desautorizar a monseñor Reig Plá? ¿Creía este escribidor que los obispos iban a echar a los leones a un compañero sin motivos de ninguna clase?.

El “profeta” Vidal sueña despierto, por eso se enfada cuando alguien mucho más listo, monseñor Martínez Camino, que él no lo puede pillar en ningún renuncio.

Ahora, la “visión profética” de este señor llega a extremos enfermizos cuando afirma al final de su panfletario artículejo:

“La Iglesia española (y su conferencia episcopal) necesita un cambio de personas. Tanto en la presidencia como en la portavocía. Lo saben los obispos. Y lo sabe el Vaticano, que no tardará en hablar. Antes de lo que algunos preveían. Pronto, muy pronto…”

¿Realmente se cree esto que escribe el “profeta” enfadado?

Ya habla con tanto realismo “profético” que parece un predicador extraído de las películas del oeste americano, cuando anuncia el fin del mundo si los oyentes pecadores no se arrepienten en ese momento, y saca un pistolón de su cinto pegando tiros al aire airado de las risas de sus escuchantes.

Más le vale a este “profeta” enfadado tomarse una taza de valeriana, por ejemplo, para serenar su mente, aclarar sus “profecías”, y releer las “profecías” tan infantiles que salen de su teclado del ordenador.

Si releyera sus propias emanaciones “proféticas” seguramente se evitaría enfados y ganaría en salud. Es un consejo elemental que dejo aquí.

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Tomás de la Torre Lendínez