4.06.12

 

Hace dos años que un grupo de amigos dimos comienzo a una aventura entretenida consistente en realizar un programa en Radio Intereconomía Huesca. En un principio el programa se llamaba “Café de verano", pero llegado el mes de octubre no era plan de seguir con esa nomenclatura, así que pasamos a llamarlo “Café de los sábados". Javier Tebas fue el primer director-presentador, pero pronto fue susituido por el zaragozano Eduardo Vicente. Finalmente, hace ya más de un año, el programa pasó a estar bajo la batuta de Fermin Civiac, que ha demostrado tener unas evidentes dotes para el mundo de la radio.

El programa tiene un formato de tertulia magazine en el que se abordan todo tipo de temas. La línea editorial es clara. Aunque tocamos prácticametne cualquier temática, en cuestiones de defensa de la vida, la familia y la libertad de educacion, el programa está en total sintonía con los principios no negociables marcados por Benedicto XVI. Junto a Fermín acostumbramos a estar José María Solanes, presidente del Banco de Alimentos de Huesca y un servidor de ustedes. En ocasiones se unen otros tertulianos, de tal manera que a veces hemos llegado a estar seis personas.

En todo este tiempo hemos entrevistado a multitud de personas. Políticos, sindicalistas, obispos, sacerdotes, escritores, líderes de movimientos cívicos, etc. Este sábado pasado, sin ir más lejos, entrevistamos a Pilar Lachén, que hoy presenta su segundo libro en Huesca, a Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario general de asuntos económicos de la Conferencia Episcopal Española, y a Mariano Bailly-Baillière, responsable de Padreobjetor.org.

Don Fernando tiene la virtud de hablar siempre muy claro. Aunque recomiendo que se escuche la entrevista entera, su intervención se podría resumir de la siguiente manera:

- En relación a las exenciones fiscales, y concretamente en la cuestión del IBI, la Iglesia Catolica no recibe del estado español ningún trato de privilegio. Es exactamente el mismo que reciben las entidades no lucrativas del país mediante la ley de Mecenazgo.

- La situación en España no es diferente a la existente en otros países de Europa y en EE.UU. Existe una doctrina común que dictamina que el estado ayuda a “aquellas entidades o instituciones que están prestando un servicio a la sociedad, que devuelven a la sociedad con creces un montón de bienes servicios que, si no, los tendría que prestar el estado". Cada vez que se exime a esas entidades, incluida la Iglesia, del pago de determinado tipos de impuestos, se ayuda a que se abran más comedores sociales, centros de acogida y, en definitiva, a que se realice una labor social que, en realidad, deberían de prestar las administraciones públicas.

- Aunque muchos de los servicios que la Iglesia realiza a favor de la sociedad -atención a los más necesitados, colegios concertados, hospitales, etc- suponen un ahorro a las arcas públicas que podría cuantificarse económicamente, hay muchos aspectos de la labor de la Iglesia que no hay manera de valorar. Miles de personas acuden cada día a las parroquias “simplemente porque están desesperanzadas, porque han perdido un trabajo, porque han perdido una razón para vivir, porque han perdido -así lo creen- la dignidad… hay toda una labor asistencial y pastoral que realizan los sacerdotes, los catequistas, los voluntarios que están en las parroquias, de devolver a la persona la esperanza por vivir, de devolver la dignidad, de anunciarle una razón para vivir y salir adelante, que es Jesucristo. Eso es muy difícil de valorar, pero es una realidad“. En otras palabras, como dice don Fernando, la Iglesia ayuda a la sociedad no solo a través de Cáritas.

- Cáritas, que vive en las parroquias, se financia sobre todo con la aportaciones de los fieles. Además de las diocesanas, más de ocho mil parroquias españolas cuentan con su propio grupo de voluntarios de Cáritas, que no solo viven su fe sino que la ponen en práctica. “Hablar de dos iglesias, la Iglesia de los curas, los ritos vacíos, la que dice que no a todo y la Iglesia de la caridad, que parece que está al margen de la otra, no tiene fundamento“. Don Fernando recuerda que “los 60.000 voluntarios de Cáritas no surgen por generación espontánea sino precisamente por vivir la fe“. Por eso merece la pena alimentar la fe, mantener los templos, etc.

- Puede que haya gente a la que moleste que la Iglesia tenga un apoyo creciente por parte de los españoles que marcan su casilla en la Declaración de la Renta, a pesar de que debido a la crisis hay menos declarantes. Giménez Barriocanal no ve una casualidad que esta campaña contra la Iglesia llegue precisamente ahora que los ciudadanos de este país. El hecho de que la Iglesia ofrezca una serie de valores que sirvan para la regeneración moral de las personas y de la sociedad molesta a aquellos cuya ideología política está lejos de dichos valores. “La verdadera crisis de este país es de valores y viene del relativismo, el subjetivismo moral. Una crisis que ha puesto en entredicho la inviolabilidad de la vida humana, el derecho a la vida, la familia“. Una crisis que lleva, además, a las “cuatro mil personas que se suicidan cada año en nuestro país, cifra que no sale en ningún sitio“. Frente a ello la Iglesia tiene una llave tremenda que es dar a conocer el evangelio, “para poder cambiar el corazón de la persona. Y esa es nuestra labor, con IBI, sin IBI, con más recaudación y con menos recaudación“.

- La labor de los medios de comunicación que comparten los valores que defiende la Iglesia es “absolutamente fundamental“. Don Fernando advierte que “la catequesis la reciben los niños a las 9 y las 10 de la noche frente al televisor. Nosotros tenemos una gravísima responsabilidad social de poder comunicar una serie de valores que construyen la sociedad y la persona humana“. Hacen falta programas “para ofrecer luz, para ofrecer esperanza, para dar a conocer la verdad“.

Como pueden ustedes comprobar, lo que más destaca de don Fernando Giménez Barriocanal no son sus muchas capacidades para gestionar las cuentas de la Iglesia Española, ni el hecho de que esté al frente del principal medio de comunicación católico de este país. No, lo que más brilla en don Fernando es el don de la fe que el Señor le ha concedido. Como reconoce al final de la entrevistra, podrá equivocarse en la toma de algunas decisiones, pero quien va con la fe por delante, quien se deja guiar por el Señor, difícilmente errará en su camino tanto a nivel personal como profesional.

Luis Fernando Pérez Bustamante