5.06.12

La nota de una Superiora General sobre una súbdita sancionada por Roma

A las 7:17 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

 

Cuando veo y hablo con los padres de un alumno deduzco cómo será el hijo. Cuando me presentan a un cura observo cómo es el obispo a cuya diócesis pertenece. Cuando acudo a una comunidad contemplativa, la madre abadesa es el reflejo de sus hijas.

Cuando he leído el comunicado de las superiora general de las Hermanas de la Misericordia de las Américas me he quedado mudo, pensativo y he terminado rezando por esta congregación, en la cual una de las religiosas ha sido sancionada por la Congregación de la Doctrina de la Fe.

Esta religiosa, con más de cincuenta años de profesora en una universidad americana, ha publicado un libro con unos pensamientos totalmente en contra de la moral católica enseñada y mantenida por la Iglesia desde siempre.

La nota firmada por la superiora general no tiene desperdicio. Encuentro los siguientes puntos:

1.- La monja que ha escrito semejante libro sobre un libertinaje sexual exacerbado, podrá ser muy respetable como docente, pero ha perdido el juicio creyendo que en la Iglesia Católica la moral sexual está para ser pisada como una vereda real.

2.- La superiora general de la congregación no puede “justificar” a su díscola hija argumentando que es muy querida y respetada e invitada por un gran número de centros de estudios para impartir conferencias. El aplaudímetro de los espectadores de las conferencias no es criterio de fe dentro de la Iglesia Católica.

3.- La monja sancionada no puede justificar su réproba manera de pensar y escribir, ayudada por su superiora general, afirmando que tiene “en cuenta la audiencia ecuménica con la que a menudo dialoga”. Nunca el ecumenismo puede “rebajar” las exigencias morales de la Iglesia Católica presente en la religiosa reprobada.

Todo lo contrario, ante una selva de opciones morales sobre la sexualidad, la Iglesia debe mantener y presentar sus actitudes morales plenamente defendidas con claridad y caridad para quienes oyen o leen un libro sobre moral católica.

4.- A lo largo del escrito de la superiora general no aparece nunca las palabras: Dios, Cristo, Iglesia Católica, Magisterio de la Iglesia…….Habla nada más de su hija desobediente como si la congregación fuera un club de fans de las criadoras de la berenjena yanqui que está muy buena en la mala cocina norteamericana.

Por eso, la fotografía que está más arriba presenta a un grupo de aburridas “solteronas” vestidas sin ningún distintivo religioso. Esto no atrae a nuevas vocaciones y sospecho que cuando éstas vayan desfilando hacia el cementerio la congregación se pierda para siempre por la tragona más cercana de cualquier calle con número, como ocurre en las ciudades de América del Norte.

Si la superiora general tiene el nivel que presenta en su papelucho, la congregación está para ser dinamitada por las personas que la componen. Esto es lo han hecho ya.

Para saber más hagan clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez