9.06.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 8.- Formarse

A las 12:33 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Serie Pensamientos de vida sobrenatural
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

8 .- Formarse

Para quien tiene fe no debe bastar un conocimiento infantil de la misma. Exactamente igual que crece el cuerpo humano y desarrolla, la fe tiene que afianzarse en el corazón del creyente teniendo una raíz fuerte en la que sostenerse y crecer.

Por eso mismo, formarse es tan importante para un católico y lo es porque cualquier no creyente puede dirigirse al mismo y crearle un grave problema de conciencia producido por no saber decir cuál es la razón de su esperanza.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone tener conciencia de la importancia de una buena formación en la fe.

1 Estudiar la Palabra de Dios es fomentar, en nosotros, un mayor acercamiento al Creador.

2 Cuando dices que estás ocupado para formarte como cristiano… ¿No será que el tiempo lo ocupas en realidades mundanas que no quieres abandonar?

3 ¿Cómo vas a responder a un ataque del Mal a tu fe? El silencio no es, entonces, oportuno.

4 ”Son demasiados libros” puedes decirme. En realidad, habrás perdido más tiempo leyendo algo que, seguro, no te conviene.

5 Con la luz que emana de las Sagradas Escrituras, leídas y releídas,
puedes iluminar tu paso hacia el definitivo reino de Dios. No apagues esa luz diciendo que es un libro antiguo y pasado de moda porque la inspiración de Dios es eterna.

6 Ante ti tienes al mundo con sus ofertas de mundanidad. Detrás de ti tienes a tantos que, sobre Dios, escribieron… ¡Apóyate en ellos!

7 Cinco minutos de Evangelio y cinco de meditación sobre lo leído. ¿Es, acaso, mucho tiempo para dedicarlo a Dios?

8 Vence el desaliento de tu vida con la doctrina que la Santa Madre Iglesia ha ido elaborando a lo largo de los siglos. La fundó Cristo, recuerda, tu hermano, hijo de Dios y Dios mismo.

9 No olvides que en el Antiguo Testamento está Cristo. No se trata de un libro “judío” como, con desdén, pueden llegar a decir y, en todo caso, Jesús también lo fue, no lo olvides.

10 Puede parecer un grito intelectualoide demandar formación al cristiano. Pregúntate, al contrario, si es mejor permanecer en una ignorancia “bien llevada”.

11 ”Es que tengo muchas dudas”, puedes decir. Pues, por eso mismo, mucho ha de ser tu interés en que desaparezcan.

12 ”No sé si podré formarme” -¿No será que no sabes si querrás formarte?

13 En tus manos la Palabra de Dios ha de ser como una parte, que lo es, de tu corazón: siempre va contigo.

14 Utiliza los medios modernos que tienes para formarte. Está todo a tu alcance de una manera sencilla y simple. Tampoco, por eso, tienes excusa para hacer tan buena cosa espiritual.

15 Dirígete a la Parroquia. Seguro que el sacerdote sabe encaminarte (sugerirte algunos libros, por ejemplo) por la buena senda de Dios. Será, sin duda, un buen principio.

16 No dudes en encaminar a quien conozcas y creas que lo necesite por el buen camino del conocimiento de la fe que tiene.

17 Mantén bien alta la cabeza de tu fe con un conocimiento profundo de ella.

18 Espera, siempre, el ataque del enemigo de tu fe. Para eso tienes argumentos más que suficientes… si los conoces, claro.

19 Un buen remedio contra la ignorancia, como ausencia de conocimiento, es, precisamente, el conocimiento que debes atesorar. Es, ésta, una obligación grave para un cristiano.

20 ”Tolle, lege” (“Toma, lee”), supo escuchar S. Agustín cuando, aún, era pagano. No hagas oídos sordos a Quien a ti se dirige, a lo mejor, con la misma pretensión.

Vale la pena, pues, tener una profunda formación o que la misma sea todo lo profunda que se pueda. De ser así, no se nos pondrá en un grave aprieto cuando los sembradores de cizaña se pongan al lado de nuestro corazón.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán