12.06.12

Un amigo de Lolo .- Decálogo del periodista - 7

A las 12:11 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

……………………..

Enlace a Libros y otros textos.

……………………..

Manuel Lozano Garrido

Antes que nada, es importante recordar que hoy, hace dos años, Manuel Lozano Garrido, Lolo, fue beatificado en Linares (Jaén, España)

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Por otra parte, el Decálogo del periodista que escribió Lolo nos informa, a todas aquellas personas que, de una u otra forma, nos dirigimos a los lectores, que hay una forma cristiana de comportarse y aunque a veces podamos incurrir en ciertas extralimitaciones, la intención final ha de ser la que refiere el beato Manuel Lozano Garrido.

Decálogo del periodista según Manuel Lozano Garrido, Lolo

7.- . Árbol de Dios, pídele que te haga roble, duro e impenetrable al hacha de la adulación y el soborno, pero con tu frente en las ramas a la hora de la cosecha.

Es bien cierto que sabemos que los hijos de Dios no somos de este mundo. Sin embargo, tampoco es menos cierto que vivimos y existimos aquí, en esta tierra que tantas veces es valle de lágrimas pero, también, fuente de gozo y de esperanza.

Cuando un cristiano, aquí católico, que se sabe en el mundo pero que está destinado a la vida eterna, se pone a llevar a cabo la labor de transmitir a su prójimo lo que piensa o cree sobre determina parte de la realidad, se ha disponer como Dios manda o, lo que es lo mismo, estando a bien con su Creador. Ha de pedir, por tanto, antes de decir o escribir.

Dirigirse a Dios para implorar no ser tergiversador de la realidad o no acercarse, en exceso, el ascua a su propia sardina no vaya a ser que nadie más tenga con qué prepararla, es tarea que no siempre resulta fácil. Unas veces por falta de práctica en tal forma de actuar y otras, las más, por sentirse indigno de llevar a cabo tal labor y no querer, por tanto, demandar hacer bien lo que se sabe es difícil hacer bien, la realidad de las cosas es que hacemos sin, antes, haber pedido saber hacer.

Lo que debemos pedir no es que se nos ilumine para decir nada bien dicho o hacer determinada floritura lingüística. Tenemos que pedir, al contrario, por lo básico y elemental, pues desde ahí será más fácil construir sobre roca y no sobre barro.

Así, por ejemplo, como los seres humanos (también los católicos) solemos tener la tendencia de gustar de la adulación y del soborno aunque sea espiritual, tal es lo que, al contrario, debemos pedir. No sucumbir ante lo que nos degrada como hijos de Dios es saber enfrentarse al ahora mismo poniendo sobre las letras el más allá, el definitivo Reino de Dios, la vida eterna. Y, para eso, no cabe someterse a criterios mundanos ni a gustos particulares, egoístas y cambiables. Por eso dijo Cristo que lo que era sí tenía que ser sí y lo que era no, no. Y no había término medio donde, en este caso no sería virtud sino vicio de mundanidad.

Y, sin embargo, siempre tenemos que tener la vista en Quien importa más que nadie o que nada. Dios, Creador nuestro y mantenedor de su creación, ha de ser la causa de nuestro hacer y el objeto de nuestro pensar. Sólo llevando su voluntad a lo que transmitimos, cual savia que transmite la Palabra y la Verdad, podemos decir que cumplimos con nuestro deber de hacedores palabras y sólo esperando lo que quiera el Todopoderoso podemos sembrar esperando buena cosecha.

Y esto sólo se puede hacer o tratar de conseguir pidiendo y rogando a Dios sepamos ser instrumento suyo.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán