14.06.12

Nuevo libro: Poesía católica - Autoantología

A las 1:14 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Libros y otros textos

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Poesía católica

Título: Poesía católica - Autoantología
Autor: Eleuterio Fernández Guzmán
Editorial: Lulu.com
Páginas: 181
Precio aprox.: 7 € formato papel; 1 € formato pdf.
ISBN: 580083803049
Año edición: 2012
Lo puedes adquirir en Lulu.com

Poesía católica - Autoantología (Eleuterio Fernández Guzmán)

Quien escribe poesía no espera, pienso yo, llegar a ninguna parte a la que nadie haya podido llegar. Mas bien pretende expresar lo que íntimamente siente sobre determinados aspectos de la vida sea ésta material o espiritual.

Así, quien lo hace sobre problemas sociales, quiere expresar que podría haber otra forma de hacer las cosas y que, es más que posible, la diligencia del poder no es la que debería.

Escribir, sin embargo, poesía religiosa y, aquí, católica, supone algo más que decir lo que se cree sobre algo pues viene a ser como situarse sobre la hoguera del mundo del alma y querer rescatar algún rescoldo de lo que aún quema o en su día quemó.

El fuego purifica y, así como el Espíritu Santo Dios limpia nuestro corazón de lo que nos quema por dentro y nos conmueve en lo malo, no es poco cierto que decir, por ejemplo,

Quiso Dios que moverse fuera para encontrarlo,
que existir fuera para conocer y comprender su Ser,
que la ignorancia de su Yo quedara ausente de nuestra voluntad, que el límite de nuestra ansia fuera su rostro,

ha querer decir que no nos podemos quedar mirando, como diría aquel, el dedo de Dios cuando el Creador nos señala el cielo y, así, deberíamos dirigirnos hacia Quién creó y mantiene lo creado con paso firme y rumbo cierto. Inspirados por Su Espíritu y espoleados por el bien que necesitamos para sobrevivir en este valle de lágrimas como hijos que buscan al Padre.

Tratar, al menos intentarlo, de acudir a las reservas que tiene el corazón del Amor de Dios y, desde ellas, poner sobre el tapete de nuestra realidad lo que amamos y sentimos, viene a ser como regar un árbol que está necesitado de tal sustancia vital sin la cual dejaría de existir y de ser. Y esto porque la savia del Creador nos es esencial y radicalmente necesaria para seguir siendo lo que somos y que no es otra cosa que hijos de Dios.

Recoge, este libro, los siguientes poemarios:

Secreto designio”, “Como árbol de fe”, “Desde este lado del Reino”, “Agradecido afán” y, por último, “Rosarium Vitae” que es, como puede imaginarse, uno que describe, de forma poética, los misterios del Santo Rosario.

A veces, sin embargo, como es el caso del poemario “Agradecido afán” que está dedicado íntegramente a la Santísima Virgen María, se nos cuela alguna que otra prosa que nos sirve también para agradecer a la Theotokos que sea como es con nosotros y que nos tenga, siempre, en su corazón de Madre buena y amable.

Así, por ejemplo, cuando se escribe

Si miramos dentro de nuestro corazón, lugar donde el amor tiene el centro de su vida, encontraremos, sin duda, la huella y la suavidad de la mirada de María, que sembró en nuestro surco para recoger limpio fruto. María, cuyo nombre no es rémora al ser repetido sino que llena de dicha nuestra boca o nuestro pensamiento si la nombramos entre la multitud, solitarios a pesar nuestro pero acompañados por su recuerdo,

no es poco cierto que se muestra amor por quien tanto hace por nosotros allí, en el definitivo Reino de Dios.

La poesía religiosa como la que aquí se presenta no es, lo repito, un intento de ser más que quien no alcance a contener en su corazón determinadas formas de expresar lo que se siente. Sí es, sin embargo, una forma de querer decir sí a Dios de una forma particular e íntima que, sin embargo, se da a conocer por si a alguien le vienen bien algunas palabras o le llega al alma lo que aquí se entrega.

Procuramos, eso sí, hacer que se sepa que lo aquí contenido no es, sino, regalo de la inspiración de Dios y, sin tener tan en cuenta el ritmo o la rima ortodoxa de la poesía, preferimos apreciar el ritmo del corazón y la rima de un aliento divino. Eso, sí, en verdad, vale la pena.

Eleuterio Fernández Guzmán