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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 22 de junio de 2012

Santa Sede

No ahorren ningún esfuerzo por Siria. Estoy cerca de sus sufrimientos
La Ayuda a las Iglesias Orientales concluyó su reunión anual junto al papa

Benedicto XVI recibió al cardenal de Barcelona
Las visitas a las Sagrada Familia en 2011 han llegado a los tres millones

La piedad popular tendrá su lugar en el Año de la Fe
Monseñor Fisichella: Esta expresión importante de la fe se celebrará el 5 de mayo

Mundo

Siria: Las palabras del Papa son una ayuda para buscar caminos de paz
Afirma el obispo caldeo de Aleppo, monseñor Audo

Nigeria: 'No os venguéis'
Los obispos llaman a la calma tras los últimos atentados contra cristianos

Exposición permanente sobre las Reducciones jesuitas del Paraguay
Se inaugura en el Santuario de Javier, España

Derechos Humanos

En riesgo de ser condenado a pena de muerte por escribir un editorial
Movilización en defensa del periodista jordano Salih Kharisat

En la escuela de san Pablo...

"El amor de Cristo nos apremia..." (Tiempo ordinario 12º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical

Comentario al Evangelio

Natividad de San Juan Bautista
Comentario al Evangelio dominical

Foro

Atención a quienes aprovechan la cumbre Río+20 para pasar sus pautas ideológicas
Advierte el cardenal Scherer en un artículo

Flash

Publicado un nuevo video de la serie: 'Te puede pasar a tí'
Antes ateos hoy conversos

Postgrado en Cuidados Paliativos
Del Centro Asistencial San Camilo

Documentación

'Atravesamos un crisis no sólo económica sino antropológica y espiritual'
Mensaje final del III Forum Católico-Ortodoxo


Santa Sede


No ahorren ningún esfuerzo por Siria. Estoy cerca de sus sufrimientos
La Ayuda a las Iglesias Orientales concluyó su reunión anual junto al papa
Por H. Sergio Mora

ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Perseverar en su apoyo a los cristianos de Tierra Santa y otras regiones orientales, a pesar del momento de crisis que penaliza aquellas poblaciones y el diálogo ecuménico e interreligioso. Este fue el llamamiento que Benedicto XVI hizo ayer jueves en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco en sus siglas en italiano).

El papa además reafirmó su cercanía a los grandes sufrimientos de los hermanos y hermanas de Siria, invitando a garantizar una suficiente asistencia humanitaria.

Y al concluir le encomendó su próximo viaje al Líbano a la protección de la Virgen María.

La Roaco es un comité que reúne a todas las agencias y obras de varios países del mundo, que se comprometen a sostener financieramente y espiritualmente varios sectores, particularmente en Tierra Santa y otras regiones orientales y países en donde la fe enfrenta situaciones difíciles.

En sus palabras Benedicto XVI recordó que en 2007 invitó a la Roaco a perseverar en aquel movimiento de caridad querido por el papa y añadió que a hora “quiero reiterar con fuerza tal exhortación también subrayando las urgentes necesidades del momento actual”.

El santo padre recordó que la crisis económica y social actual “recae sobre los sectores más débiles y penaliza seriamente el presente y el futuro”. Y que “Oriente madre patria de antiguas tradiciones cristianas se encuentra afectado particularmente en tal proceso, que genera inseguridad e instabilidad mismo a nivel eclesiástico y en campo ecuménico e interreligioso”.

Sin olvidarse de Siria hacia la cual reafirmó su cercanía “a los grandes sufrimientos de los hermanos y hermanas, en particular de los pequeños inocentes y más indefensos”.

“Que no se ahorre ningún esfuerzo –pidió el Papa– también por parte de la comunidad internacional, para hacer salir a Siria de la actual situación de violencia y de crisis que dura ya desde hace mucho tiempo y corre el riesgo de volverse un conflicto generalizado que tendría consecuencias fuertemente negativas para el país y para toda la región”.

“La intercesión de la Santísima Madre de Dios –concluyó el pontífice– acompañe siempre a las Iglesias Orientales en la madre patria y en la diáspora” y “sea Ella la protección también en el próximo viaje que –si Dios quiere– realizaré al Líbano para la Asamblea Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos”.

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Benedicto XVI recibió al cardenal de Barcelona
Las visitas a las Sagrada Familia en 2011 han llegado a los tres millones
BARCELONA/ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- El santo padre, Benedicto XVI, ha recibido esta mañana en audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano al cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona. La audiencia había sido solicitada por el cardenal Martínez Sistach, con motivo de sus 75 años, como suelen hacer los cardenales.

El cardenal de Barcelona --informa un comunicado del Arzobispado de Barcelona- ha testimoniado al santo padre "la adhesión, el afecto y la oración de toda la archidiócesis de Barcelona a su persona y a su ministerio como sucesor del apóstol San Pedro, especialmente en estos momentos, y le ha agradecido de nuevo su visita apostólica a Barcelona en noviembre de 2010. El santo padre le ha agradecido estas manifestaciones y ha reiterado el agradable recuerdo que conserva de su visita para dedicar la Basílica de la Sagrada Familia".

En el transcurso de la audiencia --sigue el comunicado--, el cardenal de Barcelona ha informado a Benedicto XVI que "a raíz de su visita apostólica han aumentado las visitas a la Basílica de la Sagrada Familia, habiendo superado en 2011 los 3 millones de visitantes, y le ha expuesto todo lo que se está haciendo para la acogida de visitantes con un espíritu evangelizador y catequético".

El cardenal Martínez Sistach ha ofrecido al santo padre un ejemplar de las tres ediciones (catalana, castellana e italiana) de su libro La Sagrada Familia, un diálogo entre fe y cultura.

El santo padre se ha interesado por la aplicación de los tres objetivos –uno de ellos, la solidaridad en este tiempo de crisis económica– del Plan Pastoral diocesano, centrado en la Nueva Evangelización, y por las dos experiencias que ha vivido la archidiócesis de Barcelona (la Misión Metrópolis y el Atrio de los Gentiles), agradeciéndo el trabajo que están haciendo en la archidiócesis sacerdotes, religiosos y laicos, así como el que se está haciendo para preparar la aplicación del Año de la Fe, que comenzará en octubre de este año.

El santo padre --concluye el comunicado--, en el transcurso de la audiencia, "ha manifestado su afecto al cardenal Martínez Sistach y le ha otorgado su Bendición Apostólica para el ejercicio de su ministerio en la querida archidiócesis de Barcelona, haciéndola extensiva a todos los diocesanos".

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La piedad popular tendrá su lugar en el Año de la Fe
Monseñor Fisichella: Esta expresión importante de la fe se celebrará el 5 de mayo
Por H. Sergio Mora

ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- El Año de la Fe, convocado por Benedicto XVI del 11 de octubre próximo al 24 de noviembre del 2013 contará con una gran cantidad de eventos.

Entre los eventos programados para el Año de la fe, casi quince contarán con la presencia del santo padre, como la Jornada Mundial de la Juventud; la canonización de seis mártires entre los cuales una española; jornadas para novicias, novicios y seminaristas, para los movimientos nuevos y antiguos, en favor del 'evangelio de la vida' y una adoración eucarística en el día de Corpus a nivel global.

El Año de la Fe que se realiza en el cincuentenario del Vaticano II y del veinte aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica, contará también, el 5 de mayo próximo, con una jornada dedicada a la fe y a la piedad popular.

En la presentación del Año de la Fe a los periodistas presentes en la Sala de Prensa de la Santa Sede, monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización respondió a una pregunta del telediario italiano TG5, sobre la dificultad existente muchas veces entre la piedad popular que es penalizada y las directivas de los obispos.

“La piedad popular no puede ser penalizada, la piedad popular es muy importante en la vida de la fe --enfatizó monseñor Fisichella- porque es aquella vida de fe que se recoge de manera particular en los santuarios”.

“Los santuarios --añadió- son lugares privilegiados para la nueva evangelización y para la fe. Hay millones y millones de personas que cada año frecuentan los santuarios y también cientos de personas que participan en las cofradías.

Para ejemplificar a monseñor Fisichella le bastó dar un dato: “En una diócesis de España hay al menos cuatro mil cofradías y esto no es broma, son realidades sobre las cuales a veces nos detenemos solamente en su dimensión folklórica, lo que evidentemente podría crear en algunos momentos ciertos problemas”.

Dificultad que para el número uno del dicasterio de la Nueva Evangelización se puede resolver acompañando la piedad con la catequesis. “Si en cambio se la acompaña con la inteligencia de la fe y si se descubre el significado de esta piedad popular, entonces es posible proponer un camino que debe ser recorrido”.

“La fe tiene necesidad de estos signos --recordó- y en este sentido es muy lindo el primer capítulo de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger, el papa, sobre el tema de los signos y de las imágenes en la liturgia. Nosotros vivimos de esto. Son los frutos de lo que nos ha enseñado en diversas épocas la expresión y manifestación de la fe”.

“O sea --prosiguió- en la Edad Media teníamos catedrales que eran catecismos de piedra, después estas cosas evolucionaron. Nosotros tenemos por ejemplo a las cofradías y sus manifestaciones, como en los via crucis del viernes y sábado santo, que indican una fe en el misterio pascual. Lo que obviamente necesita una catequesis que la acompañe, instrucción que hoy, diría, es mucho más difusa que en el pasado.

Y concluyó su respuesta indicando: “Somos conscientes y pensamos que esta sea una vía que debe ser recorrida, previendo además una masiva presencia por parte de la piedad popular a esta celebración que será parte del Año de la Fe”.

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Mundo


Siria: Las palabras del Papa son una ayuda para buscar caminos de paz
Afirma el obispo caldeo de Aleppo, monseñor Audo
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- El obispo caldeo de Aleppo ha respondido a las recientes palabras del papa en favor de la paz en Siria afirmando: “Las palabras del Papa son una ayuda para buscar caminos de paz”.

“La urgencia para nosotros es una reconciliación nacional. La situación es grave, es necesario activar el diálogo. Siria siempre ha sido un ejemplo de convivencia y ahora debe encontrar de nuevo su rostro pacífico de tierra árabe, cristiana y musulmana”. Lo ha declarado a Fides monseñor Antoine Audo SJ, obispo católico caldeo de Aleppo, al comentar la llamada de Benedicto XVI a la paz en Siria, lanzada con motivo de la asamblea de la ROACO (Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales), que incluye a las agencias humanitarias católicas que trabajan para apoyar a las Iglesias orientales.

El obispo jesuita dijo: “El llamamiento del papa es muy interesante y conmovedor. Como cristianos sirios, nos sentimos profundamente tocados. Sus palabras reflejan un profundo deseo de paz. El papa ha utilizado la palabra 'perseverar': para nosotros significa no tener miedo de las dificultades y buscar con determinación caminos de paz. Es un gran estímulo. Pedimos que se ponga fin a la violencia y oramos por la paz. Confiamos en la ayuda de la Santa Sede para que a nivel internacional se pueda promover la paz en Siria”.

Sobre los cristianos de Siria, el obispo recuerda que “nuestra presencia como Iglesia de lengua árabe y cultura oriental, capaz de convivir con el Islam, es muy importante para Oriente Medio y para la Iglesia universal”.  

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Nigeria: 'No os venguéis'
Los obispos llaman a la calma tras los últimos atentados contra cristianos
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Aunque asustados y enfadados, los cristianos de Nigeria deben resistir los llamamientos a vengarse contra los extremistas que realizan atentados con bomba en sus iglesias, afirman los obispos católicos.

En declaraciones a la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el arzobispo de la capital Abuja, monseñor John Onaiyekan y el obispo Martin Igwe Uzoukwu de la cercana Minna, hicieron un llamamiento al gobierno para que detenga la violencia.

El arzobispo Onaiyekan fue más allá diciendo que el gobierno debería pedir a los musulmanes que ayuden a “infiltrarse” en grupos terroristas.

Las declaraciones de los obispos se produjeron después de los jefes de seguridad del gobierno advirtieran de otra oleada de explosiones con bomba suicidas, tras las explosiones del pasado domingo 17 de junio en tres iglesias de Kaduna, que produjeron más de 30 muertos.

El atentado a la Iglesia pentecostal Shalom, en Kaduna –en la tensa línea divisoria entre el norte y el sur- provocó una venganza violenta de cristianos en la que murieron 11 musulmanes y dos mezquitas fueron objeto de ataques, una quemada hasta los cimientos.

Comentando estas venganzas este jueves en una entrevista a AIN, el arzobispo John Onaiyekan habló sobre la creciente impaciencia de la comunidad cristiana ante la violencia, dijo: “Se está haciendo cada vez más difícil predicar paz y llamar a la calma. Es más fácil tocar los tambores de guerra”. “Cada vez más gente dice que al menos debemos luchar si siguen atacándonos”.

“Pero esta es una actitud muy preocupante y no una solución práctica al problema. Los musulmanes que fueron asesinados en Kaduna eran de un enclave musulmán y eran inocentes”.

Tanto el como el obispo Igwe citaron pasajes evangélicos mostrando la oposición de Cristo a la violencia. El obispo Igwe dijo: “Estoy diciendo a mi gente que conserve la calma. Dos errores no hacen algo correcto”.

Los obispos hicieron los comentarios después de que el papa Benedicto XVI, en la audiencia general del miércoles, dijera: “Es mi esperanza que los diversos componentes de la sociedad nigeriana colaboren de manera que no emprendan el camino de la venganza”.

El arzobispo Onaiyekan habló de los problemas de seguridad por una ausencia de inteligencia sobre los grupos terroristas y añadió que ha llamado a las comunidades musulmanas a que ayuden a infiltrarse en sus estructuras y extirpar a sus líderes.

Condenando la actuación del gobierno en la lucha contra la violencia, el arzobispo Onaiyekan dijo: “El gobierno es débil no puede combatir el problema de modo serio. Lo que tenemos ante nosotros es un débil gobierno que no puede proteger a su pueblo”.

El obispo Igwe llamó a los cristianos de todo el mundo a hacer grupo de presión ante sus gobiernos para que presionen sobre la administración del presidente Jonathan para que detenga la violencia.

Dijo: “Los cristianos no sólo en Nigeria sino en todas partes no deberían permanecer callados. El silencio sugeriría que ellos aprueban la violencia. Si quieren dejar claro que no la aprueban, deberían hablar”.

En una crítica implícita al manejo de la crisis por parte del gobierno, el obispo Igwe dijo: “Si tenemos que morir por Cristo, moriremos por Cristo, ¿pero por qué deberíamos vernos forzados a hacer esta elección?”.

Los dos obispos dijeron que en muchos casos la violencia ha reforzado la fe de la comunidad cristiana. El arzobispo Onaiyekan dijo: “Mucha gente que no venía a la iglesia antes está viniendo ahora. Hay mucha oración y mucha meditación en curso”.

El obispo Igwe dijo: “Se dice que si estos ataques continúan, especialmente en el norte, los cristianos se irán a otra parte del país pero Nigeria es para todos nosotros”. “Los cristianos deberían permanecer donde están. Lo que necesitan es adecuada protección”

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Exposición permanente sobre las Reducciones jesuitas del Paraguay
Se inaugura en el Santuario de Javier, España
JAVIER, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- El próximo 28 de junio se inaugura en el Santuario de Javier, Navarra, España, la exposición permanente “Las Reducciones Jesuitas del Paraguay: una aventura fascinante que perdura en el tiempo”.

La exposición rememora uno de los aspectos más fascinantes de la evangelización de las Américas: la experiencia de las reducciones jesuitas.

A la inauguración asistirán el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela monseñor Francisco Pérez González; el padre provincial de los jesuitas de la Provincia de Loyola Juan José Etxeberria SJ; la alcaldesa de Javier María José Guindano; una representación del Gobierno Foral de Navarra y otra de la Embajada de Paraguay en España.

La muestra ocupa todo el espacio (300 m2) de la Sala Shurhammer del Aula Francisco de Jasso. Contiene principalmente material fotográfico, paneles explicativos y tres bellas maquetas que representan las Reducciones de San Ignacio Miní (1610, actual Argentina), Santos Mártires del Japón (1639, actual Argentina), y Jesús de Tavarengué (1685, actual Paraguay). El visitante también podrá contemplar representaciones a gran escala de Puertas de las Reducciones.

Esta exposición dirigida por el jesuita Enrique Climent SJ fue una de las grandes exposiciones que se ofrecieron a los jóvenes que acudieron en agosto del año pasado a Madrid para encontrarse con el papa. Finalmente, la exposición quedará de forma permanente en el Santuario de Javier para que la puedan disfrutar a partir de ahora los miles de peregrinos que visitan este lugar tan señalado para los cristianos de todo el mundo.

“No cabía una ubicación mejor para una exposición que refleja la labor misionera de la Compañía de Jesús en uno de los momentos más fascinantes de su historia. Ese impulso misionero tiene su origen precisamente aquí, en este castillo navarro que vio nacer al primero de una larga lista de jesuitas misioneros: San Francisco Javier”, afirma una nota de los organizadores.

Qué son las Reducciones

Las Reducciones o misiones Jesuitas del Paraguay (1609-1769) fueron asentamientos de indios guaraníes que promovieron los padres de la Compañía de Jesús en las tierras conquistadas por Portugal y España, con el deseo de salvaguardar su identidad de personas y de vasallos de la corona. Así, los pueblos indios que vivían de acuerdo con su antigua costumbre, en los montes, en pequeños grupos, muy distantes entre sí, se reunieron por iniciativa de los jesuitas para formar asentamientos de unos cinco mil indios cada uno. Muchos recordarán con facilidad qué eran las reducciones por las imágenes de la película “La Misión” del director Roland Joffé (1986), protagonizada, entre otros, por Robert De Niro y Jeremy Irons.

En total llegaron a existir treinta reducciones de los pueblos guaraníes, que se extendieron entre los ríos Paraná y Uruguay en un vasto territorio que comprendía regiones que hoy forman parte de Paraguay y también de Argentina (Corrientes, Misiones, Entre Ríos y parte de las provincias de Chaco y Formosa); el sur y suroeste de Brasil, (Río Grande, Santa Catarina, Paraná y Mato Grosso del Sur); el sureste de Bolivia y Uruguay. Esta exposición, aunque se refiere a todas ellas, se detiene más en las situadas en actual territorio paraguayo.

Los jesuitas continúan con los indígenas

El trabajo de los jesuitas con los indígenas no murió con la desaparición de las Reducciones. Permanece. Los ejemplos los encontramos en todo el mundo: Desde el equipo Itinerante de la Amazonía, el trabajo con indígenas de Bolivia o Venezuela, con los Adivasi en la India, las comunidades de Malasia; los pueblos indígenas australianos, o los de Ontario (Canadá). En la Provincia de Loyola (Navarra y País Vasco), la ONG de la Compañía de Jesús ALBOAN es la encargada de tomar el relevo en esta misión apoyando el desarrollo humano y la lucha por la vida digna y la justicia de diferentes comunidades indígenas.

El compromiso de los jesuitas con los pueblos indígenas abarca la dimensión pastoral, social y política. Y les lleva a entregar la vida, como la dio el jesuita español Vicente Cañas que se fue a vivir con los Enawenê Nawê, de la Amazonia brasileña y que fue asesinado por los terratenientes que sitiaban las tierras de los indios el 6 de abril de 1987.

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Derechos Humanos


En riesgo de ser condenado a pena de muerte por escribir un editorial
Movilización en defensa del periodista jordano Salih Kharisat
Por Valentina Colombo

ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- ¡Imaginen un periodista que escribe un editorial y poco después se encuentra en un tribunal para responder a la acusación de... apostasía corriendo el riesgo de ser condenado a pena de muerte! Es el caso del jordano Salih Kharisat que ha sido denunciado por un grupo de abogados, capitaneados por Musa Abdelilat, ligados al movimiento salafita. La acusación es de haber escrito frases de las que se presume su ateísmo y la falta de respeto hacia el Corán. El proceso se celebrará el próximo 24 de junio en el tribunal sharaitico de Amman norte y a juzgarle será el juez Ibrahim Zayd al-Kilani.

Obviamente Kharisat no se lo cree y miega las acusaciones contra él, pero la mecha se ha encendido. El hecho de que se trate de un grupo de salafitas que recurre a la justicia no excluye que otros salafitas pasen a la acción y lleven a cabo la pena prevista para el apóstata, es decir la pena de muerte.

Lamentablemente, no es el primer caso en la "moderada" Jordania. El 24 de septiembre de 2008 empezó la odisea del poeta y periodista Islam Samhan.

Objeto incriminado: su colección de poesías Ágil como una sombra. Una recensión aparecida en la web invita a las autoridades religiosas a emitir una fatwa contra versos que ultrajan a la religión.

El jeque Nuh al-Quda, gran mufti de Jordania, le había acusado de ser "un apóstata y un enemigo de la religión", por haber escrito rimas de amor que en algunos casos recuerdan y aluden a algunas suras del Corán y en otros se dirigen a Dios mismo. Samhan es reo de haber escrito: "Inquieta/ se lamenta/ De aquello que no sabía/ Ella se dirige a Dios/ Pequeña como un pajarito/".

Y: "Tú eres nicho del lecho/ Todo iluminas/ Casi sin que fuego te toque./ [...]/ Enseña a los ángeles/ tu nombre/ Un grupo de adoradores te pisa/ los pies/.

Inmediatamente después de la fatwa el poeta Islam Samhan, que hoy tiene treinta y un años, fue llevado al tribunal, y esto vale también para Kharisat, a pesar de que la Constitución del Reino hachemita de Jordania afirme en el artículo 14 que "el estado salvaguardará el libre ejercicio de todas las formas de culto y ritos religiosos en sintonía con las tradiciones observadas en el Reino, a menos que esto contravenga con el orden público y la moralidad", y el artículo 15 que "el Estado garantizará la libertad de opinión".

"Cada ciudadano jordano será libre de expresar su opinión en discursos, escritos o por medio de representaciones fotográficas y otras formas de expresión, admitido que esto no viole la ley; la libertad de prensa y publicación será asegurada dentro de los límites de la ley; los periódicos no serán suspendidos de la publicación si sus permisos revocados si no de acuerdo con lo previsto por la ley; en caso de declaración de ley marcial u de estado de emergencia, puede ser impuesta por ley una censura limitada a periódicos, publicaciones, libros y transmisiones televisivas sobre cuestiones que tocan a la seguridad pública y a la defensa personal; el control de los recursos de los periódicos será regulado por ley". El artículo 37 de la ley jordana sobre la prensa habla claro y limita notablemente la libertad de expresión en el país: "Está prohibida la publicación de cualquier forma de cualquier cosa que ofenda o ultyraje una de las religiones y denominaciones cuya libertad es sancionada por la constitución". En modo particular el islam.

El 21 de junio de 2009, el tribunal de Amman, con gran exaltación de los extremistas islámicos, condenó a Islam Samhan a un año de reclusión y a una multa de diez mil dinares jordanos (cerca de diez mil euros) por haber "insultado el sentimiento religioso". El 26 de junio, el joven poeta, desesperado, me escribió: "Cuando fui al tribunal era optimista. Estoy convencido de mi inocencia. Este es el motivo por el que me quedé sin palabras cuando se pronunció la sentencia que me ha visto condenado. Es una decisión política que mira a complacer a los extremistas islámicos que son peligrosos como los terroristas en Irak o aquellos que secuestran a turistas en Yemen. Los extremistas amenazan con castigarme y matarme".

Islam Smahan que había sido a su vez precedido por el poeta jordano Musa Hawamdeh, también acusado de haber ultrajado la religión y de apostasía, no ha recibido todavía la sentencia definitiva. El motivo de este titubeo se debe sin duda al hecho de que la opinión pública internacional se ha desencadenado con llamamientos a su favor, entre los cuales algunos dirigidos al mismo rey Abdallah.

Lo mismo debe suceder para Kharisat, que entre otras cosas es un defensor acérrimo de la condición de la mujer en su país. Hace falta que llamamientos, peticiones recuerden al monarca jordano que si quiere mantener intacta la imagen de "último occidental", de "moderado" debe tener el valor de impedir que se repitan casos de este tipo.

Por enésima vez, la vida de un hombre está en peligro. Los derechos humanos y la libertad no se respetan. Pero Kharisat no está solo y el proceso será seguido en cada paso, así como el de Islam Samhan.

No es aceptable que en el tercer milenio haya personas que corran el riesgo de pena de muerte por haber escrito un editorial o una poesía.

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En la escuela de san Pablo...


"El amor de Cristo nos apremia..." (Tiempo ordinario 12º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Nuestra columna "En la escuela de san Pablo..." ofrece el comentario y la aplicación correspondiente para el 12º domingo del Tiempo ordinario.

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Pedro Mendoza LC

"Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así. Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo". 2Cor 5,14-17

Comentario

Inicio con una breve síntesis del contenido de la 2ª lectura de este domingo. En ella san Pablo explica por qué se comporta del modo como lo hace: el amor de Cristo lo "atormenta" (esta sería una traducción más precisa de la palabra griega). En esta expresión, "el amor de Cristo" no es tanto el amor del Apóstol por Cristo, sino sobre todo el amor de Cristo para con él. La convicción de que Cristo ha muerto por todos ha transformado la vida del Apóstol: ahora él se da cuenta de que ya no debería vivir para sí sino para Cristo que ha muerto y resucitado en favor de todos. El amor de Cristo por todos, manifestado en su muerte en la cruz, ha transformado radicalmente la comprensión que san Paolo tenía de Cristo. Mientras antes lo veía desde un punto de vista meramente humano ("según la carne", persiguiendo a sus seguidores como fanáticos y apóstatas), ahora él entiende que el Mesías crucificado no era sino el Hijo de Dios que ha dado su vida por todos. Esto lleva al Apóstol a una conclusión importante: los que están en Cristo son "una nueva creación". Ellos son la nueva humanidad inaugurada por el nuevo Adán.

A continuación, una explicación más detallada del texto. Si san Pablo se nos muestra incansable, es porque está poseído por una fuerza extraña, que lo "atormenta". En efecto, el amor de Cristo, es decir, Cristo, lo ha captado con su amor, le sostiene y le impulsa. Y así dice: "Vivo, pero no yo; es Cristo quien vive en mí... que me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gal 2,20). La revelación del amor de Cristo y la experiencia del mismo tienen un punto de referencia fundamental: Cristo, el "uno", murió por (en favor de) todos (v.14). Este "por" puede significar una sustitución, en el sentido de que murió "en lugar de" aquellos que eran reos de muerte. Pero puede significar también que Él entregó su vida "en favor de" los hombres y para la salvación de ellos: su sangre "es derramada por muchos" (Mc 14,24). Ahora bien, en la perspectiva de la muerte vicaria o sustitutiva nuestra condición humana no está destinada a cambiar, si bien estaremos siempre agradecidos hacia quien ha sacrificado su propia existencia en lugar nuestro. Por el contrario, en la interpretación de favor o de ventaja cambia totalmente nuestra vida porque nos convertimos en destinatarios de los dones que pertenecen sólo a Cristo: su amor, el Espíritu, la bendición divina, su filiación divina y la participación en la heredad prometida por Dio (cf. Gal 2,20; 3,13-14; 4,4-7; Rom 5,6.8; 8,32; 14,15). Ya que Cristo ha muerto en favor de todos y en lugar de todos, todos han muerto. Cristo, en la cruz, los encerró a todos en sí mismo y representó a todo el género humano. La muerte de Cristo es, pues, al mismo tiempo, la muerte de toda la humanidad. En Cristo ha recaído sobre todos, como pecadores perdidos, el juicio condenatorio de Dios. Y en la muerte de Cristo se cumplió la sentencia sobre todos.

Inmediatamente después de afirmar la muerte de Cristo, san Pablo corrobora su resurrección de la muerte (v.15). De donde deduce que esa comunión de muerte con Él crea también la comunión de vida. Al ser resucitado Cristo de entre los muertos, vivimos también nosotros. "Si hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con Él" (Rom 6,8). Pero aquellos que ahora tienen una nueva vida, no pueden ya vivir para sí mismos, sino que deben ponerse, con toda su vida, al servicio de aquel que murió y resucitó por ellos. Así como Cristo vivió por otros, eso mismo deben hacer también los cristianos: "En efecto, ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo... Tanto, pues, si vivimos como si morimos, pertenecemos al Señor" (Rom 14,7-8).

A renglón seguido, san Pablo saca nuevas conclusiones del principio fundamental de que todos han muerto. La vida anterior ya ha muerto y pasado para todos. Por lo mismo, el Apóstol ya no puede juzgar a nadie por su pasado. Y por eso, tampoco conoce ya a nadie por su condición humana (v.16). La condición humana no se refiere aquí a los pecados, sino a la transitoriedad del mundo terreno, con todas sus relaciones y circunstancias, tales como el origen racial, la posición, el prestigio ante los hombres, la historia, las riquezas. Todo esto no significa ya nada. Y esto vale también respecto de Cristo. San Pablo se dirige contra sus adversarios, que afirmaban que el ministerio apostólico del Apóstol era inferior al de los doce, elegidos personalmente por Jesús mientras vivía aún en la tierra, mientras que el Apóstol  había sido llamado en Damasco, después de la resurrección y ascensión del Señor. También en la carta a los Gálatas (1,11-17) tuvo que defenderse contra un parecido intento de rebajarle. Y en este sentido dice ahora: todas las relaciones con el Jesús terreno son ya accidentales. No encierran privilegios ni ventajas de ninguna clase. No tiene ningún valor invocar estas relaciones frente al hecho de pertenecer a Cristo resucitado, que opera como el Espíritu en la Iglesia (3,17).

San Pablo concluye este razonamiento en el v.17, que tiene como punto de partida el hecho de que en la muerte de Cristo han muerto todos. Ahora afirma que de la muerte de Cristo surge la nueva vida, de la que participan todos aquellos que han muerto con Cristo, es decir, los cristianos. La Iglesia es una nueva creación. El cristiano es el hombre nuevo. El viejo mundo, el tiempo del mundo con sus miserias, sus pecados y su enemistad con Dios han desaparecido. La renovación del mundo prometida por Dios y tan deseada por todos, es ya una realidad. Pero se trata de una realidad en sus inicios, no completada. Por eso afirma el Apóstol que en este mundo presente domina la muerte y en él siguen existiendo faltas, defectos y pecados. Por eso es preciso exhortar sin descanso y amonestar recordando el juicio.

Aplicación

"El amor de Cristo nos apremia..."

La liturgia de la Palabra de este 12º domingo del Tiempo ordinario toca, en la 2ª lectura, un tema fundamental de nuestra vida cristiana: el amor de Cristo que ha muerto por todos los hombres. El Evangelio y la 1ª lectura del libro de Job, en cambio, nos ayudan a descubrir la potencia divina: mientras a Job Dios recuerda su poder sobre el mar, Cristo ejercita su poder aplacando una tempestad. Llama la atención cómo este poder que tiene Cristo no lo utiliza para salvarse de la muerte, sino que, movido por amor a nosotros, ofrece su vida por nuestra salvación.

La primera lectura recoge una parte del bellísimo diálogo de Dios con Job (38,1.8-11), quien viéndose probado duramente titubea en su fe y se pone a pedir cuentas a Dios. En una abrumadora serie de preguntas Dios le revela a Job todo su poder sobre cuanto existe. Concretamente, en este pasaje, le revela su poder sobre el mar. Así quiere ayudarle a reconocer que Dios está por encima de todas las potencias y todas las situaciones en que podemos encontrarnos, particularmente ante las adversidades. Él tiene el poder sobre todo lo creado, pues es el Señor de todo cuanto existe.

El pasaje del Evangelio de este domingo (Mc 5,35-41) nos muestra a Jesús mientras se encuentra con sus discípulos en medio del lago. Al desatarse una fuerte tempestad de viento, los discípulos desesperados por el peligro de hundirse se dirigen a Jesús que duerme y le piden ayuda. Jesús, con su poder divino, increpa los vientos y el mar y de nuevo reina la calma. Entonces reprende a sus discípulos por su falta de fe. Todavía no han comprendido quién es Jesús realmente. Este milagro viene, pues, a reforzar su fe en Él, como hombre-Dios, de modo que reconozcan que Él es verdaderamente Dios, y por lo mismo tiene todo poder en el cielo y en la tierra; tiene el poder divino, porque sólo Dios puede mandar al mar.

En la 2ª lectura el Apóstol nos muestra otra perspectiva de Dios: su amor por nosotros que conduce a Cristo a abrazar la muerte para alcanzarnos la salvación (2Cor 5,14-17). Cristo no quiso utilizar su poder milagroso para huir de la muerte; sobre la cruz no hizo ningún milagro en favor de sí mismo, aunque sus enemigos lo desafiaban a hacerlo: "Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!" (Lc 23,37). En realidad Él tenía la capacidad de liberarse de la cruz, pero no quiso hacerlo. ¿Por qué? Por amor a nosotros. Como san Pablo, también nosotros estamos llamados a dejarnos penetrar por su amor de tal modo que podamos exclamar: "el amor de Cristo nos apremia...",  y nos lancemos a una entrega sin límites a Él y a los demás.

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Comentario al Evangelio


Natividad de San Juan Bautista
Comentario al Evangelio dominical
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos un comentario del padre Jesús Álvarez, paulino, al evangelio de este domingo.

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P. Jesús Álvarez SSP

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”. Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados, y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Todos los que se enteraron, guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel”. (Lc 1, 57-66. 80)

“¿Qué llegará a ser este niño?”. Todos quedan admirados de lo que sucede en torno a su nacimiento: su madre era estéril y anciana, su padre se queda mudo por haber dudado, el nombre de Juan es indicado por un ángel, Zacarías recupera el habla y alaba a Dios por el milagroso nacimiento de su hijo. Juan iba creciendo y el Espíritu Santo estaba con él. Se retiró al desierto hasta que empezó su misión de precursor del Mesías prometido.

Juan predicaba la conversión a quienes acudían a él para bautizarse, y entre ellos había también algunos escribas y fariseos, que buscaban una salvación fácil, a base de ritos vacíos y preceptos inventados por ellos; y Juan los encara: “¡Raza de víboras, ¿quién les ha enseñado a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan frutos de sincera conversión”. La palabra encendida del Precursor se dirige a todos: pescadores, campesinos, escribas, sacerdotes, soldados y gobernantes, entre los cuales se “cuela” alguna vez el adúltero rey Herodes, quien termina decapitando a Juan por instigación de la adúltera esposa de su hermano Filipo, con la que Herodes convive escandalizando al pueblo.

Cuando Jesús había comenzado su ministerio público, Juan fue encarcelado. Jesús declara a la gente quién es Juan, haciéndole un espléndido elogio: “Les aseguro que entre todos los nacidos de mujer, no hay profeta mayor que Juan”, pero el más pequeño en el Reino de Dios, es mayor que él”. Juan es grande por ser precursor del mayor Profeta: Cristo, a quien vino a proclamar y a prepararle los caminos. Juan vive esa grandeza con profunda humildad y fe, como él confiesa: “Después de mí viene uno que es más que yo, y no me considero digno siquiera de soltar la correa de sus sandalias. Él debe crecer y yo disminuir”.

El “mayor de los profetas” --que había saltado de gozo en el vientre de Isabel al percibir la presencia del Mesías en el seno de María--, afirmaba que no lo conocía de persona. Pero lo reconoció y lo señaló a la gente cuando Jesús se le acercó para ser bautizado, pues vio abrirse los cielos y al Espíritu Santo descender sobre Jesús, y escuchó las Palabras del Padre: “Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy”.

El ejemplo y el mensaje del Bautista siguen siendo actuales para nosotros y para el mundo. Y también para la Iglesia: jerarquía, clero y pueblo, exhortados hoy a convertirse y preparar los caminos de Jesús resucitado presente, no encerrándose, como los escribas y fariseos, en una religiosidad superficial, que no salva, sino que se convierte en escándalo y perdición.

Jesús vino a traernos la salvación, y hay que tomarla muy en serio, pues “¿de qué le vale al hombre ganar todo el mundo, si al final se pierde a sí mismo?” Asegurémonos el éxito total de nuestra existencia terrena, viviendo en unión con Jesús, que es nuestro camino, verdad y vida.

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Foro


Atención a quienes aprovechan la cumbre Río+20 para pasar sus pautas ideológicas
Advierte el cardenal Scherer en un artículo
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto de un artículo sobre la conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, firmado por el cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo, publicado este martes en el diario O São Paulo.

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La Conferencia de Naciones Unidas sobre el clima y el futuro de la economía y de la vida en la Tierra despertó un enorme interés. Incluso si algunos importantes jefes de Estado prefirieron no aparecer, las numerosas delegaciones oficiales revelan que hay una preocupación ampliamente compartida por la sostenibilidad de la economía y el futuro de la vida en nuestra casa común.

Más allá de las delegaciones oficiales, participantes de la Cumbre final de la Conferencia, la sociedad civil también se movilizó y realizó la llamada Cumbre de los Pueblos, que suma numerosas ONG, asociaciones, sindicatos de trabajadores, empresarios, representaciones de Iglesias y religiones, de minorías étnicas... Es una rica y variada expresión de las organizaciones sociales, que manifiestan de manera espontánea y directa las propias convicciones, preocupaciones e intereses de todos los tipos y gustos, para asegurar el desarrollo y el bienestar económico, sin comprometer la sostenibilidad de la vida en nuestro Planeta.

En ese variado conjunto de propuestas, no faltan aquellas que aprovechan la ocasión para intentar pasar sus pautas ideológicas, como una afirmación de que el aborto es "un derecho humano", que la droga sea libre, o que la prostitución debe ser reconocida como una profesión igual a otra cualquiera... Es preciso estar atentos para que, en todo ese actuar, no se venda gato por liebre y no se firmen cheques en blanco, como si todo fuera "buena causa" en favor de la sostenibilidad de la vida en la Tierra... Esa causa precisa, más que nada, de discernimiento y elecciones acertadas.

La Río+20 está proporcionando una gran toma de conciencia sobre las más variadas implicaciones de la cuestión ecológica, que van desde la eliminación adecuada de las basuras al mejor uso de los alimentos disponibles; desde el uso de los combustibles menos dañinos a la vida, al modelo económico adecuado para la distribución más equitativa de los recursos disponibles... Es preciso desarrollar una nueva conciencia, que lleve a una cultura "ecológicamente correcta"; y eso requiere educación atenta en todas las fases de la vida de las personas, desde la cuna hasta la muerte; y en todos los ambientes sociales y niveles de convivencia, desde lo privado a lo colectivo y público... la cuestión interesa a todos.

La Iglesia destaca algunos principios irrenunciables para una solución adecuada de la cuestión ambiental. En el centro de todo debe estar siempre el hombre; es el quien puede arruinar o destruir el ambiente de la vida, o cuidar bien y preservar la casa que alberga y sustenta a todos. La cuestión ambiental, antes de ser un desafío económico y científico, es una cuestión ética y moral. Depende de la decisión del hombre tener actitudes correctas en su relación con la naturaleza. No podemos exigir, con nuestra ganancia, más de lo que la tierra puede ofrecer.

Por otro lado, pretender una solución del problema ambiental, excluyendo el cuidado del hombre, también sería imposible; una solución vendrá con la promoción de una correcta "ecología humana", que supone la superación de la pobreza, la aplicación de más recursos para la educación y la salud, una afirmación clara de la dignidad humana y de los legítimos derechos universales de la persona. es cuestión de una correcta antropología y de solidaridad social.

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Flash


Publicado un nuevo video de la serie: 'Te puede pasar a tí'
Antes ateos hoy conversos
MADRID, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Acaba de publicarse el segundo video de la serie “Te puede pasar a tí”, una colección que narra la aventura vital de personas antes ateas y hoy convertidas a la fe.

“Antes eran ateos, agnósticos, indiferentes, pasotas, no creían en Dios o creían sin consecuencias, como quien cree en los extraterrestres. Vivían en la antípodas de una vida de fe. Algunos declararon una guerra abierta contra la Iglesia. Otros pertenecían a ella, como socios de un gran club, sin fe ni amor. Sin embargo, todos ellos... cambiaron. Dios saltó a su vida de un modo sorprendente, ninguno le esperaba, tuvieron miedo pero... Cambiaron radicalmente su vida y aseguran que salieron ganando”, afirman los editores de la serie.

En este segundo capítulo de la serie “Te puede pasar a tí” se narra la peripecia de Rubén García, México.

A muy temprana edad escuchó las primeras críticas: “Eres como una niña”. Antes de los 18 años tuvo sus primeras relaciones sexuales con otros hombres. Ejerció la prostitución. A punto de operarse para ser transexual, una amiga le invitó a un retiro. “¿Qué Dios me ama? ¿A mí? Yo pensaba que Dios amaba a todos, menos a los homosexuales”, y ahí comenzó su camino hacia una vida distinta.

Entre los contenidos del video se incluyen respuestas a los siguientes interrogantes: ¿Qué es la homosexualidad?; Motivos por los que se desarrolla; Sexualidad y castidad; ¿Puede ser santo un homosexual?; ¿Qué es el pecado?

Más información en: www.encristiano.com.  

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Postgrado en Cuidados Paliativos
Del Centro Asistencial San Camilo
MADRID, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- El Centro Asistencial San Camilo de Madrid, España, que dirigen los religiosos camilos, ofrece un postgrado en Cuidado Paliativos, formación muy útil para profesionales en contacto con personas al final de la vida.

“Counselling, atención en duelo, bioética, control de síntomas, cuidados de enfermería, asistencia espiritual… El cuidado de las personas al final de la vida exige una formación completa, avalada por la experiencia de profesionales que a diario se desenvuelven en este ámbito”, afirman los organizadores del postgrado..

El doctor Pablo Sastre Moyano, responsable del servicio médico de la Unidad de Cuidados Paliativos del Centro Asistencial San Camilo,presenta el Posgrado Multidisciplinar en Cuidados Paliativos, impartido por el Centro de Humanización de la Salud.

Presencial y con diversas sesiones presenciales optativas, esta formación, avalada por la Universidad Ramón Llull de Barcelona, está dirigida precisamente a todos los profesionales vinculados con personas al final de la vida: sanitarios, religiosos, trabajadores sociales, educadores, asistentes espirituales, etc.

Los temas son muy variados: counselling, atención en duelo, bioética, control de síntomas, cuidados de enfermería, asistencia espiritual, etc, impartidos por expertos en la materia.

El valor añadido de este Posgrado multidisciplinar, de 20 créditos y un año de duración, es que los alumnos cuentan con un Prácticum, consistente en la realización de prácticas supervisadas en la Unidad de Cuidados Paliativos San Camilo, Unidad que ha cumplido 10 años de vida.

Para más información: www.humanizar.es.

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Documentación


'Atravesamos un crisis no sólo económica sino antropológica y espiritual'
Mensaje final del III Forum Católico-Ortodoxo
ROMA, viernes 22 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto del Mensaje final del III Forum Católico-Ortodoxo que se celebró en Lisboa del 5 al 8 de junio, con el tema “La crisis económica y la pobreza. Desafíos para la Europa de hoy”.

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Mensaje aprobado por los participantes en el IIIFórum Católico-Ortodoxo

1. El III Fórum Católico-Ortodoxo se ha celebrado en Lisboa, Portugal, del 5 al 8 de junio de 2012, sobre el tema “La crisis económica y la pobreza. Desafíos para la Europa de hoy”. El Fórum ha sido acogido por Su Eminencia el cardenal patriarca de Lisboa José da Cruz Policarpo. Los trabajos han sido copresididos por el cardenal Peter Erdö, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y el metropolita Gennadios de Sassima, del Patriarcado Ecuménico. Después de la experiencia positiva de los dos primeros Fórums Católico-Ortodoxos (Trento, Italia, 11-14 de diciembre de 2008 y Rodas, Grecia, 18-22 de octubre de 2010), los delegados de las Conferencias Episcopales Católicas de Europa y de las Iglesias Ortodoxas en Europa han debatido a la luz de la fe cristiana la cuestión de la crisis económica y de sus repercusiones en Europa.

Al finalizar este encuentro deseamos ofrecer nuestras reflexiones a los cristianos de nuestras Iglesias y a toda persona que comparta nuestras preocupaciones.

2. Europa atraviesa hoy una crisis muy grave. Muchos europeos sufren directamente las consecuencias de esta crisis, especialmente el paro y la ausencia de perspectivas y de esperanza. Los europeos están preocupados en lo que se refiere a su futuro.

Nuestras Iglesias acogen y permanecen atentas a estos sufrimientos y preocupaciones. Ellas desean dirigir a sus fieles y a todos los europeos un mensaje de confianza y de esperanza. Debemos seguir confiando en la providencia divina y en nuestra capacidad de corregir los errores del pasado, y debemos también trazar las líneas de un futuro de justicia y de paz.

3. A lo largo de su historia, Europa más de una vez ha enderezado el curso de su destino sobre la base del pensamiento y de la moral cristianos, presentes en la Biblia, la tradición patrística y monástica y en la doctrina social de la Iglesia, lo que constituye un tesoro que comparten todos sus pueblos.

4. El mensaje de las Iglesias concierne al lugar y al papel de la persona humana en la creación, en la sociedad y, en especial, en la vida económica.

Las Iglesias cristianas enseñan que el hombre encuentra su plenitud en Dios su creador y salvador. Nada en este mundo puede satisfacer plenamente sus anhelos. Al utilizar los bienes de este mundo está llamado a descubrir el lazo que lo une, en comunión con el creador, a los demás hombres.

5. A causa de los efectos del proceso de secularización, muchos europeos se han distanciado de su relación constitutiva con Dios y han buscado un sentido para su vida tan solo dentro del horizonte mundano. Las ideologías materialistas y hedonistas les han propuesto unas visiones reductivas haciéndoles creer que la felicidad se podía conseguir a través de la acumulación de bienes, que la libertad consistía en la satisfacción de todos los deseos, y que la vida en sociedad podía resultar de la conjugación de todos los intereses privados.

6. Las Iglesias reconocen que la crisis que atravesamos no es solamente una crisis económica, es también una crisis moral y cultural, y más profundamente, una crisis antropológica y espiritual.

Si hemos llegado hasta aquí es porque las finanzas se han separado de la economía real y porque la economía se ha separado del control de la voluntad política, la cual se ha separado a su vez de la ética. Teniendo en cuenta nuestra experiencia de la presencia de Cristo vivo en la Iglesia, nosotros creemos que a través del retorno a Cristo, en la disponibilidad al Espíritu y a la fe cristiana, los hombres de hoy encontrarán una respuesta a sus aspiraciones más profundas.

7. La sociedad debe ser organizada de tal modo que esté siempre al servicio del hombre y no al revés. El hombre es un ser social por naturaleza que se realiza en primer lugar en la familia. Rechazamos el individualismo que aísla a las personas, unas en relación con otras. Cada persona es un fin en sí misma, abierta al amor infinito de Dios, y nunca debe ser tratada como un objeto manipulable sujeta a los intereses de los más poderosos. Por su parte, los cristianos están dispuestos a colaborar con todos los hombres de buena voluntad de cara a una sociedad más justa y más humana.

8. Si los europeos quieren salir de la crisis –en solidaridad con el resto de la humanidad- deben comprender que es necesario cambiar el estilo de vida. Para el creyente se trata de renovar una relación personal con el Dios trinitario que es comunión de amor, relación que va más allá de una simple doctrina o de un planteamiento ético. La crisis puede ser ocasión de una toma de conciencia saludable. Los europeos deben dar sentido a la actividad económica partiendo de una visión integral y no parcial de la persona humana y de su dignidad. Poniendo a la persona en su justo lugar, subordinando la economía a objetivos de desarrollo integral y de solidaridad, abriendo la cultura a la búsqueda de la verdad, dando su puesto a la sociedad civil y a la ingeniosidad de los ciudadanos que trabajan por el bienestar de sus contemporáneos, crearán las condiciones para que surja un nuevo tipo de relación con el dinero, la producción y el consumo. Es también lo que nos recuerda la tradición ascética cristiana del ayuno y el compartir. Las Iglesias hacen un llamamiento a los cristianos para que coordinen su servicio diaconal a nivel local y global con vistas a ayudar a las personas en situación de precariedad y a contribuir al desarrollo de una sociedad más equitativa.

9. En este cambio necesario, una de las prioridades debe ser el trabajo. Es conveniente privilegiar las actividades que generan empleo. Cada persona debe poder vivir dignamente y desarrollarse gracias a su trabajo, y poder hacerse solidario con los demás. Todas las formas de corrupción y explotación han de ser eliminadas.

10. El mercado no debe ser una fuerza anónima y ciega. Es el lugar en el que se intercambian bienes y servicios útiles para el desarrollo material, social y espiritual de las personas. El mercado pide ser regulado en función del desarrollo integral de la persona.

11. Ya no es posible seguir derrochando los recursos de la creación, contaminando el medio ambiente en el que vivimos, como lo hacemos ahora. La vocación del hombre es la de ser guardián de la creación no su depredador. Tenemos que hacernos conscientes hoy de la deuda que tenemos con las generaciones futuras a las que no podemos entregar un medio ambiente degradado e inhabitable. En nuestro mundo globalizado la mano que rige la vida de los pueblos no debe ser la mano invisible del egoísmo individual y colectivo, sino una política de control y de transparencia de las decisiones de los actores sociales y de los Estados.

12. Deseamos dirigir una palabra de aliento a los Gobiernos nacionales y a los responsables de las instituciones europeas en sus esfuerzos por encontrar una vía justa y equitativa para salir de la crisis económica y financiera, con una atención especial para los países con más dificultades.

13. Nos dirigimos sobre todo al único agente de cambio capaz de hacer evolucionar nuestras sociedades hacia un nuevo estilo de vida: el ciudadano de nuestros países europeos. Si él entiende la necesidad vital de un cambio en relación a sus hábitos de consumo, sus representantes en las instancias parlamentarias lo seguirán, la industria se adaptará a estas nuevas opciones, la educación enseñará un nuevo modelo de ciudadanía, más sobrio y más solidario con los pobres. En fin, el hombre europeo encontrará la alegría de reavivar sus raíces cristianas y de cultivar la dimensión espiritual de su ser, la única capaz de satisfacer la búsqueda de felicidad y de sentido.

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