2.07.12

España e Italia, tras un dios de barro

A las 12:24 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

La comunidad valenciana está ardiendo en sus bosques. Una persona ha sido detenida. Entre Murcia y Albacete, en Hellín, otro fuego arrasa los montes.

La selección española de fútbol se proclama campeona de Europa, por segunda vez en cuatro años.

Hoy lunes, cuando abran los mercados financieros, se verá por donde van las decisiones tomadas en la cumbre de Bruselas. Estamos pendientes del oleaje y de la resaca.

El resto de comunidades autónomas están enviando refuerzos a Valencia y Hellín para controlar los fuegos.

En el campo de los valores humanos y cristianos, España está partida por una multitud de problemas realmente graves para el presente y futuro.

Mientras he visto cómo España colaba 4 goles a Italia he pensado que somos dos países con una historia común, cuyo denominador común es el cristianismo.

He contemplado a la gente vibrar por el dios con minúscula, llamado deporte rey, o fútbol, he observado cómo besan una copa, cual si fueran los viejos oráculos paganos..

He observado cómo los italianos se inundaban en lágrimas cogidos a la medalla de segundones cual si fuera un talismán.

He sacado la conclusión que España e Italia, no solamente están unidas en la crisis financiera, sino también, en un progresivo pagananismo, donde según ha dicho Benedicto XVI el verdadero y único Dios está pasando a ser un perfecto desconocido.

He dialogado con los compañeros sacerdotes, que hemos compartido el televisor, sobre la necesidad de la nueva evangelización, tanto en España e Italia, y el resto de Europa.

Hemos llegado a la conclusión que nuestro trabajo pastoral no acaba en nuestra pobres manos, sino que es todo el Pueblo de Dios, quien tiene que ponerse, cada cual en su función, a volver a evangelizar a las personas que ahora ríen o lloran, por haber ganado o perdido una final deportiva, y a todas las gentes de buena voluntad con domicilio en las tierras de Europa, donde el cristianismo es la base de su cultura.

Hemos decidido rezar, y lo hemos hecho juntos, por el fruto del inmediato Año de la Fe que comenzaremos en el otoño inmediato, esperando que sea un tiempo de gracia y una ocasión para que la función de la reevangelización europea, salga fortalecida del Sínodo de los Obispos, donde se tratará tan importante asunto para este continente.

Esta oración la ruego a todos los amigos lectores para que con alegría tomemos nuestra responsabilidad pastoral en que Dios deje de ser un perfecto desconocido en esta hora histórica que vivimos.

Tomás de la Torre Lendínez