3.07.12

El grupo Prisa se desmorona y sus falsos imitadores resbalan

A las 12:14 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Entré en Antena 3 de radio, en la ciudad donde vivo, en octubre de 1984. El director me concedió gratis quince minutos cada domingo para un programa religioso, a las 9,45 horas. Aquella cadena de emisoras comenzaba su vuelo imparable. Así estuve hasta que la emisora y la frecuencia fueron compradas por Polanco hace justo ahora veinte años.

Con la llegada de la crisis económica todos los medios de comunicación están con recortes. El grupo Prisa no ha podido escapar a la ola reductora de personal. Con motivo de la reciente junta de accionistas, los trabajadores del antes imperio polanquista han ido a la huelga y a la protesta social.

El asunto de Antena 3 de radio se llevó a los tribunales, quienes fallaron a favor de los demandantes. La sentencia nunca se ejecutó. El caso se conoce como el “antenidicio”, que fue medio lavado por una ley sacada de las zahúrdas del zapaterismo.

Ahora, el grupo Prisa afirma que seguirán las salidas de personal, ya que la situación económica es muy grave, viviendo con ayudas americanas y de bancos españoles intervenidos.

El periodismo del grupo Prisa ha sido escuela de mucha gente que hoy está en el trabajo periodístico, incluso de cierto periodismo realizado por católicos u otros que también confiesan su fe con la Biblia al lado.

Aquel periodismo de Prisa, en prensa, radio y televisión, era de barricadas contra quien osara levantar la voz más que ellos; usaban y usan campañas bien orquestadas para demoler a quien le pillan por delante; inventan verdades a medias que repetidas y repicadas parecen “verdades” creíbles; nunca admiten una rectificación venga de donde venga y sea de quien sea; ellos nunca se equivocan, pues son poseedores de la verdad total y definitoria del dogmatismo de la misma.

Cuando otros, ahora, desde su bandería particular imitan al periodismo prisaico desde la ofensa y el insulto personal, desde la repetición de las acusaciones y de las insinuaciones, están cayendo en una burda copia al faltarle el “made” propio de la empresa polanquista.

Son títeres borrachos de soberbia atacantes sin pruebas; son gente de baja ralea; son vecinos de los barrios más bajos de la miseria humana; son la escoria más maloliente que no destruye ningún producto de limpieza existente en el mercado.

Solamente, cuando han visto las orejas del lobo asomando por el horizonte, han levantado la calumnia escrita en el mundo digital, donde los actores, por muy listos que se las den, siempre dejan huella para perpetua memoria.

Sea lo que sea en el grupo Prisa, a lo largo de los meses lo veremos. Lo mismo que veremos a los enfatizados imitadores caer por el suelo ante la risa y el abandono general, que ya comenzó hace unos meses.

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Tomás de la Torre Lendínez