4.07.12

Benedicto XVI, un Papa que gobierna

A las 2:11 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, El Vaticano

Lo dicho, Benedicto XVI es un Papa que gobierna y no se deja condicionar. No obstante exista en la Curia Romana un grupo de altos prelados que se empeñan en demostrar lo contrario. Evidentemente a algunos le conviene exhibir al pontífice como un monarca sólo, aislado, anciano y cansado. Cierto, jovencito no es, pero tampoco un ingenuo. Y si el refrán dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo, imaginemos cuánto puede valer este presagio para un hombre de Dios.

Como lo escribimos meses atrás en este espacio (aquí y aquí) el principal objetivo del “vatileaks”, la filtración a la prensa de documentos confidenciales robados directamente del apartamento pontificio, era y sigue siendo el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. La operación de los “cuervos”, los anónimos filtradores de los reportes sustraídos, fue concebida con un estilo poco refinado. Una maniobra de manual con una meta evidente: golpear al cardenal para desestabilizar al Papa.

La idea fue siempre obligar al pontífice a aceptar la renuncia de su principal colaborador, que en diciembre próximo cumple 78 años. Por múltiples razones el secretario de Estado resulta incómodo. Voluntaria e involuntariamente, gracias a sus propios errores pero también a decisiones clave, alimentó la formación del Tucob (Todos Unidos Contra Bertone), un grupo heterogéneo con un solo punto en común: impulsar la salida de escena del ex arzobispo de Génova.

No es improbable que Bertone se retire, a estas alturas también esa eventualidad ha sido considerada por el obispo de Roma. Pero si se concreta no será por causa de una tempestad mediática ni por la presión de otros purpurados. Ya lo había dicho el propio Ratzinger en 2009 a un grupo de cardenales conformado por Angelo Bagnasco, Camillo Ruini, Angelo Scola y Christoph Schömborn, a quienes recibió en la residencia estiva de Castel Gandolfo. “A él elegí y con él seguiré”, fue la respuesta ante la queja de los purpurados por la mala gestión del caso Richard Williamson, el obispo al cual se le levantó la excomunión pese a ser un negador público del Holocausto.

El 15 de enero de 2010, un año después de la crisis Williamson y con una intensificación de las presiones contra Bertone, el Papa envió una carta a su colaborador para renovarle su confianza. Las voces disidentes se callaron, pero no por mucho tiempo. Los malestares crecieron durante 2011 y explotaron a inicios de este año con la seguidilla de filtraciones a la prensa, mundialmente conocidas como el “vatileaks”.

Las críticas, acusaciones y señalamientos contra el secretario de Estado se hicieron descarados. Y las presiones sobre el Papa más intensas. Situaciones que no han dejado indiferente a Joseph Ratzinger, quien nuevamente tomó papel y lápiz para escribir a su histórico colaborador. Compartimos con los seguidores de Sacro&Profano la carta del pontífice que data del 2 de julio pasado y deja en claro que, Benedicto XVI, es un hombre que no se deja condicionar a priori. Menos por aquellos que se presentan como sus leales servidores, pero actúan como sus acérrimos adversarios.

Al venerado y querido hermano,
El señor cardenal Tarcisio Bertone

A la vigilia de mi partida para el reposo estivo en Castel Gandolfo deseo expresarle profundo reconocimiento por su discreta cercanía y por su iluminado consejo, que he encontrado de particular ayuda en estos últimos meses.

Habiendo notado con tristeza las injustas críticas levantadas hacia su persona, entiendo renovarle la constatación de mi personal confianza, que ya tuve modo de manifestarle con la carta del 15 de enero de 2010, cuyo contenido permanece para mí como inmutado.

En el confiar su ministerio a la materna intercesión de la beata Virgen María, auxilio de los cristianos, y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, me es grato enviarle, junto con un fraterno saludo, la bendición apostólica en signo de todo deseado bien.

Desde El Vaticano, 2 de julio de 2012

Benedictus PP. XVI