ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 8 de julio de 2012

Santa Sede

'Que María interceda para que sepamos reconocer en Cristo la perfecta revelación de Dios'
Palabras del papa al introducir el Ángelus

Mundo

Violencia en Papúa Occidental: llamada de las Iglesias a la comunidad internacional
Persecución contra los cristianos papúes

Un gran corazón en Roma para los migrantes
Se funda una asociación bajo el espíritu del beato Scalabrini

Las Iglesias, una aportación fundamental a la infraestructura social
Posición conjunta de las Iglesias de Europa sobre la política de cohesión

Donde Dios llora

Perú: "Vivimos realmente una situación muy, muy dura"
Obispo de Ayaviri: a cuatro mil metros de altura en la cordillera peruana

Entrevistas

El arzobispo de Baltimore defiende la libertad de religión (II)
Entrevista con monseñor William E. Lori

Perú: El cardenal Cipriani comenta el conflicto de Cajamarca
Entrevista con el arzobispo de Lima

Foro

Todos por la unidad
Actitudes cristianas en tiempo postelectoral

Documentación

'Jesús es el milagro más grande: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano'
Palabras de Benedicto XVI al introducir el Ángelus


Santa Sede


'Que María interceda para que sepamos reconocer en Cristo la perfecta revelación de Dios'
Palabras del papa al introducir el Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Desde el mediodía del martes 3 de julio, el santo padre Benedicto XVi se encuentra en la residencia pontificia de Castel Gandolfo para pasar el periodo de reposo estival.

A las 12 horas de hoy, el papa se asomó al balcón del patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo y recitó el Ángelus junto a los fieles y peregrinos presentes.

El papa se refirió al evangelio del díaque dio vida a la famosa frase "Nadie es profeta en su patria".

"Este hecho es comprensible --dijo Benedicto XVI--, porque la familiaridad en el plano humano hace que sea difícil ir más allá y abrirse a la dimensión divina. Jesús mismo aplica como ejemplo la experiencia de los profetas de Israel, que en su propia casa habían sido objeto de desprecio, y se identifica con ellos".

"Por tanto, parece que Jesús --como se dice- se de una razónde la mala acogida que encuentra en Nazaret. En cambio, al final de la historia, nos encontramos con una observación que dice todo lo contrario. El evangelista escribe que Jesús 'se maravilló de su falta de fe'".

"¿Cómo es posible que no reconozcan la luz de la Verdad? ¿Por qué no se abren a la bondad de Dios, que quiso compartir nuestra humanidad? De hecho, el hombre Jesús de Nazaret es la transparencia de Dios, en Él Dios permanece plenamente. Y aunque siempre buscamos otros signos, otros milagros, no nos damos cuenta que el Signo real es Él, Dios hecho carne, Él es el milagro más grande del universo: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano, en el rostro de un hombre".

"Alguien que ha entendido verdaderamente esta realidad --concluyó el papa- es la Virgen María, feliz porque ha creído. María no se escandalizó de su Hijo: su asombro por Él está lleno de fe, lleno de amor y de alegría, al verlo tan humano y a la vez tan divino. Aprendemos de ella, nuestra Madre en la fe, a reconocer en la humanidad de Cristo la revelación perfecta de Dios".

Se puede leer el texto completo de las palabras del papa en: http://www.zenit.org/article-42702?l=spanish .

Al término de sus palabras en italiano, Benedicto XVI se dirigió a los distintos grupos lingüísticos en su idioma, haciéndoles una breve síntesis de sus palabras.

A los reunidos de habla hispana les dijo: "Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, y de modo especial a las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Nos dice el evangelio de este domingo que Jesús no pudo hacer muchos milagros en su pueblo de Nazaret, extrañándose de su falta de fe. Pidámosle a la Virgen María que interceda por nosotros para que aumente nuestra fe, y sepamos reconocer en la humanidad de Cristo la perfecta revelación de Dios. Muchas gracias y feliz domingo".

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Mundo


Violencia en Papúa Occidental: llamada de las Iglesias a la comunidad internacional
Persecución contra los cristianos papúes
ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- "Papúa se ha convertido en una tierra de opresión, un lugar de traumatismo colectivo donde reinan el duelo y la sangre", declaró durante una rueda de prensa, el 27 de junio en Jakarta, el reverendo Benny Giay, presidente del Sínodo de las Iglesias cristianas de Papúa (Ketua Synode Kingmi di Tanah Papua) y líder carismático de la Iglesia Cristiana Papúa (Kingmi Church).

Afirmando que los papúes viven desde ahora en un miedo permanente --informa la agencia Eglises d'Asie--, llamó a la comunidad internacional a intervenir para terminar la represión y parar las violencias que crecen en la región.

Desde el pasado mayo, los asesinatos se multiplicaron en Papúa occidental, provincia de Indonesia, donde las exigencias de impuestos de los militares sobre las poblaciones papúes son regularmente denunciados por las ONG y las Iglesias cristianas. En ambas provincias de Papuasia, que cuentan una mayoría de cristianos (esencialmente protestantes), las Iglesias están muy comprometidas en la defensa de los derechos de los autóctonos, y por esta razón son sospechosas abiertamente para Jakarta de servir de tapadera a las organizaciones separatistas.

Fué la muerte de un niño papú el 6 de junio a Honelama, pueblo de Wamena, la que puso en marcha la serie más importante de motines hasta ahora en la región. Según diferentes fuentes difíciles de confirmar debido a la prohibición hecha a los periodistas extranjeros de penetrar en Papuasia, el niño de tres años habría muerto después de haber sido atropellado por dos militares que iban en moto a los cuales les habría atacado la población, que habría matado a uno de ellos, dejando al otro gravemente herido. La misma tarde, en represalia, centenares de militares del batallón de Wamena habrían atacado a Honelama, pero también a Wamena y las localidades de alrededor, incendiando una centena de casas y matando a un número todavía indeterminado de civiles, entre los cuales varios niños (el Jakarta Post avanzó algunos días más tarde la cifra de una docena de víctimas, un balance confirmado el 1 de julio por las ONG).

Después de haber negado el ataque al principio, el portavoz del ejército de la provincia acabó por reconocer los hechos el último 12 de junio, precisando que los militares habían solamente "reaccionado en su respuesta a los actos criminales cometidos por ciertos elementos en la región". Después de una declaración casi similar, el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono calificó de "actos aislados y poco inquietantes" los otros ataques de los que se acababa de informar, como los tiroteos mortales (por lo menos siete a en algunos días) en la ciudad de Jayapura, la capital de Papuasia occidental.

Desde los primeros motines, las Iglesias han activado sus redes para intentar frenar la espiral de violencia. El 10 de junio, monseñor Leo Laba Ladjar, obispo católico de Jayapura, acogió en su centro diocesano a diferentes jefes religiosos entre los que estaban el reverendo Albert Yoku, presidente del sínodo de las Iglesias cristianas evangélicas en Papúa (Gereja Kristen Indonesia, GKI), el reverendo Lipiyus Binilux, el reverendo Herman Saud así como responsables musulmanes como Abdul Dudung Koha del Consejo de los ulemas indonesios (Majelis Ulama Indonesia, MUI) por Jayapura. Al final de la reunión, los responsables religiosos publicaron una declaración común que condenaba las violencias recientes y afirmaba su voluntad común de trabajar por "una cultura de paz, de amor y de tolerancia".

Representantes de las Iglesias cristianas papúes paralelamente fueron a Jakarta para pedirle al gobierno terminar los excesos de los militares en Papúa. Entre ellos, el reverendo Sócrates Yoman, presidente de la Alianza de las Iglesias Bautistas de Papúa, una de las denominaciones más importantes protestantes de la región, ha visitado a las diferentes embajadas extranjeras con el fin de convencerlas para intervenir. "Sólo una intervención internacional podrá poner fin al sufrimiento de los papúes", declaraba el pasado 12 de junio en Radio Australia. "El estatuto de autonomía especial fue suspendido (…) Y queda sólo una vía posible, la del diálogo, con un mediador neutro". Presionando al gobierno a actuar rápidamente con el fin de impedir la radicalización inevitable de los jóvenes papúes "si las violaciones de los derechos humanos continuaban", el reverendo Sócrates llamó a las Naciones Unidas a intervenir y a permitir la autodeterminación de los pueblos autóctonos de Papúa.

Pero estas llamadas al diálogo han sido barridas rápidamente por la nueva oleada de violencia, puesta en marcha con la muerte el 14 de junio, de Mako Tabuni, independentista y vicepresidente del Comité nacional de Papúa Occidental (KNPB) abatido por el ejército indonesio en Waena. Según el jefe de la policía de Papúa occidental, el líder melanesio había intentado resistirse a su detención y estaba armado. Una versión desmentida por sus militantes y los testigos que afirman que "Tabuni ha sido abatido de lejos, cuando caminaba por la calle, por un tirador escondido en un coche" (...). Su muerte era "una ejecución" y para justificarla, "el ejército y la policía afirmaron que el era responsable de los últimos tiroteos, mientras que nosotros sabemos quienes son los verdaderos autores", declaró el pasado 15 de junio, Marthen Goo, a la cabeza de National Papuan Solidarity.

El anuncio de la muerte de Tabuni inmediatamente provocó nuevos motines, particularmente en Jayapura donde una muchedumbre de papúes venidos de las montañas habrían incendiado comercios y atacado a los colonos provocando, según la policía, la muerte de una persona e hirieron otras cuatro. En el momento de la inhumación del militante dos días más tarde, centenares de personas siguieron el ataúd envuelto con la Morning Star (Estrella de la Mañana)", la bandera prohibida, y esto a pesar del importante despliegue policial.
Desde el lunes siguiente, el 18 de junio, se señaralaron de nuevo enfrentamientos mortales entre las poblaciones papúes y las fuerzas del orden. Esta última oleada de violencia, parece reforzarse hoy, mientras que las delegaciones indonesias, los jefes religiosos papúes, y los representantes del Consejo y de la Asamblea de Papúa, multiplican los encuentros en Jakarta y en Papúa occidental.

El martes, 26 de junio, el secretario general del World Council of Churches (WCC), reverendo Olav Fykse Tveit, venido a Indonesia para encontrarse con los principales dirigentes de las Iglesias cristianas y reiterar el apoyo de su organización a "su lucha por los derechos humanos con el pueblo de Papúa", pidió "que parase inmediatamente la violencia y la impunidad" y llamando él también, a la comunidad internacional a actuar. Pero según Richard Chauvel, especialista de Papúa y maestro de conferencias en la Universidad Victoria en Melbourne, las esperanzas de una intervención internacional son mínimas. "No nos tapemos los ojos; las últimas declaraciones del presidente, que calificó los tiroteos, como 'actos de poca importancia', no son las de un hombre político de dispuesto a acoger una intrusión extranjera…”.

Los disturbios todavía podrían aumentar en intensidad si se cree a la declaración hecha recientemente por la OPM (Organización para Papúa Libre), que desafió al gobierno que le impedía desplegar la Morning Star el 1 de julio con el fin de celebrar el aniversario de la creación de su rama armada, el TNP. Los independentistas advirtieron que velarían para que la bandera ondeara hasta el 3 de julio y "desaconsejando a cualquiera salir de su casa" durante este período. La policía replicó que por su parte "pondría en ejecución todo" para impedir el despliegue de la Mornig Star.
 

Traducido del original francés por Raquel Anillo
  

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Un gran corazón en Roma para los migrantes
Se funda una asociación bajo el espíritu del beato Scalabrini
Por Giampiero Valenza

ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Nace en Roma. Y desde la cuna del cristianismo, de la Ciudad Eterna, con el objetivo de apoyar a todos los ciudadanos del mundo. Nos referimos la ‘Assmi’(Asociación scalabriniana de servicio con/para los migrantes), conformada por religiosas y laicos scalabrinianos, así como otros invitados.

La asociación, creada en enero de este año, tuvo a fines de junio su primera asamblea de socios, donde ha aprobado un programa de actividades que abarca varios ámbitos, desde la asistencia espiritual hasta los cursos de lengua italiana; desde el apoyo a la formación hasta aquello que permita a los migrantes crecer y transformar sus esperanzas en realidad.

"La asociación está profundamente inmersa en el pensamiento del beato Scalabrini, fundador de nuestra congregación”, dice la joven presidenta de la asociación, sor Etra Modica MSCS. Y añade: “Nació gracias a la historia ya transcurrida de los migrantes que son de casa, y de las hermanas que nos precedieron; la asociación tiene como objetivo identificar los recursos humanos de inmigrantes en el área, a fin de promover el desarrollo de la inmigración como un recurso intercultural ‘con y para’ el migrante, realizar actividades de profesionalización, publicaciones, eventos culturales, festivales, reuniones de información, estudios e investigaciones”.

La hermana Etra, quien participa con cuatro religiosas de su comunidad en la asociación, es optimista cuando dice: “El apoyo, el acompañamiento del migrante en el camino de la integración y de la inserción en la sociedad, así como el conocimiento y el respeto por la diversidad, es la agenda el día en el Centro, y la asociación quiere presentar como una voz, una manera de ser, un estilo de vida, un pensamiento claro: con los migrantes y no sin ellos, en la corresponsabilidad para crear rutas de acceso a la ciudadanía activa, que es lo que da solución a la crisis peor, aquella humana, de los valores".

El foco de la actividad de la Assmi es la escuela de lengua italiana para extranjeros, que forma parte de la red de escuelas para los migrantes en Roma y que desde fin de año dará la oportunidad de acceder al certificado ‘Celi’, de la Universidad para extranjeros de Perugia. Además de esto se da también formación en la cultura italiana y de modo muy sencillo se explican las normas y políticas de inmigración en Italia. Pero los cursos no terminan aquí. Los migrantes pueden aprender inglés, los niños pueden aprovecharse de un servicio de reforzamiento después de clases y otros, gracias a un acuerdo de colaboración con los padres combonianos, pueden hacer el curso de informática para acceder a la patente europea. Entre los proyectos que están a punto de salir a la luz está un curso de comunicación para migrantes, que asegure que las voces de las comunidades étnicas sean escuchadas --dedicado a Marisol Macías de Castro, periodista y voluntaria scalabriniana asesinada en México--, así como un camino para apoyar a los inmigrantes en las cárceles, entre otras.

Gracias a la colaboración con la asociación Etna, la Assmi ofrece también el servicio de asistencia psicológica, como un modo de apoyar a los migrantes en su ser más íntimo, y ayudarles a superar el trauma del que han sido protagonistas en su país o durante el viaje. La asociación Etna trabaja sobre dos disciplinas, la ‘etnopsiquiatría’ y la ‘etnopsicología’, que como explica su presidenta, Lidia Tarantini, "surgen de la necesidad de adaptar las terapias utilizadas en los países europeos a la cultura, a las tradiciones y a la modalidad terapeútica tradicionales de los países no occidentales".

En el otoño la Assmi imprimirá su primer boletín oficial que se llamará "Los viajes de Eteria", recordando a la primera peregrina cristiana que nos ha dejado, con su Itinerarium Eteriae, memorias escritas de sus vivencias en Palestina y en Asia Menor. "Al crear esta revista con el nombre de Eteria, queremos que sus páginas contengan análisis, espacios para dar voz a los migrantes y que sea como un diario a bordo”, augura sor Etra Modica, presidenta de la Assmi.

Para informaciones y colaboración: assmi2012@gmail.com.

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Las Iglesias, una aportación fundamental a la infraestructura social
Posición conjunta de las Iglesias de Europa sobre la política de cohesión
ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- El secretariado de la Comisión de Conferencias Episcopales de Europa, la Comisión de Iglesia y Sociedad de la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC), el represntante del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania y el Comisariado de los Obispos Alemanes, han hecho pública una posición conjunta sobre "El papel de las Iglesias como actores en la Política de Cohesión Europea".

El futuro de la política de cohesión europea está actualmente en discusión en el Parlamento europeo y en el Consejo. La política regional es la expresión misma de la solidaridad en el seno de la Unión Europa. Las Iglesias están convencidas de que la política regional europea es de una importancia capital para llegar a la cohesión impulsada en el Tratado de la UE, y esto especialmente en el momento en el que el proceso de unificación europea está puesto a dura prueba. Por ello el Secretariado de la COMECE y sus equivalentes ecuménicos han elaborado una posición común sobre "El papel de las Iglesias como actores en la Política de Cohesión Europea".

El documento afirma --informa la COMECE- que las Iglesias y sus instituciones afiliadas son actores clave en los campos de la cooperación transnacional, la cultura y la inclusión social. Más allá de las fronteras nacionales, están implicadas en la cohesión en Europa.

La publicación de esta posición común tiene por objetivo ilustrar este papel clave de las Iglesias con ejemplos concretos y pedir a las instituciones de la UE tener en cuenta este papel clave en las reglamentaciones y disposiciones sobre la futura Política de cohesión, que están actualmente en curso de elaboración.

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Donde Dios llora


Perú: "Vivimos realmente una situación muy, muy dura"
Obispo de Ayaviri: a cuatro mil metros de altura en la cordillera peruana
ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Esta entrevista con monseñor Kay Martin Schmalhausen SCV, obispo de la prelatura de Ayaviri, Peru. fue realizada por Johannes Habsburg para Donde Dios Llora, un programa semanal en cooperación con Ayuda a la Iglesia Necesitada. 

Perú tiene extraordinaria riqueza natural y sin embargo, sufre también de una grave pobreza. ¿Por qué ese contraste?
 

--Mons. Kay Martin: El Perú es un país de una contrariedad, unos contrastes enormes. Un país muy rico en recursos, en posibilidades, ciertamente con una geografía muy complicada porque tenemos costa, una sierra en medio muy alta y luego una selva extensa…
 

…¿eso complica por ejemplo cuestiones de la agricultura o de desarrollo de las tierras?...
 

--Mons. Kay Martin: con eso ya comenzamos a contestar a la pregunta… si, ciertamente esto lleva en parte a un escenario de desarrollo económico del país. Teniendo en cuenta la variedad de climas, de pisos geográficos y climáticos, y las alturas y bajuras, por decirlo de alguna manera, hace difícil que el país pueda ser productivo de manera rápida, pronta, más bien requiere de mucha inversión y paciencia para explotar los recursos naturales y para que estos luego puedan llegar también a las personas más pobres y necesitadas.
 

Me imagino que uno de los problemas también persistente es el fenómeno, muy latinoamericano infelizmente, de la corrupción. ¿También en el Perú existe ese fenómeno problemático?
 

--Mons. Kay Martin: Claro que sí, es un problema que es de larga data y que lo hemos sentido ciertamente con una agudeza más especial, sobre todo en los últimos 15 o 20 años, especialmente sobre todo en el régimen de Fujimori donde la corrupción llegó casi diríamos a una sima y es una situación que nos afecta, como afecta de hecho a todo el continente latinoamericano. El Perú, sus gobiernos necesitan ensayar ciertamente mucho más lo que es la transparencia política, económica, institucional.
 

La región donde está la prelatura que usted dirige es una región extremadamente pobre, de las más pobres dentro del Perú. ¿Por qué esta casi economía de agricultura de supervivencia?
 

--Mons. Kay Martin: Hay varias razones para que nosotros vivamos en una situación de extrema pobreza, yo diría que el 60 o 70% de la población vive entre la pobreza y la extrema pobreza, y un 30% en una situación un poquito mejor. Por un lado yo diría que un tema es la altitud y el clima frío, vivimos entre 4.000 y 5.400 metros de altura. Es muy alto, nos falta el aire, es decir, ¿qué crece a 4.000 o 5.000 metros de altura? Prácticamente nada. La agricultura es muy pobre, muy limitada, la ganadería es sobre todo una ganadería de ganado vacuno pobre, ovino para lana, y de alpaca que también es para lana. Los precios de la lana hoy por hoy en el mercado nacional están muy bajos y eso hace que la gente ya sea en la agricultura, ya sea en la ganadería tenga una economía de supervivencia.
 

¿Y en las otras zonas?
 

--Mons. Kay Martin: Bueno, en las partes más bajas y en la misma selva, los caminos de acceso son prácticamente imposibles, de manera que aun cuando son lugares más fértiles, la producción es muy difícil extraerla a un costo razonable como para que eso sea productivo, y en honor a la verdad, que es un tema lamentable, quizás el producto más lamentable hoy por hoy, al margen de la minería, que es una inversión que está comenzando, pero al margen de la minería, es la hoja de coca. Con todo lo que esto significa de complejo y de dificultades para la realidad social.
 

Vamos a hablar un momento sobre este tema de la coca y narcotráfico. En algunos países de Latinoamérica ha hecho daños tremendos. ¿Cómo es esta situación en el Perú?, yo sé que la región en la que usted está es una de las regiones del Perú que más produce, ¿siente la presencia y la violencia del narcotráfico también?
 

--Mons. Kay Martin: Sí, ciertamente y hoy por hoy en el Perú aún cuando haya pasado el tema del terrorismo en su gran mayoría comienza a haber esta nueva alianza del narcoterrorismo, en el que el narcotráfico produce y extrae la coca y el terrorismo, las células terroristas remanentes que quedan, protegen y a su vez se alimentan financieramente del narcotráfico, y luego viene una secuencia de problemas sociales, jóvenes que dejan los estudios para ir a recoger hojas de coca… hacer dinero rápido y fácil, ganar por ejemplo más que sus profesores en el colegio, abandonar la educación secundaria normalmente y luego dedicarse al alcohol, a la droga y también por otro lado es una cuestión que corrompe la vida moral de la población o de las comunidades que viven en la selva, cerca de la selva del Perú.
 

Si tuviéramos que dar una razón fundamental por la cual la gente opta por plantar la coca, es por desesperación porque no hay otras formas de sobrevivir o porque es dinero fácil, cómodo y todo lo que eso pueda conllevar: poder, bienestar, prestigio, poder…
 

--Mons. Kay Martin: Pienso que hay las dos cosas. Como he dicho, por un lado en la selva se vive hoy por hoy todavía una situación muchas veces de pobreza además de una ausencia del estado, carencia de servicios de salud decentes, carencia de una educación medianamente siquiera digna y bien establecida, y entonces la pobreza no solamente económica, sino también cultural, lleva a la búsqueda de soluciones fáciles. Pero por otro lado hay que tener en cuenta que hay otras oportunidades, tenemos efectivamente en la selva baja uno de los mejores cafés, recientemente ha ganado un premio internacional en Holanda, el café Tunqui, pero…
 

…mucho menos rentable…
 

--Mons. Kay Martin: … ciertamente, aún cuando es un negocio hermosos y valioso, sin embargo resulta mucho menos rentable y tanto el café como el cacao van retrocediendo en las plantaciones y va aumentando la plantación de la hoja de coca.
 

En la prelatura, el 90% de las personas son indígenas, por tanto hablan el quechua, esto ¿qué retos presenta tanto en este campo de relación con el estado como para la parte pastoral de evangelización?
 

--Mons. Kay Martin: Para nosotros como Iglesia constituye un reto a nivel de evangelización porque se supone una evangelización bilingüe, ciertamente hay que tener en cuenta que el Quechua, aunque yo no quisiera ser pesimista en esto, pero parece forzado a la desaparición, las nuevas generaciones, los jóvenes, por un afán de insertarse en el mundo, abandonan la lengua de la familia…
 

…prefieren el español…
 

--Mons. Kay Martin: Si, prefieren hablar el español porque les abre posibilidades en el mundo. Pero, sea como fuere, nosotros tenemos un gran reto aquí, hace poco hicimos la revisión de nuestro devocionario cancionero bilingüe que es el primer documento que sacaremos bilingüe y luego tenemos que sacar los manuales de preparación para los sacramentos: primera comunión, confirmación, matrimonio también bilingüe, poco a poco, es uno de los retos y me parece que es un reto muy hermoso, porque nuestros mismos catequistas, sobre todo los que viven en los lugares más apartados y que hablan el Quechua tendrán una herramienta concreta para ayudar en la evangelización.
 

Su lema episcopal es “mi vida es Cristo”. ¿Quién es Jesucristo para usted? Porque para decidirse a seguir ese llamado, significa que hay una relación muy real con el Señor. ¿Quién es Jesucristo?, ¿quién es para usted que lo quiere comunicar a los demás?
 

--Mons. Kay Martin: Es mi Señor, es mi amigo, es mi gozo, mi alegría, es mi baluarte… En fin a lo que voy es…. bueno, sin el Señor yo no sé qué sería de mi vida. De manera que yo quise escoger ese lema porque en el fondo expresa lo que es propio para todos nosotros cristianos y nuestra fe católica, que Jesús es el centro de nuestra vida. Para mí la vida es Cristo, y todo lo demás una pérdida sin Èl.
 

¿Cuál es el anhelo del corazón de Cristo para la prelatura de Ayaviri y cómo nosotros como iglesia, podemos realizar esos anhelos del corazón de Cristo y apoyarle en su misión?
 

--Mons. Kay Martin: Los anhelos del Señor para con la prelatura son los anhelos del Señor para la iglesia. No creo que sean muy distintos, quizás tengan el Señor en su corazón algunas cosas particulares, pero pienso que quiere una Iglesia joven, una Iglesia llena de gozo, una Iglesia llena de vocaciones, una Iglesia próspera, no en lo económico, que eso con el tiempo quizás vendrá también y yo espero que venga porque vivimos realmente una situación muy, muy dura, pero no en lo espiritual. Es decir que esta iglesia tan profundamente religiosa, aunque a veces muy pobre o nula formación, pueda llegar a conocer a Jesús, a amar a Jesús, y seguir a Jesús.
 

¿Y cómo le ayudamos a realizar estos anhelos?
 

--Mons. Kay Martin: Nos pueden ayudar, uno, con becas para el seminario, tenemos ahorita diez jóvenes estudiando entre la filosofía y la teología y ciertamente para nosotros que, como he dicho, somos una prelatura en banca rota porque realmente no tenemos ingresos propios y vivimos de las caridades todavía ajenas. Además hemos abierto hace unos años el primer colegio parroquial y yo tengo la intención en el futuro de abrir, dos colegios, por lo menos dos colegios parroquiales mas, para ofrecer una educación verdaderamente católica y por otro lado también una educación medianamente buena en un lugar donde la educación está sumamente devaluada. Una tercera ayuda sería apoyarnos en las caridades que nosotros necesitamos hacer, medicinas, a veces tenemos casos de gente enferma, discapacitados que las gente humilde los esconde en su casa por vergüenza, por temor, por miedo y que nosotros procuramos a través de nuestra Caritas mandarlos a Arequipa o al Cusco a que sean operados o sean atendidos o tengas sus fisioterapias, etc. Y por último, otro medio que es indispensable es la oración, necesitamos que recen por la misión, que los que no están en la misión, sino que viven en lugares en que la iglesia tiene una cierta estabilidad y seguridad, oren por los que necesitamos la fuerza de sus oraciones que Dios la escucha y nos dará a nosotros la ayuda.
 

Esta entrevista fue realizada por Johannes Habsburg para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal de radio y televisión producido por la Catholic Radio y Television Network junto con la fundación internacional pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Para obtener más información en la Red:www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.

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Entrevistas


El arzobispo de Baltimore defiende la libertad de religión (II)
Entrevista con monseñor William E. Lori
ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos la segunda parte de la entrevista con el arzobispo de Baltimore, Estados Unidos, monseñor William E. Lori. La primera parte se puede encontrar en: http://www.zenit.org/article-42654?l=spanish.

Por Ann Schneible

Usted vino a Roma para recibir el palio, y recientemente ha tomado posesión como arzobispo de Baltimore. Desde esta nueva tarea, ¿qué iniciativas realizará en defensa de la libertad religiosa?

--Arzobispo Lori: La Misa inaugural de las “Dos semanas por la libertad” ha dado gran energía a la archidiócesis. Muchos de los eventos ya estaban en marcha antes de mi llegada, por lo que solo soy un beneficiario. La segunda cosa que incumbe a Maryland es un referéndum sobre el matrimonio. Maryland es uno de los estados donde las bodas gays son legales. El referéndum podría revocar esta ley, de acuerdo con lo que creemos que es la voluntad del pueblo: la defensa del matrimonio tradicional, por todas las razones que conocemos.

¿Por qué esto es importante desde el punto de vista de la libertad religiosa?

--Arzobispo Lori: En primer lugar, porque en Maryland, la exención religiosa es muy limitada. Existe la posibilidad de exención de presidir un matrimonio homosexual, sin embargo está garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución, así que es como si no hubiera ninguna dispensa. Realmente estamos ante un desafío a la libertad religiosa. Hace algún tiempo, en la ciudad de Baltimore, las maternidades han recibido de la administración de la ciudad, la obligación de explicitar con carteles externos que no practican el aborto. Creemos que esto no es una incursión en la libertad religiosa, sino de la libertad de expresión. Al final la libertad religiosa --o la libertad de llevar nuestros valores a la plaza pública--, y la libertad de expresión están estrechamente relacionados: crecen o mueren juntos.

¿Cómo pueden los estadounidenses, por lo general muy activos cuando se toca un tema como la libertad religiosa, contribuir al debate internacional sobre este tema?

--Arzobispo Lori: El punto es éste: ¿cómo podemos llegar a ser, de forma creíble, un patrón en la defensa de los derechos de las personas perseguidas y reprimidas, cuando permitimos que la antorcha de la libertad se apague en nuestro país? ¿Cómo podemos estar contentos de que el Departamento de Estado publique su informe anual sobre los derechos religiosos en todo el mundo este año, cuando se eliminará la sección sobre la libertad religiosa, obligando al lector a referirse a un informe antiguo, no actualizado? Creo que nuestra credibilidad está en juego. Simplemente estamos haciendo lo que siempre han hecho los ciudadanos: le reclamamos a nuestro país que sea honesto consigo mismo. Pensamos que los fundadores reconocieron la libertad religiosa no solo porque era útil, ni solamente porque era un antídoto contra la anarquía, sino sobre todo porque era un principio bueno en sí mismo. Este principio se aplica no solo para los Estados Unidos, sino a nivel universal. Cada país debe ser capaz de decir: no todos son creyentes, pero la religión es una cosa positiva. Ahora no se dice esto, y ni siquiera estamos diciendo que es neutral.

¿Cuál es el papel de los católicos, entonces?

--Arzobispo Lori: Nuestro papel como creyentes y ciudadanos, es llamar a ambos partidos a los principios, a los ideales, a la verdad perdurable que trascienden las divisiones partidistas y, el que tu seas católico, o un demócrata o un republicano, te permite trabajar desde dentro para llevar estos principios en los partidos y en el cuerpo político. La libertad religiosa no descansará, mientras vivamos inmersos en esta cultura relativista pilotada desde el poder.

Traducción de José Antonio Varela V.

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Perú: El cardenal Cipriani comenta el conflicto de Cajamarca
Entrevista con el arzobispo de Lima
Por H. Sergio Mora

ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- El cardenal peruano Juan Luis Cipriani Thorne habla del conflicto entre empresas mineras y campesinos en Cajamarca y Celendín: Los miembros del clero tenemos que ser humildes y no ocuparnos de hablar de asuntos que no son de nuestra competencia. Desde la doctrina de la Iglesia, enraizada en el contenido de los Evangelios, el magisterio pontificio ha elaborado durante el siglo XX una doctrina social. A ella debemos remitirnos. He visto cómo el diálogo con la mentira no resuelve nada. No podemos sumarnos a los que ingenuamente piensan que se trata de una lucha de idealistas defensores de los pobres o de la naturaleza, contra pragmáticos que buscan multiplicar la riqueza material de cualquier manera, o una autoridad que no razona. Aquí la entrevista concedida en Roma el 5 de julio a ZENIT.

Señor cardenal, en el Perú hay varios conflictos sociales a causa de las inversiones mineras, especialmente en Cajamarca. ¿Qué dice al Iglesia?

--Card. Cipriani: Hay que ser cuidadoso al hablar de la Iglesia frente a cualquier situación temporal, porque la Iglesia tiene una misión que trasciende las realidades terrenas, al centrarse en la salvación de las almas. La Iglesia tiene credibilidad en el pueblo en la medida que predica la Palabra de Dios. Los miembros del clero tenemos que ser humildes y no ocuparnos de hablar de asuntos que no son de nuestra competencia. Obispos y sacerdotes estamos para formar bien las conciencias, para que sean libres en la verdad y responsables en la justicia.

Si asumimos que la Iglesia es una institución política o sociológica, estamos equivocando la realidad de la Iglesia, cuyas esencia es sobrenatural y debemos verla a la luz de la fe. Eso sí, desde la doctrina de la Iglesia, enraizada en el contenido de los Evangelios, el magisterio pontificio ha elaborado durante el siglo XX una doctrina social. A ella debemos remitirnos cada vez que nos encontramos con una situación temporal, como el conflicto de Cajamarca.

Pero los obispos y los sacerdotes, ¿tienen algo que decir ante conflictos concretos, que enfrentan a la población a la policía, como estamos viendo?

--Card. Cipriani: Sí, obispos y sacerdotes debemos orientar a la población hacia la oración. La oración no es una práctica piadosa vacía de contenido. Es elevar el corazón a Dios para hablar con Él sobre nosotros, pedirle que nos ilumine para resolver los conflictos de manera pacífica. Con Dios, lógicamente, hay que hablar con la verdad, no se puede hacer oración con el engaño y la mentira.

Los eclesiásticos no tenemos una varilla mágica para resolver problemas sociales por nosotros mismos. Siempre debemos tender a la verdad, a hablar con la verdad, ya sea con Dios o entre nosotros los hombres. El diálogo es un medio para el fin de la paz social. El diálogo no es un fin en sí mismo.

Cuánto me gustaría ver que los párrocos de las distintas poblaciones de Cajamarca convocaran a sus fieles parroquianos a que se reúnan en los templos para hacer oración por la paz, por la verdad, sin tomar la palabra para proponer soluciones concretas que no les corresponde ofrecer.

La doctrina social de la Iglesia puede inspirar al obispo y al sacerdote para orientar a las partes en conflicto, ¿o se tienen que contentar con rezar?

--Card. Cipriani: Por supuesto que la doctrina social cristiana puede orientar, no sólo al obispo y al sacerdote, sino especialmente a los seglares, a encontrar soluciones a todo conflicto, también el de Cajamarca. Ahora bien, la búsqueda del bien común, en este conflicto, en un problema complejo en el que están en juego inversiones de dinero muy grandes, recursos naturales que deben ser preservados, ancestrales tradiciones campesinas, políticas de desarrollo del gobierno, factores turísticos que dan trabajo a muchos, entre otros. Hay que escuchar primero lo que dicen los técnicos.

No olvidemos que el mercado internacional de los minerales: oro, plata, cobre, tiene agentes interesados en que tal yacimiento se explote y que tal otro no. O que no lo explote tal empresa para dejar el campo para que la explote otra. No podemos sumarnos a los que ingenuamente piensan que se trata de una lucha de idealistas defensores de los pobres o de la naturaleza, contra pragmáticos que buscan multiplicar la riqueza material de cualquier manera, o de una autoridad política que no razona.

Las autoridades del gobierno peruano han explicado las razones que les mueven en el caso de Celendín, la necesidad de inversiones para crear empleo y luchar contra la pobreza, y pareciera que nadie quiere escuchar…

--Card. Cipriani: Un enfrentamiento ante la autoridad legítima con marchas, carreteras bloqueadas y piedras conduce a una represión policial con muertos y heridos, no al encuentro de una propuesta que recoja la parte de verdad que pueda tener cada una de las partes. Yo veo que la población sufre la influencia de planteamientos ideológicos cargados de prejuicios; hay ONG nacionales y extranjeras que actúan movidas por intereses determinados y que sostienen que quien no piensa como ellas está descalificado.

Ni la extracción de minerales es por definición un atropello a la cultura; ni la inversión minera, por sí misma, trae una trasformación integral a los pueblos. En el caso de Cajamarca –y Celendín- pienso que el gobierno ha dialogado bastante, ha tenido calma y ha esperado que los dirigentes locales comprendan que no se pueden atrincherar en la terquedad de una posición radical, que no conduce a la solución del conflicto.

¿No cree que las empresas internacionales no se preocupan por dialogar con la población y solamente van a buscar la riqueza?

--Card. Cipriani: En el pasado ha habido casos de este tipo en todas partes del mundo, pero en el siglo XXI hay normas internacionales que precondicionan los préstamos para invertir, hay leyes nacionales que protegen el ambiente, hay ministerios de Cultura y de Agricultura y de Ambiente; no sólo de Energía y Minas. He leído en los diarios que se han hecho varios estudios para proteger las fuentes de agua para el uso de la población y el riego de las tierras de cultivo. Pero todos los intentos de diálogo han terminado mal, quizás porque algunos líderes locales actúan en función de sus propias agendas políticas. Hace unos días supe que el presidente de la República ha logrado concertar con los alcaldes distritales de Cajamarca. Quizás sea el principio de la paz.

¿Usted ha pensado intervenir directamente en los conflictos de Cajamarca y Celendín?

--Card. Cipriani: Yo soy arzobispo de Lima. El territorio donde se dan esos conflictos tiene su obispo, que es quién tendría que responder esta pregunta, siempre dentro de los límites de la doctrina social de la Iglesia. Yo he vivido la violencia homicida de Sendero Luminoso once años en Ayacucho y he participado cuatro meses en la violencia del MRTA en la residencia del embajador del Japón en Lima. He visto cómo el diálogo con la mentira no resuelve nada.

Quienes actúan con la remembranza del marxismo y de la lucha de clases no pueden llegar a un acuerdo mediante el solo diálogo, desgraciadamente. Su terquedad conduce a la pérdida de vidas humanas, y no quiero creer que dirigentes locales la busquen para justificar su sinrazón.

No olvidemos que los cristianos rezamos todos los días para que los gobernantes sepan encontrar el camino del desarrollo de los pueblos respetando la dignidad de la persona humana, la verdad y la justicia de los pueblos. Recemos igualmente por los muertos y heridos en Celendín. Desde Roma, sin la información detallada de lo ocurrido los últimos días, no le puedo decir más.

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Foro


Todos por la unidad
Actitudes cristianas en tiempo postelectoral
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos un artículo de nuestro colaborador monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas, México, en el que aborda el tiempo postelectoral y propuestas de actitudes a asumir.

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+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Han pasado las elecciones en nuestro país. Hubo, y hay todavía, mucha confrontación, ataques feroces de unos contra otros, desconfianzas, descalificaciones, impugnaciones, intereses no siempre claros. Hay como tres fuertes corrientes claramente señaladas en los votos emitidos, que nos pueden dividir más, pero que también son una oportunidad de crear nuevas alianzas, de buscar consensos en lo que podemos convenir, de hacer a un lado conveniencias personales, de grupos o partidos, para comprometernos todos en el bien social común.

En nuestras comunidades eclesiales se dan también divisiones y conflictos: unos viven su fe recalcando los aspectos piadosos, y otros se esfuerzan por que incida en la vida diaria de los pueblos; unos quieren que no se toque nada de la realidad social, política, cultural, económica y religiosa, y otros juzgan esa actitud como incompleta, porque están convencidos de que la fe debe iluminar y promover un cambio integral, para que en verdad colaboremos a que se haga presente el Reino de Dios. Unos han encontrado a Dios en un retiro de alguno de los nuevos movimientos eclesiales y su vida ha cambiado sinceramente; otros ven en esos movimientos un peligro de espiritualismo desencarnado, sin compromiso profético. Esto ha llevado, en algunas partes, a construir capillas distintas, cada grupo para sus seguidores, sin lograr una coordinación pastoral que refleje la única fe en Jesucristo. No siempre somos casa y escuela de comunión, pues cada quien sigue su propia espiritualidad, juzga, condena y excluye otras formas de vida cristiana.

CRITERIOS

La escena entre Caín y Abel refleja lo que llevamos muy dentro de nuestra humanidad: la envidia, no aceptar que el otro es mejor y más aceptado, sentirse el único y que otros no tienen los mismos derechos. Lo mismo pasa entre Saúl y David: éste es aclamado por la multitud, y el rey Saúl intenta deshacerse de David. Los apóstoles también reflejan esta ambición de pretender los mejores puestos, sin importarles los demás. Esta tendencia de actuar como quienes creemos que tenemos toda la verdad y que nuestro camino no sólo es el mejor, sino el único, nos marca a todos sin excepción.

Jesucristo nos viene a enseñar todo lo contrario: que somos hermanos, que la grandeza de alguien es amar como Dios; es hacer a los otros sólo el bien y nunca el mal; es servir y desgastar la vida para que los demás tengan vida digna; es apreciar los valores del otro, aunque sea de una línea o tendencia diversa o contraria a la mía; es reconocer los propios errores y limitaciones; es hacerse humilde y aprender de los demás; es no ambicionar lo que no me corresponde; es buscar el bien de la comunidad, más que el interés personal. Sólo quien tenga estas actitudes cristianas, es capaz de ser constructor de unidad y de armonía en la sociedad. Y ahora es el momento de demostrar quién ama en verdad a su patria y es capaz de sacrificarse por su pueblo, y quién con sus hechos demuestra no ser digno de confianza; quién tiene corazón grande y mente abierta para construir justicia y paz junto con otros, y quién se encierra en sí y en los de su grupo.

PROPUESTAS

Hagamos a un lado las condenas de unos contra otros, y unámonos en todo cuanto ayude a vencer la pobreza y la incertidumbre. Pongamos en común nuestras inquietudes y busquemos coincidencias, con la mira puesta en el bien de la comunidad. Valoremos las propuestas e iniciativas de los otros, y seamos humildes para ceder en las nuestras. Superemos el pasado y seamos capaces de perdonar con el corazón. Unamos esfuerzos los diversos niveles de gobierno, instituciones legislativas, empresarios, educadores, comunicadores, líderes sociales, asociaciones religiosas, para superar divisiones destructivas, para ser hermanos contra la marginación y la violencia, para contrarrestar la inseguridad y el narcotráfico, para que los jóvenes tengan alternativas esperanzadoras, para que los campesinos e indígenas vivan con dignidad. Sólo quien es humilde y generoso para renunciar a sí mismo y para construir con otros la unidad, es un buen ciudadano y un buen cristiano.

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Documentación


'Jesús es el milagro más grande: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano'
Palabras de Benedicto XVI al introducir el Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Desde el mediodía del martes 3 de julio, el santo padre Benedicto XVI se encuentra en la residencia pontificia de Castel Gandolfo para pasar el periodo de reposo estival.

A las 12 horas de hoy, el papa se asomó al balcón del patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo y recitó el Ángelus junto a los fieles y peregrinos presentes. Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.

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¡Queridos hermanos y hermanas!

Voy a referirme brevemente a la página evangélica de este domingo, un texto que dio vida a la famosa frase "Nadie es profeta en su patria", es decir, que ningún profeta es bien recibido entre las personas que lo vieron crecer (cf. Mc. 6,4). De hecho, después de que Jesús, cercano a los treinta años, había dejado Nazaret y ya desde hacía un tiempo estaba predicando y obrando y curando por otros lugares, regresó una vez a su pueblo y se puso a enseñar en la sinagoga. Sus conciudadanos "permanecieron sorprendidos" por su sabiduría y, a sabiendas de él como el "hijo de María", el "carpintero", que había vivido en medio de ellos, en lugar de acogerlo con fe se escandalizaban de Él. (cf. Mc. 6, 2-3). Este hecho es comprensible, porque la familiaridad en el plano humano hace que sea difícil ir más allá y abrirse a la dimensión divina. Jesús mismo aplica como ejemplo la experiencia de los profetas de Israel, que en su propia casa habían sido objeto de desprecio, y se identifica con ellos. Debido a esta cerrazón espiritual, Jesús de Nazaret no podía realizar en Nazaret "ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos" (Mc. 6,5). De hecho, los milagros de Cristo no son una exhibición de poder, sino los signos del amor de Dios, que tiene lugar allí donde encuentra la fe del hombre. Orígenes escribe: "Así como para los cuerpos hay una atracción natural de unos hacia los otros, como el imán al hierro, así tal fe ejercita una atracción sobre el poder divino" (Comentario al Evangelio de Mateo 10, 19).

Por tanto, parece que Jesús --como se dice- se de a sí mismo una razón de la mala acogida que encuentra en Nazaret. En cambio, al final de la historia, nos encontramos con una observación que dice todo lo contrario. El evangelista escribe que Jesús "se maravilló de su falta de fe" (Mc. 6,6). Ante el asombro de sus conciudadanos, que se escandalizan, se da el maravillarse de Jesús. ¡También él, en un cierto sentido, se escandaliza! A pesar de saber que ningún profeta es bien recibido en su tierra, sin embargo la cerrazón del corazón de su gente sigue siendo para él oscura, impenetrable: ¿Cómo es posible que no reconozcan la luz de la Verdad? ¿Por qué no se abren a la bondad de Dios, que quiso compartir nuestra humanidad? De hecho, el hombre Jesús de Nazaret es la transparencia de Dios, en Él Dios permanece plenamente. Y aunque siempre buscamos otros signos, otros milagros, no nos damos cuenta que el Signo real es Él, Dios hecho carne, Él es el milagro más grande del universo: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano, en el rostro de un hombre.

Alguien que ha entendido verdaderamente esta realidad es la Virgen María, feliz porque ha creído (cf. Lc. 1,45). María no se escandalizó de su Hijo: su asombro por Él está lleno de fe, lleno de amor y de alegría, al verlo tan humano y a la vez tan divino. Aprendemos de ella, nuestra Madre en la fe, a reconocer en la humanidad de Cristo la revelación perfecta de Dios.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela V.

©Librería Editorial Vaticana

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