12.07.12

La palabra mágica que salva matrimonios

A las 12:54 PM, por Juanjo Romero
Categorías : General

Puesta de Sol

Parece una perogrullada, pero no. Amie Gordon de la Universidad de Berkeley ha realizado un estudio con 50 parejas, de edades comprendidas entre 18 y 60 años. Se analizaron las relaciones entre ellos, tanto en el tono como en la forma (verbal, tacto y contacto visual).

Los días en los que la pareja se encontraba más feliz correspondían a manifestaciones de asentimiento, de acogimiento y de gratitud, de palabra, con gestos o simplemente con la mirada. Manifestaban los entrevistados que más fuerte se hacía su relación y más ganas tenían de reforzarla.

Los investigadores «descubrían el Mediterráneo»: la etapa del amor pasional pasa, la futura robustez del vínculo matrimonial no depende tanto del «grado de amor», sino de la voluntad de los cónyuges materializada en buenas acciones con su pareja y que así son recibidas y percibidas, con agradecimiento. Sugieren que cuanto más se le diga de algún modo «gracias» al otro, reconociéndole sus actos, su modo de ser, mayores serán las probabilidades de disfrutar de un matrimonio sólido y feliz.

Al margen de la anécdota, y me atrevería a decir que a lo prescindible del estudio, la conclusión que podemos sacar es buena: «gracias» es uno de los modos más reales de decir «te quiero». Pero no sólo para el amor conyugal. Podemos pensar en nuestros amigos, hijos, seres queridos, en las relaciones laborales. O en el Amor a Dios.

No sé. Pensaba que en las objetivamente duras circunstancias en las que nos encontramos, es muy probable que nuestra relación con el Señor sea mayoritariamente de petición. A veces hasta la exigencia. Y es humano. Pero precisamente porque somos humanos y sólo tenemos un corazón para querer, podemos estar reduciendo la vida interior a un mero trueque mercantilista con Dios: «hago esto para que Tú…». Dios no necesita nada de nosotros, somos nosotros los que podemos estar perdiéndonos lo mejor de «la relación».

Hay tantos momentos para dar «gracias a Dios» desde los instantes sublimes de la «acción de gracias después de recibir la Comunión» hasta un recordatorio al acostarnos tras el examen de conciencia. Y desde luego, en ese «gracias» estará nuestra esposa o esposo, hijos, amigos, seres queridos, lo que tenemos, ¿no?. Es como darles las gracias doblemente, como quererles el doble.

Y, sí. El verano con sus vacaciones es un momento ideal para ambas cosas.


Notas

1.- No se me ocurría ninguna imagen para el artículo. Esta simplemente me trae recuerdos.

2.- El artículo fue publicado el 26 de junio como borrador. Se me olvidó traerlo acá.