Un cuadro se burla del Cristo de la Buena Muerte

Un grupo de legionarios de Melilla muestran su indignación ante una exposición blasfema

 

Un grupo de legionarios denunciaron a principios de este mes la exposición organizada por el Gobierno autónomo de Melilla (PP), en la que el artista almeriense Andrés García Ibáñez denigra al Cristo de la Buena Muerte, el Cristo de los tecios españoles. En uno de sus lienzos aparece el Cristo de la Buena Muerte escoltado grotescamente por un sacerdote castrense, dos legionarios barrigudos y la cabra mascota del Tercio Gran Capitán. Los militares piden que alguien tome cartas en el asunto «por las buenas o por las malas».

14/07/12 7:41 AM


(Norteafrica.com/Alerta Digital) El diario Norteafrica.com informa que alrededor de 14 militares pertenecientes a La Legión se reunieron hace unos días con un representante de este medio para «expresar el sentir de todos los legionarios» frente a la exposición del pintor almeriense. 

«No podemos permitir que nuestro Cristo de la Buena Muerte, ni tampoco la Legión Española, sirvan para esta clase de insultos. El Cristo de la Buena Muerte ha sido venerado por miles de legionarios que dejaron su vida por España. Es el símbolo más sagrado de la Legión y de sus caballeros», señalaron los reunidos.

Según el mismo diario melillense, los legionarios conminaron a las autoridades a que tomen cartas en el asunto «por las buenas o por las malas. No estamos amenazando a nadie, pero nos están insultando y riéndose de todos nosotros, los legionarios vivos y los que murieron, y esto ha sobrepasado todas las barreras. El comandante general, Álvaro de la Peña Cuesta, debe intervenir de inmediato e impedir que el pintor Andrés García Ibáñez exponga en Melilla», señalaron al periodista.

Norteafrica.com agrega que los legionarios instaron al jefe militar de la ciudad a que, en caso de que la exposición se celebre finalmente, presente una queja oficial tanto al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, como al Ministerio de Defensa.

Por último, los legionarios indicaron que, si el comandante general rehúsa las obligaciones que el honor le exige, «estaría haciendo un flaco favor a la Legión, a los legionarios y al arma de Infanteria», del que forma parte el alto mando castrense.