Mons. Torgal llama diablillos negros a los miembros del ejecutivo

El gobierno portugués se indigna con el obispo castrense que le acusa de ser profundamente corrupto

 

Varios miembros de la coalición conservadora que gobierna Portugal reaccionaron ayer irritados contra el polémico obispo castrense, Mons. Januario Torgal Ferreira, que acusó al Ejecutivo de ser muy corrupto y estar lleno de «diablillos». Aunque el prelado ha lanzado ya varias críticas contra la política de austeridad del Gobierno de Pedro Passos Coelho, sus últimas descalificaciones llevaron al ministro luso de Defensa, José Pedro Aguiar-Branco, a pedirle que escoja entre actuar de comentarista político o desempeñar su función religiosa.

18/07/12 4:34 AM


(Efe) También censuraron la actitud del obispo, en declaraciones a los periodistas, el titular portugués de Salud, Paulo Macedo, y líderes del centroderecha luso, como João Almeida, que consideró las acusaciones «graves», pero comprensibles por la actitud habitual del prelado.

Mons. Torgal Ferreira, de 74 años, obispo auxiliar castrense desde 1989, fue designado obispo de las Fuerzas Armadas lusas en 2001 y hace cuatro años fue condecorado por el anterior Gobierno socialista.

En sus polémicos comentarios, el lunes en un programa de la televisión portuguesa, el obispo afirmó que en comparación con los «diablillos negros» del «profundamente corrupto» Ejecutivo luso los miembros del Gobierno anterior, presidido por el socialista José Sócrates, eran «ángeles».

El ministro de Defensa recordó hoy al prelado que debe obediencia a la Iglesia y que, si tiene esas sospechas, debería denunciarlas ante la Fiscalía portuguesa.

Aguiar-Branco descartó, no obstante, adoptar medidas por las declaraciones del obispo y subrayó que son «embarazosas» para la Iglesia y no para el Gobierno.

El prelado ha hecho otras declaraciones polémicas en el pasado, como cuando se mostró contrario a la prohibición del uso del preservativo por la Iglesia o cuando comparó con el dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar a Passos Coelho, al que acusa de «machacar» al pueblo con sus medidas de austeridad.