19.07.12

¡Qué comprensivos son algunos!

A las 12:07 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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A mí no me extraña que la persona a la que hoy me refiero haya escrito lo que ha escrito. Sabiendo que, por ejemplo, mantiene un blog en Religión Digital y que gusta de la línea editorial de la misma… pues, la verdad, tampoco es que sea del otro mundo lo que ha escrito. Sin embargo, no es poco porque supone decir que lo que es importante no lo es.

Martín Gelabert es dominico y, además, profesor de teología en Valencia. Nada de esto está fuera de lugar porque, según tengo entendido es un bueno dominico y un pensador de prestigio. Incluso puedo decir que personalmente tengo conocimiento de él porque por sus palabras telefónicas me matriculé, en su día, en la Escuela de Teología que los dominicos tienen en internet que, si bien no podemos considerarla enseñanza formal (no tienen pruebas presenciales, por ejemplo) sí es un aceptable instrumento para que conocer la teología católica esté al alcance de los más humildes y pequeños.

En fin… quiero decir con esto que por don Martín tengo un aprecio general que no puedo negar ni quiero negar.

Y, entonces, todo es peor porque si a alguien no se le conoce, aunque sea esporádicamente, la crítica no traspasa el lado del corazón y se queda en la superficie, a veces triste, de la realidad; si a alguien se le conoce, aunque sea esporádicamente, parece que lo que se pueda decir le cuesta algo más de decir por más que tenga que decirse.

En el blog que tiene en la página de los dominicos (www.dominicos.org) y que se reproduce en Religión Digital, ha escrito algo sobre lo que entiende es un comportamiento no adecuado con el amor y la misericordia que deben prevalecer en todo comportamiento cristiano.

Martín titula su entradaPero, esta gente ¿qué quiere?”. Pero en RD, más dados al sensacionalismo religioso la titulan de una forma más melodramática: “¿Qué quieren los integristas católicos?” porque, en verdad, a estos creyentes sui generis (es decir, según sus particulares gustos) lo que les va es tergiversar las cosas y ponerlas cuanto peor… mejor para ellos.

En fin… hay cosas que no tienen remedio y una de ellas es la intencionalidad de cierto portal religioso.

De todas formas, vayamos con lo importante de este caso.

Escribe el dominico sobre el comportamiento de los que llama “integristas católicos” que debemos ser aquellos que no nos parece nada bien que se manipule la doctrina católica y que se haga con ella lo que a cada cual mejor le venga como haría cualquier grupo evangélico o protestante donde impera la norma de que cada cual piense lo que le parezca acerca de su fe e interprete la Biblia según le interesa.

Tampoco le parece bien que la autoridad eclesiástica actúe de forma que, imponiendo la norma existente en determinado aspecto, haga recaer alguna pena sobre quien ha cometido algo en contra de lo que nunca debería haber actuado. Eso no le parece bien. A contrario, entendemos que le debe parecer la mar de bien que, cuando alguien haga de su capa un sayo al respecto de su fe, nadie haga nada para imponer la cordura. Y eso, francamente, no es entendible de ninguna de las maneras.

A lo mejor así se entiende que tal comportamiento es integrista pero nos parece que la mejor manera de entender tal tipo de actuación es sabiendo que no se puede proceder de otra forma de parte de nuestros pastores a no ser que alguien quiera que dejen de ser pastores para que todos seamos ovejas y cada cual campe por el campo a sus anchas sin redil donde acudir ni referencia que tener.

Pero también ha escrito que

Las actitudes beligerantes no conducen más que a rupturas indeseables. La actitud adecuada en nuestras comunidades es la del diálogo fraterno, que no excluye el desacuerdo. El estar continuamente levantando el dedo acusador buscando defender una supuesta ortodoxia, no parece muy evangélico.

Pero resulta que cuando hay disidencia teológica dentro de la Iglesia católica y la misma pretende tergiversar la fe que se dice tener y cambiarla de tal manera que ya no sea la misma, otra cosa no se puede hacer que acusar a quien así actúa porque tal forma de manifestar el desacuerdo es la única que existe para que se sepa lo que algunos y algunas están haciendo o pretendiendo hacer.

Otra forma de actuar o, lo que es lo mismo, mirar para otro lado y hacer como si todo fuera ideal o el mundo perfecto es hacer un flaco favor a la fe católica y, además, tragar con ciertas piedras de molino que no se pueden aceptar a no ser que… se acepten, claro.

A lo mejor el problema o el asunto es que hay personas dentro de la fe católica que son demasiado comprensivos con ciertas actuaciones de hermanos suyos en la fe. Y tal comprensión no es fácil de entender si la misma puede llevar al error y a la equivocación, seguramente, de muchos pequeños en la fe.

¡Ay, aquello de la rueda de molino!

Eleuterio Fernández Guzmán