27.07.12

Mi parroquia es oficialista (y yo en Babia)

A las 11:55 AM, por Jorge González Guadalix
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Y lo peor de todo es que me enteré hace apenas unos días.

Verán, yo creía que mi parroquia era normalita, llevada por sacerdotes diocesanos de Madrid. Jamás pensé que pudiese ser otra cosa. Hasta que vinieron ellos. Ellos son una pareja recién venida al barrio. Me estaban esperando un domingo al acabar la misa de la tarde. Buenas, somos nuevos en el barrio. Pues eso, bien venidos, qué tal, esta es vuestra casa, esas cosas que se dicen en estos casos.

Y empezó el interrogatorio de tercer grado, aunque me libraron del humo del veguero en el rostro.

Comienzas tranquilito. ¿Qué actividades tiene la parroquia? Pues así de repente y sin anestesia… las de todas: misas, sacramentos, catequesis, caritas. ¿Y qué materiales utilizan? Ya se te empieza a poner cara de incredulidad. Pues los diocesanos en catequesis, para la misa básicamente misal y leccionarios, los rituales para otros sacramentos, y en caritas las orientaciones diocesanas y de zona. Como todo el mundo, vamos, digo yo. (Sigues pensando, ¿y estos de qué van?)

Hasta que él hombre se dirige a su pareja (sí, pareja, porque ya no sabes qué puedes encontrarte y así no te equivocas) y exclama: lo que te dije, oficialistas. No merece la pena pensar en meternos en una parroquia así.

He de reconocer la originalidad. Porque llamarme conservador me había pasado. Y cosas más gordas. Pero oficialista es nuevo.

En serio. Pero que muy en serio. Tremendamente en serio. ¿Qué esperaban? Lo normal de una parroquia es que se enseñe la doctrina a los niños con los catecismos aprobados, que se eduque a los adultos con materiales de confianza, por ejemplo los diocesanos de Madrid que por cierto son buenísimos, que se diga la misa con el misal y los leccionarios –puro Perogrullo- y que se atienda a los pobres según explica Caritas.

Un cura, ya ven que me gusta la palabra, tiene que ejercer su ministerio en comunión con su obispo y en el respeto a los fieles, que tienen derecho a ser atendidos como manda quien tiene que mandarlo –el obispo- y no como al cura de turno se le ocurra. ¿A estas alturas qué quieren que hagamos? ¿Inventar el catecismo? ¿Misas creativas? ¿Una Caritas renovada que no va a funcionar mejor que lo que tenemos? ¿Y qué sería lo contrario de oficialista? ¿Hacer todo lo contrario de lo que se nos pide por la cosa de ser nosotros mismos? Ganas de perder el tiempo y de hacérselo perder a los demás.

Pues para que vean. Mi parroquia por lo visto oficialista. Y servidor sin enterarse. Qué cosas.