El Patriarca de Moscú visita Polonia

Patriarca Kirill: «Las dos Iglesias están ahora preparadas para perdonar los pecados del pasado»

 

Kirill I, Patriarca de Moscú y cabeza de la Iglesia Ortodoxa de Rusa, inicia hoy una visita oficial a Polonia, durante la cual firmará con el presidente de la Conferencia Episcopal un documento en el que pedirán a Varsovia y Moscú que favorezcan las relaciones polaco-rusas. Ésta es la primera visita de un patriarca ortodoxo ruso a la católica Polonia, donde las relaciones entre las dos confesiones no siempre han sido fáciles. Kirill ha afirmado que «en la defensa de los valores cristianos de la vida en Europa y en la defensa de la cultura cristiana en Europa y en todo el mundo, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica son aliadas».

16/08/12 7:23 PM


(Agencias/InfoCatólica) “Es una ocasión para reunirse con ortodoxos y católicos, reflexionar juntos sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro (...) sobre la base del Evangelio que es nuestro fundamento común para resolver las cuestiones difíciles”, declaró al bajar del avión.

“Creo que las Iglesias pueden de forma significativa favorecer la reconciliación polaco-rusa, pueden llevar a nuestros pueblos a superar los prejuicios y los estereotipos acumulados”, declaró por su parte el presidente polaco Bronislaw Komorowski, durante una cena este jueves por la noche en honor del patriarca. El presidente también dio las gracias al patriarca “por los gestos y acciones que resaltan el sufrimiento común de nuestros pueblos durante la noche estalinista”.

Perdón y reconciliación

El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill y y el presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, monseñor Iosef Mijalik, firmarán mañana un mensaje de reconciliación basado en las raíces cristianas comunes, las duras experiencias sufridas en el siglo XX y el perdón mutuo. El histórico documento se inspira en la carta de reconciliación enviada por la Iglesia Católica polaca a la alemana en 1965, donde se declaraba: “Perdonamos y pedimos perdón” por las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.

La historia entre Polonia y Rusia es complicada y está marcada por el dominio ruso sobre parte del territorio polaco entre finales del siglo XVIII y comienzos del XX, el pacto Ribbentrop-Molotov por el que la Unión Soviética y Alemania se dividieron Polonia en la Segunda Guerra Mundial, la matanza en Katyn de más de 22.000 oficiales polacos en 1940 o la imposición del comunismo tras el conflicto.

Más recientemente el accidente del avión presidencial polaco en Smolensk (Rusia), donde murieron sus 95 ocupantes, incluido el entonces presidente de Polonia, Lech Kaczynski, marcó otro episodio negro en la historia compartida por ambos países. 

En declaraciones antes de su visita, Kirill manifestó su esperanza de que la visita cambie el tono de las relaciones entre los dos países. Para ello, dijo, “ hay que pronunciar una sola palabra: perdón”. “Pronunciando esta palabra el uno hacia el otro, no olvidamos la historia”, “pero el perdón”, dijo, generará un “nuevo clima” que permitirá a científicos e historiadores trabajar “sin intentar utilizar los hechos históricos para seguir difundiendo el odio, la hostilidad y el alejamiento”.

Unidad en la defensa de valores cristianos en Europa

La reconciliación ortodoxa-católica podría leerse también en clave de una alianza defensora de valores cristianos conservadores. Kiril insistió que la Iglesia Ortodoxa es autónoma en relación al poder político, pero matizó que existe un temario conjunto referido a cuestiones morales.“Una persona moral es una persona que observa la ley”, dijo. Precisamente su visita a Polonia coincide con la lectura del veredicto el viernes en Moscú de tres miembros del grupo “Pussy Riot” que en febrero protestaron en la catedral de Moscú contra la vinculación entre la Ortodoxia y el Kremlin.

El patriarca aseguró que “en la defensa de los valores cristianos de la vida en Europa y en la defensa de la cultura cristiana en Europa y en todo el mundo, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica son aliadas y en gran parte piensan de la misma manera”.

El metropolita Ilarión Alfeev, responsable de relaciones exteriores, manifestó que el cristianismo “en gran medida formó una cultura y una mentalidad nacional de los rusos y los polacos” y que ambas comunidades tienen desafíos son comunes, como “la indiferencia religiosa”, el “secularismo agresivo” y la “inmoralidad”.