Católicos
19 de agosto del 2012

Una joven pide donaciones para entrar en un convento. Debe 6.000 dólares de sus estudios. A cambio ofrece "oraciones para toda la vida".

Su vocación está en el convento de las Hermanas Dominicas de María, Madre de la Eucaristía pero según las normas de la orden en la que está a punto de ingresar, Caitlin Palmer no puede entrar como novicia hasta que no salde la deuda de 6.000 dólares que contrajo cuando aún no había descubierto su vocación y decidió estudiar una carrera.


 

Palmer, una joven de 19 años de Virginia, ha decidido contar su historia en Internet y ha creado la web Caitlin2Convent. Traza una pequeña autobiografía en la que va mostrando cómo poco a poco el Señor le fue iluminando el camino. Pero cuando lo hizo, ella pensaba que su camino era otro: estudiar una carrera, encontrar un buen novio, casarse y formar una familia. Y ya había pedido el crédito para sufragar los gastos de la carrera, una práctica muy frecuente en Estados Unidos donde son los propios alumnos los que, al terminar los estudios, cancelan su crédito.

En el caso de Caitlin, solo estuvo en la Universidad durante un curso, pero entre los gastos de alojamiento y los de tasas universitarias, acumuló una pequeña deuda que necesita cancelar para poder ser admitida en el convento donde ya la han aceptado. Desde su página web ofrece varias vías de donación.

A cambio de las donaciones que la ayudarán a "estar un paso más cerca de hacer la voluntad del Señor" y que le alegrarán "el día y la vida", Caitlin ofrece a sus benefactores un beneficio extraordinario: "Estarán en mis oraciones cotidianas el resto de mi vida. ¿Quién no querría oraciones garantizadas para toda la vida?".