24.08.12

El peligro de una educación estalinista

A las 10:22 AM, por Jorge
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No. No nos hagamos líos ni pensemos que es cuestión de algunas cosas. La diferencia en la educación entre un país libre y uno totalitario es que en los países libres los educadores son los padres y estos son los que en consecuencia deciden el tipo de educación que desean para sus hijos, cosa que el estado respeta y apoya. En los totalitarios el estado se convierte en dueño y señor de los niños y jóvenes y hace con ellos lo que le viene en gana sin tener en cuenta en absoluto la opinión de los padres. El único educador, el estado. Puro estalinismo.

Pues ojo porque en este país nuestro llevamos bastantes años aproximándonos a una visión estalinista de la educación que tiene su peligro. Y no es una opinión subjetiva de un servidor. Lo afirmaba hace algún tiempo en una entrevista uno de los grandes ideólogos del PSOE, recientemente desaparecido, Gregorio Peces Barba, al que en el momento de su fallecimiento nos presentaron casi con un benefactor de la humanidad. No es la idea que tengo de él.

 

Pues en la entrevista a que me refiero decía cosas como que la educación no es cosa de los padres, sino del estado. Afirma incluso que “los padres tan sólo deben ocuparse de la moral “individual”, “en casa”, que el resto es cosa de los poderes públicos”. O también llega a afirmar que los colegios concertados no son el resultado del derecho de los padres a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos, y de la obligación del estado de garantizar ese derecho, sino “una concesión muy generosa de la democracia”. Tanto, que ve absurdo que se ofrezca terreno público para colegios concertados. En su momento ya dediqué un post a estas declaraciones en mi blog de wordpress.

No sé si somos conscientes del calado de estas afirmaciones, que no son sólo opiniones personales de un señor, sino la expresión más evidente de una filosofía de la educación que se ha querido imponer a costa de lo que sea.

Las consecuencias son más que claras, y ya las hemos visto. Voy a enumerar algunas que me parecen especialmente importantes:

- La imposición de valores éticos y morales. La asignatura “Educación para la ciudadanía” es el exponente más claro. Temas claves para la persona como son la familia, la responsabilidad social, la vida, la fidelidad… son asumidos por el estado de forma obligatoria. Todavía no comprendo la poca beligerancia que ha habido y hay en este asunto. Incomprensible.

- El tratar de imponer un modelo u otro de enseñanza simplemente negando conciertos a quien no caen bien. Lo tenemos con el debate de la escuela mixta o diferenciada por sexos. Negar conciertos a los centros que optan por educación diferenciada es otra forma de negar la libertad a los padres.

- Las constantes dificultades puestas a la clase de religión, que lleva a colocarla como asignatura “extra”, en horario especial, con la alternativa de “patio” y muchas veces sin los medios más elementales.

- Una historia manipulada burdamente que lleva a falsear la realidad presente y a sacar conclusiones erróneas de cómo colocarse ante la sociedad. Esto es especialmente grave en algunas comunidades autónomas.

- Una educación netamente nacionalista en algunas comunidades, donde incluso se impide a los padres elegir la lengua vehicular en la que desean sean educados sus hijos. La consecuencia es sacar jóvenes por encima de todo nacionalistas y anti españolistas. Suena fuerte pero es así.

- El bajo nivel de los estudiantes, hoy ya bajo mínimos.

Seguro que todos encuentran muchas más cosas. La consecuencia final es tener una sociedad inculta, sin valores, sin religión, metida en su provincianismo barato de “somos los mejores” y cada vez más manipulable. Al final, borregos.

La doctrina de la Iglesia es muy clara en la educación. Animo hoy a releer la declaración “Gravissimun educationis” del Concilio Vaticano II para que no se nos olvide que “Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, están gravemente obligados a la educación de la prole y, por tanto, ellos son los primeros y principales educadores. Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse. Es, pues, obligación de los padres formar un ambiente familiar animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación íntegra personal y social de los hijos. La familia es, por tanto, la primera escuela de las virtudes sociales, de las que todas las sociedades necesitan.”

Pobre sociedad, pobres familias si dejan la educación de sus hijos en manos de los poderes públicos. La escuela, pública, privada o concertada, tiene su función, pero JAMÁS la de suplir a los padres en todo.

Sigo con la “Gravissimun educationis”: “Es preciso que los padres, cuya primera e intransferible obligación y derecho es el de educar a los hijos, tengan absoluta libertad en la elección de las escuelas. El poder público, a quien pertenece proteger y defender la libertad de los ciudadanos, atendiendo a la justicia distributiva, debe procurar distribuir las ayudas públicas de forme que los padres puedan escoger con libertad absoluta, según su propia conciencia, las escuelas para sus hijos”.

Tanto citar al concilio y fallamos en lo fundamental. En estos últimos años se está tratanto de imponer un modelo de escuela que ignora a los padres, les niega la libertad de elegir colegio y además pretende imponer una moral estatal del todo punto inaceptable. Este modelo de escuela que va hacia el estalinismo es el que se ha venido imponiendo a la sociedad en los últimos años. Y el que no parece que esté cambiando como muchos pensamos que debe hacerlo y como la Iglesia nos recuerda.

Atención padres: los hijos son suyos. No dejen que nadie se los eduque de cualquier manera. Y si hay que pelear, se pelea.