28.08.12

Tras lo de Borja, les invito a un acertijo

A las 7:45 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Después de los acontecimientos en torno al Ecce Homo de Borja, llega la calma y cierto sentido común. Dos restauradoras han visitado la iglesia, han tomado muestras de la imagen, han hablado con Cecilia sobre los productos usados, han anunciado que los análisis correspondientes serán los que dicten el camino a seguir.

El consistorio de Borja para eliminar el mercantilismo, el pitorreo y otros asuntos, en torno al tema, quiere registrar la marca eccehomo. Es una medida un tanto rara, pero si sirve para cortar infamias contra la imagen, bienvenida sea.

Nunca pudo sospechar Poncio Pilato, que sus palabras cuando presentó a Cristo al pueblo vociferante exigiendo la muerte del Mesías: Ecce Homo, pasarían a ser marca registrada en una sociedad consumista del siglo XXI. Vivir para ver y para leer.

He escrito leer, porque durante estos días he leído todas las crónicas, opiniones, artículos sobre Borja que han caído en mis manos. Uno de ellos es el más sesudo y figurativo que he encontrado.

Lo voy a colgar ahora mismo. No pondré ni firma de su autor, ni fecha, ni el medio donde está publicado. Invito a los amigos lectores a que lo averigüen y lo digan en sus comentarios. Sí dejaré una pista. El texto es el siguiente:

“Cecilia Giménez es una octogenaria, feligresa de la iglesia de Borja, que un buen día vio cómo el “Ecce Homo” de la parroquia estaba absolutamente deteriorado. Ni corta ni perezosa, y al ver cómo nadie hacia nada por evitarlo, se puso manos a la obra y, pincel en mano, y ante la vista de todos, hizo su propia “restauración". Una “chapuza” en toda regla. De buenas intenciones está el infierno lleno, que dicen (aunque ahora quieran llevar a los tribunales a la buena señora).

El calor de agosto ha hecho que la buena mujer se haya convertido en toda una celebridad, y su “obra de arte” protagonista de chanzas de todo tipo. Y en todo el mundo. Hemos visto al Cristo como Chewaka, Paquirrín, Don Pimpón, la Mona Lisa, Rajoy o El Fary.

El de Cecilia es un buen termómetro para valorar cómo está nuestra Iglesia. Desamparada, dejada de la mano de Dios, poco a poco va perdiendo el color y se llena de desconchones sin que quienes tienen la responsabilidad de cuidar de ella (todos los cristianos) hagan algo. Y así pasa lo que pasa: que la mayoría pasa de largo, mientras algunos, por su cuenta y riesgo, tratan de salvar lo que se pueda. Y así sucede, que en soledad se cometen errores graves. Y después, por supuesto, no faltan los que se echan las manos a la cabeza y denuncian el destrozo que ellos mismos despreciaron en su día.”

Amigos lectores, les supongo inteligentes y perspicaces.

¿Quién es y como se llama el firmante de este hondo artículo?

¿Qué opinión les merece?

Muchas gracias a todos. Perdón por este juego. Es un simple pasatiempo.

Tomás de la Torre Lendínez