Concluye en Budapest el GENFEST 2012 del Movimiento de los Focolares


 

Ya ha terminado la décima edición del Genfest en Budapest, la ciudad de los puentes sobre el Danubio. Uno de los momentos más significativos del mismo tuvo lugar en el histórico Puente de las Cadenas, donde los 12.000 jóvenes presentes ondearon banderas y se intercambiaron pañuelos durante un simbólico flashmob este sábado 1 de septiembre por la noche; mediante esta acción quisieron manifestar su empeño por construir relaciones de fraternidad entre personas y grupos, en los 104 países que participaron. Miles de puentes, por tanto, construidos por todas partes. También Benedicto XVI – en un mensaje enviado para la ocasión‐ deseaba que encontraran en la bellísima ciudad “un signo de esperanza” y una inspiración para el diálogo con quien proviene de otros contextos y culturas.

Este Genfest 2012 ha estado más que presente en la red: las caras y las voces de los presentes en el Sport Arena han aparecido en la web junto al mensaje de fraternidad, alcanzando, al menos, a 450.000 personas en todo el mundo a través de facebook, twitter, youtube, la página oficial y la transmisión en directo. Días “increíbles”, “fuertes”, “espectaculares”,… adjetivos que se repetían en los 27 idiomas en que se tradujo simultáneamente el programa. Un Genfest construido en multitud de lugares, en muchos nudos propulsores. Se lee: “Me fascina ver que en estos días twitter se ha llenado de palabras grandes, de palabras de unidad”. En la era del individualismo, en una sociedad en la que miles de ideas luchan diariamente por tener un lugar en primera página, encontrar tantas personas dispuestas a regalar un instante de sus vidas para leer un tweet o escribir un post, es un inmenso capital social que da esperanza para el futuro de la humanidad.

La metáfora de la construcción de puentes fue el hilo conductor al programa. Las historias de los jóvenes hablan por sí solas. Se escucha a Bassem de Egipto, quien con el proyecto “Pertenezco” involucra a la población de dos barrios de la capital pintando el muro de una escuela para superar las tensiones provocadas por los acontecimientos de la Plaza Tahrir; al mexicano Willie, que vió asesinar a su primo dentro de la espiral de violencia de la guerra al narcotráfico, pero decidió responder al odio con el amor; y también al joven tailandés, que tras las lluvias que devastaron su país en octubre de 2011, se arremangó las mangas y junto a centenares de jóvenes se puso manos
a la obra para reforzar los márgenes que defienden Bangkok. Pero las voces son muchas, las elecciones valientes, a menudo en contra de la corriente.

Asumen juntos el compromiso de trabajar por United World Project. Un compromiso que firman, incluso para pedir el reconocimiento ante la ONU de un Observatorio internacional permanente que promueva y verifique que la fraternidad se pone en práctica por parte de individuos, de grupos y naciones, inspirándose en la “Regla de oro”: “Haz a los demás lo que quisieras que te hiciesen a ti”.

Aún se puede adherir al compromiso, en la dirección http://www.unitedworldproject.it

A estos jóvenes se dirige Maria Voce –Presidenta del Movimiento de los Focolares‐ con una profunda comprensión y también con una exigente invitación: “Mirad a lo alto. Mirad a lo lejos; es allí donde encontraréis el agarradero seguro. Mirad al amor que es Dios. Él es el único que no os desilusionará….” Y además: “¡No tengáis miedo! Sed vosotros mismos y entrad personalmente en la sociedad… Vuestra aportación es única e irrepetible… Estáis llamados a donaros por algo inmenso, dejando detrás de vosotros algo inmortal”. Les sugiere que pasen directamente a la acción: con un amor verdadero que comienza con las pequeñas cosas que hacen grande la vida e
inciden en la sociedad. Cita a S. Massimiliano Kolbe: “¡Sólo el amor es creativo!”. Y se despide con un pensamiento de Chiara Lubich: “el mundo necesita un suplemento de espíritu, un suplemento de amor. ¡Y esto es lo que debemos llevar!”.

Inmediatamente se lee en un tweet: “Es imposible permanecer indiferentes. Podemos cambiar el mundo, incluso con pequeños gestos”.

En la mañana del domingo, los jóvenes católicos participaron de una sugestiva celebración en la plaza de San Esteban, presidida por el Cardenal Peter Erdö, contemporáneamente a liturgias de otras denominaciones cristianas a las que se participaba según la Iglesia de pertenecía, y un encuentro de jóvenes de otras religiones.

En los últimos instantes, un minuto de recogimiento y de silencio por la paz, era el time out. Junto al cardenal subieron otras autoridades eclesiásticas de las Iglesias ortodoxas, evangélicas y anglicana, los jóvenes representantes de las otras religiones y de otras creencias. “Dios es el Creador de todos nosotros, es el esplendor de nuestra vida ‐ dijo el cardenal durante la misa –. En Él toda la humanidad puede encontrar su unidad. En Él somos verdaderamente hermanos”.

La conclusión del Genfest es un “hasta pronto”, hasta Río en la Jornada Mundial de la Juventud de 2013.

Más información en www.genfest.org