En la Catedral de la capital navarra

Veintisiete obispos asistieron a la ordenación de Mons. Aznárez Cobo, nuevo obispo auxiliar de Pamplona y Tudela

 

El domingo 9 de septiembre se celebró en la catedral de Pamplona la consagración episcopal de Mons. Juan Antonio Aznárez Cobo, obispo auxiliar de Pamplona. La celebración fue presidida por el arzobispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez, y fueron los obispos co-ordenantes el nuncio de Su Santidad en España, Mons. Renzo Fratini, y Mons. Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona. Además de ellos, más de veinticinco arzobispos y obispos procedentes de toda España, con una buena parte del presbiterio diocesano y miles de fieles llenaron la catedral en una celebración gozosa y festiva. La parte musical del acto corrió a cargo de la Capilla de Música de la Catedral, que tiene más de ocho siglos de historia.

10/09/12 7:29 AM


(Arch. Pamplona/InfoCatólica) La celebración dio comienzo a las 17.30 con la procesión de entrada por el claustro de la Catedral hasta el presbiterio. Tras la proclamación de la Palabra de Dios tuvo lugar la solicitud al arzobispo de la ordenación episcopal de Juan Antonio Aznárez por parte del presbítero asistente, Miguel Larrambebere, y la lectura del mandato apostólico.

Seguidamente Mons. Francisco Pérez pronunció la homilía en la que recordó la misión del obispo auxiliar y agradeció el don que el Señor hace a su Iglesia: «Nos embarga hoy un sincero y profundo gozo porque el Señor, en su infinito amor, ha querido conceder a la Iglesia universal y a esta Iglesia de Pamplona-Tudela un nuevo Sucesor de los Apóstoles, que mediante la triple misión de enseñar, santificar y gobernar, haga presente a Cristo, Sumo y eterno sacerdote en medio de su pueblo».

El Arzobispo de Pamplona señaló que esta ordenación es motivo de alegría para él, para sus familiares y amigos, para los sacerdotes y también para todo el pueblo de Dios. «La consagración episcopal -señaló D. Francisco Pérez- es un acontecimiento de oración y de fe. Ningún hombre puede hacer a otro sacerdote u obispo. Es el Señor mismo quien asume a este hombre totalmente a su servicio, quien lo atrae a su propio sacerdocio, quien lo consagra definitivamente para sí».

Tras la homilía tuvo lugar propiamente la consagración episcopal, el ordenando fue preguntado como establece el ritual, sobre su fe y su futuro ministerio, tras la que se invocó a los santos para pedir su intercesión. El momento central de la celebración tuvo lugar con la imposición de manos por parte de Mons. Francisco Pérez y todos los obispos presentes y la oración consecratoria. En ella se pidió a Dios: «Infunde ahora sobre este tu elegido la fuerza que de ti procede: el Espíritu de Gobierno que diste a tu amado hijo Jesucristo, y Él a su vez, comunicó a los santos apóstoles, quienes establecieron la Iglesia como santuario tuyo en cada lugar para gloria y alabanza de tu nombre».

Seguidamente, ya obispo, Mons. Aznárez fue ungido en la cabeza con el crisma y se le hizo entrega de los signos propios de su condición, el evangeliario, el anillo, el báculo y la mitra. La eucaristía siguió desde entonces el orden habitual. Al acabar la misma, Mons. Juan Antonio Aznárez se dirigió a los presentes para agradecer su presencia y encomendarse a sus oraciones, palabras que fueron acogidas con un gran aplauso por parte de todos los presentes.