18.09.12

Doña Esperanza Aguirre: el don de conectar con el pueblo

A las 6:16 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Es clásica en la historia de la Iglesia Católica la escena del Concilio de Calcedonia, cuando los legados pontificios leyeron la carta del Papa San León Magno acerca de la Encarnación del Verbo, se leyó en la tercera sesión del Concilio, y apenas calló la voz del lector, todos los Padres gritaron unánimemente: “ Esta es la fe de los Padres, ésta la fe de los Apóstoles. Todos creemos así, los ortodoxos creen así. Sea excomulgado quien no cree así. Pedro ha hablado por boca de León.”

La conexión entre la sana doctrina y la aceptación por los oyentes es desde aquel momento un signo visible de la verdad, tanto en el campo de la fe, como de la moral, como de la opinión pública. Es el sensus fidei populi.

Ayer dimitió la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre, una mujer capaz de conectar con la opinión del pueblo llano cada vez que se pronunciaba sobre asuntos de interés general tanto para Madrid como para el resto de España.

Es evidente que doña Esperanza no goza de la inspiración del Espíritu Santo. Pero nadie discute su don de la oportunidad para conectar con la opinión popular con un lenguaje sencillo pero efectivo y contundente.

¿Algunas razones de este sensus popular en esta mujer ahora dimisionaria?

1.- Su gran inteligencia cultural y educativa a lo largo y ancho de su vida, donde nació una vocación política de primer orden poniéndose al servicio de los demás, que han sabido revalidarle su confianza en varias elecciones autonómicas.

2.- Su savoir faire en la política con ideas muy claras, precisas e indiscutibles para ella ya que está absolutamente convencida de ellas.

3.- Su famoso “pico y pala”. A ella nadie le ha regalado nada. Ella siempre ha repetido que la cultura del esfuerzo ha sido básica en su vida, y la ha deseado enseñar a los demás a lo largo de su carrera pública.

4.- Su conexión con el alma y el sentir del pueblo madrileño ha sido total, y por extensión del español, de modo que cada vez que opinaba sobre asuntos nacionales siempre la gente decía: ¡Tiene toda la razón, eso es lo que yo pienso¡

5.- Sus manos están limpias de adherencias monetarias, de enchufismos y demás “Eres”, que por el Sur vivimos a diario.

6.- Se marcha porque quiere y cuando quiere. No entró para trabajar y jubilarse de “política”. No deja el poder sin saber donde ir. Lo sabe y muy bien: a su casa y familia.

Deseo a doña Esperanza que descanse, observe la parodia nacional, y diga con el poeta latino Horacio: Beatus ille qui procul negoticiis.

Tomás de la Torre Lendínez