22.09.12

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

21.- El santo optimismo cristiano

La vida que nos ha tocado vivir bien puede decirse que, en muchas ocasiones, nos lleva por caminos no muy agradables que nos pueden hacer caer en un pesimismo que no puede permitirse el católico. Quien se sabe hijo de Dios y tiene al Todopoderoso como Padre sabe, ha de saber, que nada ha de temer y, por lo tanto, ha de mantener siempre una actitud optimista pues nadie puede contra Él.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone saber que todo lo puede Aquel que me conforta.

1 Muestra siempre tu faz alegre. Darás la impresión, cierta, de ser hijo de Dios.

2 Ser optimista no es darlo todo por bueno sino dar por bueno lo que es bueno.

3 Desanimarse es fácil. No olvides, sin embargo, y recuerda que eres hijo de Dios y volverá la calma a tu corazón.

4 Reconocemos a Dios como Padre. Entonces, ¿Cuál es la causa de nuestra antropológica tristeza?

5 Las virtudes cristianas las hacemos efectivas si, con alegría, sabemos lo que significan aunque muchas de ellas nos cuesten trabajo y esfuerzo seguirlas. !Claro, por eso son virtudes¡

6 En el fondo del corazón, si es que allí lo tienes, el optimismo cristiano tiene su asiento. Sería mejor, no obstante, que lo sacases de paseo de vez en cuando.

7 El mayor ejemplo que puede dar un cristiano es demostrar, con su vida, que creer en Dios es un buen antídoto contra el pesimismo.

8 Es probable que digan de ti, si te muestras muy optimista, que vives en otro mundo. Reconoce, entonces que, efectivamente, otro mundo, el eterno, es el tuyo.

9 Comportarse de forma alegre, a pesar de las tribulaciones, es muestra de saberse hijo y de saber, entonces, Quién es tu Padre.

10 No es de ser bobos parecer siempre contento. Es de bobos parecerlo y no estarlo.

11 A lo mejor tu alegría cristiana puede ser considerada un misterio. Piensa, entonces, que es algo misterioso relacionado con Dios.

12 Si estás y pareces triste, pregúntate si, a lo mejor, has dejado de tener esperanza.

13 Dice Sto. Tomás que “Cuanto más grande es el amor, mayor es la alegría”. Entonces, ¿Estás muy alegre o poco?

14 En los grandes momentos de tribulación piensa que Dios transformó el dolor de la cruz de Cristo en alegría por la salvación eterna.

15 S. Pablo dejó escrito lo siguiente: ”Estad siempre alegres en el Señor… El Señor está cerca” (Filipenses 4, 4-5). Cada vez que reflexionemos sobre lo que esto quiere decir llegaremos a la conclusión de que necesitamos, más que nunca, la alegría divina.

16 Sufrir y estar alegres no es manifestar ningún tipo de locura. En todo caso, es locura por el amor de Cristo.

17 Gabriel le dijo a María que estuviese alegre porque Dios estaba con ella. No olvidemos, nunca, que también está con nosotros.

18 En la conversión se manifiesta la gran alegría de haberse encontrado con Dios.

19 Seguramente la alegría cristiana no se comprende porque es sobrenatural.

20 !Alégrate!, Dios nace, cada día, para que tu vida sea eterna.

Demos gracias a Dios por cobijarnos en sus manos y tenernos en su corazón de Padre.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán